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domingo, 14 de septiembre de 2014

La reforma de la ley del aborto: el PP ni está ni se le espera.


No tomarse en serio al adversario político es uno de los peores errores que se puede cometer. Y otro grave error es no aprender del adversario, siempre hay algo en sus estrategias y sus tácticas que merece la pena ser tenido en cuenta. Ambos errores los ha venido cometiendo, una y otra vez, el Partido Popular. Desconozco las causas de esta forma de proceder, arrogancia, soberbia, prepotencia,… pero lo cierto es que se repite una y otra vez. Ocurrió cuando Rodríguez Zapatero se puso al frente del PSOE y no sólo fue menospreciado por los populares, sino que incluso en las filas socialistas hubo quien le llamaba “Bambi”. Pues bien, “Bambi” o “Pancartero” ganó contra muchos pronósticos las elecciones generales de 2004 y dejó noqueada durante años a la derecha española. Y a Zapatero no le tembló el pulso para ponerse de inmediato a cumplir lo que había ido prometiendo detrás de las pancartas y en su programa electoral.

El 16 de abril de 2004 Zapatero fue investido Presidente del Gobierno y a los 3 días, el 19 de abril, ordenó la retirada de las tropas española de Irak. A las pocas semanas de formar gobierno, el 18 de mayo de 2004, dejó en suspenso por decreto ley la aplicación de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) que había sido promulgada el 23 de diciembre de 2002 por el segundo gobierno de José María Aznar y que pretendía reformar y mejorar la educación en España. Ni tan siquiera llegó a aplicarse. Y a mediados de junio del mismo año su gobierno derogó el trasvase del Ebro recogido en el Plan Hidrológico Nacional. Como puede verse, no tardó ni dos meses en ejecutar tres de las principales promesas que había hecho a sus votantes.

Esta semana, casi tres años después de que el Partido Popular ganase las elecciones generales por mayoría absoluta hemos conocido por algunos medios de comunicación que el Gobierno está sopesando enterrar el anteproyecto de Ley sobre la modificación de la regulación del aborto. Hay que recordar que el programa electoral para las elecciones generales celebradas el 20 de noviembre de 2011 el Partido Popular incluía la modificación de la ley del aborto, es decir, que se trata de uno de los compromisos electorales por los que fue elegido mayoritariamente (Página 108. Medida 6ª “Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto…”).

Tres años han pasado y el Sr. Rajoy, su gobierno, su Grupo Parlamentario y sus cientos de miles de afiliados no han tenido tiempo para cumplir algo tan elemental que habían prometido: cambiar el modelo actual, cambiar el modelo establecido en la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Se puede comprender que, entre tantas cabezas pensantes y sin un liderazgo político y moral evidente, no sean capaces de alumbrar una nueva regulación que aglutine a todas las supuestas “sensibilidades” existentes en el PP, pero bien que podían haber hecho algo muy simple para empezar a cumplir de una vez alguna de sus promesas, podían y pueden aún, imitar al Sr. Zapatero y suspender la aplicación de esta Ley o sencillamente derogarla dejando vigente la anterior regulación, un mal menor, la Ley Orgánica 9/1985, aprobada el 5 de julio de 1985.

Hay quien se escuda diciendo que hacerlo ahora no sería conveniente desde un punto de vista electoral lo que vendría a corroborar la idea de que, al fin y al cabo, lo que cuenta es asegurarse la poltrona, no los principios, ni los compromisos. ¿Y por qué no lo han hecho antes? ¿Acaso se les ha votado para que se aseguren la poltrona o para que cumplan con lo prometido? Y ¿Dónde están las voces de las decenas de miles de cargos públicos del PP que asumieron ese programa electoral? Nunca antes un partido político se ha situado tan lejos y ha despreciado tanto a sus votantes como éste. La aparición de “Podemos” parece que les ha venido bien porque piensan que levantando ahora la bandera de que viene el coco recuperarán a sus votantes y, por eso, no tienen problemas en que los grandes grupos mediáticos den cancha a esta formación. Pero se equivocan, están alimentando a una fiera que terminará por comérselos.

Padecemos un partido de centro derecha hegemónico cobarde, soberbio y acomplejado que entiende la política como un medio y no como un fin. De los principios han pasado a lo “políticamente correcto” y de lo “políticamente correcto” han dado el salto a la “política sostenible” de la burocracia partidista y de la casta dirigente. Una pena.


Santiago de Munck Loyola

lunes, 1 de septiembre de 2014

La regeneración democrática y los sucedáneos oportunistas.


Todo parece indicar que el Partido Popular ha puesto en el primer lugar de su agenda política la “regeneración democrática” o, mejor dicho, un sucedáneo de la “regeneración democrática”, una visión muy particular sobre esta idea. Ministros, algunos cargos públicos y dirigentes populares llevan varias semanas hablando de regeneración y bajo esta idea están trasladando a la opinión pública propuestas como la discutible elección directa de alcaldes o la drástica reducción de aforados. Es verdad que en el Programa Electoral del Partido Popular del año 2011, ignorado en la Comunidad Valenciana y en especial en Alicante, ya se apuntaban algunas propuestas de regeneración, pero tiene lo suyo que se acuerden de ello después de tres años de gobierno y que las propuestas hasta ahora hechas públicas sean tan raquíticas e interesadas.

Hablar de regeneración tras tres años de gobierno y hacerlo en los términos que se hace significa que se trata de una respuesta estratégica a los resultados electorales últimos y que no responde a un íntimo convencimiento de la necesidad de regenerar nuestro sistema democrático. Hablamos, por tanto, de tácticas y no de principios políticos, no nos dejemos engañar. Encuesta tras encuesta, los datos señalan que la mayoría de los ciudadanos se ha distanciado de los políticos, de los partidos y del propio sistema democrático que ellos monopolizan y que algunos de ellos corrompen con el silencio cómplice de los demás, salvo honrosas excepciones. Los ciudadanos demandan fundamentalmente ejemplaridad, participación y firmeza ante la corrupción. De ninguna de esas cosas han hablado los dirigentes populares cuando han empezado a levantar la bandera de la regeneración democrática. Y haciendo un paréntesis no puedo olvidar un documento del PPCV apoyado por Alberto Fabra, José Ciscar, José Juan Zaplana y otros líderes regionales del PP en el que se indica textualmente que no resulta admisible reivindicar la idea de regeneración democrática en el seno del Partido Popular, para justificar la expulsión de los afiliados regeneracionistas.

Hay algo básico y esencial que olvidan los conversos a la regeneración democrática y es que para promoverla, para intentar convencer a los ciudadanos de la honestidad y nobleza de sus propuestas hay que tener credibilidad. Nuestro sistema político, nuestra democracia necesita medidas de regeneración porque los principales actores del sistema, los partidos políticos, lo han deteriorado, lo han prostituido porque se han convertido en unas maquinarias burocráticas que no cumplen con los mandatos constitucionales. La mayoría de los partidos políticos padecen un fuerte déficit de democracia interna y han dejado de ser cauce de participación ciudadana. Son organizaciones endogámicas poco permeables a las necesidades sociales porque su funcionamiento se sustenta en una clase política privilegiada frente a los ciudadanos. Por ello, la primera medida regeneradora que debería ser puesta sobre la mesa es la regeneración de los propios partidos políticos, de los agentes que han de regenerar, a su vez, el sistema político. Si esa regeneración interna, en este caso del Partido Popular, apostando por la democracia interna, por el debate interno y la participación de sus militantes y simpatizantes, por la transparencia en su financiación, por el cumplimiento de los programas y por el rigor frente a los aprovechados y corruptos, no se produce de forma previa no pueden tener credibilidad sus propuestas de regeneración del sistema político. La prueba de ello es que las dos iniciativas recientemente puestas en circulación no nacen de un debate interno en el que los afiliados hayan podido discutir y realizar propuestas, no. Nacen de un gabinete que analiza resultados y encuestas y una dirección política, un sanedrín, que marca el rumbo y reparte los argumentarios de arriba a abajo.

Lo sensato y coherente sería que, una vez arreglada la propia casa por dentro, se realizasen propuestas de regeneración creíbles. Y dentro de esas medidas, lo prioritario para la mayoría de los ciudadanos no es, seguramente, cómo se elige a los alcaldes. Lo más probables es que la mayoría de los ciudadanos apostase por la ejemplaridad de la clase política, por acabar de una vez con los privilegios (aforamientos, tributación fiscal especial, ingresos exagerados, pensiones especiales, etc.) de quienes dicen que creen ahora en la regeneración, y por cualquier medida para erradicar la corrupción, para exigir responsabilidades por la mala gestión de algunos, para recuperar el dinero distraído de las arcas públicas, etc. La corrupción no sólo se combate con leyes, se previene con más democracia en las instituciones y en los partidos políticos. Regeneración democrática sí, sucedáneos no.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 28 de agosto de 2014

Clase, casta y regeneración política.


Mucho se está usando y escribiendo sobre el concepto de “Casta política” desde que la gente de “Podemos” lo sacase del armario en la extensa y servil red de medios de comunicación que se ha puesto a su servicio. No hay que olvidar que dichos medios tienen propietarios y que, como en todas partes, hay empresarios dispuestos a todo con tal de obtener beneficios, incluso a suicidarse. Y tan de modo está el concepto que sin ir muy lejos, el Secretario General del PSPV, que acumula cuatro cargos entre los que paradójicamente se encuentra el de flamante Secretario del PSOE para la Regeneración Democrática, el Sr. Ximo Puig, ha descalificado recientemente el discurso de esa formación y el uso que hace de la idea de “casta política” calificándolo de viejo y atribuyendo su paternidad intelectual al italiano Gaetano Mosca, añadiendo de paso que "Gaetano Mosca por otra parte fue uno de los intelectuales a los que Mussolini en su momento acudió con frecuencia". Se trata, sin duda, de un fallido intento de vincular ideológicamente a Podemos y a cuantos usan el concepto de casta política con el fascismo. Ni que decir tiene que los “ramalazos” autoritarios y totalitarios de Podemos son más que evidentes, pero hay que tener más rigor a la hora de encuadrar las ideologías. ETA, por ejemplo, no es una banda fascista por mucho que algunos se empeñen, porque ideológicamente está y siempre ha estado en el espectro de las ideologías totalitarias de la izquierda que las hay y muchas.

La casta política es una idea vieja que desde el siglo XIX ha salido a la luz cada vez que en una sociedad política se entraba en una fase de profunda degeneración del sistema y en España se ha venido usando con profusión desde entonces de forma cíclica.

Políticos, clase política, casta política e incluso castuza son expresiones frecuentes en estos tiempos que sobrevuelan los debates políticos, que se emplean como armas arrojadizas y que, en definitiva, se han hecho presentes con fuerza en medio de un amplio rechazo ciudadano hacia todo lo que tenga que ver con la política, como respuesta al grave daño social que la crisis económica ha generado en muchos españoles. La imprevisión de los políticos ante la crisis y la propia gestión de la misma han provocado una profunda desconfianza ciudadana hacia el sistema político que ha entrado también en crisis.

Cada cual usa esos conceptos a su conveniencia e interés, pero no está de más recordar que las generalizaciones no son buenas y que cada uno de esos términos (políticos, clase política, casta política o castuza) es diferente y deberían ser usados con mucho más seriedad de lo que se viene haciendo. Hay quien como Felipe González se ufana de pertenecer a esa “casta política” que protagonizó la transición y quizás debería haber usado mejor el término de “clase política” al referirse al conjunto de políticos protagonistas de aquella época histórica pues, aunque él pertenezca a la “casta política”, no toda aquella clase política terminó transformándose en una casta.

Hace pocos días, ante la celebración de elecciones internas el próximo 20 de septiembre, un miembro de VOX escribió lo siguiente: “El futuro de este partido pasa sin ninguna duda por Santi Abascal. No es casta, tiene la cabeza bien amueblada, ideas claras, sabe expresarlas en el lenguaje que entiende la gente, se sabe rodear bien…”. Nótese la promoción a la defensiva: no es casta. Es evidente que para el defensor de Santiago Abascal como futuro líder de VOX éste no es casta. Sería interesante conocer su idea sobre su concepto de casta, pero a priori parece que dista mucho de la idea que tiene la mayor parte de la gente. Santiago Abascal, actual Secretario General de VOX, tiene 38 años. En 1999, con 23 años  ocupó su primer cargo público como concejal del PP en Llodio (Álava) y desde entonces ha ido saltando de cargo en cargo sin bajarse prácticamente de los presupuestos públicos hasta finales de 2013.

Nadie discute el valor, el sacrificio y el patriotismo de un joven de 23 años para en 1999 atreverse a ser concejal en el País Vasco, ni el suyo ni el de otros tantos miles de personas que allí y en otras partes de España se han jugado la vida por unos nobles ideales, sin que hayan tenido las mismas oportunidades de promoción y protección política gozando de iguales o mayores capacidades que él. Y tampoco se pone en tela de juicio su capacidad o no de liderazgo. Pero los hechos son tozudos por evidentes. Alguien que nunca ha sabido o querido ganarse la vida fuera del paraguas que proporciona un partido político es, se quiera o no, para bien o para mal, miembro de la llamada casta política. Como lo era el anterior Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que salvo un breve paréntesis de tres años como ayudante de cátedra universitaria, desde 1986 se dedicó plenamente a la política, es decir, se desarrolló personal y profesionalmente bajo el paraguas protector de un partido político a diferencia de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Y como ellos muchos otros que resulta ocioso citar ahora. No se trata de juzgar aquí como buena o mala esa circunstancia, sino de subrayar lo que es evidente y de enlazarlo con la coherencia o no de enarbolar un discurso regenerador de la política como el que proclama VOX.

Hablamos de clase política porque muchos políticos han construido un sistema que les privilegia frente a los auténticos soberanos de la democracia, los ciudadanos. La clase política goza de privilegios que todos conocemos: fiscales, retributivos, judiciales, en materia de pensiones, etc. Y dentro de la clase política existe, además, la casta política que a los anteriores privilegios suma unos rasgos específicos como pueden ser la cooptación en el origen de sus cargos, la ausencia de experiencia y de actividades profesionales previas a su dedicación política, su dependencia y protección, en su caso, de las redes partidistas, su profesionalización en la subsistencia política (es distinto un profesional político, un político profesional y un profesional de la política) y en no pocos casos la ausencia de la formación específica que la política y la gestión de las administraciones públicas debería requerir. La regeneración es ya una exigencia social y su desarrollo requiere ideas nuevas y audaces, coherencia política y, sobre todo, políticos que sean conscientes de que su valor y credibilidad política depende de su trayectoria vital y del valor de su palabra que es la que habrán de comprometer para firmar un contrato para el cambio con el ciudadano.

Santiago de Munck Loyola

lunes, 25 de agosto de 2014

“Los putos españoles tarados” D. Arturo Balaguer dixit.


Dicen que un día malo lo tiene cualquiera. Y es evidente que el 17 de agosto de 2014, D. Arturo Balaguer, asesor y miembro del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Orihuela merced al “dedazo” de la Alcaldía, no tuvo un día especialmente bueno o inspirado. Varios medios de comunicación se han hecho eco del tuit que el periodista, o “agroperiodista” como él mismo se denomina, publicó y en el que llamaba “putos españoles tarados” a los madrileños que veranean en nuestras tierras con “niños maleducados”. Un día malo lo tiene cualquiera, dicen, pero hay personas que por razón de su cargo o de su profesión no pueden permitírselo. Es muy significativo el uso de los insultos concretos que el “agroperiodista” emplea: “putos españoles tarados”. El odio a lo español es evidente, amén de su fobia a los madrileños y a sus niños. Lo extraño es que alguien con tan mala educación y sin complejo alguno en hacer pública exhibición de la misma sea capaz de distinguir a un niño maleducado de otro.

Un día malo lo puede tener cualquiera, pero cuando, como en el caso que nos ocupa, no se procede a borrar ese tuit, ni a pedir disculpas por ello, es que no se trata de un día malo, sino de una determinada forma de ser y proceder, de una actuación consciente y deliberadamente ofensiva lanzada contra los cientos de miles de madrileños que veranean en nuestras tierras y que, en muchos casos, tienen una segunda vivienda aquí. El Gobierno Municipal de Orihuela debería haber despedido ya a este “maestro del agroperiodismo” y si no lo hace habrá que deducir que suscribe sus palabras y sus insultos a esas decenas de miles de madrileños que veranean en Orihuela, muchos de ellos propietarios de viviendas, que también pagan allí sus impuestos al Ayuntamiento y no, precisamente, para que desde el consistorio se les insulte.

Un día malo lo puede tener cualquiera y alguien podría pensar que también ha sido ése el caso de José Juan Zaplana, Secretario General del PP Alicantino, quien tampoco ha estado demasiado afortunado a la hora de exigir el cese del D. Arturo Balaguer. Lo cierto es que lo raro es que el Secretario Provincial de los Populares tenga un buen día. Pero bien, centrándonos en el asunto, tras pedir correctamente el cese del asesor y las públicas disculpas de la Alcaldía de Orihuela por los insultos a los madrileños, el Sr. Zaplana ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para meter una cuña en defensa de la impresentable propuesta del PP para reformar deprisa y corriendo el sistema de elección de los Alcaldes. Así, el Sr. Zaplana ha señalado que "El problema de fondo es que en Orihuela decidieron la Alcaldía quienes perdieron las elecciones [los Verdes apoyados por el PSPV]. Si quien gobernara fuera el más votado, el PP, este individuo no habría tenido sitio en el Ayuntamiento y nos hubiéramos ahorrado este sofoco. Si estas son las formas que utilizan quienes llegan al abrigo de un gobierno de izquierdas, no las queremos". Disciplinado mensajero, el Sr. Zaplana repite el argumentario oficial allí donde tiene ocasión. No en balde, ante las negras expectativas electorales el PP se ha lanzado a una carrera suicida para reformar la Ley Electoral y evitar así la pérdida de muchas alcaldías, algo que motiva especialmente a cuantos no habiéndose ganado nunca la vida fuera del paraguas de la política ven peligrar su sustento.

No está de más recordar que el problema de fondo es que en Orihuela hubo una mayoría de votantes que no querían que gobernase el Partido Popular y que por eso el Partido Popular no sumó más votos que el resto. El problema de fondo es que el Partido Popular no ha podido ni tan siquiera promover una moción de censura en Orihuela porque tiene a algunos de sus dirigentes locales imputados en presuntos casos de corrupción. El problema de fondo es que 5 de los 12 concejales del PP están siendo investigados, que la ex alcaldesa y actual portavoz del PP en el Ayuntamiento, Mónica Lorente, está doblemente imputada, por el caso Brugal y por adjudicar el contrato de una obra en una plaza cuando ya estaba inaugurada y que otros cuatro ediles más también tienen cuentas pendientes con la justicia. El problema de fondo es que éstas son las consecuencias de elaborar las listas a “dedazo” y de practicar una política contraria a la idea de regeneración democrática. El problema de fondo, en fin, es que hay más vecinos de Orihuela que no querían que volviera a gobernar este PP que los que sí querían.

Mucho habría que volver a hablar sobre la elección directa de los Alcaldes, sobre cómo hacerlo, sobre si es bueno o no que el PP incentive con ello el “frentepopulismo” o facilite que BILDU pueda lograr más alcaldías, por ejemplo, pero traer a colación este tema a propósito del impresentable comentario del asesor digital del Alcalde de Orihuela es una simpleza oportunista que denota otro mal día.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 21 de agosto de 2014

La elección directa de los alcaldes.


Una de las consecuencias de los resultados de las últimas elecciones europeas ha sido el encendido de alarmas en el Partido Popular ante la previsible pérdida de numerosas alcaldías en las elecciones municipales que habrán de celebrarse en mayo del 2015. Lamentablemente estas alarmas no han activado un proceso interno de autocrítica para analizar las causas de la pérdida de apoyo electoral sufrida y corregir los errores cometidos. Lo que han activado las alarmas es la búsqueda de mecanismos legales para garantizar poder conservar las alcaldías en riesgo de pérdida a pesar de la sangría de votos. ¿Tanto miedo provoca a los populares la irrupción de Podemos o el declive del bipartidismo? ¿Tan poca confianza tienen en sus propias políticas?

En el Partido Popular han encontrado la solución para poder seguir gobernando los ayuntamientos a pesar de obtener menos votos: reformar las reglas de juego, reformar la ley para que resulte automáticamente elegido Alcalde el candidato más votado siempre que supere el 40 % de los votos. Esto de cambiar las reglas de juego en medio de un partido es propio de trileros y tramposos, pero ésta es, al parecer, el tipo de regeneración que algunos dirigentes populares quieren vendernos a los ciudadanos para “fortalecer” la democracia. La experiencia demuestra, una y otra vez, que las reformas legislativas hechas deprisa y corriendo, respondiendo a fenómenos coyunturales y sin contar con un amplio consenso suelen ser contraproducentes y esta lleva todo el camino de serlo. Y no se trata de una simple reforma de la Ley electoral, sino que se trata de todo un cambio que afecta directamente a la Ley de Bases de Régimen Local y a procedimientos relativos a la distribución de competencias en las corporaciones o a la figura de la moción de censura, por ejemplo.

Los defensores de esta idea, la elección directa de los alcaldes en estos supuestos, lo hacen alegando que así se facilitaría que gobernase la lista más votada. Dicen que no es democrático que pueda ser elegido alcalde alguien que se ha quedado en segundo o tercer lugar merced a los pactos postelectorales. Sin embargo, estos argumentos que a primera vista podrían parecer lógicos no se ajustan a la realidad.

Hay que empezar por aclarar que en España los ciudadanos no elegimos directamente ni al Presidente del Gobierno, ni a los Presidente autonómicos ni a los Alcaldes. Los ciudadanos elegimos a representantes, diputados y concejales, para que sean ellos los que elijan en su ámbito, Congreso, Parlamentos Autonómicos o Plenos Municipales, al Presidente del Gobierno, a los Regionales o a los Alcaldes. Se trata de un sistema fundamentalmente parlamentarista recogido en la propia Constitución. Es el Parlamento, el Congreso en concreto, el que elige al Presidente del Gobierno y este principio parlamentarista es el que se ha implantado de arriba abajo hasta llegar a los Ayuntamientos. Si nadie cuestiona este principio y, por tanto, no se cuestiona la legitimidad democrática de un Presidente de Gobierno elegido merced a las alianzas parlamentarias que sean precisas ¿a qué viene cuestionar ahora, a pocos meses de la celebración de unas elecciones municipales, la legitimidad y la calidad democrática de los alcaldes elegidos por los concejales?

Para los defensores de esta reforma unilateral y arbitraria del sistema de elección de los alcaldes es poco democrático que no pueda gobernar la lista, que no el candidato, más votada. Entonces ¿es más democrático que alguien con un 40 % de los votos pueda gobernar aplicando políticas no votadas y contrarias a la mayoría social?

Es cierto que nuestros sistemas de representación adolecen de muchos defectos y que es preciso realizar reformas para mejorar la calidad democrática de nuestras instituciones. Tenemos una Constitución que hasta ahora ha funcionado razonablemente bien y que es perfeccionable. Pero esta Constitución contiene principios y reglas de participación que inspiran el conjunto del sistema político. Abordar apresuradamente, de forma partidista y sin visión de estado algo tan importante como la reforma de las reglas de juego y de participación ciudadana de unas instituciones tan importantes y cercanas a los ciudadanos como son los Ayuntamientos no es admisible. Debemos mejorar la calidad de nuestra representación de modo que el voto de un ciudadano de Soria valga lo mismo que el voto de un ciudadano de Madrid, por ejemplo, algo que ahora no existe. Debemos mejorar la capacidad de elección de los ciudadanos que se ven obligados a votar listas cerradas impuestas por los partidos sin procesos previos de democracia interna. Debemos mejorar la vinculación y la responsabilidad de los cargos electos ante los electores de modo que votar no sea otorgar un cheque en blanco por cuatro años. Debemos buscar nuevas fórmulas que permitan al ciudadano intervenir directamente a través de las nuevas tecnologías en los procesos de toma de decisiones. En fin, que hay muchas tareas pendientes por delante para mejorar la calidad democrática de nuestro sistema político sin necesidad de acudir a reformas improvisadas y sin consenso que solo buscan un satisfacer un interés egoísta coyuntural.

Santiago de Munck Loyola




sábado, 19 de julio de 2014

Ppandilla de mentirosos.


Para cualquier persona decente y medianamente informada, la catarata de declaraciones de distintos cargos del Partido Popular de la Comunidad Valenciana sobre la corrupción, sobre la regeneración o sobre la ridícula línea roja del Sr. Fabra son sencillamente vomitivas. Tras el varapalo sufrido por el PPCV en las elecciones europeas, toda una pandilla de colocados, desinformados, embusteros o hipócritas se está dedicando a realizar manifestaciones de distinta índole, tomado de paso a los ciudadanos por idiotas, a ver si consiguen lavar la cara de un partido que ellos mismos han ensuciado con su actitud, con su cobardía o con su complicidad.

Hace unos días era la Sra. Bonig la encargada de mentir a la ciudadanía. Ayer mismo, le tocaba el turno a la portavoz del Consell y titular de Educación, Cultura y Deporte, María José Català, quien, a propósito de las duras críticas realizadas por empresarios alicantinos a la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo,  se apresuraba a señalar que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha aplicado la línea roja en los cargos que dependen orgánicamente de él. Es decir, que ha aplicado la estrambótica línea roja a los cargos que él mismo, con el Diario Oficial en la mano, ha nombrado. Y, claro, como él no ha nombrado a Sonia Castedo no puede hacer nada ya que su trata un cargo municipal cuya acta de concejal le pertenece. Para remachar su engaño añadía que respecto a los cargos que no dependen orgánicamente del jefe del Consell es una circunstancia distinta, porque compete al ámbito del partido. Y uno se pregunta ¿acaso no es el mismo el Jefe del Consell que el jefe del partido (el PPCV) en este caso? Y sin pestañear terminó afirmando que “el Ejecutivo valenciano es el más comprometido con la tolerancia cero contra la corrupción”. Un ejecutivo que llega incluso a cargar la factura de “los arreglos del cocido” a los contribuyentes.

Fabra es el Presidente de la Generalidad Valenciana y simultáneamente Presidente del PPCV al igual que el Sr. Ciscar es vicepresidente de la Generalidad y Presidente Provincial del PP de Alicante. Así que mejor que no nos vengan con cuentos de desdoblamientos de personalidad según el cargo de que se trate. Y la actitud de uno y otro ante la corrupción es igual de falsa, complaciente y tolerante. No nos engañemos. En Alicante lo han demostrado y lo siguen demostrando con creces. Solo hay que remitirse a “la prueba del algodón” y no la pasan ni en sueños. ¿De qué nos sirve a los alicantinos que al Sr. Fabra le gusten o no las grabaciones entre Sonia Castedo y el Sr. Ortiz, “la polla insaciable”, si no hace nada al respecto? Porque hacer, claro que puede hacer. ¡Ya está bien de mentir a los alicantinos! Es cierto que no puede obligar a la Sra. Castedo a dejar la Alcaldía o a dejar su acta. Pero el Sr. Fabra sí que puede, en tanto que Presidente del PPCV, abrir un expediente disciplinario a la afiliada Castedo por conductas contrarias a los Estatutos del PP, puede ordenar a los concejales populares del consistorio alicantino que la expulsen, en compañía del vicealcalde procesado, del Grupo Municipal Popular del Ayuntamiento de Alicante y puede, además, destituirla como Coordinadora de los distritos del PP en Alicante, ese cargo que los Sres Ciscar y JJ Zaplana se inventaron para sortear la famosa línea roja del propio Fabra. Y al margen de grabaciones tiene sobrados motivos para intervenir de forma contundente: un gobierno municipal en Alicante bajo sospecha judicial y al servicio de un empresario, concursos millonarios fraudulentos, pelotazos por doquier, amaños en las contratas públicas y en el PGOU, destituciones ilegales de funcionarios, arbitrariedades por doquier, abandono de los intereses generales, facturas de campaña electoral pagadas con dinero negro por el Sr. Ciscar según la Guardia Civil, financiación paralela de las sedes populares, contabilidad opaca a la militancia, nepotismo, despilfarro,… ¿Qué más necesita?

Con ello, sí que podría empezar a tener cierta credibilidad esa supuesta tolerancia cero con estas conductas absolutamente deleznables. Y para reforzar su credibilidad podría destituir o promover la destitución de los cargos orgánicos del PP de Alicante, al Presidente Provincial, Sr. Ciscar, y al Secretario general, Sr. Zaplana, por haber permitido y favorecido esta situación tan poco edificante hasta el punto de haber destruido al PP de la Ciudad, para dividirlo en distritos y poder finalmente situar en la cúspide a la alcaldesa plurimputada.

Pero ni lo ha hecho, ni lo va a hacer. El Sr. Fabra, sin liderazgo político y sin credibilidad ciudadana, responsable de la expulsión de los afiliados populares que hace tiempo empezaron a denunciar la deriva pestilente de la corrupción, no va a ser capaz de dar un golpe de timón semejante. Hay demasiado en juego y su debilidad política no le va a permitir reflejar con hechos contundentes su presunta apuesta por la honradez y por la ejemplaridad ante los ciudadanos. D. Alberto Fabra se va a seguir conformando con las continuas y patéticas declaraciones de sus voceros. Pero las palabras, sin hechos que las avalen ya no sirven. Los ciudadanos no quieren seguir creyendo a quienes no son capaces de poner orden en su propia casa que, cada día que pasa, huele peor.

Santiago de Munck Loyola


viernes, 18 de julio de 2014

José Luis González Quirós en Alicante.

17-7-2014








Nota de prensa.

Éxito de la Conferencia sobre la Regeneración Democrática organizada por Esperanza Popular de Alicante.

Cerca de un centenar de personas se dieron cita ayer, 17 de julio, en la Biblioteca del Real Liceo Casino de Alicante para participar en la Conferencia que, bajo el título “Problemas y perspectivas de la Regeneración Democrática”, desarrolló el profesor de filosofía y Presidente en funciones de VOX España, D. José Luis González Quirós.

El acto se inició con la presentación del conferenciante por parte de D. Santiago de Munck Loyola, Presidente de la Asociación Esperanza Popular de Alicante, organizadora de la Conferencia, quien destacó la apuesta de la Asociación por la promoción de los valores regeneracionistas y la necesidad impulsar de la regeneración política dentro de los propios partidos políticos. Agradeció a D. José Luis González Quirós, como dirigente nacional de un partido que defiende y comparte dichos valores, por haberse desplazado a Alicante para cerrar el curso de las actividades de la Asociación con esta conferencia.


D. José Luis González Quirós, tras agradecer esta invitación, desarrolló su intervención matizando su discrepancia con la utilización del término “regeneración” por cuanto puede implicar para algunos cierta noción de reproche a los principales predecesores en el protagonismo de la vida política. A lo largo de su exposición hizo un repaso de los principales males que afectan al desarrollo de la democracia subrayando la imperiosa necesidad de volver a una clara delimitación de la separación de los tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial. 

Subrayó igualmente la necesidad de desarrollar y cultivar una actitud diferente, más comprometida y exigente del ciudadano ante los políticos e hizo una comparación sobre la cultura ciudadana y las costumbres políticas en diferentes países. Concluyó animando a los participantes en el acto a adoptar una actitud exigente y activa ante los políticos y las instituciones. Tras su intervención, se abrió un turno de preguntas en el que varios asistentes plantearon al Sr. Quirós distintas cuestiones sobre la regeneración democrática en España.

domingo, 13 de julio de 2014

Ingredientes para una alternativa real en el centro derecha.


La irrupción mediática y electoral del fenómeno político de “Podemos” parece que trae de cabeza a más de uno. Periodistas, comentaristas, tertulianos, políticos y ciudadanos de a pie llevan semanas hablando de este movimiento y, en especial, de su líder, el Sr. Iglesias. Unos andan asustados, otros desorientados y los más sorprendidos por su irrupción en la escena política y sobre todo por sus posibilidades futuras. ¿Será flor de primavera? ¿Representará un cambio de ciclo y de estructura en la configuración de la izquierda? ¿Llegará a ser un peligro para la estabilidad del sistema democrático?  Hay opiniones para todos los gustos y en todos los niveles.

Es muy probable que los resultados electorales de las pasadas elecciones de mayo representen un anticipo de profundos cambios en la distribución de las fuerzas políticas que hasta hora han venido dominando el terreno político. En el campo de la izquierda parece que es indudable que ese anticipo de cambios se va a consolidar porque, de una parte, Izquierda Unida ya está moviéndose para tratar de acomodarse a la presencia política de “Podemos” y, de otra, el PSOE, instalado en un proceso de renovación de liderazgos, parece que no se sustrae a su influencia y tampoco termina de enderezar una tendencia electoral a la baja.

Distinto es el panorama en el campo del centro y de la derecha española en el que sigue la preponderancia electoral del Partido Popular aunque significativamente mermada como consecuencia del desencanto, traducido en abstención, de una buena parte de sus tradicionales votantes. Pero el hecho de que varios millones de votantes populares se hayan quedado en su casa puede significar también que en este territorio se produzcan importantes cambios en los próximos meses. Es evidente que alternativas regeneracionistas como Ciudadanos o VOX aún no han conseguido captar a los abstencionistas a la vista de los resultados electorales de mayo, pero ello no significa que no puedan conseguirlo en los próximos meses y más aún cuando se acercan unos procesos electorales como los del año que viene. Es evidente que el PP va a levantar la bandera del miedo, del voto útil, del supuesto bastión frente a la llegada al poder, que no nos engañemos va a llegar en muchos sitios, de una izquierda fragmentada pero radicalizada por la influencia de “Podemos”.

En medio de este panorama y ante estas poco halagüeñas perspectivas, generadas por la política y los incumplimientos del propio Partido Popular, no es infrecuente escuchar entre quienes se han sentido defraudados voces con cierta resignación ante la ausencia de un líder o líderes, fuera del campo popular, que puedan levantar la resistencia y generar una alternativa de centro derecha decente, capaz de frenar el previsible avance de esta izquierda radicalizada y de movilizar a un electorado desencantado. Esas voces, en no pocas ocasiones, se resignan a volver a votar al PP aunque sea con la nariz tapada, como un mal menor siempre preferible a la caja de Pandora de la izquierda ante la ausencia de un líder carismático.

Sin embargo, hay que destacar dos consideraciones: un líder carismático suele atraer sobre si la atención del votante y no sobre los principios, los programas y los equipos y la segunda consideración a tener en cuenta es que los líderes carismáticos construyen imágenes y mensajes sugestivos que terminan por asfixiar la racionalidad, la adhesión a las ideas y la crítica alrededor de ellos mismos. El votante de centro derecha no ha necesitado de esos liderazgos para construir una mayoría electoral, sino que lo ha hecho habitualmente en torno a un proyecto político concreto. Nadie en su sano juicio puede calificar a Mariano Rajoy de líder carismático y, sin embargo, el PP goza, hoy por hoy, de las mayores cotas de poder territorial de su historia.

Pues bien, vista la traición del PP a su electorado, el centro derecha lo último que necesita son salvadores de la Patria, soflamas grandilocuentes o divisiones partidarias tras jefecillos tan huecos como “sobrados”. La alternativa a un partido hegemónico en pleno proceso de descomposición cuya práctica diaria se opone sistemáticamente a sus principios debería pasar seguramente por un proyecto regenerador, fiel a sus raíces ideológicas, moderno, democrático y que se ocupe fundamentalmente de los problemas de la gente y no del “coco” de la izquierda ofreciendo ante todo soluciones concretas y medidas racionales para la vida diaria del ciudadano. La alternativa pasa seguramente por un proyecto político liderado por personas coherentes con lo que propugnan, tanto en su esfera profesional como familiar, por equipos cualificados con experiencia contrastada en la vida “civil” y no por mini caudillos “rebotados” y ávidos del culto a la personalidad. La alternativa pasa por un proyecto que se ocupe de los problemas y de sus soluciones para los barrios o los municipios, para los jóvenes, los desempleados o los jubilados, en definitiva para todos los que han perdido la confianza, no sólo en un determinado partido, sino en un sistema que los ha dejado tirados sin misericordia.

No parece que sea la hora ni de los grandilocuentes discursos, ni de los alardes patrióticos, ni de las banderías personales, sino más bien de arremangarse y de ponerse a trabajar en la solución de los problemas más básicos de los ciudadanos. Y, además, hay que hacerlo con grandeza de miras y con generosidad, abriendo puertas, sumando voluntades y no restando, construyendo una gran coalición de ciudadanos, colectivos y grupos dispuestos a regenerar el sistema para volverlo a poner donde debe estar, en su sitio que no puede ser otro que el de servir al conjunto de la ciudadanía y no a los poderosos. Principios, proyecto, equipos y cercanía son, con toda seguridad, los únicos ingredientes necesarios para que una alternativa de centro derecha sea viable. El votante de centro derecha nunca ha necesitado un “coletas” de turno, un líder prefabricado ni mediático para generar un proyecto político sólido porque ha sabido apostar por los contenidos y no por el continente, por las ideas y no por las soflamas, por los equipos y no por los ídolos.


Santiago de Munck Loyola
http://santiagodemunck.blogspot.com.es

jueves, 10 de julio de 2014

D. José Luis González Quirós, Vicepresidente de VOX España, en Alicante.


Nació en Grado (Asturias) el 2 de septiembre de 1947, ha sido profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, en el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y catedrático de instituto. En la actualidad es profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y forma parte del seminario de investigación de la Escuela Contemporánea de Humanidades (ECH) en Madrid. Es miembro de los consejos de redacción de Nueva revista, de Revista Hispano Cubana, de Ars medica y de la Revista de libros. Ha dado cursos y conferencias en la mayoría de las Universidades españolas y en las de Wyoming (EEUU), Lund (Suecia), Loyola (Chicago, EEUU) y Veracruz (México). Es autor de más de una docena de libros y de cerca de 200 artículos en diversas revistas de investigación o divulgación. Ha recibido el premio de ensayo de la Fundación DMR Consulting (actualmente Fundación Everis) en 20052 y fue finalista del Premio Nacional de Ensayo en 2004. Ha sido vicedirector de los cursos de verano de la Universidad Complutense y secretario general del Colegio Universitario Domingo de Soto. Ha desempeñado los cargos de secretario general del Instituto Español de Emigración, subdirector de estudios e investigación del Instituto Oficial de Radio y Televisión y secretario general de Fundesco.

Los libros que ha publicado se refieren a temas muy variados, desde la historia de la filosofía y la filosofía de la mente (Mente y cerebro), hasta la filosofía de la tecnología (El porvenir de la razón en la era digital o El Templo del saber, publicado con Karim Gherab Martín y cuya versión inglesa se publicó en 2009), con algunas incursiones en temas de filosofía política (Una apología del patriotismo) muy ligados a la circunstancia contemporánea.3 4 Junto con Wenceslao Castañares es coautor de un Diccionario de citas del que se han publicado tres ediciones y que ha sido traducido al portugués.

Desde la transición a la democracia en España ha desarrollado una actividad política bastante continuada: formó parte del Consejo Político de UCD hasta 1981 y del Comité Ejecutivo Nacional del CDS entre 1982 y 1987. Desde 1991 hasta 2003 formó parte del consejo asesor de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales. En 1995 editó los discursos políticos de José María Aznar (La España en que yo creo, Editorial Noesis) y ha sido fundador (2004) y primer director de la revista Cuadernos de pensamiento político que edita la citada fundación.

Es comentarista del diario Gaceta de los Negocios y colabora habitualmente en los medios digitales elconfidencial.com y elestadodelderecho.com. Mantiene un blog sobre temas de actualidad pormiquenoquede.com y colabora con frecuencia en otro dedicado a temas de la cultura digital adiosgutenberg.com.

Obra
2009: Arguments for an Open Model of e-Science en colaboración con Karim Gherab Martín, en Bill Cope & Philip Angus, Eds., The Future of the Academic Journal, Chandos Publishing, London, 2009, ISBN 978-18-433-4416-2, pp. 63-83.
2009: The New Temple of Knowledge: Towards a Universal Digital Library, Common Ground Publishing.
2006: El templo del saber: hacia la biblioteca digital universal. Deusto, Barcelona. ISBN: 84-234-2419-7 (en colaboración de Karim Gherab Martín). Esta obra fue ganadora del Premio de Ensayo 2005 de la Fundación Everis.
2006: Los rascacielos de marfil. Lengua de Trapo, Madrid. ISBN: 84-96080-67-6 (editor en colaboración con la Escuela Contemporánea de Humanidades).
2005: El Quijote y el pensamiento moderno. Sociedad estatal de conmemoraciones culturales, Madrid. ISBN: 84-96411-19-2 (co-editor junto a José María Paz Gago).
2003: Repensar la cultura. Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid. ISBN: 84-8469-092-X.
2003: Ciudades posibles. Lengua de Trapo, Madrid. ISBN: 84-96080-11-0 (editor en colaboración con la Escuela Contemporánea de Humanidades).
2003: Una apología del patriotismo. Taurus, Madrid. ISBN: 84-306-0462-6. Esta obra fue finalista del Premio Nacional de Ensayo en 2003.
2002: Diccionario de citas. Noesis, Madrid. ISBN: 84-87462-51-0 (en colaboración con Wenceslao Castañares).
2002: El buscador de oro. Lengua de Trapo, Madrid. ISBN: 84-896118-88-7 (editor en colaboración con la Escuela Contemporánea de Humanidades).
1998: El porvenir de la razón en la era digital. Síntesis, Madrid. ISBN: 84-7738-566-1.
1994: Mente y cerebro. Parteluz, Madrid. ISBN: 84-7916-026-8.
1994: Curso superior de Mus. Filosofía del juego y tácticas avanzadas. Noesis, Madrid. ISBN: 84-87462-05-7 (en colaboración con Ramón Pi)

domingo, 6 de julio de 2014

La pasividad de muchos son las alas de los corruptos.


Es tal el aire a podrido y a corrupción pura y dura que destila el Ayuntamiento de Alicante y ha sido tal el batacazo recibido por ello en las elecciones europeas que algunos, tanto en los medios de comunicación como en el PP,  han empezado a inquietarse y a moverse para tratar de evitar lo que ya es inevitable. Hoy domingo, dos importantes periódicos se ocupan del tema y uno de ellos, pionero en las denuncias sobre la corrupción del PP en el Ayuntamiento alicantino, publica un artículo sobre la existencia de “vientos de regeneración en el PP” y analiza algunos movimientos en las filas populares en valencia y Alicante. Si entrar a valorar estos movimientos en Valencia, sí que se puede afirmar respecto a la provincia de Alicante que no hay nada nuevo bajo el sol, de regeneración nada de nada.

Los protagonistas de los movimientos supuestamente regeneracionistas de Alicante son los mismos de siempre, los que con su actitud sumisa, complaciente y colaboracionista han facilitado que el Ayuntamiento de Alicante, y algunos otros gobernados por el Partido Popular, sea un referente nacional de corrupción. Nótese que estos presuntos regeneracionistas se reúnen en el Casino de Alicante con la previa autorización del Presidente Provincial Popular, José Ciscar, principal responsable de esta escandalosa situación, protector de la Alcaldesa y enemigo declarado de quienes hace casi dos años denunciábamos la corrupción. Y nótese también que estos afiliados del PP, pertenecientes a ese grupo conocido como los ibéricos, fueron en su mayoría los colaboradores en el fraude político que constituyó el desguace y troceado del PP de Alicante para dividirlo en Distritos y entregárselo en bandeja, como coordinadora de los mismos a Sonia Castedo, con la bendición de José Ciscar y la colaboración de su mamporrero político, José Juan Zaplana, Secretario General Provincial. Poco, por tanto, pueden aportar a un proyecto de regeneración del PP quienes han contribuido de forma decisiva a su deriva corrupta, unas veces con su silencio cómplice, otras con su colaboración activa y en la mayoría de los casos con su irresponsable pasividad. Joaquin Galant, Salvador Fornes, Eloy Sentaña, Francisco Martín Irles, María Teresa Revenga, José Ramón Baró, José Albadalejo, José María Rodríguez Galant, José Rincón, Francisco Maestre, Ignacio Segura, Manuel Marcos o María José Santana no han expresado nunca públicamente ni en el seno del PP su rechazo a la política popular en el Ayuntamiento alicantino, ni su defensa de la necesidad de una regeneración interna ni su solidaridad, salvo una honrosa excepción, con los afiliados expulsados por promover esa regeneración y por pedir la separación de los imputados y procesados. No existe pues ningún antecedente político de los miembros de este grupo que permita pensar otra cosa que no sea que estamos ante un estratégico movimiento para intentar conseguir un salvavidas en el naufragio popular que se avecina.

Y por si fuera poco lo anterior, hoy hemos conocido la brillante ocurrencia de UPyD. Los seguidores alicantinos de Rosa Díez se han ofrecido al Partido Popular para votar conjuntamente una moción de censura contra Sonia Castedo y sustituirla por un concejal del PP que no esté imputado, ni procesado, claro está. Es decir, el Sr. Llopis de UPyD está dispuesto a promover y votar esta moción que exigiría en primer lugar que los concejales del PP expulsasen del Grupo Popular a Sonia Castedo. O sea que pretende que los mismos concejales que hace tan sólo unos días se han negado a reprobar en Pleno a la Alcaldesa por el repugnante contenido de sus conversaciones con “la polla insaciable”, Enrique Ortiz, sean ahora los encargados nada menos que de expulsarla del Grupo Popular, para después nombrar a uno de ellos, es decir, a uno de los cómplices políticos de la Alcaldesa, nuevo Alcalde o Alcaldesa. ¡Menudo papelón el de UPyD!

Tras la publicación de las grabaciones entre la Alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y el empresario Enrique Ortiz y entre éste y el sobrino de Cotino, tras la fulgurante decisión del Gobierno de la Generalitat de allanar el camino de los negocios de Ortiz con IKEA, tras los rumores sobre la posibilidad de que Bankia “regale” suelos a Ortiz para que complete su control sobre este pelotazo de más de 90 millones de euros, tras las noticias relativas a los concursos municipales, a las técnicas mafiosas empleadas contra los representantes de los comerciantes o asociaciones vecinales o al cese del interventor municipal es más fuerte que nunca el hedor que destila nuestra Casa Consistorial y el partido que la gobierna. Y la solución no puede pasar por una moción de censura para que sigan los mismos, porque aunque se cambie el titular de la Alcaldía seguirá uno de sus colaboradores necesarios, uno de sus cómplices políticos, un miembro del Partido Popular que ha tolerado, facilitado y consentido esta situación. Hoy por hoy, no hay regeneración que valga sin una profunda regeneración del Partido Popular de Alicante previa entonación de un sincero “mea culpa”.

Y como eso está aún por venir y para que ocurra deberían irse previamente a su casa el Sr. Ciscar y el Sr. JJ Zaplana, responsables políticos de este repugnante clima, la única solución política y éticamente aceptable pasa por la disolución del Ayuntamiento de Alicante y por el nombramiento de una gestora. La izquierda, incluida UPyD, fue derrotada ampliamente en las últimas elecciones municipales. El Partido Popular tiene la legitimidad legal que otorgan las urnas para regir nuestro Ayuntamiento pero carece de la más mínima legitimidad moral, de ejercicio, para seguir al frente de la Alcaldía de Alicante. El presupuesto municipal no puede seguir en manos de este equipo de gobierno, solidariamente responsable del clima de corrupción que asola a nuestro Ayuntamiento. ¡Disolución ya!

Santiago de Munck Loyola



miércoles, 2 de julio de 2014

El “neuronazo” de Rajoy.


¿Se imagina alguien, sin que le de un ataque de risa, a Berlusconi anunciando propuestas para promover una mayor moralidad en la vida de los políticos? Impensable. Pues algo parecido ocurre cuando se escucha a Mariano Rajoy y a Mª Dolores de Cospedal anunciar, como acaban de hacer, la puesta en marcha en septiembre una serie de medidas de “regeneración democrática”. Rajoy acaba de  pedir el "esfuerzo de todos" para "intentar corregir los errores en el sistema" y ha citado entre sus objetivos la elección directa de los alcaldes, la revisión del número de aforados, cambios en el régimen económico de los partidos y en el estatuto de los altos cargos. Según el Presidente Rajoy, la "regeneración democrática" es una de las prioridades del país, junto con la "consolidación de la recuperación económica". En febrero de 2013 ya hizo Mariano Rajoy un anuncio similar sin que hasta el día de hoy se haya vuelto a tener noticias de la pretendida regeneración democrática. Ya se sabe que el líder popular es más bien lento tomando decisiones, pero dado el tiempo transcurrido y a la luz de los últimos resultados electorales parece que la resurrección de estas medidas regeneradoras obedece más a cierto susto por las recientes decisiones de los electores que a un impulso de conciencia política.

El anuncio de Mariano Rajoy no es creíble por varias razones. Está claro que Rajoy no entiende bien la idea y el alcance de la regeneración democrática o, si la entiende, quiere colarnos en realidad un simple maquillado del sistema. Rajoy anuncia una serie de medidas, muy limitadas e interesadas por cierto, que responden a una iniciativa personal o de su círculo inmediato de asesores. No se trata, ni muchos menos, de medidas propuestas por el Partido Popular como consecuencia de un debate ideológico abierto en su seno, entre los afiliados populares, no. Se trata de un “neuronazo” presidencial, de una ocurrencia particular y que todos acatarán disciplinadamente en la casa, como acatan siempre el “dedazo” presidencial. Quiebra, por tanto, el espíritu regenerador de estas medidas por su propio origen y es que sin democracia interna, sin debate y participación interna en los partidos, no hay regeneración democrática posible. Los tiempos del despotismo ilustrado hace tiempo que pasaron.

Otra razón que resta credibilidad al “neuronazo” presidencial es que una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo. Para proponer medidas de regeneración democrática como respuesta a las preocupaciones de los ciudadanos hay que empezar por ponerlas en práctica la propia casa de uno. El sistema político necesita medidas de regeneración o se derrumbará. Y las medidas regeneradoras las tienen que poner en práctica los partidos políticos, únicos agentes legitimados en una democracia para hacerlo. Son los partidos políticos los primeros que han de regenerarse y, antes de proponer medidas a los demás partidos, Rajoy debería empezar por ponerlas en práctica en su propia casa. Según el propio Partido Popular en la Comunidad Valenciana “proponer medidas de regeneración democrática es inadmisible” y constituye causa de expulsión de los afiliados. Que se lo pregunte el Sr. Rajoy a sus subordinados Alberto Fabra, José Ciscar, José Juan Zaplana o Felipe del Baño, por citar sólo a algunos de los liquidadores de afiliados molestos. Un partido político que no practica la democracia interna, que tiene doble contabilidad, que paga sobresueldos aunque sean legales, que vulnera los derechos de sus militantes a los que oculta sus cuentas, que ampara y protege a los corruptos como en la Provincia de Alicante, por citar solo una, no tiene autoridad moral o política alguna para ir proponiendo medidas regeneradoras. Debe empezar por limpiar su propia casa. Y no hace falta pactar con la oposición, por ejemplo, para que el propio Rajoy o Montoro renuncien al cobro de la dieta del congreso por vivienda, cuando tienen varias en Madrid, o para renunciar a pensiones superiores a las máximas permitidas al resto de los ciudadanos o para renunciar a los privilegios fiscales de los diputados o para establecer incompatibilidades y prohibir pluriempleos públicos de sus compañeros de partido.

Tampoco da credibilidad al “neuronazo” regenerador rajoyano el hecho de que se haya apresurado a proponer la elección directa de los alcaldes, designando al más votado, a menos de un año de las próximas elecciones municipales. Es evidente que esta propuesta renace a la vista de los pésimos resultados electorales de las elecciones europeas y responde no a una voluntad regeneradora sino al miedo de perder muchísimas alcaldías en los próximos comicios municipales, ante la posibilidad cierta de que los grupos municipales minoritarios que se formen lleguen a acuerdos para desalojar al PP de ciertos sillones consistoriales y poder limpiar los Ayuntamientos, como bien podría pasar en la ciudad de Alicante. En todo caso, esta propuesta requerirá el consenso, como mínimo, con el PSOE que posiblemente la asumirá, aunque sea con matices, ante sus negras perspectivas electorales.

Es hora de la regeneración democrática, a pesar de algunos, y el que no quiera entenderlo y asumirlo con sinceridad y honestidad terminará cavando su propia tumba política. Pero mientras los partidos no cambien internamente y dejen que las propuestas regeneradoras nazcan desde sus propias bases estaremos hablando de simples “neuronazos” de los “capos”, de maquillajes del sistema que terminarán embadurnando el rostro de nuestra democracia. Financiación de los partidos políticos, eliminación de aforamientos, democracia interna, primarias, eliminación de subvenciones a partidos, patronales y sindicatos, fin de los privilegios fiscales y sociales de los políticos, incompatibilidades rígidas, independencia judicial real, reforma de la ley electoral, de la ley de contratos de las administraciones públicas, estatutos de los cargos políticos, … son algunos de los temas que deben necesariamente figurar en una agenda auténticamente regeneracionista. Lo demás son brindis al sol o simples fuegos artificiales.

Santiago de Munck Loyola