Este
fin de semana se celebra en Alicante el XIII Congreso del partido Popular de la
Comunidad Valenciana. Todo parece indicar, si no se producen novedades de
última hora, que va a tratarse de un Congreso muy descafeinado en el que posiblemente
la mayor noticia va a ser la ausencia de líderes nacionales del Partido
Popular. Tan sólo ha anunciado su presencia el Sr. González Pons, como
Secretario de Estudios y Programas del partido Popular, y los Presidente
autonómicos de Galicia, Sr. Feijó, y de Baleares, Sr. Bauzá. Nada que ver con
la habitual presencia de altos cargos populares, Ministros incluidos, en los
demás Congresos regionales que se han venido celebrando hasta la fecha. Algo
debe estar pasando y no parece que sea nada bueno para el peso de la
organización regional que tradicionalmente se le venía atribuyendo en el seno
del Partido Popular. Si no se producen cambios de última hora, parece que la
legitimación de Alberto Fabra como Presidente Regional electo no va a estar
apadrinada ni subrayada con la presencia ni de la Secretaria general ni del
Presidente del PP, algo que no se comprende teniendo en cuenta el enorme peso
del PPCV en el conjunto del Partido Popular, tanto por su número de afiliados,
como por sus resultados electorales. Da la impresión de que en Madrid están
poniendo distancia ya sea por las secuelas de determinados escándalos que han
salpicado al PPCV o por los resultados económicos de su gestión al frente de la
Generalitat Valenciana.
Sea
como fuere, este Congreso se presenta bastante tranquilo para satisfacción de
quienes identifican la falta de alternativas y de debate interno como algo
tremendamente positivo. No resulta muy comprensible ese empeño de algunos en
afianzar el liderazgo de Alberto Fabra sobre la inexistencia de opciones
diferentes y que en ello hayan puesto todo su empeño a lo largo de los últimos
meses. La pluralidad enriquece, les guste o no, y un liderazgo surgido de la
pluralidad fortalece. Lo demás sueno un poco a “la búlgara”.
Los
rígidos cauces de participación que estatutariamente tienen los afiliados del
Partido Popular y el incumplimiento de las normas internas de participación por
parte de algunos dirigentes locales impiden que al Congreso Regional puedan
llegar ideas o propuestas nacidas en las bases del Partido. Las bases de un
partido político no las conforman los “cuadros” del mismo, los cargos electos o
los cargos de confianza que inundan las administraciones públicas. Las bases
las conforman los 142.000 afiliados del PPCV y que en su inmensa mayoría no
pertenecen a los “cuadros” del Partido, ni son cargos públicos, ni de
confianza. Son en su inmensa mayoría estudiantes, amas de casa, jubilados,
empleados públicos, profesionales, comerciantes, desempleados, autónomos,
agricultores, etc. y si se realiza un perfil medio de los compromisarios se
podrá comprobar que no se corresponde con el perfil medio de los afiliados del
Partido. Es muy difícil que quienes su medio de vida depende de sus superiores
jerárquicos del partido puedan proponer, deliberar o elegir sin ningún
condicionante.
Abrir
las puertas a la comunicación y a la participación no es malo, todo lo
contrario. Sólo pueden rechazarlo quienes tienen algún temor a que su estatus
político pueda verse mermado con la apertura y el aire fresco. Es casi
imposible que los 142.000 afiliados puedan estar adecuadamente representados en
un Congreso, pero hoy en día y con los medios informáticos y las redes sociales
existentes es muy fácil, sano y enriquecedor facilitar que los 142.000 afiliados
del PPCV puedan opinar y proponer directamente sobre las ponencias de un
Congreso regional. Que al día de hoy sólo los compromisarios puedan presentar
enmiendas a las ponencias y no los afiliados constituye un anacronismo y un
filtro antidemocrático. Es muy posible que nadie lo proponga en este XIII
Congreso, pero bueno sería que fueran tomando nota de esa posibilidad: que los
afiliados del PP, además de pagar sus cuotas, tengan derecho, como en otros
partidos, a presentar enmiendas en los Congresos. No es mucho pedir ¿no?
Santiago
de Munck Loyola