El secretario de Organización del PSOE, Óscar
López, el que no recordaba en campaña las tres razones por las que se debía
votar al PSOE, afirmó hace un par de días que su partido "no está de
acuerdo con el derecho a decidir", concepto incluido el jueves en una
resolución impulsada por el PSC en el Parlamento catalán y que no prosperó. La
que sí prosperó fue la resolución independentista de CiU con la abstención de
los socialistas catalanes.
Según el Sr. López "la posición de los
socialistas de Cataluña es una posición que defiende la legalidad, la
Constitución y que en España decidimos todos juntos". Debe ser por eso que
los socialistas se han abstenido ante la resolución independentista del Sr. Mas.
Auténticos malabares y toda clase de filigranas políticas están haciendo estos
días los socialistas para tratar de explicar a los ciudadanos la posición de
sus correligionarios en Cataluña.
Por su parte, el ex Presidente socialista extremeño
se ha descolgado con una pintoresca propuesta: ha exigido a Cataluña que si se
independiza devuelva a las 150.000 personas que "fueron sustraídas"
de la comunidad, "más sus hijos y sus nietos". "El 'president'
nos tendría que devolver antes lo que se llevó hace 30 o 40 años. No me refiero
a las riquezas materiales, sino a seres humanos", ha escrito en su blog. Y
se ha quedado tan ancho confirmando con ello lo que muchos sospechábamos que cualquiera puede llegar a presidir una
Comunidad Autónoma.
Más al sur, el vicesecretario general del PSOE de
Andalucía, Mario Jiménez, aseguró que “no entendía la posición del PSC en
relación con la abstención sobre la convocatoria del referéndum aprobado por el
Parlamento catalán”. Según él, “lo ocurrido en el Parlamento de Cataluña es una
huida muy peligrosa y un mensaje que no es de recibo en el momento que estamos
viviendo y en el que está atravesando nuestro país”. El número dos del PSOE
andaluz reclamó además una posición de los socialistas catalanes “más clara y
más contundente en defensa de Cataluña, de España y de la Constitución” o sea,
pedir peras al olmo. Esta petición responde, a todas luces, a la falacia
permanentemente instalada en seno del PSOE de que sus colegas catalanes
comparten criterios constitucionales. Sólo se engaña a si mismo quien desea
permanecer en la ignorancia: el Estatuto catalán fue una muestra inequívoca de
que los socialistas catalanes, con la bendición de Zapatero, no compartían los
principios de cohesión territorial que tanto ha proclamado el PSOE.
Y como para tapar estas vergüenzas propias no hay
nada mejor que intentar señalar las ajenas, aunque para ello haya que
inventárselas, el Sr. Rubalcaba, patriota donde los haya, y dispuesto a cerrar
filas con el Gobierno de España ante un desafío independentista como éste se ha
apresurado a equiparar la defensa de la Constitución que hace Rajoy con el
desafío independentista de Mas. Para Rubalcaba, Mas es un irresponsable por
promover la confrontación y Rajoy es otro irresponsable por defender la
Constitución. ¡Toma ya!
Hay que recordar de paso que gracias a Rubalcaba y
a Zapatero el Gobierno de España dispone de un instrumento menos para poner en
su sitio a Mas. Fue el PSOE el que en 2005
anuló la ley que tipificaba como delito la convocatoria ilegal de
referendos, aprobada por Aznar para parar los pies a Ibarretxe.
Hoy el PSOE tiene un problema y, además, grave. Ha
dejado de ser un partido de ámbito nacional y sus principios no están
representados en Cataluña. Los socialistas catalanes son un partido diferente al
PSOE y como tal decidirá su propio rumbo. Pero si el PSOE se queda cojo en
Cataluña es España la que tiene un problema añadido.
El desafío independentista constituye un gravísimo
problema para todos los españoles y su solución no puede ser responsabilidad
exclusiva del Gobierno, sino de todos los partidos, de todas las entidades y de
todos los ciudadanos que creen en la Constitución y en la igualdad entre todos
los ciudadanos. Y toda nuestra clase política ha sido y es la responsable de la
actual situación: por haber diseñado un inadecuado modelo territorial en la
Constitución y no haber tenido la valentía política para perfeccionarlo, por
haber cedido siempre a las pretensiones de los independentistas, camuflados de
nacionalistas a secas, por mantener un sistema electoral que prima a los
independentistas, por haber cedido la educación para que fueran cultivando
durante décadas sentimientos antiespañoles sustentados en manipulaciones de la
historia, por ceder tributos a cambio de votos o por hablar catalán en la
intimidad para lo mismo, por vender toda una herencia histórica a cambio de
míseras y coyunturales cuotas de poder. El PSOE tiene un problema y el PP y
Cataluña y España. Un enorme problema para el que nuestra clase política no
parece estar preparada.
Santiago de Munck Loyola