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jueves, 30 de abril de 2015

¿Con los vecinos de Alicante o con el PSOE?


A pesar de que estamos a menos de un mes de las elecciones municipales y autonómicas parece que lo que tenemos por delante son unas elecciones generales. Los grandes partidos y los que a nivel nacional aspiran a serlo sólo hablan de su libro y los medios de comunicación así lo reflejan. Unos nos cuentan cómo quieren reformar el IVA y los demás lo critican, otros nos hablan de lo bien que va la macroeconomía aunque todavía no se note mucho en la micro, la del bolsillo del ciudadano, algunos, visto el escandaloso panorama (Rato, Trillo, Griñán, Chaves, Pujol, Bankia, los “ERES”, los cursos de formación y la larga ristra de charcutería del PPCV,…) se dedican a afear las conductas del contrario y a esconder o justificar las propias. Pero, en definitiva, ninguno nos habla a nivel nacional ni tan siquiera de los problemas generales de los Ayuntamientos como los derivados de su financiación, de su endeudamiento o de sus competencias.

Y descendiendo a los problemas locales, en este caso los que afectan a los vecinos de la ciudad de Alicante, yo sí quiero plantear uno que está pasando desapercibido: el problema de 800 familias de Alicante que pueden perder la propiedad de sus viviendas y ser demolidas si prospera el recurso de inconstitucionalidad de en agosto de 2013 presentó el PSOE contra la reforma de la Ley de Costas y expresamente contra la disposición adicional que salvaba de la piqueta a 1.400 viviendas en la Provincia de Alicante de las que algo más de 800 se encuentran en Rocafel – La Albufereta.

Estas viviendas construidas en los años 60 y 70 al amparo de las leyes entonces vigentes, ya fueron señaladas por los socialistas en la Ley de Costas de 1988 al incluirlas dentro del dominio marítimo terrestre. Sufrieron dos deslindes en 1994 y en 2004 que fueron recurridos por los vecinos quienes ganaron al darles la razón la Audiencia Nacional. Gracias a la reforma de la Ley de Costas aprobada en 2013 parecía que por fin la constante amenaza al derecho de propiedad de los vecinos se había alejado, pero con el recurso del PSOE contra dicha reforma y, en especial, contra la Disposición Adicional Séptima y contra el Anexo que menciona expresamente la Zona de Serra Grossa como zona “libre de la piqueta”, esta amenaza ha vuelto.

Aún recuerdo que en 2012, en el Congreso Provincial del PP de Alicante, la ponencia política que se iba a debatir no contemplaba, ni por asomo, el problema al que se enfrentaban directamente más de 1.400 familias de la Provincia de Alicante. Presenté una enmienda para que en el texto se incluyera un reconocimiento del problema y una petición al Gobierno de España para buscase una solución al mismo. Esta enmienda sólo prosperó finalmente cuando, tras consultar a Madrid, los populares alicantinos recibieron permiso para hacerlo.

Ahora que estamos casi en campaña electoral hay que volver a hablar del tema, hay que sacarlo del cajón y que todos los candidatos a la Alcaldía se pronuncien y se mojen. Es muy sencillo, con o sin permiso de Madrid, Barcelona o Valencia, los candidatos a la Alcaldía tienen la obligación política de decir si están con el derecho de propiedad más que consolidado de las casi 1.000 familias alicantinas afectadas por el recurso socialista o si están con el PSOE. Y, como no, el primero que tiene que decir algo, aunque en su día ya se pronunció apoyando el recurso de su partido para arrebatar a los propietarios sus derechos sobre sus viviendas, es el candidato socialista Echávarri. A ver qué dice, si es que dice algo. Esperanza Ciudadana - Juntos por Alicante y yo, como su candidato, lo tenemos claro desde siempre, con los vecinos.

Santiago de Munck Loyola



jueves, 23 de abril de 2015

Trillo y el PP de Alicante otra vez en la picota.


Definitivamente, empiezo a pensar que mi visión de lo que debe ser la dedicación política tiene muy poco que ver con las prácticas diarias de muchos de nuestros representantes políticos. Y no me estoy refiriendo a la larga lista de escándalos con la que diariamente se llenan los titulares de los medios de comunicación que pone de manifiesto el permanente asalto a las cajas públicas por políticos sin escrúpulos, escándalos que en los últimos días han vuelto a poner a la Comunidad Valenciana y al PPCV en la picota. No, me estoy refiriendo a la forma de entender la política como expresión de dedicación al servicio de los ciudadanos que son quienes pagan a los políticos.

Desde mi particular visión, uno se imagina que un diputado en el Congreso o un senador deberían residir en la circunscripción, en la Provincia, que los ha elegido y a la que representan. Uno se imagina que un parlamentario responsable y decente debería patearse su provincia, pueblo por pueblo, durante su mandato para conocer de primera mano los problemas que afectan a sus representados, para escucharlos y para poder transmitir mejor sus necesidades al Parlamento. Uno se imagina que un parlamentario debería reunirse periódicamente con los militantes de su partido para escucharles y para rendir cuentas ante ellos de su gestión en Madrid. Uno se imagina muchas formas de entender ese servicio al ciudadano, pero lamentablemente parece que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Y una vez más el Partido Popular de Alicante vuelve a aparecer en los medios como un auténtico referente de falta de ética política y de prácticas aborrecibles. Hoy, sin ir más lejos, hemos sabido cómo el cabeza de lista del PP alicantino al Congreso de los Diputados, el murciano Federico Trillo, recibió 354.560 euros de una empresa constructora en casi tres años, entre 2005 y 2008, es decir, mientras se suponía que estaba trabajando intensamente por defender los derechos de los ciudadanos alicantinos, a través de su despacho de asesoría. Dejando al margen la legalidad de esta segunda actividad del diputado alicantino Trillo (ya se ocupa la solidaria clase política de apañarse compatibilidades a pesar del principio general contrario) y dejando al margen también las consideraciones éticas sobre la conveniencia de asesorar siendo diputado a una empresa constructora beneficiaria de contratos millonarios con las administraciones públicas, lo cierto es que esta bien remunerada actividad de Trillo y la actitud del PP alicantino, mudo como siempre, es indefendible y políticamente reprobable.

¡Manda huevos, Fede! Ahora podemos entender los ciudadanos de Alicante por qué no has “pegado un palo al agua” durante tantos años por esta Provincia en la que aterrizabas puntualmente como buen paraca solo en las citas electorales. Ahora comprendemos por qué no se te ha visto el pelo durante años por la inmensa mayoría de los pueblos a los que se supone estabas representando en Madrid y por lo que estabas cobrando tus retribuciones (privilegios incluidos) de parlamentario. Claro, estabas muy ocupado asesorando a la constructora que, por cierto, parece que pagaba más que el Congreso, y no tenías tiempo para los alicantinos quienes, al fin y al cabo, votan una lista cerrada y bloqueada por lo que tú o, si fuera el caso, la mona Chita tendríais asegurado el escaño. Y, no contento, con no hacer ni puñetero caso a los alicantinos, abandonaste tu escaño a principios de esta legislatura para irte a Londres, escaño que pasó a ocupar tu amiga Julieta de Micheo, a la que colocaste a dedo en la lista, y que, como tú, cobrar cobra por el escaño de Alicante, pero trabajar por la provincia nada de nada, porque te la llevaste también a la embajada de Londres. Y todo ello con el asentimiento y silencio cómplice del PP alicantino que, al igual que tú y tu amiga, pasa olímpicamente de los problemas y necesidades de los ciudadanos de esta provincia.

Decididamente, la política tiene que cambiar. Las instituciones no pueden estar al servicio de los partidos y de los amigotes, sino de los ciudadanos. Y los diputados, como los partidos, deberían rendir cuenta ante los electores. Otra forma de hacer política es posible y, además, es necesaria.

Santiago de Munck Loyola


sábado, 11 de abril de 2015

El cambio decente y responsable.


Hay caminos largos, duros y difíciles pero, en ocasiones, no queda más remedio que tomarlos cuando se es consciente de que son los únicos que conducen a un determinado destino. Una vez emprendidos, se puede llegar o no a la meta, pero lo que es seguro es que sin ponerse en marcha no se llega nunca. Los hombres y mujeres de Esperanza Ciudadana teníamos claro lo que queríamos, lo que queremos, una ciudad, Alicante, gobernada con transparencia, con limpieza, con eficacia, con criterios éticos impecables, con la vista puesta en la solución a los problemas de los vecinos, con diálogo y participación. Y teníamos claro que a la vista de las ofertas electorales existentes no nos quedaba más remedio que iniciar el camino, en compañía de vecinos con el mismo horizonte, encuadrados en Demòcrates per Alacant, y lo hemos hecho, nos hemos puesto en marcha a pesar de las inmensas dificultades que ello entraña.

Y las dificultades no son pocas y conviene que se sepa. Con toda claridad y transparencia. La primera, como cualquiera puede imaginarse, es la escasez de medios económicos, propia de dos pequeños partidos, que dificulta enormemente hacer llegar a los vecinos, a los votantes, no sólo nuestras propuestas de cambio para Alicante sino, incluso, nuestra propia existencia como alternativa. No nos financia nadie, nuestros recursos provienen de las aportaciones de afiliados y simpatizantes. No disponemos de otros medios que los que aportamos: trabajo desinteresado de los militantes y amigos, imaginación, ilusión y esfuerzo. Y lo hacemos gustosos porque nuestra meta es un nuevo Alicante, renovado, dinámico, vivo, pujante y acogedor. Nuestro esfuerzo representa todo lo contrario de lo que representa el hecho de que el Partido Popular y su candidata, Asunción Sánchez Zaplana, estén usando estos días los teléfonos del Ayuntamiento y demás recursos públicos para organizar sus mítines. Pídase, por ejemplo, la factura del teléfono del despacho de la concejala Otilia García-Pertusa (teléfono 63030329348116) para ratificar esta afirmación (a ver si la fiscalía anticorrupción se mueve). Una anécdota que retrata perfectamente un estilo de gobierno.

La segunda gran dificultad es el vacío informativo al que los medios de comunicación impresos alicantinos someten a nuestra coalición “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” y a nuestros comunicados. Un vacío o bloqueo que contrasta mucho con el eco que reciben otras formaciones políticas sin representación municipal y que carecen de vida política, trayectoria o infraestructura en nuestra ciudad. La información objetiva sobre la pluralidad política es esencial en un sistema democrático porque ayuda al ciudadano a conocer las distintas opciones que están a su alcance, a compararlas y, finalmente, a elegir votando a aquella que más y mejor represente sus aspiraciones. Sea por las razones que fuere tan solo algunos medios digitales están contribuyendo con sus informaciones a enriquecer la pluralidad democrática, a mejorar la calidad de la vida democrática de la sociedad alicantina y justo es reconocer ese talante abierto, plural y comprometido con los valores esenciales de la democracia.

Con todo, los hombres y mujeres de la coalición “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” vamos a continuar, a seguir el camino hacia la meta señalada. Vamos a seguir perseverando por conseguir limpiar el buen nombre del Ayuntamiento y de nuestra ciudad, por lograr un Ayuntamiento al servicio del vecino y no de los amigotes del PP, un Ayuntamiento transparente, cercano, eficiente, ágil, participativo, moderno y dinamizador de la vida económica, cultural y social de los alicantinos. Queremos un cambio decente y desde la responsabilidad, un Ayuntamiento ejemplar y austero, pero entendiendo que la austeridad debe ser aplicada de una vez a la clase política y no a los ciudadanos que bastante la hemos sufrido ya.

Santiago de Munck Loyola


domingo, 15 de febrero de 2015

Sr. Ciscar: Obras son amores y no buenas razones.


“Adoro a España”, “amo a Cataluña”, ¿cuántas veces hemos escuchado a famosos, artistas, políticos o empresarios expresar así su “amor” por su tierra? Muchas ¿verdad? Y ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con que estos enamorados de su tierra tienen su domicilio fiscal o su dinero a buen recaudo en el extranjero o en paraísos fiscales? Pues más de lo que nos gustaría a la gente normal y corriente. Son “amores”, cuando menos, curiosos. A estos famosos les encanta España, su tierra, lo proclaman casi a voz en grito; son más españoles o más catalanes, en su caso, que los demás. De boquilla lo que haga falta. Pero su peculiar patriotismo llega hasta donde llega hacienda, o sea, hasta donde llegamos todos porque no hay que olvidar que hacienda somos todos. Aman a su “patria” pero aman mucho más a su dinero. Su especial patriotismo les impide contribuir con su dinero al sostenimiento de su patria. ¡Faltaría más! La pasta a buen recaudo fuera de la patria y que sean otros los que con sus impuestos contribuyan al sostenimiento de la patria. Son unos farsantes. Así de claro. Sus proclamas son sólo eso, palabras huecas y vacías, un “engañabobos”. Son los hechos los que cuentan, las obras y no las palabras.

Me he acordado de esos farsantes al leer las declaraciones del Presidente Provincial del PP de Alicante, Sr.  Císcar para quien “ha llegado la hora de que los alicantinos digamos alto y claro por qué nos enamora nuestra tierra, y que nos sentimos orgullosos de ella y el PP lo va a hacer”. Como si se lo creyera, José Císcar dijo ayer, día de los enamorados, que el PP “va a poner a Alicante en valor” porque “cree en esta tierra, en su gente, en sus proyectos y en lo que representa”. Y terminó su alucinante alocución señalando que “nosotros sí creemos que esta es la 'millor terreta del món'. La izquierda, al parecer, no”. No, no se ría el lector por favor que estas declaraciones son ciertas. Sí, las ha realizado el Presidente del PP alicantino y Vicepresidente del Gobierno de la Generalidad Valenciana, el mismo Gobierno que lleva años y años marginando y discriminando a la Provincia de Alicante a la que viene relegando por sistema al último lugar en las inversiones de la Generalidad Valenciana.

El amor del Sr. Císcar y del PP por Alicante se traduce en que este año 2015 cada alicantino recibirá en inversiones de la Generalidad Valenciana una media de 25 euros, frente a los 31,5 de media, es decir, que  la provincia deja de recibir 12,52 millones de euros según criterio poblacional lo que supone una merma de inversiones territorializadas de 252,9 millones de euros entre los años 2008 y 2015. Gracias a este proclamado enamoramiento del Sr. Císcar y sus palmeros Alicante es la octava provincia con menos médicos en relación a su población lo que sitúa a nuestra provincia en el puesto 45 con una tasa de 328 médicos por cada 100.000 habitantes. Gracias al amor del PP, el Gobierno de España priva a los municipios de la provincia de grandes inversiones en 2015 y, así, los Presupuestos Generales del Estado apenas incluyen nuevas obras para Alicante, mientras que Elche solo dispondrá de 8,5 millones para la Ronda Sur. Tanto aman los populares a la Provincia de Alicante que el Gobierno de Rajoy destina en 2015 187,50 euros por ciudadano en las comarcas alicantinas frente a los 1.968,99 euros que ha invierte, por ejemplo, en Orense. Tan sublime amor por esta tierra hace que el Gobierno del PP condene el trasvase Júcar-Vinalopó tras gastarse 400 millones para enviar 8 hm3 y olvide el prometido Plan Hidrológico Nacional, que la inversión estatal en el litoral alicantino se hunda un 98% en siete años o que hayan relegado a nuestra provincia al puesto 26 de toda España en inversiones para el mantenimiento de carreteras. Y ¿para qué seguir? El amor de los Sres. Císcar, Fabra, JJ Zaplana y tantos otros líderes populares por Alicante se traduce en cifras y hechos incontestables que relegan a la 5ª provincia española en población y PIB al furgón de cola de las inversiones de la Generalidad Valenciana y del Estado, ambas administraciones gobernadas por el Partido Popular.

Los políticos pueden decir lo que les venga en gana, hasta la última estupidez que se les pase por la imaginación, pero, por favor, un poco de respeto a los ciudadanos, Sr. Císcar. No Insulte a nuestra inteligencia, el patriotismo como el amor se demuestra con hechos, no con palabras y menos aún tan cursis como huecas. Obras son amores y no buenas razones.

Santiago de Munck Loyola


sábado, 24 de enero de 2015

La Caja B de Bárcenas y sus discípulos alicantinos.


La salida de la cárcel del extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, ha sido ciertamente inoportuna para este partido. Inoportuna porque se ha producido pocos días antes de que los populares iniciasen su Convención, evento propagandístico destinado a insuflar ánimos a las desencantadas huestes populares, a servir de pasarela de todos cuantos aspiran a seguir en “el machito” y a transmitir los mensajes a la ciudadanía que durante tres largos años no se han escuchado e inoportuna porque esta excarcelación se produce a pocos meses de unas importantes elecciones en las que el enfado ciudadano con la corrupción y con cierta clase política se va a hacer notar.

El ahora innombrable para muchos dirigentes del PP, Luis Bárcenas, que, por cierto, hasta el pasado 28 de enero de 2013 seguía percibiendo mensualmente su nómina de Génova 13, se ha vuelto bastante más locuaz de lo que era antes de su paso por Soto del Real y parece que no tiene, ni va a tener, ningún inconveniente en contarnos detalles de cómo se manejaba el dinero en el Partido Popular. Y ha empezado por lo que parece algo más que evidente: que había una Caja B en el Partido Popular, afirmación que tiene visos de absoluta credibilidad para el magistrado que instruye la causa por la que el Sr. Bárcenas ha pasado casi dos años en la cárcel. De poco sirve que el Sr. Floriano, recientemente nombrado director de la campaña electoral del Partido Popular para mayor regocijo de los adversarios del PP, se haya apresurado a afirmar con tanta solemnidad como poca convicción que en el PP nunca ha habido una Caja B.  ¿De dónde han venido si no los sobresueldos y “préstamos” reconocidos ya por distintos miembros del PP? ¿De dónde si no proceden determinados pagos de obras y de gastos electorales? 

Podría preguntar el Sr. Floriano en el PP de Alicante, por ejemplo. Podría preguntar al Presidente Provincial Sr. Ciscar si es cierto o no si pagaba facturas de campaña electoral en negro, como afirma la Guardia Civil en sus informes. Podría también preguntárselo entre otros a la Alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, o al Alcalde de Crevillente, César Augusto Asencio, señalados también y por la misma razón en los informes policiales aportados en la causa de la rama valenciana de la trama Gürtel. Los tiene ahora cerquita, en la Convención. Y también podría preguntar aunque ahora ande de tertuliana en Tele Cinco a Sonia Castedo para que le explique cuanto gastó y de dónde venía todo el dinero empleado en las campañas de electorales de 2007 y 2011. Incluso el Secretario Provincial, el edil derrochador de San Vicente de Raspeig, Sr. Zaplana, le podría explicar cómo se manejaban fondos en cuentas paralelas a nombre de asociaciones en distintas localidades de la provincia de Alicante. ¿Una Caja B en el PP? Pues a lo mejor va a terminar teniendo razón el Sr. Floriano. Una no, pero sí muchas Cajas B.

La existencia de Cajas B no es un pecado exclusivo del Partido Popular. Se trata de una práctica bastante extendida entre los partidos políticos del sistema. Luis Bárcenas no hace sino poner negro sobre blanco, subrayar lo que es una práctica muy generalizada entre los partidos políticos que se han venido mostrando poco interesados o incapaces de establecer una regulación clara, estricta y eficaz para acabar con estas anómalas situaciones. No nos pueden venir a hablar de regeneración política unos partidos que no empiezan por regenerarse a si mismos, unos partidos que tienen tan poca adhesión y afecto ciudadano que son incapaces de sobrevivir sin el dinero del contribuyente percibido mediante las subvenciones que se otorgan a si mismos, unos partidos que esconden su contabilidad a sus propios afiliados.

Los ciudadanos queremos ejemplaridad y transparencia en nuestros dirigentes y en los partidos políticos. Queremos una democracia fuerte y para ello necesitamos unos partidos políticos sólidos, capaces de ganarse la adhesión y la confianza de la ciudadanía. Y para ello necesitamos saber de dónde procede el dinero de los partidos y cómo lo gastan. Es un síntoma de mala salud democrática que el 80% de los ingresos de los partidos políticos provenga de subvenciones y que sin ellas no puedan sobrevivir. No es de recibo que mientras que tantos alicantinos lo pasan mal, PP y PSOE aprobaran el año pasado que con dinero de la Diputación de Alicante, presidida por la Sra. Luisa Pastor, podrían pagar vía subvención el alquiler de sus sedes. Luz y taquígrafos es lo que la financiación de los partidos políticos necesita, cuentas claras y públicas, ni un euro de subvenciones y fiscalización judicial rigurosa. En Esperanza Ciudadana de Alicante apostamos por que así sea.

Santiago de Munck Loyola


miércoles, 24 de diciembre de 2014

COMUNICADO ANTE LA DIMISIÓN DE LA ALCALDESA DE ALICANTE.

23-12-2014
COMUNICADO ANTE LA DIMISIÓN DE LA ALCALDESA DE ALICANTE.

La dimisión anunciada hoy de la Alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, constituye una buena noticia para todos los alicantinos y, especialmente, para los que desde hace años han tenido el valor de denunciar sus inaceptables prácticas de gobierno, avaladas por el PP de Alicante, en medio de un generalizado silencio de gran parte del tejido social e informativo alicantino. Se trata de una dimisión forzada e incompleta y únicamente destinada a intentar lavar la cara del PP alicantino, porque una regeneración democrática auténtica exige la dimisión de quienes la han apoyado, tutelado y protegido desde el Partido Popular de Alicante y, en especial, del Secretario General provincial, José Juan Zaplana, y del Presidente Provincial, José Ciscar.

Esperanza Ciudadana lamenta que esta dimisión tardía se haya realizado a través de una red social ignorando y despreciando así al conjunto de los ciudadanos de Alicante.

Con la dimisión de Sonia Castedo no se cierra una etapa política, sino personal, pues sus políticas, que tanto daño han hecho a la buena imagen y al prestigio del Ayuntamiento de Alicante, son las del Partido Popular y las de sus concejales cómplices y cooperadores políticos y estas políticas tienen su continuidad no sólo en la permanencia de los mismos, sino también en la ejecución del presupuesto de la ciudad recientemente aprobado y al servicio exclusivo de los intereses de los “amigos” y financiadores de las campañas electorales ilegales del Partido Popular.

Ante esta situación, Esperanza Ciudadana, partido alicantinista y regeneracionista, va a seguir construyendo una alternativa centrada, moderna y profundamente democrática, para ofrecer a los alicantinos un proyecto político al servicio del conjunto de los ciudadanos, al servicio de los intereses generales, de nuestra provincia y de nuestra ciudad.



domingo, 14 de diciembre de 2014

El patio revuelto.


A cinco meses de las próximas elecciones municipales y autonómicas el patio político alicantino no podía estar más revuelto, aunque nunca se sabe habida cuenta las peculiaridades de algunos de los personajes que transitan por los distintos partidos políticos. Los movimientos son incesantes, los cuchillos vuelan, los rumores se disparan y aflora la peor cara de algunos sujetos. Las ambiciones desmedidas, el ansia de poltrona, la ausencia de un “modus vivendi” alternativo de quienes han hecho de la política su único medio de subsistencia no hacen sino subrayar el rostro más feo y menos amable de la política. A ello contribuye además la incertidumbre de los posibles resultados que las encuestas señalan y que se pueden resumir en una drástica disminución de la cuota de poder del hasta ahora partido mayoritario, el Partido Popular, y en un imprevisible reparto para el resto, con la posibilidad de éxitos para nuevas opciones.

Espectáculo señalado y lamentable el del Partido Popular de la Comunidad Valenciana y, en especial, el del PP de Alicante con unas expectativas electorales bastante negras. Resulta especialmente bochornoso ver el Presidente Fabra mendigar firmas y avales para ser, por primera vez, candidato a la Presidencia de la Generalidad a la que accedió de rebote sin pasar por las urnas. Dar ese paso revela cierta candidez por su parte porque las negativas, más o menos explícitas, que ha recibido eran de esperar y especialmente la del Presidente popular alicantino José Ciscar (“Tu quoque, Brute, fili mi”), un arribista y oportunista reconocido ávido de ser él mismo el candidato. Y si son ciertos los rumores según los cuales José Ciscar no estaría mal visto en Génova para ese puesto sería la confirmación de que en Madrid siguen ignorando lo que ocurre en nuestra provincia y de que, sencillamente, pasan de los alicantinos. José Ciscar y su ayudante José Juan Zaplana son los responsables de haber situado el PP alicantino a la cola del furgón de la regeneración, de haber roto al PP en numerosos municipios, de tutelar y proteger a Sonia Castedo y, en definitiva, de la pésima imagen del Ayuntamiento de Alicante. Ahora pretenden ponerse el traje de la regeneración y, la verdad, les queda muy estrecho, intentan lavarse la cara sacrificando a su protegida, pero llegan tarde, ya han hecho todo el daño que podían hacer a Alicante. A todo ello, resulta poco edificante contemplar al Secretario General popular, José Juan Zaplana, teniendo que dar explicaciones de los contratos que dio a dedo a uno de los implicados en la red corrupta Púnica. Y mientras tanto, los concejales del PP en el Ayuntamiento de Alicante, Valor, Castillo, Barcala, Seva… (los cómplices políticos de Sonia Castedo) realizando toda clase de maniobras y de declaraciones para desmarcarse y para ver si consiguen situarse bien en la era poscastedo. ¡Ridículos y patéticos!

Claro que si bochornosa es la situación del PP alicantino, no lo es menos la situación del Partido Socialista que ha hecho de la división interna su principal seña de identidad. Los socialistas no se renuevan ni aunque venga a verlos el mismísimo Pedro Sánchez. Unos y otros, socialistas y populares, están más que nunca “a lo suyo” que no es precisamente “lo de los ciudadanos”, hartos, atónitos y asqueados del politiqueo. Buen ejemplo de ello es la bancada municipal socialista completamente fracturada mientras que el alcaldable Gabriel  Echávarri, con “tics” autoritarios más que notables, que en teoría venía a regenerar su partido se dedica a fichar como loco a antiguos colaboradores del Partido Popular, curiosa regeneración, seguramente para  ver si se le “pega” algo a su descabalada organización. La verdad es que lo de los socialistas alicantinos no tiene nombre. Parece que trabajan a destajo para ayudar al crecimiento de Podemos. Y estos últimos aprovechando y creciendo mientras deshojan la margarita de la fórmula para comparecer en las elecciones  y mientras engullen al resto de las formaciones de izquierda. Sin programa, sin propuestas pero con mucho marketing y mucho populismo terminarán por rentabilizar el trabajo y la estructura de formaciones como Esquerra Unida.

Y hablando de fracturas y numeritos la de UPyD en la Comunidad Valenciana y en nuestra provincia tampoco tiene nada que envidiar a la socialista, al fin y al cabo, la cabra siempre tira al monte y UPyD no deja de ser una escisión del PSOE. Y es que los ramalazos autoritarios de Dª Rosa terminan por sacudir a toda la organización y de ahí las salidas en bloque de militantes magentas. Y los que se pasan de UPyD a Ciudadanos en la Provincia de Alicante salen de Málaga para meterse en Malagón porque Ciudadanos, en nuestra Provincia, no termina de despegar gracias o por culpa del hecho poco conocido de estar bajo el control de antiguos colaboradores del ex presidente provincial popular Joaquín Ripoll. El mensaje limpio y renovador que Albert Rivera está tratando de exportar desde Cataluña al resto de España tiene serias dificultades de credibilidad en Alicante a causa del origen político y, en consecuencia de los métodos de expansión, de la cúpula de esta organización.

Así las cosas, siguen existiendo dos grandes retos en la política alicantina: de una parte, movilizar a todos los ciudadanos que no quieren experimentos y que no siendo de izquierdas no pueden volver a confiar en un partido que les ha traicionado y abandonado y, de otra, atraerlos a un proyecto nuevo y centrado que anteponga por primera vez los intereses de Alicante a cualquier otra consideración. Y cada día somos más los que estamos dispuestos a afrontar estos retos.

Santiago de Munck Loyola


martes, 2 de diciembre de 2014

Los “Pequeños Nicolases” del PP alicantino.


Que Francisco Nicolás Gómez Iglesias, alias el pequeño Nicolás, es un jeta, un caradura y un farsante, parece que está fuera de toda duda o así al menos lo percibe la mayor parte de la opinión pública. El pequeño Nicolás ha engañado a mucha gente fingiendo ser lo que no era, dando gato por liebre y llegando, incluso, a creerse el papel que representaba. Iba de lo que no era y da la sensación de que se cree sus propias fantasías. El personaje bien podría encuadrarse en la tradición de la picaresca española y seguramente sus andanzas podrían servir para hacer una novela.

No es el pequeño Nicolás el único farsante que parece haberse creído su papel. Sin ir muy lejos, tenemos cerca de dos personajes que bien podrían formar parte también de la picaresca política española. Se trata de José Ciscar, Presidente del PP de Alicante, y de José Juan Zaplana, Secretario Provincial del PP alicantino, dos personajes que nada tienen que envidiar al pequeño Nicolás en cuanto a capacidades teatrales. Ambos transitan por el mundo político disfrazados, ambos van de lo que no son. Cuando se compara sus actuaciones con sus discursos, sus hechos con sus palabras se hace patente que estos sujetos portan máscaras, caretas y ¡menudas caretas!

Diario ABC
Da la casualidad de que ayer coincidieron dos noticias que afectan al Partido Popular de Alicante. De una parte, el Diario ABC (http://www.abc.es/local-alicante/20141130/abci-alicante-barcelona-201411301802.html) ofrecía el siguiente titular “La regeneración democrática de Císcar sitúa a Alicante en la vanguardia del nuevo PP” bajo el que se daba cuenta, con una pésima redacción, de “los éxitos” regeneradores de la cuadrilla de Ciscar. Hay que matizar que, con el rigor periodístico que suele caracterizar a este Diario en relación a la noticias de nuestra provincia, el ABC no era el autor de la noticia, ni de su penosa y reiterativa redacción, sino que se había limitado a transcribir un comunicado del servicio de “prensa y propaganda” del PP alicantino (http://www.alicantepp.es/las-iniciativas-de-regeneracion-democratica-de-ciscar-situan-a-los-populares-de-la-provincia-de-alicante-en-la-vanguardia-del-nuevo-pp-de-rajoy/)  en el que, al parecer, a pesar del dinero público que se embolsan no cuentan con alguien capaz de redactar con cierta soltura periodística.

Página web PP Alicante
Simultáneamente, el Diario El País publicaba lo siguiente: “El PP me pagó con billetes de 500 en b parte de una campaña en Alicante” (http://politica.elpais.com/politica/2014/11/30/actualidad/1417366127_817999.html) y daba cuenta de las declaraciones del empresario Enrique Ruiz Córcoles, propietario de la agencia de publicidad ER Backspin, al que el Partido Popular de Alicante encargó gran parte de la campaña electoral de 2007, pagándole terceros en B y adeudándole aún más de 140.000 euros.

La noticia es nueva para el público, pero los hechos eran conocidos desde hace tiempo por los Sres. Ciscar, José Juan Zaplana y también por Julio de España al que en su calidad de presunto Presidente Local del Partido Popular un servidor, cuando era afiliado del Partido Popular, le remitió un escrito señalando la existencia de deudas electorales y solicitando el examen de la contabilidad. Los presuntos regeneradores no sólo no se dieron por enterados, no sólo no accedieron a enseñar la contabilidad a los afiliados sino que, además, aceleraron los trámites de expulsión de quienes pedíamos limpieza, honestidad, democracia interna y transparencia.


Es un sarcasmo que el PP alicantino pretenda arrogarse estar a la vanguardia de la regeneración democrática en el seno del Partido Popular y menos aún con estos émulos del pequeño Nicolás. Y si es así, apañados van en el PP de Rajoy. Ciscar y JJ Zaplana, tras su careta regeneracionsita, han demostrado por activa y por pasiva que son contrarios a la democracia interna, a la participación de los afiliados, a la transparencia en la contabilidad de un partido cuyos ingresos en un 80 % provienen de los presupuestos públicos, al cumplimiento de las normas contables y de transparencia del propio Partido Popular. Han demostrado sobradamente que les molesta la libre concurrencia de candidaturas en las elecciones internas, que reparten los puestos orgánicos como si el partido fuera su cortijo, que presiden cenas de homenaje cuando se imputa a la alcaldesa, que la nombran coordinadora del partido para sortear la famosa línea roja de Fabra, que pastelean con ella la fragmentación del PP en distritos, que no asumen responsabilidad alguna como en el caso del Sr. Ciscar cuando es señalado por la Guardia Civil como pagador con dinero negro a la trama Gürtel ni ofrece explicación alguna a los ciudadanos y que no son capaces de adoptar ninguna medida de ejemplaridad. ¿Alguien en su sano juicio puede pensar que estos hechos (que no opiniones) se corresponden con políticos que creen en la regeneración? ¿Alguien sensato, salvo el ABC, puede tomarse en serio la nota-panfleto del PP alicantino autoproclamándose vanguardia regeneradora? ¿Un partido que esconde su contabilidad a sus propios afiliados y sobre el que recaen sospechas fundadas de financiación irregular puede ser un ejemplo positivo? Por favor, ya está bien de engaños. Ya esta bien de “pequeños Nicolases”. En la política, no, por favor.

Santiago de Munck Loyola

Para más información se adjuntan los siguientes enlaces:


domingo, 30 de noviembre de 2014

Esperanza Ciudadana.


Ante las injusticias, la corrupción y ante todo aquello de la vida política que no nos gusta podemos resignarnos o dar un paso al frente y decidir implicarnos para cambiar las cosas. Hoy, afortunadamente, los ciudadanos podemos cambiar las cosas. El poder está ahí y es nuestro, pero tenemos que saber utilizarlo. Para transformar nuestra sociedad, para mejorar nuestro pueblo o nuestra ciudad no debemos seguir esperando cómodamente a que alguien venga a hacerlo, a que alguien nos ofrezca soluciones mágicas. Somos nosotros mismos los que podemos y debemos intentar elaborar las recetas necesarias, porque somos nosotros los que mejor conocemos los ingredientes que hay en nuestro entorno, en nuestra vida diaria. Nos han engañado, nos han traicionado y nos han vendido no se sabe muy bien por qué, porque aquí nadie da la cara y nadie explica nada.

No somos pocos los ciudadanos de Alicante que desde hace tiempo nos venimos sintiendo políticamente huérfanos ante tanta promesa incumplida, ante el triste y corrupto panorama político diario y ante las negras perspectivas que, como consecuencia de lo anterior, las encuestas anuncian. En una situación como ésta hay varias posibilidades de actuación. Uno puede conformarse con lamentarse y  criticar la situación en las redes sociales, en el bar o con los amigos y en las próximas elecciones municipales, que están a la vuelta de la esquina, abstenerse o taparse la nariz y volver a votar al candidato que, una vez más, vuelva a imponer la dirección provincial del PP, con tal de impedir el triunfo de cualquier aventura populista. Una segunda posibilidad es optar por alguno de los partidos regeneracionistas minoritarios, aunque son prácticamente inexistentes en el campo del centro derecha. Y otra opción, mucho más comprometida y difícil es dar un paso más y colaborar activamente en la construcción de un proyecto político nuevo y diferente con el que sentirse identificado y trabajar por su triunfo electoral.

La inexistencia de un partido de centro derecha con una auténtica vocación regeneradora y que defienda los intereses de nuestra provincia y de sus municipios es la razón que nos ha impulsado a un grupo de ciudadanos a fundar Esperanza Ciudadana. La regeneración política en su más amplio significado y la Provincia de Alicante son las notas que diferencian a este nuevo proyecto político de todos los demás. Nos hemos unido personas que compartimos muchos principios y valores, personas que se definen como liberales, centristas o conservadoras, que amamos a España y que, por ello, entendemos que hace falta un Alicante fuerte y políticas nacidas en las calles de los municipios alicantinos. No queremos que desde Madrid, Barcelona o Valencia nos digan quiénes tienen que representarnos. No necesitamos que desde Valencia, Barcelona o Madrid nos dicten los programas o las políticas que Alicante necesita porque llevan décadas haciéndolo y los resultados están a la vista, peores imposible. Nos hemos unido y estamos construyendo un proyecto político alicantino porque queremos que desde las calles de Denia, de Orihuela, de Alcoy, de Villena o de Alicante se decida quién ha de representarnos y se diga a Valencia y a Madrid qué necesitan nuestros municipios y qué exigimos para nuestra Provincia. Nos hemos unido porque queremos construir un proyecto político distinto, en el que el afiliado y el simpatizante tengan siempre voz y voto, en el que la participación y la transparencia sean constantes y en el que la conexión con la sociedad sea permanente. Un proyecto que se ocupe en primer lugar de buscar soluciones a los problemas inmediatos: paro, desahucios, derecho a la vivienda, pobreza, alimentación infantil, dependencia, libertades públicas, etc.

Los ciudadanos podemos, si queremos, cambiar las cosas. Y dentro de seis meses podremos intentarlo con el voto si somos capaces de presentar propuestas regeneradoras, programas creíbles y candidatos solventes. Esperanza Ciudadana está en ello. Esperanza Ciudadana es ya una realidad, pero también es un proyecto de cambio; un proyecto porque se está construyendo con el concurso y ayuda de ciudadanos comprometidos con la sociedad e ilusionados con el objetivo de legar un futuro mejor para sus hijos. Pero la consolidación y el éxito de una empresa como ésta dependen de la ayuda y del compromiso de mucha más gente, de la gente que ya nos conoce y nos sigue en las redes sociales y de la gente que aún no sabe de nuestra existencia.

No es tarea fácil. No tenemos prácticamente acceso a los medios de comunicación. No contamos financiación pública ni la queremos. Dispondremos de lo que los ciudadanos quieran, de lo que la gente aporte. En definitiva Esperanza Ciudadana llegará hasta donde los vecinos quieran que llegue. No, no es tarea fácil y los obstáculos son muchos pero defender a nuestra Provincia y trabajar por una sociedad mejor y más limpia merece la pena de verdad. Tú puedes hacerlo, no te resignes y ¡actúa!

Santiago de Munck Loyola


lunes, 3 de noviembre de 2014

Hay alternativas.


Derechas e izquierdas andan revueltas y nerviosas ante los resultados que, encuesta tras encuesta, se otorgan a Podemos. Y encuestas las hay para todos los gustos pero todas coinciden en un incremento espectacular de la intención de votos de esta nueva formación política de rancio trasfondo ideológico. Son muchos los factores que influyen en este crecimiento electoral: la indignación ciudadana ante la corrupción, ante los recortes, el desempleo, el aumento de la desigualdad social, la falta de ejemplaridad de la mayor parte de la clase política, los incumplimientos programáticos, la falta de buenas perspectivas, etc. Ante un panorama económico, político y social desolador cualquier discurso que cuente con apoyos mediáticos, que no esté lastrado por un pasado de gestión criticable y que ofrezca soluciones por muy utópicas o irrealizables que sean tiene grandes posibilidades de calar entre los ciudadanos.

Es evidente que el mensaje de Podemos ha calado en la izquierda y que se va a producir un nuevo reparto de la tarta electoral con importantes cambios. Lo que no es tan evidente es que este mensaje haya calado en el votante de centro derecha aunque una pequeña parte del mismo, la menos ideológica, esté dispuesta a asumirlo y a otorgar su voto como una forma de castigo. Pero ¿qué pasa con los votantes que no son de izquierdas? Es curioso. El Partido Popular se derrumba en las encuestas y lleva camino de superar el record de la UCD en 1982 pero sus dirigentes no aciertan a salir del asombro o del escepticismo y se muestran incapaces de reorientar su discurso y, sobre todo, su política. ¿Por qué? Pues porque están desconectados de la realidad de la calles y son incapaces de realizar lo que debería ser un requisito previo, una profunda autocrítica.

Hay que señalar que el Partido Popular, como instrumento político, como maquinaria electoral, parte en desventaja respeto a muchas otras formaciones políticas. Es una gigantesca maquinaria política piramidal, carente de vida política interior, en la que las bases, lejos de ser la fuente del poder interno, son un simple instrumento al servicio de la estructura de poder. Lejos de aprovechar la conexión social que supone disponer de cientos de miles de afiliados y de enriquecer y actualizar permanentemente el debate interno, las propuestas políticas y los mensajes del partido, las bases no cuentan para nada en la estructura del Partido Popular. Y eso se nota. Las políticas que se han desarrollado no responden ni al programa comprometido con los electores, ni a las aspiraciones de la militancia por lo que el distanciamiento entre Partido y votante es cada día mayor.

Muchos de los votantes de centro derecha no van a repetir su voto al Partido Popular y se van a abstener en los próximos comicios y otros, los menos, se van a decantar por otras formaciones como Ciudadanos o UPyD fundamentalmente. Es la respuesta a los incumplimientos electorales, a la falta de ejemplaridad de buena parte de la clase política y al continuo goteo de casos de corrupción que no pueden sino abochornar hasta al más leal incondicional.

Si al mayor incremento de la presión fiscal sobre la clase media, si al permanente empobrecimiento de la misma, si a los continuos recortes en educación, en sanidad o prestaciones sociales, si a los incumplimientos en materia de protección a la vida y a la familia, si al continuismo en la política antiterrorista o en materia autonómica, si a la falta de ejemplaridad, si a la ausencia de una política informativa inteligente sumamos además la continua aparición de casos de corrupción con relevantes dirigentes populares implicados y la ausencia de una respuesta clara, definida y contundente por parte del Partido Popular no es de extrañar que las encuestas vayan por donde van. No se puede pasar, como si nada, de hablar de “casos aislados” al “pedir perdón” por haber nombrado a los corruptos en puestos de responsabilidad política. No se puede pasar del “vamos a hacer un pacto anticorrupción” al “y tú más” sin que de ello se deriven consecuencias políticas. Porque todo ello, lo único que transmite es la sensación de ausencia de convicciones profundas y, por tanto, de una clara determinación para acabar con esta lacra. La falta de democracia interna es la que obliga a Rajoy a pedir perdón por haber promovido políticamente a determinadas personas, es la evidencia de que no son los militantes populares los que se han equivocado al elegir a un Fabra, a un Granados, a un Blasco o a una Castedo sino que son los más altos dirigentes los que se han equivocado. En política, cuando alguien se equivoca y de esta manera, no sólo se pide perdón sino que, además, se dimite.

No tiene ningún sentido que para intentar acabar con la corrupción haya que proponer pacto alguno. Es como si para perseguir la pederastia hiciese falta pactar con la oposición. La corrupción se persigue con la ley en la mano y mecanismos legales ya existen aunque falten medios para hacer más rápida y efectiva la justicia. El problema no está en la persecución y castigo de la corrupción, el problema está en la prevención, en la adopción de medidas que impidan o dificulten la aparición de nuevos casos. La prevención pasa por dos ejes fundamentales, de una parte, la eliminación de la discrecionalidad del político en determinados procedimientos ejecutivos y, de otra, el incremento de los mecanismos democráticos de selección y control en la vida interna de los partidos. Y en este segundo eje la clave está en la selección y el posterior control democrático de quienes ostentan cargos públicos de responsabilidad, es decir, en los mecanismos de selección interna de los partidos para proveer los cargos públicos. Algo que, por el momento, el Partido Popular no está dispuesto a tocar. Un partido que usa el “dedazo” para confeccionar sus listas electorales, para estructurar su organización y sus congresos está desconectado de sus bases y, por tanto, de la ciudadanía y mal puede así prevenir la aparición de fenómenos de corrupción entre sus filas.


Si algo deben tener claro los votantes del Partido Popular y especialmente en Alicante y en la Comunidad Valenciana es que con sus actuales dirigentes no hay futuro posible porque son los auténticos responsables, por acción o por omisión, del sucio panorama que nos rodea. ¿Quiénes son los responsables de la confección de las listas electorales a las Cortes Valencianas plagadas de imputados y procesados? ¿Ha dimitido alguien por la evidente chapuza que fueron esas listas? Nadie. Siguen al frente del partido los mismos, los que están desmotivando al votante y dejando el campo libre a la izquierda. Son los mismos los que ya han dado por perdida la batalla y están más preocupados buscándose puertas giratorias que en dar la cara, en dar un paso al frente y reconstruir una opción política de centro derecha digna de los cientos de miles de ciudadanos que en nuestra Comunidad no quieren aventuras políticas. Ante un Partido Popular autocomplaciente, desconectado de la realidad, en proceso de descomposición y sin talante ganador, el votante de centro derecha no puede, ni debe sumirse en el pesimismo. Hay otras opciones dispuestas a recoger el testigo, hay alternativas y en Alicante se llama Esperanza Ciudadana.

Santiago de Munck Loyola


lunes, 27 de octubre de 2014

​Rivas, hace 25 años.


Dentro de pocas semanas se cumplirán 25 años de la fundación del Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid que tuve el honor y la responsabilidad de impulsar. Corría el año 1989, un año especialmente intenso para el centro derecha español que se enfrentaba al relevo de su líder fundador, Manuel Fraga, sustituido por un joven político, José María Aznar, como cartel electoral en los comicios que se celebraron el 29 de octubre de aquel mismo año. Rivas-Vaciamadrid, con casi 10.000 habitantes, no contaba con una organización local de Alianza Popular refundada como Partido Popular en aquellas fechas.

Han pasado 25 años desde entonces pero conservo intactos los mismos principios e ideales que me impulsaron a dar aquel paso, fundar el Partido Popular en Rivas-Vaciamadrid, en un entorno político y social francamente hostil. Pocos que no conozcan y hayan vivido allí en aquella época pueden hacerse una idea aproximada de las enormes dificultades que aquella empresa encerró y el coste personal que supuso, tanto para mí como para los pocos vecinos que inicialmente apostaron por ello.              
 
Estábamos convencidos de la necesidad de promover una alternativa política regeneradora, centrada en la búsqueda de soluciones a los problemas de la gente, con un talante abierto, integrador y dialogante; una opción moderna, liberal, reformista, con aires renovados pero anclada en los principios y valores del humanismo cristiano. Y lo hicimos tal y como ya se ha contado en estas páginas ( http://santiagodemunck.blogspot.com.es/2010/06/hace-20-anos.html ). Durante 14 años tuve el honor de presidir el Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid y logramos convertirlo en la segunda fuerza política municipal, en una organización viva, dinámica, participativa y democrática que, con sus errores y aciertos, se consolidó como una auténtica alternativa de gobierno.   
 
Han pasado 25 años y hoy ya no milito en el Partido Popular. Paradójicamente he sido expulsado del mismo por defender en Alicante y ante el PPCV los mismos principios y valores que en su día me impulsaron a hacerlo en Rivas-Vaciamadrid. Pero hay que subrayarlo, el PP de Alicante, con su Ciscar, su Ripoll, su Castedo, su JJ Zaplana y demás colaboradores necesarios, y el PPCV, con su Fabra, su Camps, su Cotino, su Del baño y demás, poco o nada tienen que ver con los ideales de responsabilidad política, de renovación de la vida pública, de apuesta por la libertad, la transparencia, la participación ciudadana, la democracia interna o la eficacia en la gestión pública que, con uñas y dientes, defendíamos en 1989.     
 
Han pasado 25 años en los que la militancia activa en el Partido Popular no estuvo exenta de riesgos personales ni de sacrificios de toda índole para lograr que el proyecto político se hiciera realidad. Y, día a día, con profunda pena se comprueba, caso tras caso, que mientras la inmensa mayoría de la militancia popular se dejaba la piel para que los ideales y programas populares se convirtiesen en realidad de gobierno, buena parte de la élite del partido se dedicaba a hacer negocios sucios en la política. Mientras los militantes poníamos nuestro trabajo, nuestro tiempo y nuestro dinero, mientras que buzoneábamos las calles, pegábamos carteles, pasábamos interminables horas en las mesas electorales, o teníamos que mirar cada mañana los bajos de nuestro coche o nos tragábamos interminables mítines para que se cosecharan unos miserables minutos en los informativos, buena parte de nuestros dirigentes se dedicaban a llenarse los bolsillos. La falta de cauces democráticos internos adecuados permitió que fueran medrando en la estructura del partido y en las instituciones,  centenares de personas que se lo han estado llevando crudo, que hicieron de la política un modus vivendi poco ejemplar y cuyas actividades han terminado por corroer las vigas de madera del edificio popular. 

Un partido que no rinde cuentas de sus ingresos ante sus propios militantes (como en Alicante, sin ir más lejos), un partido que decide con el “dedazo” (disfrazado de comités electorales) los nombres de los dirigentes y de los candidatos, un partido que impide que sus afiliados puedan controlar y exigir responsabilidades a sus cargos públicos, un partido en el que la meritocracia ha sido sustituida por el amiguismo y el “borreguismo”, un partido en el que el debate interno y la participación de sus militantes han sido sustituidos por la adhesión inquebrantable y el prieta las filas tenía que encontrarse, tarde o temprano, con la colección de escándalos que día sí, día también, salpican y enfangan al Partido Popular.        
 
Han pasado 25 años y compruebo con profunda pena lo que han hecho líderes y compañeros a los que profesaba respeto y, en algunos casos, admiración. Tanto esfuerzo, tanta entrega, tanta confianza y tanto sacrificio de cientos de miles de militantes tirado por la borda por culpa de la rapiña y la ausencia de escrúpulos y de principios  de unos pocos. ¡Qué gran engaño! ¡Qué monumental estafa! Y, lo que es peor, es que no hay perspectivas optimistas. El centro derecha español decente está huérfano, hoy por hoy, porque no se vislumbra, fuera de retoques cosméticos destinados a tratar de salvar la situación, ni una sólida medida eficaz para corregir el rumbo. Los responsables, por acción o por omisión, no pueden liderar regeneración alguna ni en Madrid, ni en Valencia, ni en Alicante. Hoy, muchos afiliados en Rivas-Vaciamadrid, a los que deseo todo el éxito posible, como en muchos otros puntos de España, estarán sorprendidos, desilusionados o enfadados. Y buenas razones tienen para ello.

Han pasado 25 años y con la misma ilusión que entonces sigo defendiendo la necesidad de un proyecto político de centro derecha renovado para mi ciudad y mi provincia, Alicante. Y como yo, un buen número de amigos y compañeros, que entienden que la lealtad a los principios y a los valores no debe correr en paralelo a la fidelidad a unas siglas concretas monopolizadas por unos aprovechados o unos incompetentes, nos hemos puesto manos a la obra y estamos construyendo un nuevo partido, Esperanza Ciudadana. Es el único proyecto político alicantinista, regenerador, reformista, radical y liberal que puede ofrecer a los ciudadanos una sólida alternativa de gobierno en medio de este páramo de principios y valores en que el Partido Popular de Alicante ha convertido la política de la provincia. No es posible seguir siendo meros espectadores, no es bueno resignarse y quedarse en casa, no hay por qué taparse la nariz para seguir votando al centro derecha por temor a los que puedan venir. Hay que rebelarse y actuar, como hace 25 años, porque nos va a todos mucho en ello.

Santiago de Munck Loyola