La dirección provincial popular
de Alicante acaba de convocar las elecciones internas a la Presidencia de las recientemente
creadas cinco Juntas de Distrito de la ciudad de Alicante. Con ello se pretende
culminar un proceso electoral desarrollado de espaldas a los afiliados e
iniciado hace más de un año con la supresión ilegal de la Junta Local de la ciudad de
Alicante que se ha saldado, entre otras cosas, con la expulsión de quienes lo
hemos venido cuestionando. No se trata de un asunto menor, tras ese cambio de
estructura organizativa del Partido Popular de la ciudad de Alicante se
esconden importantes cuestiones de fondo que tienen que ver con la democracia
interna y con la regeneración democrática de un partido profundamente
necesitado de las mismas.
Los ilustres vecinos de Teulada y
San Vicente, Sres. Ciscar y Zaplana respectivamente, decidieron que los
afiliados de la ciudad de Alicante ni siquiera debían opinar sobre cómo se
debía organizar el partido en la ciudad y acordaron suprimir la Junta Local de la ciudad,
sustituirla por cinco Juntas de Distrito e inventarse un nuevo órgano, el
Consejo de Dirección, coordinado por la Alcaldesa de Alicante. Es decir, que los
afiliados alicantinos pasarían a ser afiliados de segunda comparados con los de
las demás localidades de la
Provincia. Y ¿por qué han retorcido de esta manera los
propios Estatutos del PP creando este engendro? ¿Por qué este fraude político y
electoral? Pues hay varias razones.
De todos es conocido que la Junta Local del PP no
funcionaba desde hace muchos años y que la democracia interna brillaba por su
ausencia como lo demuestra el hecho de que no se celebrasen elecciones internas
desde hace 8 años o que los afiliados careciesen de cauces de participación. La
inexistente organización local solo era unas siglas, un coto cerrado de reparto
de puestos y prebendas entre grupos y “familias”. La nueva dirección
provincial, en lugar de optar por abrir un proceso electoral limpio, abierto,
transparente y participativo, optó por cortar el paso a cualquier alternativa
interna regeneradora nacida de las bases con el fin de seguir controlando el
dinero de los militantes alicantinos, de impedir que el PP alicantino pudiera
resurgir fuerte y renovado haciendo sombra al provincial y, sobre todo, de
controlar a la militancia para perpetuar los viejos hábitos. Pero, conseguidos
estos objetivos, existe uno aún más importante y que tiene que ver con la
famosa línea roja trazada por el Presidente Fabra según la cual ningún político
imputado puede optar a cargos orgánicos del PP. Nada impide estatutariamente
que Sonia Castedo, pese a estar imputada por diversos delitos, pudiera optar a
presidir el PP de la ciudad. Hoy por hoy, ella goza de toda la presunción de
inocencia y no tiene limitados sus derechos políticos. Lo impide una directriz,
no una norma, del Presidente Fabra que pocos se atreven a cuestionar
públicamente, pero que José Ciscar y su equipo han decidido sortear para
conseguir que, sin ser elegida por los afiliados, Sonia Castedo se sitúe en la
cúpula de los PP’s de la ciudad de Alicante.
Para lograrlo se han inventado un
Consejo de Dirección de los cinco distritos que será coordinado casualmente por
quien ostente la Alcaldía
de Alicante, o sea, Sonia Castedo. Confunden así el partido con el Ayuntamiento,
resucitando prácticas totalitarias, sacrifican los derechos políticos de los
afiliados a la situación procesal de la Alcaldesa y propinan una sonora bofetada a las
directrices del Presidente Fabra, a la democracia interna y a la imprescindible
regeneración democrática de una organización cuyos sacrificados militantes no
se merecen tanto desprecio y manipulación como la que están haciendo gala
algunos dirigentes provinciales. Ahora se comprende que el Secretario
Provincial presidiera una cena de homenaje a la Alcaldesa tras ser
imputada, que se reuniera con ella para “apuntalar” el proceso electoral
interno, que se haya perseguido a los militantes que han reivindicado más
ejemplaridad, más honradez y más democracia y que el Presidente Provincial,
José Ciscar, declarase el 1 de octubre que Sonia Castedo seguía siendo la mejor
candidata popular a la
Alcaldía de Alicante. Con dirigentes así, el PP alicantino no
necesita adversarios. Algunos recogerán muy pronto lo que están sembrando y desgraciadamente
lo veremos en las urnas.
Santiago de Munck Loyola
Presidente del Foro Esperanza
Popular
– Movimiento de Bases de
Alicante.
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