Translate

domingo, 23 de enero de 2011

LA REFORMA DE LAS PENSIONES DE LOS PARLAMENTARIOS: UN PRIMER PASO.


Desde estas páginas se ha venido denunciando la inmoralidad que supone hoy en día el mantenimiento de un privilegiado sistema de pensiones de los parlamentarios mientras se discute la necesidad de reformar el sistema para el resto de los ciudadanos. El mantenimiento de privilegios y prebendas para la clase política resta legitimidad a sus decisiones. Quien no está dispuesto a realizar sacrificios carece de legitimidad para exigirlos a los demás. Ayer, en la Convención del Partido Popular en Sevilla, Mariano Rajoy manifestó lo siguiente: "Vamos a dar la talla, vamos a ser austeros, vamos a dar ejemplo", "y ahora que hay debate sobre pensiones, vamos a presentar la revisión del sistema de pensiones para diputados y senadores y la eliminación de cualquier cosa que suponga un privilegio respecto del resto de los españoles". Hace poco más de un mes, el Partido Popular en el Congreso se opuso, junto a los demás partidos, a una iniciativa de Rosa Díez en este sentido.

Estas declaraciones de Rajoy son una buena noticia. Esta intención de revisar las pensiones y privilegios de los parlamentarios puede ser un paso importante, pero no debería ser el único a dar si lo que se pretende es terminar con unos modos y prácticas de la clase política que la alejan cada día más de la apreciación positiva del conjunto de los ciudadanos. La dedicación política hoy es considerada por muchos más que como un desarrollo vocacional al servicio de los demás, como un medio de vida fácil y enriquecedor. Las prácticas y los hábitos vigentes en nuestra sociedad en torno a la dirección y gestión de la “cosa pública” propicia la proliferación de toda una gigantesca bolsa de militantes partidistas impacientes por aterrizar en los escalones superiores de las administraciones públicas y desde allí usar los recursos disponibles. Sin embargo, la relación entre las burocracias y los gestores de las mismas sería otro tema. Lo relevante ahora es que este anuncio no se quede en un simple retoque de carácter populista, sino que signifique un primer paso hacia un objetivo mucho más ambicioso: la regeneración de la clase política y la ejemplaridad de la misma. No es posible hablar de la regeneración de nuestra democracia sin que, de forma previa, se aborde la necesidad de regeneración de la clase política acabando con las prácticas que la distancian de la normalidad ciudadana.

Y, para ello, propuestas no faltan pues son muchos los privilegios y situaciones anómalas que suponen una afrenta comparativa respecto al conjunto de los ciudadanos, los contribuyentes. En plena crisis económica y política, la elaboración y aprobación de un Estatuto de los Cargos Políticos sería una saludable iniciativa. Este Estatuto debería impulsar reformar legislativas para:

- Encuadrar las pensiones de los parlamentarios nacionales y autonómicos en el sistema general de pensiones, sin privilegio alguno. No existe ninguna razón que justifique un sistema diferenciado.

- Establecer para los mismos un baremo de retribuciones transparente en el que las dietas e indemnizaciones sean las mismas que las asignadas en los PGE para los funcionarios de más alto nivel.

- Modificar las pensiones vitalicias de Presidentes de Gobierno y Presidentes Autonómicos, estableciendo incompatibilidades con otros ingresos.

- Suprimir los privilegios fiscales de los parlamentarios y demás cargos públicos.

- Incompatibilizar el desempeño simultáneo de dos puestos electivos, por ejemplo, ser alcalde y diputado nacional o autonómico o senador. No se puede pertenecer al legislativo y al ejecutivo de forma simultánea ni desempeñar íntegramente dos cargos sin merma en la dedicación a uno de ellos o a ambos.

- Incompatibilizar la percepción de ingresos de carácter público o semipúblico con las retribuciones de sus cargos. Es preciso terminar con la práctica habitual por la que muchos cargos públicos perciben dos o más ingresos públicos o de origen público como los provenientes de sus partidos políticos.

- Incompatibilizar el desempeño de un cargo público con actividades privadas o de representación en consejos de administración.

- Reducir de forma drástica el número de cargos de confianza en todas las administraciones públicas.

- Reducir ostensiblemente el número de coches oficiales en todas las administraciones públicas.

- Limitar los gastos de representación.

Estas son algunas propuestas que ayudarían a sanear la imagen de la clase política y, por tanto, el funcionamiento de las instituciones democráticas. No se trata de un número cerrado de propuestas y seguramente hay más medidas a añadir en un posible y necesario Estatuto de los Cargos Políticos. Revisar el sistema de las pensiones de los parlamentarios era una exigencia de higiene democrática, pero no es la única y, en todo caso, habrá que ver en qué sentido se aborda esa reforma. Ojala no se trate de un simple anuncio electoralista.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 20 de enero de 2011

RIVAS: DEMOCRACIA Y CANDIDATURA MUNICIPAL DEL PP.

Parece ser que los rumores se confirman: el Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid tendrá, si los afiliados locales no lo impiden, como candidata a la Alcaldía de la localidad a la Sra. D. ª Inmaculada Sánchez Ramos que, en breve, será presentada públicamente como tal.

Esta decisión se ha tomado al margen y a espaldas de los afiliados de Rivas-Vaciamadrid. La candidatura del PP a la Alcaldía no ha sido propuesta, al día de hoy, ni por el Comité Ejecutivo Local, ni por el Comité Electoral Local en clara vulneración de los Estatutos Nacionales del Partido Popular. De prosperar esta peregrina iniciativa se “vestirá” formalmente, es de suponer, pero lo que resulta innegable es que se tratará de una “operación de salón” diseñada prescindiendo del funcionamiento democrático de la organización.

Es especialmente destacable la incoherencia política que supone el hecho de que hace tan solo unos días la Presidenta Regional, Esperanza Aguirre, se manifestase a favor de que en Asturias se pudiera celebrar un congreso extraordinario para que los afiliados de esa Comunidad pudieses elegir a su candidato y que esa posibilidad se niegue a los afiliados de Rivas-Vaciamadrid. ¿Son acaso éstos menos dignos de consideración que los afiliados asturianos a pesar de depender de la organización que preside Esperanza Aguirre?

La democracia interna precisa para ser una realidad de la aplicación de los principios de mérito, igualdad y capacidad. Lamentablemente, ninguno de estos principios aparece en la designación de esta candidata. Se trata de una persona que no acredita mérito alguno para representar a la organización local en las próximas elecciones. Ni pertenece a dicha organización, ni ha trabajado para ella, al contrario que decenas de militantes que se “han partido la cara” durante años en condiciones muy difíciles, inimaginables para quien se ha acostumbrado a pisar las “moquetas oficiales” gracias a sus relaciones y buenos contactos. Tampoco concurre el principio de igualdad pues su designación proviene de condiciones a las que el resto de los afiliados no tiene acceso. De confirmarse esta candidatura se hará en términos de inexistencia de otros posibles candidatos a los que se cierra por decreto el paso y la posibilidad de postularse para el puesto. Y tampoco concurre en este proceso ni en la candidata “in pectore” el principio de capacidad. Y no se trata de una afirmación relativa a sus capacidades profesionales, que podrán ser muy brillantes, sino a su capacidad política de liderazgo local, a la capacidad de implicación con los problemas y circunstancias de los ripenses. No se trata de una vecina de la localidad, ni siquiera trabaja en ella. Quien acepta ser candidato/a vulnerando estos principios básicos ¿qué discurso ético va a desarrollar? ¿Qué credibilidad va a tener?

¿Qué aporta pues esta posible candidata a la política local y al PP de Rivas? Nada, sencillamente nada. Ni se merece el honor de encabezar la candidatura local, ni los ripenses se merecen este trato por parte de la organización regional. Porque ¿a quién beneficia su candidatura? Posiblemente a ella únicamente. Imponer lo que en términos coloquiales se denomina un “paraca” a la cabeza de la lista del PP ¿quiere decir que no hay ningún afiliado de Rivas, ni ningún simpatizante, ni ningún votante popular con conocimientos y capacidad para ser candidato? ¿De verdad que piensan eso los promotores de esta cacicada? Pues, si es así y los hechos parecen confirmarlo, se equivocan completamente y tendrá un serio coste electoral.

Ser candidato del PP a la Alcaldía de Rivas es un honor y un privilegio que hay que ganarse en la calle, mano a mano con los afiliados, conociendo los problemas de la localidad y compartiendo día a día la realidad política y social de los vecinos. No se puede ganar este honor de la mano del “enchufe”, de la política de pasillos y del tráfico de relaciones e influencias. Ese es el peor aval para comparecer en las urnas.

Normalmente suele coincidir en la misma persona la Presidencia local del Partido y la candidatura a la Alcaldía por simple lógica derivada del liderazgo político. Es posible que la actual Presidente esté agotada y no quiera ser candidata y menos aún considerando las malas expectativas que las encuestas anuncian. Ya decía Aldo Moro que el poder desgasta, pero la oposición mucho más. Y en caso de cansancio lo normal es irse a casa. La dedicación política es vocacional, voluntaria. Pero sería inadmisible desde un punto de vista ético que este cansancio fuera usado para mercadear con la candidatura a cambio de un cómodo retiro político.

Han pasado siete desde mi marcha como Presidente y Portavoz Local. En este período el Partido Popular ha sufrido dos escisiones en 2007 y ha empeorado sus resultados electorales. Las viejas heridas están con seguridad olvidadas y cerradas. Hoy es posible recomponer el centro derecha local con generosidad y comparecer unido en las próximas municipales. Aún es posible, es cuestión de voluntad y valentía política. Y es posible presentar una candidatura propia, sin paracas a la cabeza, capacitada y comprometida con los problemas de los ciudadanos ripenses. El Partido Popular de Rivas se lo merece y los electores aún más. Ojala sea así.

Santiago de Munck Loyola

martes, 18 de enero de 2011

EL SENADO: UNA CÁMARA SIN VERGÜENZA.

Para ser barrendero municipal o peón hay que saber leer y escribir y aprobar una oposición que incluya conocimientos sobre la Constitución. Para ser Alcalde, Diputado, Senador o Ministro no hace falta. Basta que un partido te designe candidato y que resultes elegido en las urnas. Paradojas del sistema. Nuestros representantes no tienen que poseer conocimiento alguno de la gestión y de la administración pública. Parece que las urnas les confieren la suficiente sabiduría para el desempeño del cargo. Lo que no parece que las urnas les otorguen es vergüenza, sensibilidad social o dignidad a la vista del panorama de nuestra nación y del ejercicio que desarrollan de sus tareas institucionales.

En una sociedad como la nuestra en donde hay gente pasando hambre, donde hay personas rebuscando alimentos en los contenedores de basura, donde no hay recursos públicos suficientes para atender con dignidad a miles de personas dependientes, donde hay más de ocho millones de españoles por debajo del umbral de la pobreza, donde los pensionistas y empleados públicos pierden poder adquisitivo un año más, donde más de un millón y medio de familias no tienen ningún ingreso para subsistir o donde más de 100.000 familias se han quedado sin vivienda en el año 2010 por no poder hacer frente a sus hipotecas, por citar sólo algunos datos, resulta que la clase política vive de espaldas a esa realidad y disfruta de privilegios y prebendas derrochando el dinero de los contribuyentes.

Más de 35.000 coches oficiales circulan por nuestras carreteras transportando es esta clase política situando a España en el sexto puesto del mundo en cuanto al número de coches oficiales. De ellos, 1.637 en Extremadura, dato especialmente relevante. Aviones oficiales utilizados por los más altos cargos para usos particulares, como participar en mítines. Ordenadores portátiles para los parlamentarios, como si con sus ingresos no tuviesen suficiente para adquirir uno. Pluralidad de ingresos públicos, privilegios fiscales y pensiones de jubilación de lujo al margen del sistema general para sus señorías. Y, ahora, 350.000 euros anuales para la traducción simultánea de los senadores que quieran utilizar la lengua de su comunidad autónoma en los Plenos de la Cámara. ¡Claro, pobrecitos! Como no tienen que saber leer y escribir para acceder al escaño, seguramente tampoco conocerán algunos de ellos esa lengua que usan 400 millones de personas en el mundo, el español.

En una situación de crisis como ésta, gastar ese dinero en intérpretes y traductores entre un grupo de representantes de los ciudadanos es inmoral, sencillamente impresentable. Podrán esgrimir toda clase de justificaciones políticas para avalar esta decisión, apelar grandilocuentemente a las señas de identidad de su región, etc. pero una cosa es cierta, sus señorías no tienen vergüenza, ni sensibilidad social, ni dignidad. Con esta conducta, el Senado, pretendida Cámara de representación territorial, no es más que un crisol de frívolos irresponsables.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 16 de enero de 2011

RIVAS: ¿MANIOBRAS DE SALÓN EN EL PP PARA DESIGNAR CANDIDATO/A A LA ALCALDÍA?

Hay incertidumbre en algunos sectores de Rivas-Vaciamadrid sobre quién será el candidato o la candidata del Partido Popular a la Alcaldía y esta incertidumbre se refleja, como es lógico, en los foros de Internet. Esta incertidumbre es aprovechada por algunos, seguramente los que nunca votarían al PP, para tratar de enredar el asunto y ventilar sus fobias contra la actual Portavoz y Presidente del Partido Popular. Incluso circulan nombre alternativos que según los rumores serían impuestos desde la dirección regional del Partido.

Sorprende en primer lugar que a cuatro meses de las elecciones no exista un nombre confirmado para encabezar la lista electoral del Partido Popular, situándolo así en clara desventaja en relación a sus competidores políticos. Se trata, si ningún género de dudas de una grave irresponsabilidad política y de una falta de respeto a los militantes populares y, sobre todo, a los electores del municipio. Administrar los tiempos en política es esencial y alguien no lo está haciendo bien. Alentar con el silencio y la inactividad toda clase de rumores y especulaciones es hacer un flaco favor a las expectativas electorales de la formación política que puede y debe ser una alternativa de regeneración democrática y de gobierno eficaz en Rivas-Vaciamadrid.

También resulta extraño que en esos foros surja algún nombre concreto para encabezar el cartel electoral del PP ajeno al municipio. Es decir, la posibilidad de que alguien trate de imponer un “paraca”, un/a candidato/a que, desconociendo la realidad del municipio y no habiendo trabajado por y para la organización local, pase a ser, gracias a amistades o influencias, quien aspire a la Alcaldía del Municipio situándose a la cabeza de la lista popular. Esa posibilidad sería claramente un suicidio político, un agravio a los afiliados del PP ripense y una demostración de desprecio hacia el electorado. Hay que confiar en que solo se trate de un rumor malintencionado y no de una posibilidad real.

En todo caso no está de más recordar que el Partido Popular es una organización sustentada en principios democráticos y de participación de sus afiliados y que los Estatutos Nacionales vigentes así lo reflejan. Y estos principios son plenamente aplicables a los procedimientos de selección y designación de candidatos.

Así, el artículo 18 al establecer los principios en los que se sustenta la organización del Partido señala, en su apartado c, la participación, en igualdad de oportunidades, de todos y cada uno de los afiliados, como eje fundamental de vertebración del Partido. El art. 46, relativo al régimen de los Comités electorales, indica que los Comités Electorales son los órganos competentes para todos los asuntos relativos a la confección de candidaturas. Se constituyen con carácter nacional, regional, provincial, insular y local. Estarán compuestos por un Presidente, un Secretario y seis Vocales nombrados por el correspondiente Comité Ejecutivo, así como por un Vocal de Nuevas Generaciones designado por el Comité Ejecutivo de esta organización. Y en el art. 47 al regular las competencias de cada Comité Electoral estable, por una parte, que el Comité Electoral Regional elabora y propone las candidaturas al Órgano legislativo de la Comunidad Autónoma, designa a los candidatos a Senador en representación de éstas y aprueba todas las candidaturas municipales de localidades de más de 20.000 habitantes y, por otra, que el Comité Electoral Local elabora y propone la candidatura municipal.

Por tanto, el procedimiento está claro: el Comité Ejecutivo local constituye el Comité Electoral Local, éste elabora y propone la candidatura a las elecciones locales y el Comité Regional la aprueba o la modifica razonadamente, en su caso. La iniciativa para proponer candidato/a a la Alcaldía es de la organización local, de nadie más. Todo lo que no se haga respetando este procedimiento podrá ser producto de “trapicheos” a los que algunos en “la casa” son muy aficionados, pero sin dudas será ilegal. La voz y la iniciativa la tienen los legítimos representantes de los afiliados del PP de Rivas-Vaciamadrid, su Comité Ejecutivo Local. Y su deber moral y político es usarla.

Santiago de Munck Loyola

viernes, 14 de enero de 2011

LA CHAPUCERA LEY ANTITABACO.

La entrada en vigor a primeros de este año de la reforma de la legislación sobre el consumo de tabaco en lugares públicos está dando mucho que hablar estos días, tanto en los medios de comunicación, como en el ámbito privado. Defensores y detractaros de la nueva regulación están enzarzados en batallas dialécticas en las que se esgrimen toda clase de argumentos, desde los más sensatos hasta los más peregrinos.

No cabe duda de que esta polémica, debidamente alentada desde todos los medios de comunicación, evita llamar la atención sobre otros problemas mucho más graves que afectan al conjunto de los ciudadanos. El caso Malaya y los famosos implicados, as prohibiciones antitaurinas, después los controladores aéreos y ahora el tabaco. Bien, pues a ello.

La línea seguida por el Gobierno no parece un muy coherente, ni muy acertada. Da la impresión de que se legisla a golpe de ocurrencia sin que exista una coherencia en las sucesivas disposiciones. Obligar a los hosteleros hace pocos años a realizar inversiones millonarias para instalar mamparas, habitáculos segregados y aparatos extractores para establecer zonas reservadas para los fumadores y disponer ahora que esas costosas inversiones son absolutamente inútiles, sin compensación alguna además, evidencia la falta de coherencia y la ausencia de ideas claras.

Hay en la nueva regulación aspectos que son francamente discutibles. Lo es la obligación de los hosteleros o responsables de locales públicos cerrados de denunciar a los infractores de la Ley. La nueva disposición convierte a estos ciudadanos en delatores, en una especie de gendarmes obligados a denunciar a sus clientes asumiendo unas funciones que, además de situarles en una posición de riesgo, deberían ser competencia exclusiva de la autoridad competente. Ahora, el empresario, además de recaudador del IVA, es también auxiliar de la policía. Discutible es también la imprecisión de la Ley en cuanto a las distancias en las que no se puede fumar en torno a los recintos hospitalarios o los colegios. Esta imprecisión es una evidencia más de la mala técnica jurídica empleada en la elaboración de esta norma.

Se supone que la finalidad de esta Ley es proteger la salud de los ciudadanos, quieran o no. Pero cuando establece excepciones a la aplicación de la misma se citan las prisiones y los centros psiquiátricos. Claro, vistas estas excepciones solo cabe preguntarse qué objetivos superiores a la salud de reclusos y enfermos psiquiátricos prevalecen para justificar la excepción. ¿Son los reclusos ciudadanos de segunda? ¿No debe el Estado velar por su salud al igual que se supone que vela por la del resto de los ciudadanos? ¿Y los enfermos psiquiátricos? ¿Ha oído hablar el Gobierno del dicho romano “mens sana in corpore sano”? ¿Y los funcionarios y personal sanitario que trabaja en estas instituciones? ¿Puede fumar? Parece que la salud física de presos y enfermos mentales no es un objetivo prioritario para el Ministerio de Sanidad.

Es evidente que debe existir una legislación que proteja la salud de todos pero ello no es incompatible con el ejercicio de la libertad individual. La alergia al ejercicio de la libertad que padece este gobierno se ha puesto especialmente de manifiesto en esta ocasión. Lo sensato es que existan establecimientos donde se pueda fumar y otros donde no se pueda y que cada ciudadano elija donde quiere estar. Tan fácil y sencillo como eso. Y si no es así, si la libertad de elección no es una opción a respetar por el legislador, prohíbase radicalmente el tabaco; que el estado renuncie a los enormes ingresos que le proporciona la venta de esta droga legal que suponen el 80 % del precio de cada cajetilla. Lo demás es pura hipocresía y afán totalitario.

Como hipocresía es que el Sr. Zapatero, responsable de esta Ley, la incumpla a los pocos días con ocasión de su entrevista en Antena 3 (http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=112055). ¿Le han denunciado los responsables de Antena 3 en cumplimiento de la nueva Ley? ¿O van a delinquir? A que no le denuncian. Está visto, en España, para poder fumar en espacios públicos cerrados hay que ser un recluso, un paciente psiquiátrico o Presidente del Gobierno. Curioso, ¿no?

Santiago de Munck Loyola.

miércoles, 12 de enero de 2011

AZNAR Y GONZÁLEZ: IMAGEN DE UNA MISMA CLASE POLÍTICA.


Hace pocas horas ha sido noticia el “fichaje” de José María Aznar como asesor de la compañía eléctrica Endesa por 200.000.- € brutos anuales. Se trata de una nueva actividad del ex Presidente del Gobierno que se viene a añadir a otras actividades privadas que viene desempeñando desde que abandonó el poder en 2004. Hace menos de un mes, otro ex Presidente, Felipe González, era noticia por haber “fichado” por la empresa energética Gas Natural Fenosa, como consejero independiente de la sociedad, percibiendo por ello 126.500 euros brutos anuales. Se trata también de una nueva actividad privada a añadir a otras que viene desempeñando.
Es público que ambos ex Presidentes perciben, gracias a estas actividades privadas, sustanciosos ingresos económicos. Puede ser discutible la conveniencia e idoneidad de algunas de estas actividades, pero desde el punto de vista legal no hay nada reprochable en ellas.

Pero ambos ex Presidentes, al margen de los enormes ingresos económicos generados en sus actividades privadas disfrutan de sendas pensiones vitalicias pagadas por todos los contribuyentes. En el caso de Felipe González su pensión vitalicia es de 90.000 euros brutos anuales. En el caso de José maría Aznar su pensión vitalicia es de 60.000 euros brutos anuales. Ambos tienen secretaria, asistente y escolta personal con cargo a los presupuestos generales del Estado.

También gozan de pensiones vitalicias algunos ex Presidentes autonómicos con cantidades que varían entre los 40.000 y los 90.000 euros brutos anuales.

Cuando estas pensiones vitalicias se perciben en un régimen de absoluta compatibilidad con otros ingresos provenientes del ámbito privado, no queda más remedio que plantearse qué finalidad tienen estas pensiones vitalicias y, sobre todo, qué compatibilidad ética y moral con el conjunto de un sistema de pensiones públicas como el que tenemos.

Es evidente que cuanto más alto sea el puesto desempeñado por un político más fácil es su reincorporación al mercado laboral. Los contactos y la agenda generada en los años de poder abren muchas puertas cerradas para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Por tanto, terminada la etapa de gobierno, la concesión de una pensión vitalicia sólo puede ser entendida como una salida para evitar que se inicie una andadura profesional al amparo de las relaciones generadas en los años de gobierno, objetivo, por lo demás, de carácter más que saludable para la higiene democrática. Pero, si no existe incompatibilidad legal alguna entre la percepción de una pensión vitalicia y el ejercicio de actividades profesionales privadas entonces no hay razón alguna que justifique su existencia.

En cuanto al encaje moral y ético de este tipo de pensiones en el sistema público de pensiones no puede haber duda alguna: no existe. Basta para ello comprobar el panorama existente en el país para sostener esta afirmación. El sistema que soporta estas millonarias pensiones vitalicias es el mismo sistema que abona a los ciudadanos pensionistas una media de 874,97 euros al mes, cifra de enero de 2010. Es el mismo sistema que paga una pensión mínima de 587,80 euros al mes y máxima de 2.466 euros al mes. Es el sistema que abona 587,80 euros al mes a las viudas mayores de 65 años. Es el sistema de previsión pública que sólo puede abonar a los pensionistas del SOVI por vejez, invalidez o viudedad 375,70 euros mensuales.

Es el sistema de previsión de un país en el que el 20,8% de la población está por debajo del umbral de pobreza relativa, cifra que en 2009 se situaba en el 19,5%; de un país en el que tres de cada 10 hogares manifiestan llegar a fin de mes “con dificultad” o “mucha dificultad”, según los datos resultantes de la publicación provisional de la ECV del INE que ofrece información sobre los ingresos medios de los hogares durante el año 2009.

Estas son algunas de las cifras reales que describen el panorama, el estado de una sociedad que, curiosamente, sí tiene recursos para pagar pensiones vitalicias millonarias.

Parece que en estas cuestiones no hay color político, pero sí una clase política que comparte privilegios al margen del estado de la nación. Habrá quien argumente que esto es demagogia y que suprimiendo los privilegios de la clase política no se resuelven los problemas sociales de los ciudadanos. Y puede que sea cierto. Pero es evidente que desde una perspectiva ética y moral, la clase política no puede servirse de los ciudadanos, ni acogerse de forma permanente a privilegios fiscales, económicos y sociales que la aleja de la vida real que sus representados viven. O la clase política empieza a dar ejemplo o habrá que reemplazarla.

Es posible que en un futuro no muy lejano Iberdrola cuente con Zapatero como asesor. Será una excelente señal.


Santiago de Munck Loyola

lunes, 10 de enero de 2011

ETA CUMPLE EL GUIÓN.

Estaba cantado y los pronósticos se han cumplido. Ante la proximidad de un nuevo proceso electoral, la organización terrorista ETA anuncia un nuevo alto el fuego, una nueva tregua, de carácter permanente, general y verificable por la comunidad internacional. Que los asesinos dejen de matar, aunque sea temporalmente, siempre es una buena noticia. Otra cosa es la credibilidad que pueda merecer la maniobra de estos mal nacidos y el alcance real de esta tregua.

La autodenominada organización socialista revolucionaria vasca responsable de 948 asesinatos a sangre fría de hombres, mujeres y niños, de decenas de heridos y mutilados, de decenas de secuestros, de extorsiones permanentes a pequeños empresarios, de destrozos callejeros incalculables, de haber extendido el miedo y el terror por todo el tejido de la sociedad vasca, de atentar de forma permanente contra los más elementales derechos humanos dice ahora en su comunicado que hay que dar una solución democrática y justa al secular conflicto político.

La ETA que al igual que la mafia ha hecho de la violencia su única razón de ser, que ha construido un medio de vida perfectamente adecuado para individuos perturbados que se regocijan en el sufrimiento y el dolor ajeno dice ahora que la solución llegará ahora a través de un proceso democrático que tenga la voluntad del pueblo vasco como máxima referencia y el diálogo y la negociación como instrumentos.

“Democrático”, “diálogo” y “negociación” en boca de esos repugnantes asesinos. ¡Qué asco! Es imposible que estos tipos puedan llegar a entender que mientras alguien postule una idea política con un arma en la mano es imposible que haya democracia alguna. Es radicalmente imposible que estos sujetos entiendan que ellos mismos con sus armas, bombas, extorsiones y violencia son el único obstáculo para la supervivencia de la democracia y, por tanto, para la realización plena de la voluntad popular. De hecho, hoy, en el País Vasco no existe una democracia plena debido al ejercicio continuado y sistemático de la violencia de estos “marxistas revolucionarios”. En el País Vasco no se dan desde hace años los requisitos básicos e imprescindibles para que la soberanía popular pueda ser ejercida plenamente por lo que, nos guste o no, las instituciones vascas tienen un déficit de legitimidad a causa de la violencia etarra. Derechos básicos y elementales para la formación de la voluntad popular no pueden ser plenamente ejercidos en las provincias vascas: ni la libertad de expresión, ni la de asociación, ni la de reunión, ni la de residencia, ni el sufragio pasivo, por citar algunos derechos básicos, están plenamente garantizados allí.

Siempre he considerado un tremendo error las diferentes negociaciones iniciadas por los gobiernos españoles con los etarras. Negociar con una banda de delincuentes es otorgar carta de naturaleza a sus actividades delictivas. Por una parte, existen cauces legales y democráticos para que los objetivos políticos de los etarras y quienes les apoyan se desarrollen de forma pacífica y sin violencia. Por otra, negociar es admitir que el ejercicio continuado y sistemático de la violencia sirve para que a uno le atiendan y se negocien propuestas fuera de las instituciones democráticas y es señalar el camino a seguir por quienes deseen imponer sus tesis políticas cuando las urnas no les respalden. Por último, negociar es olvidar a las víctimas y a sus familias en un acto de cobardía absolutamente despreciable.

Hoy sólo puede haber un comunicado aceptable, el de su rendición definitiva, y un gesto incuestionable, la entrega de las armas. Mientras eso no se produzca hay que seguir cerrándoles el paso en las instituciones.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 6 de enero de 2011

EL SEMINARIO DE ROZAS DE PUERTO REAL.

Tenía 10 años recién cumplidos cuando ingresé en el Seminario Menor de Rozas de Puerto Real para cursar el primer curso de Bachillerato. El curso escolar había empezado hacía unos días por lo que mis padres me llevaron en coche hasta allí. Tras presentarme al sacerdote que nos recibió y despedirme, se marcharon. Empecé entonces una nueva etapa en mi vida que habría de prolongarse hasta tercero de bachillerato, después iría al seminario de Alcalá de Henares y al de Madrid, en la Calle Jerte.

Recuerdo que al llegar, a media mañana, todo el mundo estaba en clase. Me llevaron a los dormitorios y me asignaron un pequeño cuarto, no una camarilla. Los dormitorios, cada uno bajo una advocación de la Virgen, eran grandes salas divididas en pequeños espacios, las camarillas. Se trataba de tabiques en forma de U con una cortina al frente en cuyo interior había una cama y un armario. Don Leopoldo, el sacerdote que enseñaba matemáticas, fue el primero en saludarme y presentarse. Lo hizo tres veces en el mismo día: “Así que tú eres el pequeño belga que se incorpora ¿no? Yo soy Leopoldo. Bienvenido”. Era un poco despistado.

El Seminario era un inmenso edificio situado sobre una colina rodeado de prados, bosques y montañas, a unos cinco kilómetros del pueblo más cercano. Rozas de Puerto Real, Navahondilla, Sotillo de la Adrada y Casillas eran los pueblos próximos a los que nos acercábamos los miércoles cuya tarde era libre. Se trataba de un ritual: marchar deprisa en grupos de amigos, llegar al pueblo, ir al bar o a una tienda y comprar pipas o tomarse un vaso de casera y, en ocasiones, una “torera” y emprender el regreso.


El edificio principal estaba rodeado por algunas construcciones: la casa de Don Tiburcio, a la entrada, que era una pequeña casa en la que residía un sacerdote muy mayor que había sido administrador del Seminario, unas cocheras, un edificio donde vivían los trabajadores, el Tío Eugenio y el Tío Eusebio que padecía Parkingson, “los pajares” y las “cochiqueras”. El Seminario contaba con unas instalaciones ganaderas con vacas, gallinas y cerdos con los que se aprovisionaba en parte la cocina. Había personal de cocina y de limpieza con el que también trabajaban las monjas, las Hermanas de la Caridad. Recuerdo especialmente a la Sra. Concha, la cocinera, a la Hermana Altagracia, a la Sra. Carmen y a muchas otras cuyo nombre he olvidado, pero no sus caras, ni el trato siempre cariñoso que me dispensaron.

Éramos más de 200 alumnos que cursábamos 1º y 2º de bachillerato. Para todos fue una inmensa alegría cuando el Obispo decidió que íbamos a cursar 3º también en Rozas en lugar de pasar al Seminario de Alcalá. Contábamos con tres campos de fútbol, una pista de baloncesto, un campo de balonmano, un frontón y una piscina al aire libre que sólo se usaba en el último mes del curso y aún así con una agua muy fría.

Durante las primeras semanas fui “adoptado” por los de 2º con quienes pasaba la mayor parte de los recreos. Después tuve mi pandilla, mis amigos: Saúl, Manolo Ortega, Queco y Jesús Ortega principalmente. Juntos pasábamos la mayor parte de las tardes. Nuestro lugar favorito eran “las cataratas”. Un rincón del arroyo situado junto a una chopera camino del monte por excelencia de la zona, “el Pelado”.

Nos despertaban por la mañana con música: “Bendita sea la luz del día…” era la estrofa inicial de una de las canciones. Mozart, Beethoven, los arreglos de Waldo de los Ríos o María Ostiz eran nuestros 40 principales matutinos. Tras asearnos y hacer la cama (había que deshacerla entera y volverla a hacer) había que bajar y pasar la inspección de los zapatos limpios. Estaba prohibido bajar a la planta baja por el último tramo de la escalera principal. Había que dar un rodeo y bajar por la escalera del campanario.


El desayuno podía ser, en pleno invierno, una incógnita pues en más de una ocasión la nieve impedía llegar al panadero. De todos modos, invariablemente, se empezaba a desayunar tostadas de pan del día anterior seguido de pan del día.

Por las mañanas clases. Por las tardes dos largos recreos interrumpidos por una hora de clase y por la merienda. Al anochecer, estudio en una gran sala donde teníamos nuestros pupitres y vigilados por alguno de los sacerdotes. Misa voluntaria en medio del estudio. Después la cena, algo de tiempo libre que mis amigos y yo aprovechábamos muchas veces para ir con linternas a las cochiqueras para ver nidos de golondrinas y, sobre todo, porque estaba prohibido y era una aventura hacerlo. Paso por la Capilla y a la cama. En 1º, ducharse era una aventura. Las duchas, situadas en el sótano, no contaban que llaves individuales para regular la temperatura del agua. El tío Eugenio, un hombre muy mayor, estaba encargado de regular la temperatura con dos llaves principales. Los gritos se sucedían: “más caliente”, “más fría”, así hasta alcanzar una temperatura aceptable.

En 2º se organizó un Grupo Scout y fuimos encuadrados en patrullas. Cada Patrulla disponía de un pequeño habitáculo en el pajar y de una pequeña parcela en el bosque, junto al arroyo, en la que construimos cabañas. El día que le tocaba de “servicio” a tu Patrulla, nos ocupábamos de vigilar la limpieza de zapatos, de que todo el mundo saliera al recreo en chándal, de tocar la campana para señalar el fin de las clases, de tocar la sirena y de hacer un mural informativo.

Jugar al frontón, a la “bigarda”, al clavo, recorrer aquellos montes, los bosques de pinos, seguir el curso del arroyo, cazar grillos, renacuajos, culebras, recoger castañas y níscalos en otoño, espárragos trigueros en primavera, plantas aromáticas, hacer carreras con barcas de corcho por las acequias eran actividades con las que disfrutaba constantemente.

Rozas de Puerto Real, el Seminario, fue mucho más que un colegio. La gran familia de la alegría rezaba una pintada en el frontón. Y para mi lo fue. Es cierto que los domingos por la tarde me costaba y entristecía dejar mi casa para volver al seminario. Cogíamos el autobús a las 8 en las Vistillas, en Madrid y llegábamos casi a las 11 a Rozas donde nos esperaba un vaso de leche con galletas. Me costaba el trayecto. Me entristecía. Pero aquellos religiosos y seglares que nos cuidaban, enseñaban y educaban hacían del Seminario algo muy parecido a una familia. Don Francisco, el Rector, D. Eduardo, D. Tomás, D. Fermín, D. Carlos, La “Seño”, D. Vicente, D. Antolín, D. Manuel, D. Javier y tantos otros fueron más que simples profesores. Fueron formadores y nos transmitieron valores que en mayor o menor medida calaron en nuestras vidas. Para todos ellos no puedo tener más que palabras de cariño y de profundo agradecimiento. Tuve mucha suerte por haberles conocido. Tuve mucha suerte por haber estado en el Seminario de Rozas. Fueron siempre un testimonio de esa Iglesia comprometida y que desgraciadamente nunca es noticia. Siempre les he tenido y les tendré presentes.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 2 de enero de 2011

Álvarez Cascos: otro que se va.

La baja de militancia en el Partido Popular de Francisco Álvarez Cascos no es una buena noticia para los populares, como no lo fueron en su día las bajas de militantes tan significativos como José Ortega Lara o de María San Gil. Es muy posible que al amparo de las encuestas tan favorables para el Partido Popular la mayoría de los afiliados y de los dirigentes de la formación política no le den la más mínima importancia a este hecho, como parece ponerse manifiesto con el escueto comunicado emitido al respecto.

Sin embargo, el hecho que tras 34 años de militancia todo un exsecretario general se vea en la necesidad de tomar una decisión tan seria debería mover a la reflexión a los militantes populares. Es muy posible que Francisco Álvarez Cascos haya cometido muchos errores de bulto a la hora de plantear su candidatura para encabezar el cartel electoral del Partido Popular en el Principado de Asturias, al igual que es cierto que Cascos ha sido víctima de un procedimiento estatutario para la designación de candidatos que él mismo refrendó y utilizó durante años, un procedimiento de designación en el que la voluntad de los afiliados es permanentemente ignorada por los órganos de decisión del Partido. Hay quienes justifican el método de designación sobre la base de una especie de democracia delegada: los militantes eligen al dirigente del Partido y éste, en virtud del mandato recibido, designa a los candidatos o se designa, en su caso, a si mismo. Pero no es lo mismo un Congreso Regional para elegir a los rectores del Partido para el día a día que elegir a quien deba representarlo en las instituciones, aunque en la mayoría de las veces coincidan los elegidos. Y es evidente que cuando se plantean distintas candidaturas, cuando las circunstancias que concurren hacen difícil conocer el sentir de la mayoría es preciso, si se quiere hacer realidad el principio constitucional relativo al funcionamiento democrático interno de los Partidos, acudir a la fórmula del Congreso extraordinario o a la fórmula de las primarias que ha utilizado el PSOE. El caso asturiano es sumamente complejo en el ámbito del Partido Popular, a la existencia de numerosas fracciones y personalismos había que sumar el impacto de la personalidad de Cascos y su proyección pública que, se quiera o no, era la que en las encuestas realizadas aseguraba la mayoría absoluta para el Partido Popular, ahora en entredicho por la decisión personal de Mariano Rajoy. Y haber mantenido una herida abierta durante tantos meses no parece la mejor estrategia para afrontar unos comicios autonómicos y locales.

Prescindir de la opinión y voluntad de los afiliados no es un signo de fortaleza en el liderazgo, sino todo lo contrario. La toma de decisiones de aparente fortaleza al abrigo de encuestas favorables constituye un signo más de debilidad que se traducirá, sin ningún género de dudas, y así lo podremos ver en una mayor indefinición programática. No “mojarse”, no comprometerse, no explicar demasiado serán consignas que se acentuarán en los mensajes a medida que nos aproximemos a las elecciones generales. El Partido Popular va a ganar “por descarte” por lo que no será necesario transmitir un plan de acción demasiado detallado a los electores.

En todo caso, insisto en que la marcha de personas relevantes no es un buen camino. Los que llevamos muchos años en el Partido Popular hemos visto cómo a medida que los vientos electorales se tornaban favorables, muchos de los que nos combatían se incorporaban a nuestras filas y han venido ocupando puestos relevantes. Ocurrió en 1982 con el trasvase de cuadros de la UCD hacia Alianza Popular. Volvió a ocurrir en 1996 y está ocurriendo de nuevo. Sumar siempre es positivo, pero prescindir de quienes han sido referentes políticos de la organización, de quienes han trabajado de forma ejemplar para la misma con el fin de dejar paso a los recién llegados o exhibir una presunta renovación no lo es, (por cierto, resulta muy llamativo que los que llaman a la renovación nunca se sienten aludidos por la misma). Porque de bien nacidos es ser agradecidos.

Santiago de Munck Loyola

martes, 28 de diciembre de 2010

PARAISO FISCAL ESPAÑOL: LAS CORTES GENERALES.


Dice Wilkipedia que un paraíso fiscal es un territorio o Estado que se caracteriza por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes, que se domicilien a efectos legales en el mismo. Típicamente estas ventajas consisten en una exención total o una reducción muy significativa en el pago de los principales impuestos. Las autoridades europeas señalan entre los paraísos fiscales a los siguientes países o territorios: Andorra, Anguila, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Islas Cook, Islas Marshall, Liberia, Montserrat, Nauru, Niue, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Vanuatu. A ellos habría que añadir, entre otros, a Mónaco o San Marino por sus ventajosas reglas fiscales.

Y sin llegar a tanto, tenemos los españoles unos territorios muy pequeños y céntricos que se caracterizan por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a ciertos ciudadanos. Se trata del Congreso y del Senado, de las Cortes Generales. Allí donde reside la soberanía nacional se aplica un régimen especialmente favorable para sus señorías que contrasta poderosamente con el régimen aplicable al resto de los contribuyentes, los que pagan el sueldo a sus señorías.


Bien es cierto que el Reglamento del Congreso en su Artículo 8.3 señala que todas las percepciones de los Diputados estarán sujetas a las normas tributarias de carácter general. Pero esta disposición sólo se cumple formalmente porque las normas tributarias de carácter general establecen la excepción para sus señorías que así resultan especialmente beneficiadas. Es lo que se dice legislar para uno mismo. Así, en su artículo 17.2, apartado b, de la Ley del IRPF se dejan exentas de tributación las cantidades que los parlamentos y otras instituciones públicas "asignen para gastos de viaje y desplazamiento" a los representantes públicos. Según los expertos fiscales entre el 40% y el 75% del sueldo real de diputados, senadores y, en general, de cualquier cargo de representación pública, goza de exención fiscal, es decir, que no tributa a Hacienda gracias a las abultadas dietas que cobran sus señorías.

Con la suma total de sus ingresos, un diputado o senador, si tributase como cualquier ciudadano, podría llegar a hacerlo fácilmente al tipo máximo marginal del IRPF, establecido en el 43%. Pero ésa no es la realidad, sino otra muy distinta. Sus señorías incluyen como dietas de gastos por manutención, transporte o alojamiento cantidades muy superiores a las reales disminuyendo así sus ingresos sujetos a imposición. Con esta técnica quedan libre de impuestos entre el 40 y el 75 por ciento de su renta real y tributan a un tipo marginal de entre el el 10 y el 25 por ciento, es decir, igual que los contribuyentes de renta media o baja.

Todo dentro de la más estricta legalidad y, a mi juicio, de la más estricta inmoralidad. No hay razones políticas, económicas o sociales que justifiquen esta nueva quiebra al principio de igualdad de los ciudadanos ante la Ley. Del mismo modo que sus señorías deberían renunciar a sus privilegios en materia de pensiones e indemnizaciones y someterse al régimen general, cada vez más exigente, que imponen al resto de los ciudadanos, también deberían hacerlo en el ámbito fiscal. Sus señorías y los demás cargos públicos beneficiados con estas triquiñuelas fiscales deberían pensar y asumir que son, ante todo, servidores públicos y que están ahí para servir a los ciudadanos y no para servirse de los ciudadanos. La dedicación política puede ser dura y sacrificada, pero es voluntaria y, por tanto, no puede tener mejor compensación que la de la satisfacción por servir lo mejor posible a los ciudadanos. Sin ejemplaridad de la clase política no es posible ni ético pedir a los ciudadanos asumir sacrificios en tiempo de crisis.

Una ventaja sí que tienen nuestros parlamentarios por sul nivel de renta y es que no pueden tener acceso a determinadas subvenciones como las que se otorgan para la adquisición de VPO. Y es que si tuvieran acceso a las mismas verían que cuando uno recibe una subvención para comprar una casa porque su renta es baja, después tiene que declarar esa subvención como renta y tributar a hacienda por ella. Eso que se ahorran sus señorías.



Santiago de Munck Loyola.

domingo, 19 de diciembre de 2010

RIVAS: IU REPITE AGITACIÓN.

El pasado 14 de diciembre, Izquierda Unida de Rivas-Vaciamadrid ha lanzado una campaña de recogida de firmas para reclamar una mejora de las condiciones en que se desarrolla el servicio de metro en la localidad. Para ser más concreto, las reivindicaciones que plantea en esta campaña Izquierda Unida son exactamente las mismas que planteó el partido Popular de Rivas-Vaciamadrid hace 11 años: ampliación de horario, equiparación de precio del billete e inclusión de todo el municipio en la misma zona tarifaria. Lástima que entonces estas propuestas no fueran apoyadas por IU aunque también las reivindicaba por su cuenta.

Cada vez que se aproxima una cita electoral, IU encuentra siempre una causa para enarbolarla, promover el victimismo entre la población ripense y fortalecer así los signos identitarios e identificadores son su candidatura. El victimismo siempre le ha venido bien a IU. Fomenta siempre el agravio comparativo, se erige como fuerza salvadora y cataliza los sentimientos ciudadanos con un solo objetivo, lograr su voto. Después, si te he visto no me acuerdo. Recuerdan bastante en sus tácticas a los gobernantes que en los momentos difíciles siempre encuentran un enemigo exterior al que culpar, sea una confabulación judeo masónica o una conjura de los especuladores internacionales que se ceban ahora en nuestra deuda pública. A veces se asemejan a los nacionalistas que, ante la más mínima crítica a su gestión, se envuelven en la bandera e identifican la crítica con un insulto a los sentimientos y valores de su región.

En 1991, lo hicieron con la incineradora, aunque años después no tuvieron inconveniente en pactar la supresión de ayudas a los movimientos contra la misma a cambio de una abstención en los presupuestos municipales de 1996. En 1995, lo hicieron con los asentamientos gitanos de la Cañada y, en menor medida, también con la incineradora. En 1999 la causa estaba en el régimen de funcionamiento del Metro. En 2003, la Guerra de Irak y el Prestige. Agitación, movilización, criminalización del discrepante y votación. Siempre el mismo proceso y siempre con buenos resultados. Por ello, no sorprende que vuelvan a la carga a cinco meses de las elecciones. Aunque esta vez les ha faltado imaginación, se repiten. Este tema ya lo agitaron en 1999.

Claro que, pasados 11 años desde la inauguración del metro cabe preguntarse sobre la honestidad y credibilidad de esta campaña. Porque, vamos a ver, ¿en 11 años no han tenido tiempo de sentarse a negociar con la Comunidad de Madrid, con el Consorcio de Transportes, para encontrar una solución a estas justas reivindicaciones? Es evidente que cuando IU quiere ponerse el traje institucional y sentarse a negociar con la Comunidad de Madrid lo sabe hacer y de hecho lo hace. Ahí está el ejemplo del nuevo Colegio concertado Hipatía. Ha negociado tanto y tan bien que el municipio cuenta ya con este colegio concertado a pesar de que esta iniciativa va en contra de lo más significativo de los principios y programas de IU. Y el Sr. Alcalde estaba radiante el día de la inauguración. Y muy complacido. ¿O será que negocia aún en contra de los principios programáticos de IU cuando hay algún beneficio para cierto sector social? También se ha puesto el traje institucional para el nuevo centro de salud. Por tanto, ¿a qué viene ponerse ahora el traje de la barricada?

Todo apunta a que no se trata de una iniciativa honesta ni necesaria para lograr la mejora del funcionamiento del metro. Todo apunta a que se trata, una vez más, de la habitual campaña de agitación pre – electoral y que las firmas de los ciudadanos, en realidad, importan muy poco a los dirigentes locales de IU, como les ha importado poco durante estos 11 años cómo venía funcionando el metro.

Parece que las ideas se han agotado en el politburó y por eso retoman esta antigua bandera. Y es que el poder tan prolongado apoltrona a cualquiera, hasta al más revolucionario.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 16 de diciembre de 2010

¿REFORMA DE LAS PENSIONES? SÍ, PERO LAS DE LOS POLÍTICOS PRIMERO.

Ayer, 15 de diciembre, se reunió la Comisión del Pacto de Toledo y según apuntan casi todos los medios informativos parece que hay un amplio consenso para introducir dos importantes modificaciones en el actual sistema de pensiones: Por una parte, retrasar la edad de jubilación lo que parece indicar que, si bien no se han atrevido a concretar una edad, es muy posible que se retrase la jubilación hasta los 67 años, por otra, ampliar el período de cotización computable pasando de los 15 años actuales a 20 o 25 años.

Sobre este asunto parece que hay dos cuestiones fuera de toda duda: la necesidad de abordar una reforma del actual sistema de pensiones para garantizar su viabilidad futura y la legalidad y legitimidad política de quienes deben llevar a cabo tal reforma.

Sostengo que nuestros parlamentarios y nuestro gobierno carecen de la legitimidad moral suficiente para abordar esta reforma que implica necesariamente un retroceso en los derechos sociales adquiridos por los ciudadanos. Y ello es así por la sencilla razón de que nuestros políticos están anclados en privilegios que blindan su situación personal en lo relativo a las pensiones, indemnizaciones y subsidios de toda índole una vez que cesan en su actividad pública. Es de cajón que quien no está dispuesto a renunciar a sus privilegios, quien no está dispuesto a asumir sacrificios carece de toda legitimidad moral para exigirlos a los demás. Y eso es precisamente lo que le pasa a la clase política española.

El Art. 14 de la Constitución de 1978 señala que los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Por su parte, en el Capítulo III, bajo el epígrafe “DE LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA POLÍTICA SOCIAL Y ECONÓMICA.”, el Art. 50 determina que los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Y, en cuanto a los Parlamentarios, el Art. 71 de la C.E. establece la inviolabilidad por sus opiniones y la inmunidad parlamentaria, como únicas diferencias para garantizar el ejercicio de sus funciones. Nada señala nuestra Constitución sobre la existencia de privilegios económicos de los parlamentarios por el ejercicio de su cargo, ni establece un Régimen Especial de previsión social para los mismos. Es evidente que los parlamentarios españoles se ha dado a si mismos un trato especial y diferenciador en materia de pensiones que vulnera directamente el principio constitucional de igualdad y que supone una grave afrenta comparativa con el resto de los ciudadanos, los contribuyentes.

Estos parlamentarios que ahora mismo debaten sobre si nos retrasan o no la jubilación a los demás, pueden jubilarse a los 60 años si han cotizado a la Seguridad Social durante 40. Estos mismos parlamentarios que ahora discuten sobre si nos amplían el período de cálculo para la determinación de la cuantía de la pensión de 15 a 20 o 25 años tienen garantizada la pensión máxima (2.466,20.- €) con 11 años de actividad parlamentaria. Estos mismos parlamentarios son los que tiene regulados toda una serie de disposiciones que permiten complementar, vía Presupuestos públicos, las cantidades necesarias para lograr la pensión máxima en el caso de no contar con los 11 años señalados. Y no son éstos los únicos privilegios con los que cuentan como las indemnizaciones por transición, cuando dejan el escaño, o las indemnizaciones por cese.

Para qué hablar de las indemnizaciones o “pensiones” de cargos públicos como los 129.000.- € anuales del ex - presidente de la Generalidad Catalana, de los ex – presidentes del Gobierno de la Nación o las pensiones e indemnizaciones de los cargos públicos regionales, diputados autonómicos, etc. Estos privilegios económicos de los políticos se justifican siempre o bien aludiendo a la necesaria homologación con los políticos europeos (como si al resto de los ciudadanos ya estuviéramos homologados en cuanto a salarios, pensiones o derechos sociales) o la dificultad de reintegración al mercado laboral una vez terminada la dedicación política. A nadie se le obliga a asumir responsabilidades políticas y ya el propio desempeño de las mismas conlleva suficientes privilegios como para que sea necesario su prolongación una vez concluidas. La dedicación a la política no puede justificar el establecimiento de cómodos colchones de por vida.

Hoy por hoy, nuestros parlamentarios, nuestros gobernantes carecen de autoridad moral, de legitimidad moral para exigir sacrificios al conjunto de los ciudadanos. Es condición indispensable y previa que renuncien a sus privilegios económicos, que hagan realidad el principio constitucional de igualdad ante la Ley y que se sometan al Régimen General en materia de pensiones, indemnizaciones o subsidios al igual que el resto de los ciudadanos. En cualquier tiempo y momento la ejemplaridad es la mejor pedagogía política, pero en tiempos de crisis lo es aún más. Sólo así podrán conseguir que la clase política no sea considerada cada vez más como un problema por parte de la ciudadanía, en lugar de la solución a los problemas que nos agobian.

Santiago de Munck Loyola