El 22 de junio pasado se hacía pública la decisión de la Alcaldesa de Novelda, Milagrosa Martínez, de constituir la Junta de Gobierno Local sin la presencia en la misma de la oposición (http://www.diarioinformacion.com/elda/2011/06/22/milagrosa-martinez-constituye-junta-gobierno-local-oposicion/1141123.html).
Esta decisión no ha sido bien recibida por algunos y así se ha puesto de manifiesto en algunos artículos aparecidos en la red en los que se acusa al nuevo equipo de gobierno de falta de transparencia así como de marginar a los grupos de oposición.
Sin embargo, esta decisión se fundamenta en una lógica democrática impecable. La Junta de Gobierno es, como su propio nombre indica, un órgano de Gobierno, no es un órgano de control ni de participación. Para eso está el Pleno de la Corporación. Corresponde, por tanto, a quienes ostentan responsabilidades de Gobierno formar parte de la Junta de Gobierno Local y no a quienes por mandato de los ciudadanos deben estar en la oposición. Es desde el pleno de la Corporación desde donde los miembros de la Oposición han de desarrollar los mecanismos de control y participación previstos en la legislación de régimen local.
La costumbre seguida en algunos municipios de integrar a la oposición en las Juntas de Gobierno, es decir, de concejales que no forman parte del Gobierno y que no ostentan responsabilidades de gestión, constituye una anomalía que se compadece mal con la dialéctica democrática establecida entre gobierno y oposición y con el espíritu de las leyes que regulan el funcionamiento de los entes locales. De una parte, el Gobierno Municipal pierde eficacia y espontaneidad pues la Junta de Gobierno deja de servir de órgano de apoyo a la Alcaldía y sede de deliberación en la toma de decisiones colectivas, corriendo, además, el riesgo de convertirse en un mini pleno con debates cruzados entre gobierno y oposición. Por otra parte, la oposición adquiere un papel de copartícipe en tareas ejecutivas para las que no ha sido designado por el voto de los ciudadanos.
La transparencia queda garantizada con los mecanismos legales previstos pues la oposición, aunque no forme parte de la Junta de Gobierno, conserva siempre los derechos y facultades de acceso a la información que la Ley de Bases y su reglamento prevén.
En definitiva, la decisión de la Alcaldesa de Novelda es una decisión no sólo democráticamente impecable, sino, además, cargada de racionalidad y lógica política. ¿Se imagina alguien a Rajoy sentado junto a Rodríguez Zapatero en el Consejo de Ministros como oyente? A que no. Pues eso.
Santiago de Munck Loyola.
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