Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Rodríguez Zapatero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rodríguez Zapatero. Mostrar todas las entradas

lunes, 27 de junio de 2011

Eta en los Ayuntamientos Vascos.

Los primeros pasos que la coalición Bildu está dando en los Ayuntamientos en los que ha logrado hacerse con las alcaldías están demostrando, como muchos nos temíamos, que se trata de un simple disfraz de la organización terrorista Batasuna. Las primeras medidas que los bildubatasunos están tomando son una excelente representación de que nada ha cambiado, de que se trata de los mismos perros con diferente collar. Están escenificando con escrupulosa exactitud todos los gestos, símbolos y guiños propios de la izquierda terrorista vasca. Han empezado por incumplir sin pudor alguno la legislación vigente al retirar los retratos del Jefe del Estado de los salones de Plenos y al arriar la bandera de España de las casas consistoriales. Por cierto, ¿a qué esperan los fiscales para actuar? Igualmente y como aviso para navegantes han prohibido la entrada en los Ayuntamientos de los escoltas de los concejales amenazados por ETA  y han retirado los arcos de seguridad para detección de metales. Cualquiera puede entrar ahora en esos Ayuntamientos con una pistola bajo la chaqueta o con una granada en el bolso. Claro que habrá quien piense que de nada valen esas medidas de seguridad estando ya ETA dentro de los edificios. A ello hay que añadir la petición del acercamiento de los presos terroristas y la retirada de las Fuerzas de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas españolas del territorio vasco, al mismo tiempo que el candidato Rubalcaba se plantea la posibilidad de reducir el tamaño del ya exiguo ejército español. Y en medio de este negro y sombrío panorama se alzan voces reclamando una “solución” para el “problema” de los presos de ETA. ¿Una solución? ¿Una solución para unos asesinos que ni siquiera están arrepentidos? ¿Una solución para estos chulos de barrio y cobardes asesinos que se hacen sus necesidades encima cuando los detienen? ¿Y qué “solución” hay para el “problema” de sus víctimas?

Por si no fuera poco con todo lo anterior, además hay que añadir el problema generado con la Presidencia de Bildu de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Gracias a la obtención de esa Diputación, Bildu – Batasuna – ETA dispone ahora de los datos fiscales de todos los españoles, incluidos los 250.000 exiliados vascos por las amenazas de ETA.

¡Sí señor! A esto se le llama hacer las cosas bien. La hoja de ruta trazada en las negociaciones con ETA que con tanta vehemencia negaron los dirigentes socialistas casualmente se ha cumplido. El Sr. Zapatero, su gobierno y su partido son los responsables de que los etarras hayan vuelto a las instituciones seudodemocráticas del País Vasco. Ellos y los miembros del Tribunal constitucional Pascual Sala, Eugeni Gay, Pablo Pérez Tremps, Elisa Pérez Vera, Adela Asúa y Luis Ignacio Ortega, presuntos autores de un delito de prevaricación según la querella presentada contra ellos por varias organizaciones sociales.

Hoy el Ministro de Justicia advierte públicamente que si Bildu no cumple la Ley, la justicia deberá actuar. ¿Por qué se hace el tonto el Ministro? ¿Acaso no ha visto ya cómo están incumpliendo la Ley los bildubatasunos? ¿O es que no le han dado permiso para verlo?

Un poco de seriedad, por favor.

Santiago de Munck Loyola

miércoles, 20 de abril de 2011

LA CABRA (SOCIALISTA) SIEMPRE TIRA AL MONTE.

A lo largo de la trayectoria de nuestra democracia constitucional, si hay algo que siempre ha resultado curioso, desde un punto de vista político, ha sido la actitud de los diferentes gobiernos socialistas respecto a la oposición parlamentaria. Una actitud que se ha venido plasmando de forma sistemática en los machacones y cansinos mensajes gubernamentales y del partido socialista sobre la oposición y sobre sus funciones. Parece que a los socialistas, sea en la época felipista o en la época zapateril, les incumbe, cuando están en el gobierno, no sólo calificar a la oposición, sino lo que es más preocupante, señalar qué debe hacer la oposición en cada momento y circunstancia. Es como si la determinación constitucional de las funciones de la oposición o las recogidas por la mayor parte de la doctrina política no existiesen o no importasen lo más mínimo. Para los socialistas en el gobierno la oposición debe hacer y comportarse tal y como ellos señalan y si no lo hace que se ande con cuidado. Siempre han olvidado que la oposición representa a un importante sector del electorado y que, en buena lógica, existe un compromiso electoral y programático entre la oposición y sus votantes que no puede ser adulterado para seguir las consignas y las directrices que desde el gobierno y su partido se lanzan indicando a la oposición qué debe y qué no debe hacer.

La oposición se debe a sus votantes a los que ofreció un programa y por el que fue votada. La oposición debe controlar y fiscalizar la acción del gobierno y, por último, la oposición ha de formular alternativas que deben ir construyendo el conjunto de propuestas que han de culminar en una nueva y mayor alianza con los votantes que les permita en el futuro alcanzar el Gobierno.

En los años 80 y principios de los 90 los socialistas repetían machaconamente que la oposición no tenía alternativa y que la única política posible era la suya. Daba igual que existiese un discurso alternativo, con negar su existencia parecía todo resuelto. ¡Y vaya si existía una política alternativa! Fue un hecho evidente a partir del 96.

Ahora, en la era de las conjunciones planetarias, repiten constantemente nuevas consignas que se suman a la anterior. Es verdad que desde el gobierno se sigue negando la existencia de políticas alternativas, como también se negaba hace tres años que existiese una crisis, pero a ello suman ahora la constante repetición de que la oposición no ayuda al Gobierno, que el Partido Popular “no arrima el hombro” para salir de la crisis. Es decir, que los socialistas siguen empeñados en decir qué tiene que hacer la oposición parlamentaria. Esta actitud sólo puede ser un síntoma o de que no se cree en los pilares básicos de la democracia parlamentaria, arrastrando las ancestrales tentaciones totalitarias del socialismo español, o que los ideólogos socialistas no dan más de si.

Es evidente que cuando la oposición lleva años avisando de que las decisiones económicas del gobierno son erróneas, de que las políticas del Gobierno conducen directamente al abismo y de que hay un camino distinto es, cuando menos un atrevimiento, pedir a la oposición que apoye esas desastrosas medidas. Para apoyar políticas equivocadas, teniendo bajo el brazo un programa alternativo, no está la oposición. Eso es de cajón y lo sabe cualquiera aunque lo ignore o finja ignorarlo el Sr. Pepiño Blanco. Apoyar a este gobierno en su política económica sí que es ser antipatriota.

Del mismo modo, criticar lo que hace este gobierno y poner en duda su capacidad para sacar a España de la crisis, no es, ni mucho menos, cuestionar la capacidad de España para salir adelante. Cualquiera podría pensar que la incapacidad manifiesta de los socialistas les está empujando, supongo que muy a su pesar, a envolverse con la bandera española para intentar protegerse de las críticas. Pero esa táctica típica de los nacionalistas no cuela.

Va siendo hora de que el socialismo español vaya abandonando estos instintos totalitarios y de que en lugar de decir a la oposición lo que debe hacer, aprendan, de una vez, lo que es Gobernar.

Santiago de Munck Loyola

martes, 5 de abril de 2011

LA MARCHA DEL PRÓDIGO ZAPATERO.

El anuncio de Zapatero sobre su renuncia a presentarse a un tercer mandato ha abierto un sinfín de comentarios en todos los medios de comunicación. Hay quien ha centrado sus observaciones sobre la carrera a la sucesión que se ha abierto dentro del PSOE y que culminará con las primarias a celebrar tras los comicios locales y autonómicos del 22 de mayo. Es cierto que la consigna socialista, respetada hasta hoy por sus dirigentes, es que “no toca” hablar de la sucesión pero esta consigna no ha hecho más que acentuar las miradas de los observadores y analistas políticos para descubrir alguna pista interesante detrás de cada gesto, por insignificante que pueda parecer.

Hay quien, por su parte, ha encendido el incensario y lo balancea con devoción ante la imagen del Presidente en vías de extinción. Todo alabanzas, todo elogios hacia el Presidente como si el anuncio efectuado obedeciera a una convicción profunda del personaje y no a una imposición de los barones del partido y del ambiente general.

Éste es el segundo caso de un Presidente del Gobierno que renuncia a un tercer mandato. El primero fue Aznar pero las diferencias entre ambos son más que notables.

Aznar, siendo sólo candidato, anunció que en el caso de ser Presidente nunca permanecería en el cargo más de dos legislaturas. Y así lo hizo. Cumplió su palabra y le sucedió en la candidatura a la Presidencia, Mariano Rajoy.

Rodríguez Zapatero nunca realizó un anuncio previo similar. Hasta el último momento ha mantenido abierta la posibilidad de presentarse a un tercer mandato y ha renunciado a ello cuando ha constatado que no existía ningún elemento favorable para conseguirlo.

Y el balance que dejan también es muy distinto. Una España situada en la primera línea de la política internacional en 2004, con un peso en la Unión Europea, conseguido en Niza, como nunca había tenido y que fue desdeñado por su sucesor relegándola al papel de simple comparsa del eje franco – alemán. Unas cuentas públicas saneadas en 2004 frente a la amenaza constante de quiebra económica de su sucesor. Un elevado ritmo de creación de empleo y unas bajas tasas de paro frente a los casi cinco millones de desempleados de Zapatero. Una banda terrorista en proceso de asfixia frente a las esperanzas de los terroristas de volver a las instituciones municipales. Una España cohesionada y solidaria frente al disparate de Estatutos rupturistas.

Se mire por donde se mire, Zapatero deja una España en condiciones mucho peores que las que se encontró. Dilapidó la herencia recibida sin agradecimiento alguno, cegado por el rencor y el sectarismo más radical de los últimos 35 años. Y ahora anuncia su marcha porque no le queda más remedio. Ni los suyos le quieren.

Santiago de Munck Loyola

martes, 22 de marzo de 2011

Si lo de Libia no es una guerra…

Hay muchos políticos sencillamente tontos, otros que se hacen el tonto y algunos que se creen que los tontos son los ciudadanos. Posiblemente, Dª Trinidad Jiménez, Ministra de Asuntos Exteriores, responda a las tres posibilidades a la vez. Cuentan que Churchill, al inicio de su carrera política, se planteaba cómo podría llegar a conseguir un escaño. Cuando lo consiguió y empezó a conocer el nivel intelectual de sus compañeros empezó a preguntarse cómo habían hecho los que le rodeaban para llegar tan alto, vistas sus capacidades. Hoy, en España, parece que hay dos listones: el nivel del Presidente del Gobierno y las cuotas. Así nos luce el pelo.

No sé ciertamente cómo ha conseguido Dª Trinidad ser Ministra, pero lo cierto es que debe pensar, con total seguridad, que los ciudadanos somos tontos. No se entiende sino su intervención en los informativos de A3 esta noche. El presentador, Matías Prats, le pregunta a la Ministra cómo va la guerra de Libia y la Sra. Ministra, sin inmutarse, le corrige para matizar que no se trata de una guerra sino de acciones para evitar que Gadafi masacre s su pueblo. Y se queda tan fresca. http://www.antena3.com/videos-online/noticias/mundo/trinidad-jimenez-asegura-que-objetivo-gadafi_2011032200122.html

Cabe entonces preguntarse, si no es una guerra ¿para que se envían soldados y material bélico? ¿Para dejar caer desde los aviones de combate papelitos invitando al Sr. Gadafi a ser bueno y a no asesinar a sus díscolos súbditos? ¿Para qué hemos enviado una fragata? ¿Para invitar a un paseo por el Mediterráneo al Dictador? ¿Cuándo la ONU autoriza el uso de la fuerza para alcanzar sus propósitos no se refiere entonces a la fuerza que las unidades militares proporcionan?

Por favor, ya está bien. No pueden nuestros gobernantes tratarnos así. Cuando la Sra. Ministra dice que no se trata de una guerra está mintiendo, así de sencillo. Está haciendo gala de un cinismo y de un desprecio a la inteligencia de los ciudadanos sin parangón.

Dice el Diccionario de la Lengua Española que guerra es, entre otras cosas:

1. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.

2. f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.

Y eso es lo que hay, ni más ni menos, en Libia. Se mire como se mire. Y es tan obvio que si la Sra. Ministra no lo sabe, ni lo ve, lo mejor y lo más decente que puede hacer es irse a su casa y dedicarse a otras labores para las que esté más cualificada.

Santiago de Munck Loyola

lunes, 28 de febrero de 2011

LOS 110 KM/HORA DE ZP.

La verdad es que este Gobierno y su Presidente son una mina, un pozo inagotable de ocurrencias disparatadas e improvisadas, una fuente permanente de inspiración y divertimento para cualquier observador de la vida política. El último parto del Sr. Zapatero ha sido la limitación de velocidad en las autovías a 110 km./hora y el contexto en el que se ha adoptado esta “audaz” iniciativa.

En el ámbito de una inexistente política energética, el Gobierno de ZP ha decidido que no se circule a más de 110 km. por hora en las carreteras españolas con el fin de ahorrar en la factura del petróleo. Simultáneamente, el Gobierno ha procedido a aprobar unas pequeñas rebajas en el importe de las tarifas ferroviarias en algunos tramos, no en largas distancias, con el fin, nos dicen, de estimular el uso del transporte público.

Es significativo que nadie sepa cuantificar el ahorro que supone esta medida en el consumo de combustible. Los Ministros ofrecen cifras muy dispares que varían entre un 3 y un 22 % de ahorro. Claro que con tantos asesores es normal que cada Ministro proporcione una cifra diferente. Y, para justificar tan novedosa medida, interviene el propio Presidente y nos dice que, en cualquier caso, esta limitación “salva vidas” y que, por tanto, no entiende que existan críticas. Es natural, depende de la distancia existente entre un gobernante y la realidad para que pueda o no entender la existencia de críticas a sus decisiones. Gadafi tampoco entiende que haya libios que no le amen.

Prohibir directamente la circulación de los vehículos salvaría muchas vidas más que la limitación de velocidad; prohibir el alcohol y el tabaco también; y los deportes de riesgo, y el consumo de comidas grasientas y tantas y tantas cosas. Pero ¿es prohibir el camino correcto?

Enmarcar esta decisión en el ámbito de una política energética determinada es una burla. Se hace evidente esta afirmación cuando se recuerdan los permanentes bandazos del Gobierno en esta materia. Y en esta medida concreta basta constatar la ausencia de cuantificación de sus efectos para ratificar que se burlan de los ciudadanos. Puestos a adoptar medidas “populistas” ¿no sería un gran ahorro suprimir los más de 30.000 vehículos oficiales existentes en España? ¿No supondría ello un gran ahorro no sólo en gasolina sino en sueldos, adquisiciones y reparaciones? ¿Y si el Presidente del Gobierno en vez de usar un avión público para desplazarse a los mítines de su Partido usase un vuelo regular? ¿No se ahorraría también en la factura energética? ¿Y si este Gobierno abordase de una vez y en serio la reforma energética que España necesita con un Plan riguroso no se terminaría ahorrando de verdad?

Lo dicho este Gobierno en conjunto o Ministro a Ministro da mucho juego. Cuando no es la Ministra Pajín es ZP. Entretenido sí que es, aunque dramático para millones de españoles.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 10 de febrero de 2011

No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va. Séneca.

Aunque a estas alturas y tras casi siete años de gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero uno ya debería estar acostumbrado a las rectificaciones constantes, a la descoordinación gubernamental y a la improvisación permanente, lo cierto es que no deja de sorprender tanta irresponsabilidad y falta de rigor del gobierno en Pleno. No es de extrañar que de acuerdo con la última encuesta del CIS todos sus miembros, excepto Rubalcaba, suspendan en opinión de los ciudadanos y hay que subrayar que la Ministra que peor nota obtiene es precisamente Dª Leyre Pajin, aunque los ciudadanos de Alicante eso ya nos lo esperábamos.

Un día se hace exhibición de rigor y ortodoxía económica y ninguna Comunidad Autónoma puede refinanciar su deuda ni aumentar su endeudamiento. Al día siguiente Cataluña sí puede. Al otro todas pueden en las mismas condiciones que Cataluña.

A propósito del aumento de la contaminación en ciudades como Madrid y Barcelona a causa de las especiales condiciones metereológicas de las últimas semanas hemos podido asistir a una magnífica demostración, una vez más, de cómo no se debe gobernar.

Por la mañana, comparece ante los medios de comunicación la Ministra de Medio Ambiente Rosa Aguilar (la tránsfuga según Julio Anguita) cuyo Departamento ya estudiaba un aumento de impuestos (http://www.canalsur.es/portal_rtva/web/noticia/id/139395/noticias/medio_ambiente_estudia_aumentar_los_impuestos_a_los_vehiculos_mas_contaminantes), para decir que habría que estudiar gravar con más impuestos a los vehículos que más contaminen para así forzar su retirada de la circulación, aunque matiza que las medidas fiscales no son las más efectivas. Es decir, apretar las tuercas a los más débiles económicamente. Son los coches más antiguos los que, en principio, más contaminan. ¿Y quiénes son los propietarios de los coches más viejos? ¿Quiénes son los que no conducen los últimos modelos del mercado? Pues, sencillamente, quienes no disponen de dinero para hacerse con un coche nuevo. No, Sra. Ministra, no se trata de un capricho de algunos desaprensivos que han decidido contaminar con sus viejos cacharros. Se trata de gente que no puede comprarse un coche nuevo que contamine menos. No están las cosas como para tirar cohetes, pero si a la Ministra excomunista se le hubiese ocurrido incentivar la sustitución de los coches más viejos y contaminantes con nuevas ayudas públicas habría sido más coherente y, desde luego, más justo. Pero parece que pedir coherencia a un miembro de este gobierno es pedir peras al olmo.

Por la tarde, en perfecta “sintonía” con la anterior, comparece la Ministra de Economía, Sra. Salgado, y afirma que no es el momento de pensar en nuevos impuestos y que, en todo caso, habría que estudiarlo en el marco de la homologación fiscal europea. Es decir que, a su juicio, un impuesto sobre los vehículos más contaminantes debería aprobarse de forma conjunta en la Unión Europea. O sea que de lo dicho por su compañera de Medio Ambiente nada de nada.

En fin, lo dicho. Un Gobierno sin timón, sin rumbo y con un capitán sin titulación. Y así nos va.

Santiago de Munck Loyola

viernes, 14 de enero de 2011

LA CHAPUCERA LEY ANTITABACO.

La entrada en vigor a primeros de este año de la reforma de la legislación sobre el consumo de tabaco en lugares públicos está dando mucho que hablar estos días, tanto en los medios de comunicación, como en el ámbito privado. Defensores y detractaros de la nueva regulación están enzarzados en batallas dialécticas en las que se esgrimen toda clase de argumentos, desde los más sensatos hasta los más peregrinos.

No cabe duda de que esta polémica, debidamente alentada desde todos los medios de comunicación, evita llamar la atención sobre otros problemas mucho más graves que afectan al conjunto de los ciudadanos. El caso Malaya y los famosos implicados, as prohibiciones antitaurinas, después los controladores aéreos y ahora el tabaco. Bien, pues a ello.

La línea seguida por el Gobierno no parece un muy coherente, ni muy acertada. Da la impresión de que se legisla a golpe de ocurrencia sin que exista una coherencia en las sucesivas disposiciones. Obligar a los hosteleros hace pocos años a realizar inversiones millonarias para instalar mamparas, habitáculos segregados y aparatos extractores para establecer zonas reservadas para los fumadores y disponer ahora que esas costosas inversiones son absolutamente inútiles, sin compensación alguna además, evidencia la falta de coherencia y la ausencia de ideas claras.

Hay en la nueva regulación aspectos que son francamente discutibles. Lo es la obligación de los hosteleros o responsables de locales públicos cerrados de denunciar a los infractores de la Ley. La nueva disposición convierte a estos ciudadanos en delatores, en una especie de gendarmes obligados a denunciar a sus clientes asumiendo unas funciones que, además de situarles en una posición de riesgo, deberían ser competencia exclusiva de la autoridad competente. Ahora, el empresario, además de recaudador del IVA, es también auxiliar de la policía. Discutible es también la imprecisión de la Ley en cuanto a las distancias en las que no se puede fumar en torno a los recintos hospitalarios o los colegios. Esta imprecisión es una evidencia más de la mala técnica jurídica empleada en la elaboración de esta norma.

Se supone que la finalidad de esta Ley es proteger la salud de los ciudadanos, quieran o no. Pero cuando establece excepciones a la aplicación de la misma se citan las prisiones y los centros psiquiátricos. Claro, vistas estas excepciones solo cabe preguntarse qué objetivos superiores a la salud de reclusos y enfermos psiquiátricos prevalecen para justificar la excepción. ¿Son los reclusos ciudadanos de segunda? ¿No debe el Estado velar por su salud al igual que se supone que vela por la del resto de los ciudadanos? ¿Y los enfermos psiquiátricos? ¿Ha oído hablar el Gobierno del dicho romano “mens sana in corpore sano”? ¿Y los funcionarios y personal sanitario que trabaja en estas instituciones? ¿Puede fumar? Parece que la salud física de presos y enfermos mentales no es un objetivo prioritario para el Ministerio de Sanidad.

Es evidente que debe existir una legislación que proteja la salud de todos pero ello no es incompatible con el ejercicio de la libertad individual. La alergia al ejercicio de la libertad que padece este gobierno se ha puesto especialmente de manifiesto en esta ocasión. Lo sensato es que existan establecimientos donde se pueda fumar y otros donde no se pueda y que cada ciudadano elija donde quiere estar. Tan fácil y sencillo como eso. Y si no es así, si la libertad de elección no es una opción a respetar por el legislador, prohíbase radicalmente el tabaco; que el estado renuncie a los enormes ingresos que le proporciona la venta de esta droga legal que suponen el 80 % del precio de cada cajetilla. Lo demás es pura hipocresía y afán totalitario.

Como hipocresía es que el Sr. Zapatero, responsable de esta Ley, la incumpla a los pocos días con ocasión de su entrevista en Antena 3 (http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=112055). ¿Le han denunciado los responsables de Antena 3 en cumplimiento de la nueva Ley? ¿O van a delinquir? A que no le denuncian. Está visto, en España, para poder fumar en espacios públicos cerrados hay que ser un recluso, un paciente psiquiátrico o Presidente del Gobierno. Curioso, ¿no?

Santiago de Munck Loyola.

sábado, 4 de diciembre de 2010

LA HUELGA DE LOS CONTROLADORES.

¡Buena la han montado los controladores! Miles de ciudadanos tirados en los aeropuertos, vacaciones rotas, reservas de hoteles canceladas, el espacio aéreo de todo el país cerrado y decretado el estado de alarma. Todo un caos generado por una impresentable huelga salvaje que va a generar cientos de millones de euros de pérdidas en una economía cada vez más cerca de ingresar en la UVI con una intervención europea. Sin entrar a valorar las razones de los controladores que, posiblemente sean muy respetables, lo que no es admisible es el método elegido para hacer valer sus legítimos derechos. La responsabilidad de estos profesionales ha brillado por su ausencia. Han chocado frontalmente con el gobierno del talante y las consecuencias las sufren todos los ciudadanos, vuelen o no, porque la imagen y la economía española han salido gravemente dañadas.

Y si grave es la actitud de los controladores no lo es menos la del Gobierno. Preguntado el Ministro de Fomento, Sr. Blanco, sobre las razones que han impulsado al Gobierno a aprobar el decreto causante del conflicto la víspera de un puente, se ha limitado a decir que los controladores llevaban tiempo saltándose los acuerdos y que “no acetaban (sic) la ley”. Ha añadido el inefable Ministro que hacían barbaridades tales como “computar como jornada trabajada las bajas por enfermedad”. Ignoraba yo que el tiempo que uno está de baja enfermo haya que trabajarlo una vez dado de alta, pero en fin, lo dice el Sr. Ministro. Desde luego no sé si los controladores “acetan o no acetan” la normativa en vigor y me es completamente indiferente para poder saber por qué el Gobierno ha elegido precisamente estas fechas para su decretazo, cuestión a la que no ha querido responder el Sr. Blanco. Del mismo modo, ignoro el “ojeto esato” (sic) de las negociaciones entre AENA y los controladores, pero me preocupa saber por qué este Gobierno no previó las consecuencias que podían acarrear sus decisiones. ¿Cómo es posible que el Gobierno no supiese que se iba a montar este jaleo? Si lo sabía y no hizo nada, mal y si no lo sabía peor.
Que por primera vez en la Democracia un Gobierno haya tenido que acudir a decretar el estado de alarma suspendiendo así derechos constitucionales es tremendamente significativo del estado de deterioro de la situación. Y que el Sr. Rodríguez Zapatero no salga a dar la cara lo es aún más. Por primera vez un Gobierno suspende derechos constitucionales y ¿no tiene nada que decir a los ciudadanos el Presidente del Gobierno? Es absolutamente increíble. El Portavoz del Partido Popular, Sr. Pons ya se ha ocupado en el día de hoy de recordárselo a la ciudadanía.

Pero, claro, no cabría preguntarse lo mismo del Jefe de la Oposición. ¿Acaso la promulgación del estado de alarma por primera vez en nuestra democracia no exigía una comparecencia pública inmediata del Presidente del Partido Popular? Yo creo sinceramente que sí. Como creo que es un error achacar al Sr. Zapatero lo mismo que hace el Sr. Rajoy, aunque las responsabilidades sean distintas. Como decía el Conde de Romanones: ¡Vaya tropa!

Santiago de Munck Loyola

viernes, 5 de noviembre de 2010

DEL DICHO AL HECHO.

La necesidad de proyectar una determinada imagen y unos valores concretos hace que muchos políticos terminen por decir y enunciar cosas en las que realmente no creen o que, ni siquiera, han formado parte de su bagaje intelectual o de sus reflexiones y compromisos personales. Tal es así que leen discursos grandilocuentes, evidentemente redactados por terceros, cargados de nobles ideas y buenos propósitos, pero que realmente no se corresponden con sus convicciones íntimas. Hay que suponer que es así, que no son plenamente conscientes del alcance de sus palabras y que, por tanto, es normal que su acción política no se corresponda con sus palabras e ideas. Porque, de lo contrario, lo que hay que suponer es que son unos auténticos cínicos y que no les importa usar la mentira como instrumento permanente de comunicación.

La decisión del PSOE de vetar las enmiendas de la Oposición en el debate de los Presupuestos Generales del Estado para el 2011 para impedir que en el Parlamento se pueda hablar de la congelación de las pensiones constituye una buena prueba de ello. Este veto socialista, escudándose en una interpretación restrictiva y posiblemente fraudulenta del Reglamento del Congreso, tiene por finalidad que ni tan siquiera se pueda discutir o hablar sobre la citada congelación de las pensiones. No se trata ya de que se rechacen las enmiendas destinadas a impedir la congelación, sino de impedir lo más elemental: que se pueda hablar de ello. Si el Congreso de los Diputados, si el Parlamento donde reside la soberanía nacional no es el lugar adecuado para que se discuta sobre ello algo muy profundo quiebra en el sistema democrático.

Hay que recordar lo que José Luis Rodríguez Zapatero manifestó en su discurso de investidura el jueves, 15 de abril de 2004, en el Congreso de los Diputados:

“Estoy decidido a propiciar que las Cámaras puedan ejercer efectiva y eficazmente su misión fundamental de controlar al Gobierno. Es una cuestión de racionalidad política: en esta Cámara reside la soberanía nacional. Es una cuestión de pedagogía política: un Parlamento anquilosado, prisionero del Gobierno, pierde su condición de referente político para el ciudadano. Es una cuestión de valores políticos: aquí es donde debe concretarse el diálogo y la transacción en una sociedad plural.”

¡Qué abismo entre estas palabras y la decisión de vetar las enmiendas de la Oposición! O simplemente mentía entonces o nunca se enteró de lo que leía. Y, en todo caso, es evidente que el deseo de revitalizar la acción parlamentaria nunca formó parte de su acervo democrático. Felipe González usó sólo una vez el veto. José María Aznar ninguna. Y Zapatero lo ha usado ya 60 veces. Las cifras hablan por sí solas de las convicciones democráticas del Presidente y, sobre todo, de su capacidad de mentir a la sociedad española.

Cada día es mayor la distancia y más acusado el contraste entre sus palabras y sus hechos. Tanto discurso escrito por terceros, tantos cientos de asesores en la Moncloa sólo consiguen evidenciar la profunda vaciedad intelectual del personaje.

Santiago de Munck Loyola

miércoles, 13 de octubre de 2010

ABUCHEOS.

Vaya por delante que no me gustan los abucheos y los insultos contra nadie y menos aún contra el Presidente del Gobierno en una ceremonia institucional que debería servir de vínculo de unión entre todos los ciudadanos. La Fiesta Nacional, la Fiesta de la Hispanidad no creo que sea el momento idóneo para expresar el justificado hartazgo ciudadano hacia una desastrosa política desarrollada por el actual Presidente del Gobierno. Como tampoco creo que la forma en que se festeja este día sea la más adecuada cuando ya en mayo se realiza un desfile y se rinde homenaje a las Fuerzas Armadas y a los caídos en el cumplimiento de su deber. Quizás un desfile ciudadano u otro tipo de actos servirían mejor al propósito de rendir homenaje a la Fiesta de la Hispanidad, pero ése es otro debate.

Pero lo que verdaderamente llama la atención es que los dirigentes socialistas se rasguen ahora las vestiduras porque unos cuantos ciudadanos expresen ruidosamente y en el legítimo ejercicio de sus derechos su repulsa y desagrado hacia el Sr. Rodríguez Zapatero. Que el Sr. Blanco esté indignado y salga ahora hablando de actuaciones planificadas de la “derecha extrema” resulta gracioso y un auténtico ejercicio de hipocresía. Que la Sra. Chacón plantee ahora medidas para impedir que los ciudadanos vuelvan a expresar su opinión de esta forma también resulta, cuando menos, curioso. Porque hay que recordar que hasta el día de hoy el Sr. Zapatero se ha negado a condenar no ya los constantes abucheos e insultos que recibió su antecesor y sus ministros, sino las docenas de ataques físicos sufridos en las sedes del Partido Popular. Hay que recordar igualmente que muy pocos dirigentes socialistas, por no decir ninguno, han condenado los abucheos, insultos o agresiones que con frecuencia los militantes de izquierdas regalan a los dirigentes del Partido Popular en cuanto encuentran la más mínima ocasión para ello. Y ejemplos de ello hay para aburrir. Ejemplos que ponen de manifiesto un ambiente de radicalismo e intolerancia que deberían permitirnos hablar también de “la izquierda extrema”. En la campaña electoral de 2006, militantes del PSC participaron en una agresión a Acebes y Piqué. La esposa de Carod Rovira animaba el patio tildando de "hijos de puta" a los populares e ICV alentaba a su militancia juvenil con el eslogan "fóllate a la derecha". Mariano Rajoy en El Mercat de Collblanc de L'Hospitalet de Llobregat fue recibido en junio de 2006 con gritos, abucheos y una estruendosa 'cacerolada'. Rajoy, que entró al mercado por la puerta trasera, no pudo acabar su visita y se vio obligado a salir por un lateral.

En las Universidades que deberían ser santuarios de la libertad y la tolerancia se han venido sucediendo las agresiones de la izquierda durante los últimos años. En diciembre de 2008, Piqué fue abucheado e intentaron impedir que pudiera ejercer su derecho a la libertad de expresión. Lo mismo que hicieron con Aznar en Oviedo hace unos meses. Y qué decir de los constantes insultos y agresiones que ha tenido que soportar durante meses la Presidente de la Comunidad de Madrid o sus Consejeros cada vez que acudían a un centro hospitalario. Insultos, abucheos y agresiones que siempre han contado con el silencio cómplice de la izquierda española. Parece que lo que funciona es, como siempre, la Ley del Embudo. Y creo que ése no es el camino correcto. Libertad para todos. Respeto para todos. Y las urnas para decidir cuando toque.



Santiago de Munck Loyola