He pasado varios días tramitando la
licencia de pesca submarina y, la verdad sea dicha, ha sido toda una
experiencia bastante sorprendente. Lo primero que hice fue navegar en la red,
no en el mar, para informarme sobre los requisitos necesarios para ello. Hace
ya seis años que había obtenido la licencia de pesca en superficie y no había
sido nada complicado. En este caso, observo que a diferencia de lo requerido
para la licencia de pesca en superficie se exige, algo lógico, un certificado
médico que acredite poseer las condiciones físicas para ello. Observo también
que se exige que el certificado médico esté redactado sobre el impreso oficial
que se vende en farmacias. Y me pongo manos a la obra. Busco varios centros en
google y me dirijo al primero, en la Av. De Novelda de Alicante. Cuando llego
está cerrado por vacaciones. Nada, qué se le va a hacer. Me dirijo al segundo dentro
de la lista, en la calle Pintor Cabrera, el Centro Médico Estación. Pregunto si
hacen el certificado médico para la licencia de pesca submarina y me contestan
afirmativamente pero me dan cita para el día siguiente. Bueno, una mañana
perdida.
Vuelvo a la mañana siguiente. Me
hacen toda clase de pruebas y finalmente me hacen un certificado declarando mi
aptitud para la obtención de la licencia. Me sorprende que me pidan una foto y
que la pongan en el certificado que no está redactado sobre el modelo amarillo
de las farmacias. Y me cobran 60 euros. Me dirijo a la Consellería en la Plaza
Deportista Andrés Muñoz. Me acerco al mostrador y el funcionario que me atiende
me dice que no vale el certificado médico porque no está redactado sobre el modelo
amarillo oficial y porque el médico firmante no es especialista en medicina
submarina y/o hiperbárica. Le pregunto en qué norma se señala esa exigencia de
la especialidad médica y me dice que ni idea, pero que si quiero tramitar la
licencia debo aportar un certificado oficial firmado por un médico especialista
y me entrega una lista de seis o siete médicos. Ante mi cara de extrañeza se
apresuró a decir “nosotros no nos llevamos nada solo damos la lista para
facilitar las cosas”.
Me marcho indignado y me dirijo
al Centro Médico Estación y les explico lo ocurrido y que no entiendo cómo me
han hecho ese certificado sabiendo o debiendo saber que no servía para nada. Me
dicen que vuelva al día siguiente y que no hay problema. Vuelvo un día después
a primera hora y me devuelven el dinero. Me dirijo a la clínica de uno de los
médicos de la lista y nadie abre la consulta. Llamo por teléfono y me dicen que
como es viernes ya están de fin de semana y que vaya el lunes. Así lo hago y
tras diez minutos en la consulta y por 25 euros salgo con el certificado
oficial. Vuelvo a la Consellería con el certificado y el formulario debidamente
cumplimentado y firmado incluyendo la cruz de una casilla que autoriza a la
administración a comprobar mis datos personales y me exime de adjuntar copias
de los documentos que los acreditan. Entrego ambos papeles y la funcionaria me
imprime la carta de pago de las tasas que, por supuesto, no se pueden pagar
allí y hay que hacerlo en un banco. De paso me pide una fotocopia del DNI. Le
digo que ya he puesto la cruz en el impreso y que no hace falta. ¿Qué cruz? Me pregunta.
Se lo explico y me dice que ella no entiende de eso, que solo sabe hacer licencias
y que le han dicho que tiene que pedir fotocopia del DNI y que debo aportarla,
un requisito que, por cierto, no figuraba entre los documentos a aportar junto
a la solicitud. Por no discutir le digo que vale, que haré la fotocopia. Me
enseña entonces un plano señalándome los bancos y fotocopiadoras próximas.
Pago
en el banco y me dirijo a una copistería en el 41 de la Calle del Pintor Lorenzo
Casanova. Entro y digo que quiero una fotocopia del DNI. Sorprendentemente me
preguntan que si la necesito para una Licencia de Pesca. Respondo
afirmativamente y cuando voy a pagar me cobran un euro por la fotocopia. Como
era tarde no discutí pero mi cabreo llegó al máximo.
Volví nuevamente a la Consellería
y volví a entregar la Instancia, el certificado médico el resguardo bancario y
la carísima y cutre fotocopia del DNI. Le conté a la funcionaria la cara
anécdota de la fotocopia y se encogió de hombros. Al cabo de unos minutos salí,
tras una semana de vueltas y más vueltas, con mi licencia de pesca submarina.
Dos consejos para los que quieran tramitar alguna licencia de pesca similar en
Alicante: no se fíen de los foros de internet y no digan para qué quieren la
fotocopia del DNI si la realizan en las proximidades de esta Consellería.
Santiago de Munck Loyola