Tras la enorme convulsión social generada por los atentados islamistas de Barcelona del 17 de agosto y sus consecuencias, polémicas incluidas, cualquier persona normal pensaría que el primer acto del Congreso de los Diputados, tras las vacaciones estivales, sería un debate, tal y como lo está haciendo la sociedad, sobre dichos atentados, sobre la actividad terrorista y su prevención. Pero no, no va a ser así, Podemos y Socialistas, han decidido que hoy el Congreso se dedique a hablar sobre la Gürtel a ver si pueden sacar algún rédito político del desgaste que supuestamente esperan generar al Presidente del Gobierno. Es evidente que la agenda de la clase política no coincide con la de los ciudadanos. Ellos a lo suyo.
Algunos se han dedicado a proclamar consignas señalando a culpables, sin fundamento alguno que las sustente, y miles de ciudadanos se han dedicado a propagarlas y a usarlas como armas dialécticas en las redes socian muy sorprendentes los intentos de desviar la atenciales, generando aún más fractura social. Resultón sobre la culpabilidad de los atentados incluso rebuscando en el pasado.
Y los culpables son los que en un momento determinado de sus vidas deciden acabar violentamente con la vida de personas inocentes. Poco importan, a la hora de determinar la culpabilidad, las causas o la finalidad de su decisión. En este caso los culpables, los autores de la matanza, son inmigrantes musulmanes acogidos e integrados en la sociedad española. Y punto. Éso es lo relevante.
Los motivos o las causas pueden ayudar a explicar lo sucedido e incluso a intentar prevenir nuevos atentados. Pero no pueden servir para diluir la culpabilidad teorizando sobre otros niveles de culpabilidad indirecta.
Otros buscan culpables en la foto de las Azores y sacan a pasear a Aznar y al imperialismo yanqui, el ruso en Afganistán no ¡por Dios! Pero cuando se habla de terrorismo islamista no hay que detenerse en Al Quaeda o en ISIS hay que ir más atrás en el tiempo para saber que no es una novedad generada a raíz de la foto de las Azores. Sin irnos demasiado tiempo atrás, los islamistas degollaron a decenas de miles de civiles en Argelia en los años 80 y 90 del siglo pasado por pecar votando. Sí, por pecar votando. El vicepresidente del FIS Ali Belhadj, en febrero de 1989 dijo en un discurso que “No hay democracia porque la única fuente de poder es Alá a través del Coran, y no el pueblo. Si el pueblo vota contra la ley de Dios, no es nada más que blasfemia. En este caso es necesario matar a los no-creyentes por la buena razón de que desean sustituir la autoridad de Dios por la suya propia”. ¿Las Azores? ¿Felipe VI? ¿El Gobierno Español?
O podemos recordar a los 18 asesinados y 82 heridos por una potente bomba el 12 de abril de 1985 en el restaurante "El Descanso", cerca de Madrid. Fue reivindicado por un grupo de la Yihad islámica. El principal sospechoso como autor de este atentado, Mustafá Setmarian, pudo incluso haber tenido conexiones con los terroristas islamistas del 11M. ¿Las Azores? ¿Felipe VI? ¿El Gobierno Español?
Hay por otro lado quienes buscan culpables en el conjunto de la sociedad, ésta vez no por comprar petróleo a los países árabes, sino por mantener una estructura de clases capitalista que termina por empujar a los marginados musulmanes hacia la radicalización. Y a pesar de que el marxismo ha demostrado sobradamente su incapacidad para explicar la historia y de ofrecer soluciones se empecinan en ello. Sin embargo, no son capaces de ofrecer una sola explicación plausible para saber por qué de los millones de marginados existentes tan sólo una pequeña parte, y además musulmana, se convierte en terrorista. ¿Las Azores? ¿Felipe VI? ¿El Gobierno Español?
Es muy significativo que al amparo de esas interesadas interpretaciones en la manifestación celebrada en Barcelona el pasado 26 de agosto no hubiese pancartas de condena al terrorismo islamista y, por el contrario, floreciesen carteles de condena al Rey, al Gobierno o a la islamofobia.
La solidaridad con las víctimas pasó desapercibida y la utilización de la manifestación para exhibir símbolos independentistas estuvo perfectamente orquestada por los mismos que no condenan el terrorismo de forma expresa. Claro, que no es posible olvidar que quienes hoy encabezan el golpe de estado a cámara lenta son los mismos que en 2004 pactaron con la banda asesina ETA que no matase en Cataluña.
De todo ello estarán tomando buena nota los terroristas. Nuestra debilidad como Nación es el reflejo de nuestra debilidad como sociedad, fruto de una progresiva pérdida de valores y principios religiosos y éticos, y que nos sitúa como blanco fácil para estos sujetos. ¿Unidad frente al terrorismo? Lamentablemente, con algunos, es imposible.
Santiago de Munck Loyola.
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