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miércoles, 13 de octubre de 2010

ABUCHEOS.

Vaya por delante que no me gustan los abucheos y los insultos contra nadie y menos aún contra el Presidente del Gobierno en una ceremonia institucional que debería servir de vínculo de unión entre todos los ciudadanos. La Fiesta Nacional, la Fiesta de la Hispanidad no creo que sea el momento idóneo para expresar el justificado hartazgo ciudadano hacia una desastrosa política desarrollada por el actual Presidente del Gobierno. Como tampoco creo que la forma en que se festeja este día sea la más adecuada cuando ya en mayo se realiza un desfile y se rinde homenaje a las Fuerzas Armadas y a los caídos en el cumplimiento de su deber. Quizás un desfile ciudadano u otro tipo de actos servirían mejor al propósito de rendir homenaje a la Fiesta de la Hispanidad, pero ése es otro debate.

Pero lo que verdaderamente llama la atención es que los dirigentes socialistas se rasguen ahora las vestiduras porque unos cuantos ciudadanos expresen ruidosamente y en el legítimo ejercicio de sus derechos su repulsa y desagrado hacia el Sr. Rodríguez Zapatero. Que el Sr. Blanco esté indignado y salga ahora hablando de actuaciones planificadas de la “derecha extrema” resulta gracioso y un auténtico ejercicio de hipocresía. Que la Sra. Chacón plantee ahora medidas para impedir que los ciudadanos vuelvan a expresar su opinión de esta forma también resulta, cuando menos, curioso. Porque hay que recordar que hasta el día de hoy el Sr. Zapatero se ha negado a condenar no ya los constantes abucheos e insultos que recibió su antecesor y sus ministros, sino las docenas de ataques físicos sufridos en las sedes del Partido Popular. Hay que recordar igualmente que muy pocos dirigentes socialistas, por no decir ninguno, han condenado los abucheos, insultos o agresiones que con frecuencia los militantes de izquierdas regalan a los dirigentes del Partido Popular en cuanto encuentran la más mínima ocasión para ello. Y ejemplos de ello hay para aburrir. Ejemplos que ponen de manifiesto un ambiente de radicalismo e intolerancia que deberían permitirnos hablar también de “la izquierda extrema”. En la campaña electoral de 2006, militantes del PSC participaron en una agresión a Acebes y Piqué. La esposa de Carod Rovira animaba el patio tildando de "hijos de puta" a los populares e ICV alentaba a su militancia juvenil con el eslogan "fóllate a la derecha". Mariano Rajoy en El Mercat de Collblanc de L'Hospitalet de Llobregat fue recibido en junio de 2006 con gritos, abucheos y una estruendosa 'cacerolada'. Rajoy, que entró al mercado por la puerta trasera, no pudo acabar su visita y se vio obligado a salir por un lateral.

En las Universidades que deberían ser santuarios de la libertad y la tolerancia se han venido sucediendo las agresiones de la izquierda durante los últimos años. En diciembre de 2008, Piqué fue abucheado e intentaron impedir que pudiera ejercer su derecho a la libertad de expresión. Lo mismo que hicieron con Aznar en Oviedo hace unos meses. Y qué decir de los constantes insultos y agresiones que ha tenido que soportar durante meses la Presidente de la Comunidad de Madrid o sus Consejeros cada vez que acudían a un centro hospitalario. Insultos, abucheos y agresiones que siempre han contado con el silencio cómplice de la izquierda española. Parece que lo que funciona es, como siempre, la Ley del Embudo. Y creo que ése no es el camino correcto. Libertad para todos. Respeto para todos. Y las urnas para decidir cuando toque.



Santiago de Munck Loyola

jueves, 7 de octubre de 2010

LO QUE LOS CIUDADANOS NO DAN, QUE NO LO DÉ EL ESTADO.

La fortaleza y vitalidad de una sociedad democrática puede medirse por la variedad, independencia y fuerza del tejido asociativo que la compone. Hay una gran diferencia entre la pluralidad e independencia de los movimientos y asociaciones que se generan y desarrollan en las sociedades anglosajonas y el tejido asociativo que sobrevive en nuestra sociedad. Muchas veces, a lo largo de la historia, los movimientos asociativos en aquellas sociedades han servido de contrapeso al poder político, controlándolo y moderándolo gracias, fundamentalmente, a su enraizamiento social y a su independencia.

Sin embargo, en España, la tendencia que se manifiesta en la mayoría de las ocasiones es la inversa: es el poder político, en cualquiera de sus niveles, el que intenta moderar y controlar al movimiento asociativo. Y lo hace principalmente a través del control económico del mismo, a través de la subvención. La ausencia de una identificación fuerte entre las asociaciones y los ciudadanos, la tendencia al crecimiento burocrático de esas organizaciones y la falta de una auténtica conciencia social asociativa conduce a una evidente debilidad estructural de las mismas que les impide funcionar sin ayudas económicas externas y, por tanto, a depender económicamente del poder político para poder subsistir. Papá – Estado pone el dinero de los ciudadanos, que evidentemente no quieren voluntariamente asociarse, al servicio del funcionamiento de esas mismas asociaciones y movimientos ignorados por los contribuyentes. Y así cientos de millones de euros salen de las arcas públicas para subvencionar todo aquello que los contribuyentes no quieren mantener en su vida cotidiana.

Claro que quienes dirigen el Estado padecen el mismo problema. Lo mismo pasa con aquellas entidades que debían ser la columna vertebral de la participación y la democracia: los partidos políticos y los agentes sociales. Recién estrenada nuestra democracia y recién salidos de la clandestinidad podría considerarse no sólo normal, sino absolutamente necesario, que partidos políticos y agentes sociales recibiesen ayuda económica para funcionar y poder consolidar un régimen político participativo. Pero, transcurridos más de 30 años ¿sigue siendo necesario? Los partidos políticos han recibido del Estado en 2010 cerca de 84 millones de euros y en 2011 recibirán más de 131 millones de euros. A esas cantidades hay que sumar, además, las percibidas de las CCAA y de los Ayuntamientos que financian a los grupos municipales (y hay más de 8.000 ayuntamientos en España) ¿Cómo es posible que un Partido como el PP que dice contar con más de 700.000 afiliados necesite del dinero del contribuyente para sobrevivir? ¿Es que el PSOE, el PP, IU y los demás partidos no pueden vivir sin dinero público? Si después de 30 años, los ciudadanos no quieren mantenerlos voluntariamente es que algo se ha hecho muy mal en nuestra democracia. Sus lujosas sedes, sus desaforados gastos electorales, sus cientos o miles de empleados deberían ser sostenidos exclusivamente con el esfuerzo y el compromiso de sus afiliados. Y deberían ajustar sus estructuras y gastos a su capacidad de movilización de adhesiones y, por tanto, de financiación. Lo demás es una farsa a costa del contribuyente.

Y otro tanto cabe decir de sindicatos y organizaciones empresariales. UGT y CCOO, ellas solas, han manejado 193 millones de euros de fondos públicos en 2009. En el presente año, CEOE recibirá 13, 29 millones de euros de subvenciones para fines como el capítulo de formación; las ayudas destinadas a apoyar la promoción de las empresas en el exterior o en concepto de representación institucional de la patronal. ¿No deberían sostenerse con las cuotas de sus afiliados? Yo creo que sí. ¿Qué clase de empresarios tenemos que necesitan del dinero de los contribuyentes para mantener su asociación? Estos empresarios que se reparten miles de millones de euros de beneficios de sus empresas, que viajan en aviones privados, que disfrutan de enormes fortunas ¿necesitan del dinero recaudado a los asalariados para mantener sus lujosas sedes? ¿Qué clase de estado mantenemos que da dinero a los millonarios cuando hay tantas necesidades básicas sin cubrir?

Y qué decir de las mutimillonarias ayudas entregadas a las entidades financieras. Las cifras son tan escandalosas como la ausencia de transparencia sobre el procedimiento seguido.

Lo cierto es que partidos políticos y agentes sociales no cuentan con el respaldo popular suficiente como para autofinanciarse y usan el estado para hacerlo. La brecha entre su posición y la realidad social es cada vez mayor. Pero, claro, ahí no acaba la cosa. La regla imperante es que todo aquello que no es respaldado por el ciudadano recibe del Estado lo que los ciudadanos le niegan. Que la gente no ve películas españolas, pues no pasa nada, a tirar de subvenciones. Así, el 40 % de las películas que se ruedan en nuestro país no se estrenan o tienen menos de 100 espectadores. El Ministerio de Cultura en 2008 repartió 85 millones de euros, 87 en 2009 y en 2010 estaba previsto subir la cifra hasta los 89,4 millones de euros. Es decir, las entradas de cine que no pagan los ciudadanos porque el cine hecho no les gusta son pagadas con creces por el Estado. Ah, y 600.000 euros para los guionistas en 2010. Luego resulta que según la Inspección Tributaria el cuarto grupo de profesionales que más defrauda a Hacienda es el de los Artistas. ¿Por qué hay que subvencionar al cine que los ciudadanos no quieren ver? ¿Se subvenciona a los escritores, a los pintores, a los escultores o a los compositores? ¿Por qué unos sí y otros no?

Y hablando de subvenciones se podría seguir extendiendo la lista de beneficiarios. Hay muchos. Pero lo cierto es que los recursos son cada vez más escasos y que es preciso de una vez decir basta ya. No se puede seguir ordeñando más la vaca estatal porqué está exhausta. Y existen sectores sociales mucho más necesitados que los partidos políticos, los agentes sociales o los artistas. Es hora de que el Estado y los que lo dirigen sean de verdad solidarios y justos. Así no se puede seguir.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 3 de octubre de 2010

MIEDO A LA LIBERTAD.


Vivimos en la era y en la sociedad de la comunicación. Gracias a la TV, la radio, los periódicos, revistas e Internet el ciudadano está más y mejor informado que nunca. El más mínimo acontecimiento de interés desarrollado en un extremo de la tierra puede ser conocido en cuestión de segundos en el extremo contrario, a miles de kilómetros. Nunca han existido tantos cauces y medios para que las noticias, las ideas y las opiniones circulen de una parte a otra del planeta. Gracias a ello, hoy el ciudadano de los países desarrollados está, si así lo desea, mejor informado que nunca. La libre circulación de las ideas es una sólida base para el desarrollo de la libertad. Un ciudadano bien informado puede elegir mejor en todos los aspectos de su vida; su capacidad de elección se ve tremendamente ampliada para poder elegir y decidir. No en balde, la libre circulación de ideas siempre ha sido un objetivo a batir por las sociedades totalitarias y por los grupos intolerantes. A menos información, menos capacidad de elección y menos libertad individual y social.

Y me pregunto: en esta sociedad plagada de “autopistas de la información” ¿para qué es necesaria la existencia de los llamados piquetes informativos cuando se desarrolla una huelga? ¿Para informar? ¿Realmente piensan los líderes sindicales que los ciudadanos necesitan ser informados mediante la presencia de grupos de personas a las entradas de los centros de trabajo? Evidentemente, no. Hoy en día, en nuestra sociedad, la existencia de estos piquetes es un verdadero anacronismo, al menos, en cuanto a su denominación.


No nos engañemos, los piquetes no están para informar, ni mucho menos. Están para coaccionar a los ciudadanos. Su razón de ser es lograr el mayor número de adhesiones forzadas a la convocatoria de una huelga, contribuir al éxito de la huelga mediante la coacción, la amenaza y, en no pocas ocasiones, la violencia.

Una huelga convocada con tres meses de antelación para protestar por unas medidas adoptadas por un gobierno, no necesita de más información que la ampliamente proporcionada por los propios convocantes y los medios de comunicación. Y a partir de ahí cada ciudadano debería poder elegir si secunda la huelga o si prefiere ir a trabajar. Pero es evidente que a los sindicatos no les gusta que cada individuo pueda elegir lo que quiera y para impedirlo se emplean a fondo. Tienen miedo a la libertad, ni más, ni menos. Y, si para lograr sus propósitos, el éxito de su convocatoria de huelga, tienen que pisotear la libertad o las leyes, lo hacen. La declaración de uno de los líderes madrileños de la UGT fue muy ilustrativa: “el derecho a la huelga existe, pero no existe el derecho a no hacer huelga”. Y se queda tan ancho.

Causa sonrojo que en algunos municipios se reivindique un aplastante triunfo de la huelga cuando se ha coaccionado a los ciudadanos e incluso desde el Ayuntamiento se han incumplido los servicios mínimos a la comunidad a instancias del poder político. Y qué decir ya cuando algunos piquetes “informativos” son encabezados por el concejal de seguridad ciudadana. A ver qué comerciante cuyo establecimiento es atacado llama y es atendido por la Policía Local.

El 29 de septiembre había muchos motivos para ir a la huelga, es verdad, pero hace dos o tres años también. Sin embargo, los sindicatos convocantes ahora han venido permaneciendo en silencio y apoyando al gobierno cuya política no ha hecho otra cosa que agravar la crisis. Es normal que muchos ciudadanos no quisieran respaldar la convocatoria de unos sindicatos cómplices del gobierno, ahora aparentemente arrepentidos.

Si queda una cosa clara es que la libertad individual debe estar por encima del logro de los objetivos sindicales. No hace falta más información que la que circula libremente en nuestra sociedad. Y, si lo que se quiere es institucionalizar la coacción sindical a las libertades públicas, llamemos a las cosas por su nombre, sin eufemismos: piquetes coactivos y todos nos entenderemos mejor.


Santiago de Munck Loyola.





sábado, 2 de octubre de 2010

PORQUE ME DA LA GANA…

Internet es a los cobardes lo que las alcantarillas a las ratas: un cauce idóneo para amparados en la oscuridad, el anonimato, esparcir su porquería. Sólo hay dos razones para que alguien no firme lo que escribe: la cobardía y la falsedad de lo que escribe. Y un anónimo internauta ha encontrado este humilde blog y se ha puesto a ello. Tengo que decir que gracias a él y a las dos notas que ha publicado en otra página se han disparado las visitas a este blog por lo que voy a aprovechar tanto visitante para precisar algunas cosas que son de sentido común, pero que parece que a este talibán e inquisidor de la red le molestan. En la primera nota, este progre de pluma ligera y escaso conocimiento apuntaba como una posible explicación de las razones por las que escribo el que me queda poco de vida.

A pesar de lo indigno y miserable del comentario, ironizando conscientemente sobre el sufrimiento ajeno, algo que ya de por si califica la catadura moral del sujeto, decidí enviarle un mensaje privado para aclararle algunas cosas y le dije que elegía ese cauce debido a mis circunstancias familiares en relación a la grave enfermedad que padezco. La respuesta del nuevo Torquemada fue una segunda nota que empieza así: Cuando alguien tiene algo que ocultar dice en privado lo que no se atreve a decir en público, personalmente me parece de una cobardía total, esto es el caso de De Munck, que a través de un MENSAJE PRIVADO a ciudadanoripense ha hecho. Hay que ser inmoral para éso. Pero sobre todo, hay que ser cínico para acusar a alguien de cobardía total cuando el acusador se esconde detrás de un seudónimo para ensuciar y no dar la cara. ¿Cómo puede un sujeto así acusar a alguien de cobardía? Yo firmo y rubrico lo que escribo. No necesito esconderme tras un seudónimo porque, equivocado o no, asumo lo que escribo. Pero en fin, cada cual es esclavo de la formación que ha recibido y de su ideología así que viniendo de donde viene el ataque era de esperar.

En todo caso, deseo dejar constancia de que este es un blog personal en el que escribo sobre temas de actualidad o sobre mis vivencias. Parece increíble que se demande a alguien las razones o motivos por los que escribe y sobre lo que escribe. Parece mentira que en esta sociedad haya que justificar por qué se escribe. Es muy fácil de entender, sobre todo para quien cree en la libertad de pensamiento y de expresión. Escribo por la misma razón que escribe mi censor ripense: porque estoy en mi derecho y porque me da la gana. Y escribo sobre lo que se me antoja. Así de fácil, así de sencillo. Y del mismo modo que uso esa libertad, existe la libertad para no leerlo. Pero cuestionar esa libertad y tratar de amordazarla es una práctica totalitaria propia de otras latitudes y regímenes políticos, seguramente muy queridos por este involuntario promotor de mi blog.

Parece que le molestan profundamente los artículos publicados en los que relato algunas irregularidades del Ayuntamiento de Rivas. Encuentra que se trata de “confesiones a destiempo” y me acusa, en su ignorancia y simpleza, de haber sido cómplice de esos hechos. Afirma que para él es lo mismo un cómplice que un encubridor. Claro, que con su fina técnica jurídica debe ser lo mismo un asesinato que un homicidio, o un robo que un hurto. No sabía yo que el momento o la oportunidad de escribir sobre algo requería de un permiso previo de este intelectual ripense.

Pero, lo importante es algo que él deliberadamente obvia y que deseo subrayar a los lectores: todos los hechos relatados sobre irregularidades en la gestión socialcomunista del Ayuntamiento de Rivas, todos sin excepción, fueron en su día denunciados por el Grupo Popular en los medios de comunicación mediante artículos y notas de prensa (ahí están las hemerotecas para demostrarlo) y además ante el propio Gobierno Municipal mediante escritos, mociones, preguntas o ruegos en el Pleno (y ahí están el Registro Municipal y las Actas de los Plenos para acreditarlo). Por tanto, la ridícula acusación de complicidad formulada cae por su propio peso. Ni complicidad, ni encubrimiento. Y si miento en algo, como yo sí firmo lo que escribo, ahí están los tribunales.

Hace ya siete años que me retiré de la política activa y, por tanto, resulta incomprensible el protagonismo y la atención que me dedica este detractor tan cargado de odio como de ignorancia pero, sinceramente, la discrepancia sobre la valoración de unos hechos no se resuelve con métodos tan indignos. Supongo que debe pensar que recordar estas irregularidades puede poner en juego sus intereses materiales o que tiene que hacer méritos ante el politburó. Pero ha errado con el objetivo. Sé que no estoy en posesión de la verdad absoluta, pero es mi verdad y sobre ella escribo. Podré estar equivocado y si es así solo hace falta rebatir con datos mis afirmaciones. Las descalificaciones no demuestran que las irregularidades no hayan existido, sólo sirven de cortinas de humo y cuando, además, el que las formula se esconde tras un seudónimo es que está mintiendo. Lo cierto es que con tanta promoción tendré que considerar la posibilidad de “monetizar” el blog y rentabilizarlo.

Santiago de Munck Loyola

P.S. Se me olvidaba, para que el lector pueda caracterizar mejor la categoría moral de mi inquisidor tengo que decir que mediante dos seudónimos distintos ha solicitado que le agregue como amigo en mi página de facebook. Todo un ejemplo de coherencia.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Islamofobia.

Hay temas de actualidad de los que resulta difícil opinar con absoluta libertad sin despertar recelos o animadversiones furibundas. Lo políticamente correcto constituye una protección perfecta para eludir la polémica y permanecer a salvo de las críticas pero, en definitiva, es una soga idónea para estrangular la libertad de pensamiento y la libertad de expresión. El Islam y las repercusiones de su presencia y expansión en las sociedades occidentales es uno de esos temas de actualidad que se trata, con honrosas excepciones, con delicadas pinzas. La reciente decisión francesa de prohibir el uso del burka en lugares públicos ha desatado multitud de comentarios en los que, de una forma u otra, se han mezclado y confundido conceptos como islamofobia, xenofobia o racismo.
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua por racismo se entiende la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros y, en segundo lugar, la doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior. Por xenofobia el odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros. La palabra islamofobia no está aún incluida en el diccionario pero de su composición podemos deducir que su significado más preciso es el de horror o temor al Islam, a la religión musulmana. Sin embargo, en Wikipedia encontramos la siguiente explicación: Islamofobia (neologismo del inglés Islamophobia, compuesto por las raíces del árabe islām y del griego φόβος, phobos, miedo o temor) es un término controvertido con el que sus proponentes hacen referencia a los sentimientos de hostilidad hacia el Islam y, por extensión, hacia los musulmanes. Según esta enciclopedia, el término "islamofobia" se utiliza también en los siguientes contextos:
• Actos ofensivos y sentimientos negativos hacia exclusivamente la confesión islámica.
• En países occidentales, la actitud xenófoba hacia los musulmanes en general y en particular, hacia los ciudadanos de origen árabe o magrebí.
En 2005 aparece otra definición de islamofobia muy utilizada, formulada por el Consejo de Europa en su publicación Islamophobia and its Consequences on Young People. Aquí, la islamofobia es considerada como el temor o los prejuicios hacia el Islam, los musulmanes y todo lo relacionado con ellos. Ya tome la forma de manifestaciones cotidianas de racismo y discriminación u otras formas más violentas, la islamofobia constituye una violación de derechos humanos y una amenaza para la cohesión social.
Como puede verse en estas definiciones se confunden conceptos distintos, el temor o miedo al Islam con el temor o miedo a lo extranjero y ambos con la hostilidad hacia grupos étnicos. Por tanto, es evidente que estamos ante tres conceptos muy diferentes entre si, aunque hay una gran tendencia en los medios de comunicación y en la opinión pública a confundirlos.
No soy racista, como tampoco soy xenófobo y, sin embargo, me da miedo el Islam. Me dan miedo conceptos, costumbre y actitudes propias del Islam con independencia de que quien las practique sea español, belga o iraní y con independencia de que sea blanco, negro u oriental. Dicen que no se puede generalizar y que hay un Islam moderado. Es posible que sea así. Es verdad también que no en todos los países islámicos se aplican las mismas costumbres ni las mismas leyes, pero hay notas distintivas del Islam que no sé cómo se pueden moderar.
Me da miedo la posición de sumisión que tiene la mujer, me da miedo la penalización del adulterio o de la homosexualidad, los castigos corporales (mutilaciones, latigazos o amputaciones), me dan miedo las lapidaciones de presuntas adúlteras o los linchamientos de adolescentes considerados homosexuales, me dan miedo las condenas a muerte por delitos de expresión o de fe religiosa, etc. Y eso es la islamofobia, el miedo o el terror a esas disposiciones.
Es el caso de la posición de la mujer considerada inferior al hombre. Un ejemplo lo encontramos en la azora, IV de El Corán, versículo 38, en el que se puede leer: Los hombres están por encima de las mujeres porque Dios ha favorecido a unos respecto de otros, y porque ellos gastan parte de sus riquezas en favor de las mujeres. Las mujeres piadosas son sumisas a las disposiciones de Dios; son reservadas en ausencia de sus maridos en lo que Dios mandó ser reservado. A aquellas mujeres de quien temáis la desobediencia, amonestadlas, confinadlas en sus habitaciones, golpeadlas. En la azora II, versículo 228, se dice: Los hombres tienen sobre ellas preeminencia. En el Islam el hombre puede tener al mismo tiempo cuatro mujeres. La mujer sólo puede casarse con un varón. El testimonio de una mujer vale judicialmente la mitad que el de un hombre. En la azora II, versículo 223 de El Corán, se afirma: Vuestras mujeres son vuestra campiña. Id a vuestra campiña como queráis, pero haceos preceder. ¿Cómo se desarrollan de forma moderada estos preceptos? ¿Cómo pueden compatibilizarse con la absoluta igualdad jurídica entre sexos consagrada en nuestra ley civil?

El Corán es el texto sagrado del Islam. Es el libro que contiene la palabra eterna de Alá y, en consecuencia, única norma de conducta en esta vida. El Corán es infalible, inmutable, eterno y aplicable, como norma de vida, en cualquier época, lugar o circunstancia. Poner en cuestión alguna de las suras, o azoras, del Corán es herético y lleva aparejada la condena a muerte en la inmensa mayoría de los países musulmanes.

En los países occidentales, dos períodos han sido decisivos en la evolución del pensamiento: el renacimiento con el paso de una visión teocéntrica a otra humanista y la ilustración. Ningún período similar se ha dado en el mundo islámico por lo que religión y política, ley religiosa y ley civil se confunden íntimamente eliminando las libertades individuales y colectivas. En las sociedades occidentales la libertad de conciencia y la libertad religiosa son, junto a otra serie de derechos humanos, derechos básicos e irrenunciables, pero tienen un límite: la supremacía de la ley civil. ¿Es compatible el Islam con nuestras leyes? ¿Es compatible con todos y cada uno de los derechos consagrados y protegidos por nuestra Constitución? Sinceramente, creo que no.

jueves, 23 de septiembre de 2010

EL VICTIMISMO COMO SEÑA DE IDENTIDAD.


Las dictaduras, para acallar la oposición interior, y los nacionalismos, para justificar su propia existencia, comparten una estrategia común: señalar la existencia de un enemigo exterior y aparecer ante la opinión pública como víctima de sus acciones. De esta forma tratan de forzar la identificación con los sentimientos de la población prescindiendo de cualquier racionalidad. La apelación al sentimiento en lugar de a la razón y la identificación con el mismo a través de la exaltación del presunto daño infligido a la presunta víctima logra que gobernantes y ciudadanos cierren filas frente a un imaginario enemigo, relegando a un segundo plano cualquier divergencia entre ambos. Y esta estrategia ha sido y es constantemente usada por la izquierda de Rivas-Vaciamadrid y aparece con mayor intensidad cuando se aproximan períodos electorales. Todo vale con tal de trasladar a la población que el enemigo es el Partido Popular y que Rivas-Vaciamadrid es una isla, una reserva constantemente atacada por políticas “antisociales”. Así, no hay que hablar nunca de los errores propios, de la mala gestión, de la corrupción institucionalizada, de los constantes abusos partidistas sobre los bienes públicos. Lo importante para la izquierda ripense es culpar de todo al Partido Popular y, por supuesto, criminalizar a los vecinos que se identifiquen con el mismo hasta extremos verdaderamente ridículos. La agenda política ripense es marcada por la izquierda no en función de los problemas del municipio, sino de aquellos temas de actualidad que debidamente manipulados puedan mejor producir réditos electorales. Con ello se despiertan miedos, recelos, sospechas o cualquier sentimiento que escape a la lógica de la razón.

Así, antes de 1995, el tema prioritario de la agenda municipal fue la Planta de Residuos de Valdemingómez, la incineradora. Se asustó a la población todo lo que se pudo, se emplearon todos los medios necesarios para ello y culpando siempre al Partido Popular de una iniciativa nacida en el seno del PSOE cuando gobernaba Madrid en coalición con IU. Pasaron las elecciones y se olvidó la incineradora. Ya no hacía falta hablar más de ella. También, en aquellos años, el Ayuntamiento ripense pareció escandalizarse por el realojo de gitanos en la Cañada Real reclamando toda una serie de políticas sociales al Ayuntamiento de Madrid, políticas sociales que, por cierto, brillaron por su ausencia cuando decenas de gitanos rumanos se asentaron junto al Casco Urbano y fueron expulsados por Fausto Fernández.

A partir del 95, con Ruiz Gallardón en la Comunidad de Madrid, y del 96, con el Gobierno de José María Aznar, se amplió notablemente el catálogo de “casus belli” para incluir en la agenda municipal. Ya no tenían que limitarse al Ayuntamiento de Madrid. Que la Comunidad de Madrid quería traer el Metro a Rivas, pues a movilizarse en contra o casi en contra: que si los horarios no son buenos, que si el billete es caro, que si quiero más paradas,…En fin, que para la izquierda ripense el Metro era una chapuza y era mucho mejor no tenerlo.
Que el Ministerio de Fomento ampliaba en un carril la autovía hacia Madrid facilitando así los desplazamientos en la zona, pues movilización al canto: que si es una chapuza la ampliación, que si es cara,… Lo de siempre. Y así se llega a las elecciones municipales del 99 con la ciudadanía mosqueada ante tanta “chapuza” pepera.
Después se organiza el lío padre. Teresa Moreno Maya, alas Tany, la gitana que asesinó a su marido con un tiro en la cabeza “a cañón tocante” ha sido condenada y el malvado gobierno de Aznar no la indulta. Movilizaciones al canto, el dinero de los contribuyentes ripenses corre para proporcionarle un piso, escolta policial, etc. Se concentra a los niños de los colegios junto a la Tenencia de Alcaldía, frente al despacho municipal del PP, y se les señala lo malo que es el PP y Aznar y lo buena que es Tany y la izquierda de Rivas, reserva materialista de occidente. Llega el indulto en diciembre del año 2000 y adiós Tany. Ah, pero Aznar y el PP siguen siendo muy malos. Decenas de mujeres son asesinadas por la violencia machista. ¿Los responsables? Aznar y el PP. Y así, por cada asesinato, una moción en el Pleno condenándolo y, de paso, la política del Gobierno Aznar que no soluciona el problema. Ahora con Zapatero el problema, pese a las reformas legislativas, sigue ahí, siguen muriendo decenas de mujeres a manos de sus parejas. ¿Cuántas mociones ha presentado la izquierda al Pleno del Ayuntamiento para condenar los malos resultados de la política de Zapatero? Ninguna. Y la prensa local, calladita. Y, como corolario, la Guerra de Irak y el Prestige. Cualquiera diría que Busch había invadido Rivas y que el Prestige se había hundido en la laguna del Porcal. De perlas para la izquierda ripense. Ya no se habló de otra cosa. La política exterior era competencia del Ayuntamiento y la ocasión fue de oro para criminalizar a los vecinos simpatizantes del PP.

Así es como en Rivas-Vaciamadrid se encaran las convocatorias electorales. Creando falsas víctimas y criminalizando a vecinos por sus ideas. De la corrupción, del abuso de poder, del uso fraudulento y partidista de los bienes públicos, del despilfarro o de la especulación urbanística no se habla. ¿Para qué? Eso no existe en el paraíso de la izquierda madrileña.

Santiago de Munck Loyola

LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 2003.




Durante los 14 años que tuve el honor de presidir el PP de Rivas-Vaciamadrid nunca tuve que vivir una etapa tan dura y desagradable como la correspondiente a la precampaña y campaña electoral de la municipales del 25 de mayo de 2003. En un contexto personal y familiar difícil el escenario era todo menos alentador.

Dos factores fueron decisivos para ello. De una parte, la técnica habitual de la izquierda ripense consistente en municipalizar como eje de campaña temas ajenos a la vida municipal criminalizando a los miembros del Partido Popular. De otra, la división interna provocada por quienes no aceptaron los resultados de la democracia interna del Partido en virtud de los cuales yo volvía a ser candidato.

La Guerra de Irak y el Prestige fueron los argumentos principales de la precampaña. La izquierda de Rivas que con Felipe González había bendecido la participación española en la Guerra del Golfo no estaba ahora dispuesta a que se hablara de los problemas del municipio, de las carencias, de la corrupción en el Gobierno Municipal o de propuestas de futuro. Sólo se podía hablar de la Guerra de Irak y del Prestige. Y para ello movilizaron todos sus recursos y desplegaron sus habituales técnicas de distracción. Ni una palabra de condena para Sadam Hussein y su genocidio. Toda la artillería contra Aznar y el Partido Popular. Parecía que los culpables de las decisiones del Gobierno de la Nación eramos los modestos concejales del pueblo y los militantes y simpatizantes de nuestro Partido. Y no se cortaron a la hora de incitar al odio y de criminalizarnos con todas las armas posibles. Todo con tal de no hablar de su ineficacia y corrupción. Hubo en el mes de abril un tenso Pleno sobre la Guerra de Irak (como todo el mundo sabe la política internacional es competencia de los municipios) al que llevaron a sus huestes con el fin de intimidar e insultar a los concejales del Partido Popular. Más de 100 individuos ocuparon el salón de plenos y con la complacencia del Alcalde y sus concejales nos insultaron e increparon. Nos dijeron de todo: asesinos, hijos de puta e incluso algún escupitajo nos llevamos al salir por el estrecho pasillo que nos dejaron entre aquellos elementos. Recuerdo especialmente los gritos y la cara deformada por el odio de Luis Vega, empresario marxista ampliamente beneficiado por el Gobierno Municipal. Tengo que decir que los concejales del PP aguantaron el tipo y especialmente Omar Cuadrado que con mucha gallardía defendió las posiciones del Partido. Bueno, todos no. José Alfonso Díaz Blázquez (al que dedicaré un artículo especial sobre sus andanzas) sufrió un ataque de deslealtad y se negó a apoyar al Partido Popular. En ese ambiente de odio fomentado por socialistas y comunistas no es de extrañar que nuestra sede local sufriera varios ataques durante aquellos meses.

Junto a este panorama, surgieron los problemas internos cuyo origen ya he explicado en un artículo anterior. De una parte, en la Regional, gente como Gádor Ongil y Romero de Tejada me presionaban constantemente para que incluyera a José María García como número 2 de la lista quien en diciembre había manifestado a la prensa que nunca iría en una lista encabezada por mi. Siempre dije que podría incorporarse a la lista si rectificaba o desmentía esa noticia y siempre se negó. Más tarde, cuando se le ofreció el número 3 de la lista declinó la oferta. Y el tiempo pone a cada uno en su sitio. Hoy él está en un puesto directivo del Ayuntamiento por decisión expresa del Alcalde de IU. Por algo será.

Pero tanto él como sus aliados desplegaron todos los medios necesarios para erosionar al máximo los resultados que pudiera obtener el PP. Ya en diciembre, en la comida municipal con la tercera edad, la tránsfuga Martín Bermúdez se sentó en la misma mesa en la que yo estaba y, como si nunca hubiera pasado nada, trató de convencerme de que incluyese a José María en la lista. Pésimo avalista tenía José María. Tres meses después, hube de enfrentarme con la querella de la tránsfuga. Una querella sin fundamento no sólo contra mí, sino contra el PP que aparecía como querellado en un alarde de ignorancia jurídica. Nunca prosperaría esa querella en la que pedía nada menos que 50 millones de Ptas de indemnización como se demostró meses más tarde, pero el ruido mediático y el efecto negativo para el PP estaba conseguido.

Y llegó la campaña. Los seguidores de José María o descontentos por otras causas se negaron a hacer campaña y a ayudar. Algunos no acudieron a las mesas electorales a las que se habían apuntado como apoderados o interventores. Otros, sencillamente se negaron desde un principio. Luis Pardillos Checa que hoy es incomprensiblemente concejal me escribió una carta el 12 de mayo en la que decía que no ayudaba en la campaña porque en la lista no figuraba Antonio Martínez Vera. Y mira por donde, semanas antes los miembros del Comité, entre ellos Luis Pardillos, habían rellenado una encuesta anónima proponiendo nombres para la lista y Martínez Vera no había logrado ni un solo voto. Es decir, ni Luis Pardillos le había votado. Todo un ejercicio de cinismo. Incluso envió varias cartas a los afiliados descalificando al Presidente local. El día de las elecciones dejó colgada su mesa electoral. José María, según testimonio del candidato del CDS, promovió el voto negativo contra el PP y junto con José Alfonso, como ya no iban en la lista, tampoco ayudaron en la campaña y se negaron a ser interventores o apoderados. ¿Para qué si no iban a obtener beneficio personal alguno? Gema Rodríguez Casero que hoy trabaja para el Grupo Popular hizo campaña en contra del PP, se negó a ser apoderada o interventora, llegó a Insultar a los apoderados del Partido Popular del Colegio Electoral Las Cigüeñas, D. Luis Gil y D. Javier Ortiz, el día de la votación, promovió el voto nulo y lo ejecutó ante los apoderados del Partido Popular el día de la votación pegando en público una fotografía del concejal José María García sobre la papeleta del Partido Popular. Nicolás Rodríguez, miembro del Comité Electoral, vulneró el secreto de sus deliberaciones y se dedicó a torpedear constantemente con insultos y descalificaciones a los candidatos la campaña. Paz de las Pozas, Antonio Manuel Pérez Quijano, Pablo Segador Mascaraque, Celso Arenal Montalvillo y Jesús Bermúdez todos ellos miembros del Comité ejecutivo local fueron otras personas que incumplieron sus obligaciones y no ayudaron ni en la campaña ni en la Jornada electoral. Bochornoso.

Esa fue la realidad, la triste realidad. Nunca, ni en mis peores pesadillas, habría podido imaginar de lo que estos compañeros y “amigos” podían llegar a hacer contra el partido Popular. La no aceptación de la democracia interna, las ambiciones y las ansias inexplicables ante unas expectativas electorales modestas, la traición a unas siglas y a los compañeros fueron su norma de conducta. Su objetivo era evidente: erosionar al máximo los resultados electorales del PP para forzar mi salida. Esfuerzo inútil y repugnante porque mi marcha hacía tiempo que estaba decidida por mi mismo.

Santiago de Munck Loyola.

martes, 21 de septiembre de 2010

Por qué me fui.

Conversando hoy con Marisa, la Presidente del PP de Rivas-Vaciamadrid, me he dado cuenta de que desconocía muchas cosas sobre las causas de mi dimisión como Presidente del Partido a finales del año 2003. Y al igual que ella, la mayoría de los afiliados de entonces no llegaron a saber las razones que me impulsaron a tomar aquella decisión. Bien es cierto que entonces no quise dar demasiadas explicaciones considerando la tensión que existía en el Partido, pero transcurridos ya siete años y calmadas las aguas creo que debo saldar aquella deuda y aclarar las cosas para quienes aún me preguntan de vez en cuando.

Tras las elecciones de 1999 en las que el Partido Popular se estancó en los resultados electorales repitiendo prácticamente los de 1995, entendí que, tanto para el Partido, como para mi mismo, sería buena una renovación de la candidatura para las siguientes elecciones. Yo ya había sido candidato en 1991, 1995 y 1999 y aunque entonces tenía 41 años pensé que era hora del relevo. Como decía Aldo Moro “el Gobierno desgasta pero la oposición mucho más”. Así que en compañía del Secretario General Local y amigo, José María García y del concejal y amigo también, César Rubio mantuve una reunión con el Secretario Regional, Ricardo Romero de Tejada. Le trasladé mi deseo de no volver a repetir candidatura y de formar parte de la lista para la Asamblea en 2003. Romero de Tejada con quien no me llevaba bien aceptó encantado la propuesta y acordamos que José María, si era respaldado por los afiliados, sería candidato en 2003 y que yo iría en las listas de la Asamblea. Y con ese propósito seguimos trabajando en el Ayuntamiento y en el Partido. A finales de 2002 designaron a Esperanza Aguirre como candidata a la Comunidad. Me llamó al Senado y me preguntó qué iba a hacer. Le dije que no iba a ser candidato y que quería ir en las listas de la Asamblea si ella no tenía inconveniente. Me dijo que quería tener gente de su confianza en los pueblos y me pidió que encabezase de nuevo la lista. Le señalé que Romero de Tejada no me quería de candidato y le conté el acuerdo al que habíamos llegado. Me respondió que ella se ocuparía de Romero de Tejada.

Nada más volver de dicha reunión le conté a José María la conversación y le noté muy raro. No le gustaba en absoluto. Dos días después me llamó Romero de Tejada, me recriminó en tono jovial que le hubiese dicho a Esperanza que no nos llevábamos bien y me dijo que me apreciaba tanto que iba a ser candidato de nuevo. Y ahí saltó la sorpresa: me enteré entonces de que al día siguiente de habernos reunido los tres con Ricardo éste había llamado a José María García y le había dicho que fuera organizando su equipo discretamente y que se olvidase de mi, que no iba a ser diputado. Mi gran amigo José María hizo exactamente eso y me ocultó la faena que me estaban preparando en la regional. El problema estaba en que la designación de Esperanza había roto todos los esquemas. José María no se resignó. Planteó su candidatura ante el Comité Ejecutivo y perdió por 9 votos frente a 12. Impugnó la votación, se repitió y entonces solo obtuvo 3 votos. Después declaró públicamente que no quería ir en mi lista, a continuación que sí quería y más tarde que si era detrás de una mujer no iría. Y así fue, no fue en la lista. Ni él ni los pocos que le apoyaban aceptaron los resultados, dividieron al partido y llegamos a la campaña hechos unos zorros. Aún en marzo, Esperanza Aguirre, plenamente consciente de la presión a la que me estaban sometiendo, me ofreció en un acto electoral en Arganda del Rey, delante de varias personas, ir en la lista autonómica y abandonar la candidatura municipal, pero a esas alturas no podía aceptar su ofrecimiento. El mismo día de las votaciones algunos de los seguidores de José María, como Nicolás Rodríguez, se dedicaron a insultar a los apoderados e interventores del Partido Popular y a repartir papeletas del PP nulas. A la barriobajera y dura campaña de la izquierda ripense a lomos del “no a la guerra” había que añadir la no menos suave de algunos “compañeros” de Partido.

Al día siguiente de las elecciones presenté mi renuncia como Portavoz municipal y como Presidente del partido a Pío García Escudero. Como Portavoz se pudo hacer efectiva automáticamente, sin embargo, como Presidente aún tuve que esperar hasta noviembre por expreso deseo de Romero de Tejada.

14 años como Presidente Local y 12 años como Portavoz Municipal eran más que suficientes. Y no es que me faltasen ideas y ganas para seguir adelante, pero, por una parte, el Partido necesitaba ya un nuevo liderazgo y por otra sí que me faltaba ilusión y fuerzas para enfrentarme con un sector minoritario del Partido cuyos cabecillas, hasta hacía poco habían sido presuntamente mis amigos, y de pronto se habían convertido en fieras capaces de amenazar e insultar a mi y a mi familia. Recuerdo con tristeza la última Asamblea que convoqué para evaluar los resultados electorales y anunciar mi renuncia. No podré olvidar los insultos y gritos de personas como José Alfonso Díaz Blázquez o Gema Rodríguez Casero que siempre habían contado con mi afecto. Tanta mezquindad y tanta traición eran difíciles de soportar.

Me fui porque creí que era lo mejor para el Partido, para mi familia y para mi. Y me hace gracia que, a estas alturas, haya algún individuo, como Miguel Ángel García Nieto cuya carta de presentación al afiliarse en Rivas fue ofrecer comisiones del 3%, se haya atribuido algún “mérito” en mi marcha como consecuencia de sus inexistentes relaciones en Génova. Pero, en fin, bufones los hay en todos sitios.

Cerré entonces una intensa y emocionante etapa de mi vida y emprendí un nuevo rumbo profesional como Secretario de un Ayuntamiento. No me arrepiento aunque quizás debería haber sido más explícito con el conjunto de los militantes, con tantas y tantas buenas personas que me otorgaron repetidamente su confianza. A todas ellas, gracias una vez más.

Santiago de Munck Loyola.

domingo, 19 de septiembre de 2010

EL LIBRO NEGRO DE CARRILLO DE JOSÉ JAVIER ESPARZA.





Uno de los libros que he tenido ocasión de leer este verano es “El libro negro de Carrillo” de José Javier Esparza, de la editorial Libroslibres. Se trata de un relato de 300 páginas en el que se hace un repaso de la trayectoria política de Santiago Carrillo. El libro está escrito con una soltura y fluidez que hacen amena su lectura. La verdad es que si uno está interesado por la política y por nuestro pasado reciente se lee de un tirón.

José Javier Esparza hace un repaso de la biografía de Santiago Carrillo encuadrándola perfectamente en los sucesos políticos que marcaron la reciente historia de España y muy especialmente la historia del PCE. Para ello sustenta su relato en numerosos testimonios y fuentes que acreditan la veracidad del mismo y que nos ofrecen una perspectiva muy amplia de las características y mentalidad de Santiago Carrillo. Luis Gómez Llorente, Largo Caballero, Indalecio Prieto, el propio Santiago Carrillo, Simeón Vidarte, Mundo Obrero, Ricardo de la Cierva, El Socialista, Líster, Fernando Claudín o Semprún, por citar solo a unos pocos, sirven de fuentes para alimentar este relato vital que contiene pasajes verdaderamente estremecedores y que ponen de relieve la frialdad y la determinación del protagonista.

Pero, si hay algo que me ha llamado la atención del personaje es el valor que siempre ha atribuido a la vida humana ante la consecución de un determinado fin político. Siempre se ha asociado a Santiago Carrillo con las matanzas de Paracuellos del Jarama. Se ha discutido hasta la saciedad sobre su responsabilidad directa en el cruel asesinato de casi 5000 personas inocentes en su mayoría de cualquier otra falta que no fuese la de profesar una determinada creencia. El propio Carrillo, en un Pleno del PCE celebrado en Valencia en 1937, afirma que la aniquilación de traidores en la retaguardia “no es un crimen, no es una maniobra sino un deber exigir una tal depuración”. Pero, en todo caso, los hechos de Paracuellos siendo injustificables están enmarcados en la extrema violencia de una guerra civil.

Lo que es menos conocido por la mayoría de los ciudadanos es la forma en que Santiago Carrillo se hace con el control y el poder de PCE. Un partido que nunca defendió la democracia parlamentaria ni las libertades, sino que perseguía como fiel partido estalinista la implantación de la dictadura del proletariado aplicando los métodos típicos del estalinismo, entre ellos, la aniquilación física del adversario. Santiago Carrillo fue y se declaró un estalinista convencido y fue, por tanto, consecuente con ello a la hora de afianzar su poder en el PCE. Cientos de militantes comunistas, luchadores en la España ya franquista, guerrilleros miembros del maquis y cualquier comunista que pudiera estorbarle fueron denunciados a la policía franquista o purgados en el exilio (algunos incluso acabaron en hospitales psiquiátricos soviéticos) o simplemente fueron asesinados por orden de Santiago Carrillo. Cualquier excusa era válida: por ser troskistas, revisionistas, monzonistas o fraccionistas. Cuando un comunista era etiquetado con cualquier calificativo ajeno a la ortodoxia estalinista podía darse por perdido.

Santiago Carrillo es producto de una época concreta y la historia, fría y objetiva, le juzgará con justicia. Pero me pasa lo que al autor del libro. Me sorprende que el protagonista de hechos tan negros como los que carga en su cuenta cautive aún a una buena parte de la progresía española hasta el punto de tributarle homenajes. “Los buenos” como decía Peces Barba alaban y homenajean a un político responsable de muchos crímenes de sangre cometidos incluso contra sus propios correligionarios, a un político para quien la sagrada vida humana no ha tenido valor alguno, tan sólo el de un mero instrumento desechable para la consecución de fines muy mezquinos.

Santiago de Munck Loyola.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

DONDE LAS DAN LAS TOMAN.




Si hay algo que en política resulta especialmente repudiable es el transfuguismo, sea cual sea la cusa que lo origine. El tránsfuga secuestra la voluntad popular y al amparo de la ley se erige en salvador de la democracia. En todos los casos conocidos de transfuguismo siempre hay algo oscuro y repugnante tras la decisión de ignorar el mandato de las urnas y robar un escaño al partido político que lo obtuvo en las elecciones. Los tránsfugas siempre se envuelven en nobles ideales para justificar su despreciable decisión, pero son sólo palabras grandilocuentes que sirven para esconder móviles miserables y una bajeza moral y política intolerables. Nos guste o no, el mandato representativo lo reciben los partidos políticos a través de la elección de unas listas cerradas y eso es lo que los ciudadanos votan y lo que cualquier demócrata ha de respetar. Y cuando el cargo electo discrepa de forma irreconciliable con la formación política que lo ha aupado al escaño sólo tiene una salida digna para salvar su conciencia: dimitir y dejar el escaño para que lo ocupe el siguiente en la lista.

El pacto antitransfuguismo vigente en la década de los noventa señalaba, entre distintas medidas a adoptar en el caso de los tránsfugas, practicar el aislamiento social de los mismos y adoptar las medidas necesarias para impedir que fuera rentable practicar el transfuguismo, es decir, impedir que un tránsfuga recibiera más fondos públicos por hacerse tránsfuga que por seguir en su formación política. Pues bien, cuando en el PP de Rivas se produjo el caso de transfuguismo de Ana Martín Bermúdez la izquierda local, la gobernante y la instalada en los medios de comunicación, hizo caso omiso del citado pacto. Dado que se trataba de un claro perjuicio para el Partido Popular, el Gobierno Municipal y los medios de comunicación locales se dedicaron a jalear, a aplaudir y a potenciar a la tránsfuga Martín Bermúdez. De pronto, la tránsfuga pasó de percibir unas 30.000 Ptas. mensuales del ayuntamiento en concepto de dietas a más de 100.000 Ptas. al mes por haber constituido el Grupo Mixto (lo de Grupo tiene su guasa tratándose de una sola persona). Es cierto que la citada “señora” se apresuró a señalar en algún medio de comunicación local que todo lo que percibiera de más por ser tránsfuga lo donaría a una ONG. Ningún medio local se ha preocupado de conocer el destino de esos fondos públicos. Supongo que habrán ido a parar a “Tránsfugas sin fronteras” o a la “Asociación de Amigos de la Martín Bermúdez”. La TV local se deleitó dándole toda la cancha posible en su programación e incluso sigue sermoneando al respetable desde la aséptica e imparcial Revista-Anuncio de la comarca, la Revista del Este. Lo del asilamiento social no iba con la izquierda de Rivas. Todos los progres desde el bueno de Paco de Pablo hasta el último bendijeron esta caso de transfuguismo.

Pero la vida da muchas vueltas y como dice el dicho popular a cada cerdo le llega su San Martín. Mira por donde llegaron las elecciones municipales y autonómicas de 2003. Ganó la Comunidad Esperanza Aguirre pero sin mayoría absoluta. Fausto Fernández ya se veía como Vicepresidente de la Comunidad. Aún recuerdo una conversación en el despacho del Secretario del Ayuntamiento en el que Fausto se jactaba de lo bien que le iban las negociaciones con el PSOE, ya pensaba en el coche oficial de la Vicepresidencia, se pensaba quedar con urbanismo y, para que no dijeran nada, también con la María (sic) asuntos sociales, entre otras cosas. Y salta la sorpresa, al PSOE le salen dos tránsfugas (Tamayo y Sáez) y Fausto se queda sin nada, teniendo que devolver el traje de Vicepresidente. Gran indignación de la izquierda madrileña y en especial de la ripense, incluidos los periódicos locales. Los que durante 4 años habían estado alentando y aplaudiendo a la tránsfuga del PP ahora estaban indignados hasta la médula por los tránsfugas Tamayo y Sáez. Ahora el transfuguismo les parecía repugnante y detestable. ¡Vaya cuadrilla de hipócritas! Y es que como dice el refranero donde las dan, las toman.

Santiago de Munck Loyola

lunes, 13 de septiembre de 2010

Nicolás Sarkozy imita a IU de Rivas.









En estos días es noticia la expulsión de Francia de cientos de gitanos rumanos. La decisión del Presidente francés ha levantado toda clase de comentarios y declaraciones y son especialmente relevantes las protagonizadas por la izquierda europea y las de los defensores de los derechos humanos que no sólo condenan sin paliativos la actuación de Sarkozy, sino que, además, le han regalado toda clase de improperios, insultos y descalificaciones.

Es de suponer que la decisión presidencial se ha tomado conforme al ordenamiento jurídico francés, como no podría ser de otra forma, pero parece que esta decisión podría colisionar con la libre circulación de las personas en los territorios que forman parte de la Unión Europea, libre circulación consagrada en los diferentes tratados de la Unión. Rumania es ya un estado de la Unión y, por tanto, sus ciudadanos, con independencia de la etnia a la que pertenezcan, pueden circular libremente por los territorios de la Unión. Otra cosa bien distinta es que los ciudadanos comunitarios en sus desplazamientos por la Unión deban someterse y adaptarse a las legislaciones nacionales de los países por los que transitan o se instalan. Y aquí es donde en principio podría estar la razón de esta decisión francesa.

Hace poco más de diez años, más de cien gitanos rumanos se instalaron en Rivas-Vaciamadrid. Lo hicieron a unos 300 metros del despacho del Sr. Alcalde, entonces Fausto Fernández de IU, en los terrenos del antiguo matadero, unas ruinas peligrosas rodeadas de basura y plagadas de rata. Se trataba de decenas de familias rumanas con multitud de niños. Durante meses vivieron en condiciones infrahumanas sin más ayuda que la prestada por algunos vecinos y asociaciones. Durante los meses que malvivieron en Rivas-Vaciamadrid su presencia despertó los recelos y temores de los vecinos del Casco Urbano pero no despertaron los instintos solidarios ni del Sr. Alcalde ni de su organización política. El Ayuntamiento ripense contaba entonces con muchos recursos económicos pero el Gobierno Municipal no adoptó ni una sola medida para tratar de integrar o ayudar a los nuevos e incómodos vecinos. De un Gobierno de izquierdas, presuntamente solidario y progresista, se podría haber esperado una acción decidida para erradicar esa marginalidad mediante programas de integración o, siendo mucho más modestos, simplemente una atención específica para escolarizar a las decenas de niños que allí malvivían. Pues no, nada de eso ocurrió. Lo que decidió Fausto Fernández y su Gobierno Municipal (IU-PSOE) fue, ante la proximidad de las elecciones, negociar con los cabecillas del poblado y llegó al siguiente y sorprendente acuerdo: les entregó sus coches que habían sido retirados de la circulación por diferentes deficiencias y les entregó 50.000 Ptas. por familia con la condición de que se marchasen inmediatamente. Y así lo hicieron los gitanos rumanos. Se fueron. Dos días después uno de los niños del campamento gitano murió atropellado en la sierra madrileña.

Está claro que la decisión francesa de expulsar a los gitanos rumanos tiene un elocuente antecedente en la política social y de inmigración de IU de Rivas-Vaciamadrid. Por cierto, hasta el día de hoy no se ha escuchado ni una sola voz de condena de estos hechos por parte de la progresía ripense, madrileña o española.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 12 de septiembre de 2010

LA HUELGA GENERAL.



El próximo día 29 de septiembre, los sindicatos han convocado una huelga general para protestar, fundamentalmente, por la reforma laboral recientemente aprobada por el PSOE en el Parlamento. Ante esta convocatoria cabe plantearse muchas cuestiones para decidir si se secunda o no este llamamiento. Otra cosa bien distinta es que la libertad de elección de cada ciudadano pueda realmente llevarse a la práctica ante la habitual violencia de los piquetes “informativos” sindicales.

El llamamiento a la huelga lo realizan las organizaciones sindicales que hace poco más de dos años contribuyeron al triunfo electoral de Rodríguez Zapatero, unas veces con llamamientos explícitos para apoyarle, otras mediante el cómplice silencio ante los embustes del candidato que, por activa y por pasiva, negaba la existencia de una grave crisis económica de la que eran muy conscientes los líderes sindicales. Son los mismos que contribuyeron al triunfo de Zapatero los que hoy llaman a la ciudadanía a la huelga general contra las medidas adoptadas por su entonces candidato. Pero hacen este llamamiento como “sin querer”, a medio gas, meses después de haberse anunciado las medidas antisociales del Gobierno y una vez que ya han sido aprobadas y ratificadas por el Parlamento, es decir, a toro pasado. Al contrario que los sindicalistas europeos que se han venido movilizando de forma inmediata ante cada anuncio gubernamental de medidas económicas, los sindicalistas españoles se lo han tomado con mucha calma, quizás, por eso del diálogo social. En el caso de la UGT parece que la convocatoria no se realiza contra el Gobierno, no, en su diana están los empresarios y el PP, por supuesto, y el Gobierno de refilón. Por otra parte, en las declaraciones del líder de CCOO se resalta más al Parlamento como adversario por aprobar la reforma laboral que al Gobierno que ha propuesto y cuyo partido ha aprobado en solitario esa reforma. Parece como si se sintieran culpables por tener que convocar una huelga general al amigo y colega Zapatero que tantas subvenciones les facilita.

Y en esta huelga general casi cinco millones de ciudadanos no podrán ejercer su derecho a la huelga porque tampoco pueden ejercer su derecho al trabajo. Para estos cinco millones de españoles los sindicatos aún no han tenido tiempo de convocar una protesta como la del 29 de septiembre. Claro, que estando desempleados para qué necesitan de los sindicatos y viceversa.

Es evidente que hay muchos motivos para protestar contra este Gobierno, motivos de toda índole: económica, social, territorial, cultural, etc. Pero estos motivos están desde hace mucho en la agenda pública y ni los sindicatos, ni la oposición han adoptado las necesarias medidas de protesta que pudieran, al menos, hacer sentir a los gobernantes que la realidad de la calle es muy distinta a la que perciben desde sus enmoquetados despachos.

El Gobierno se merece una huelga general, pero ¿se la merece España? ¿Está en condiciones la economía española de soportar el inmenso coste económico que supondría el triunfo de esta convocatoria? ¿Pueden resistir las pequeñas empresas este coste? ¿Lo pueden resistir los bolsillos de los trabajadores?

Son cuestiones sobre las que merece la pena reflexionar, con permiso de los sindicatos, a la hora de decidir la posición individual a la hora de apoyar o no la huelga. Yo no lo tengo claro.

Fdo. Santiago de Munck Loyola.