Tras
dos semanas de campaña electoral y varios meses de tediosa precampaña, las
urnas han hablado por fin en dos regiones históricas españolas: Galicia y en el
País Vasco. Y lo han hecho con resultados muy diferentes. Es hora de balance,
de análisis y de consecuencias y es muy probable que los que provengan de los
dirigentes políticos difieran mucho de los que los ciudadanos y los analistas
políticos vamos a hacer. Si en algo van a coincidir los primeros, sobre todo
aquellos que han empeorado sus resultados, es en no hacer la más mínima
autocrítica y en culpar a factores externos de los malos resultados obtenidos.
En
Galicia ha ganado el Partido Popular, encabezado por Núñez Feijó, revalidando
y, lo que era más difícil, ampliando su mayoría absoluta. Mal hicieron los
socialistas al insistir a lo largo de la campaña en que votar al PP era
reforzar la política de austeridad del Gobierno de España, en convertir en
definitiva las elecciones autonómicas gallegas en un auténtico test de la
política nacional en lugar de centrarse en los problemas, las necesidades y la
situación de Galicia. A la falta de liderazgo del candidato socialista se ha
unido la ruinosa herencia del zapaterismo administrada por el Sr. Rubalcaba,
una pesada losa que ha terminado por hundir al desfondado PSG. El tiro les ha
salido por la culata y el tanto Feijó, como Rajoy, han salidos reforzados de
estos comicios gallegos.
Conviene tomar nota, además, de la fuerte irrupción
del nacionalista gallego, Sr. Beiras, que con algún que otro exabrupto de más,
ha sabido capitalizar buena parte del descontento social y de los vientos
independentistas que en esta época tan fuerte arrecian en diferentes regiones
españolas. Y también es conveniente subrayar el segundo fracaso del Sr. Mario Conde con unos ridículos resultados. La abstención ha sido ligeramente superior que en 2009, un 0,8 %
más, algo insignificante aunque, como era de esperar, al Secretario de
Organización, Óscar López, le parezca el dato más preocupante de estos
comicios. Con tan sesudo análisis de tan alto jerarca socialista no es de
extrañar que el PSOE coseche lo que cosecha. Por último, hay que resaltar que
Núñez Feijó es quizás el único gobernante que en la actual época de recortes y
restricciones no sólo gana, sino que amplía su mayoría. Algo debe estar
haciendo bien y más de uno, en vez de envolverse en la bandera regional,
debería tomar nota.
Y
en el País Vasco tenemos la otra cara de la moneda de la jornada electoral. El
partido ganador, al igual que en las últimas autonómicas vascas, vuelve a ser
el PNV aunque en esta ocasión pierde tres escaños. Los partidos
constitucionalistas se llevan un batacazo, el PSOE, responsable del Gobierno
vasco y del adelanto e estas elecciones, pierde nada menos que nueve escaños y
el Partido Popular, su socio hasta hace unos meses, pierde tres pasando de
trece a diez. El Sr. Basagoiti, en su comparecencia tras conocer los
resultados, no ha hecho, como era de esperar, ninguna autocrítica y debería
hacerla, al menos, en los próximos días porque estos resultados son malos para
el PP vasco y confirman el progresivo distanciamiento que su particular
liderazgo ha ido generando en torno al núcleo de dirigentes históricos
populares y de importantes bolsas tradicionales de votos del Partido popular
vasco. Pero lo más preocupante es que los verdaderos vencedores de estos
comicios son los representantes de ETA, Bildu, que logra entrar en la cámara
vasca con nada menos que 21 escaños, convirtiéndose así en la segunda fuerza
política de la cámara de Vitoria, algo que habrá que agradecer, entre otros, a
los miembros del Tribunal Constitucional. Con ello, los nacionalistas, la suma
de PNV y Bildu, supone los dos tercios de la cámara vasca. Se abre ahora un
período político cuando menos inquietante y preocupante para quienes defienden
la convivencia pacífica, la desaparición definitiva de ETA y la tolerancia y
respeto en el País Vasco. Hoy, sin ir más lejos, se ha podido ver claramente,
cuando el Lendakari iba a votar, cómo se las gastan los energúmenos de Bildu y
su respeto por el acto más importante en toda democracia, el ejercicio del voto
en libertad y sin coacciones. Es posible que el PNV encuentre en Bildu el
aliado imprescindible si decide situar prioritariamente en la agenda política
el tema de la independencia. Pero, si no es así, no conviene olvidar que PNV y
Bildu son enemigos ideológicos y que los puntos de encuentro en los temas
sociales y políticos del día a día son muy escasos.
En
todo caso, hoy ha vuelto a ser la fiesta de la democracia en estas dos regiones
españolas y habrá que confiar en que próximamente se vayan despejando dudas e
incertidumbres y que se haga en el mejor sentido posible para la sociedad
española en su conjunto.
Santiago
de Munck Loyola
primero la enhorabuena al partido popular. Sin embargo quiero hacer una reflexion. Como simpatizante de ningun partido ojala un partido pudiese multiplicarse votos por arte de magia. Con esto quiero invitar a la regeneracion de la politica que mas que dar un servicio al pueblo parece que el pueblo es el que esta al servicio del gobierno (una politica dictatorial).
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