Sr. Echávarri:
Permítame que le distraiga un
momento de sus altas ocupaciones para llamar su atención sobre un problema que
estamos sufriendo cientos de vecinos de Rocafel. A la desidia y al tradicional
abandono a los que nos tiene sometidos su administración municipal (no hay más
que darse un paseo por la zona para darse cuenta de ello) hay que añadir ahora
el mal uso del entorno practicado por algunos vecinos con el consentimiento del
Ayuntamiento que usted preside.
¿Consentiría la Policía Municipal que las furgonetas de estas personas bloqueasen los accesos a la playa del Postiguet? Pues bien, si la respuesta es negativa me puede usted decir ¿por qué los vecinos de Rocafel tenemos que soportar todo eso sin que la Policía Municipal haga acto de presencia y haga cumplir las normas más elementales de convivencia? ¿Acaso no pagamos impuestos como los demás?
Desgraciadamente las cientos de
familias que vivimos en la zona nos hemos acostumbrado a que todos los días a
las siete de la mañana aparezca la grúa municipal para hacer caja llevándose
vehículos que no obstruyen la circulación y, sin embargo, no aparece durante el
día cuando la afluencia a las calas impide en muchas ocasiones la circulación
normal. Nos hemos acostumbrado a que el Ayuntamiento no haya repuesto desde
hace muchos años los carteles indicadores que existían en las playas
prohibiendo arrojar basura o el baño de perros, lo que provoca no pocos
conflictos.
Nos hemos acostumbrado a ver a un grupo de jubilados reconstruyendo con sus propias manos una rampa de acceso al agua para los minusválidos mientras usted invierte en playas para los perros. Nos hemos acostumbrado a que no limpien la zona de aparcamiento durante más de tres años consecutivos y a que la pintura que señalizaba las plazas sea un simple recuerdo. Incluso nos hemos acostumbrado a un servicio de recogida de basuras más que deficiente.
Pero todo tiene un límite Sr. Alcalde. Si usted no está dispuesto a cumplir la Ley, si no está dispuesto hacer que se cumpla, si no está dispuesto a tratarnos con igualdad y a dotar a nuestro barrio de los más básicos y elementales servicios públicos mejor váyase a su casa.
Nos hemos acostumbrado a ver a un grupo de jubilados reconstruyendo con sus propias manos una rampa de acceso al agua para los minusválidos mientras usted invierte en playas para los perros. Nos hemos acostumbrado a que no limpien la zona de aparcamiento durante más de tres años consecutivos y a que la pintura que señalizaba las plazas sea un simple recuerdo. Incluso nos hemos acostumbrado a un servicio de recogida de basuras más que deficiente.
Pero todo tiene un límite Sr. Alcalde. Si usted no está dispuesto a cumplir la Ley, si no está dispuesto hacer que se cumpla, si no está dispuesto a tratarnos con igualdad y a dotar a nuestro barrio de los más básicos y elementales servicios públicos mejor váyase a su casa.
Su sueldo, Sr. Alcalde, incluye
ocuparse no solo de la alta política, sino también ocuparse de los problemas
diarios de sus conciudadanos. Usted es responsable directo de la pésima
situación de un barrio tan céntrico como el nuestro y de dejar que se convierta
en una ciudad sin ley. Haga el favor de ponerse las pilas y de trabajar por la
gente. No es tan difícil.
Santiago de Munck Loyola