Tal y como estaba anunciado la
investidura del candidato Mariano Rajoy fracasó. 170 votos a favor (PP y sus
coaligados Foro Asturias y UPN + C’s + CC) frente a 180 votos contrarios. ¿Y
ahora qué? Pues difícil está la cosa. El partido más votado, el Partido
Popular, tiene muy difícil intentar una segunda investidura con o sin Mariano
Rajoy de candidato. Su pacto con Ciudadanos tenía fecha de caducidad, algo
realmente extraño cuando tanto se apela desde esta formación al diálogo y al
consenso. Aunque tampoco importa mucho, visto lo que entiende el PP por regeneración al proponer al ex ministro Soria para ocupar un puesto representando a España en el Banco Mundial. Como el Sr. Soria no "valía" para seguir siendo Ministro se lo endosamos a los extranjeros. Y por otra parte, el Partido Popular se reafirma en la candidatura de
Mariano Rajoy y frente a quienes desde otros partidos, con toda la hipocresía
del mundo pues en el fondo “no es no” sea quien sea el candidato del PP,
señala, no sin razón, que si el candidato más votado en las últimas elecciones
ha de renunciar o dimitir ¿por qué no lo hacen quienes han perdido votos y
escaños en las últimas elecciones?
El líder socialista, Mister
“Noesno”, fracasada la investidura de Rajoy, se apresuró a hacer un llamamiento
a lo que denomina “las fuerzas del cambio” para que esos 180 votos negativos se
conviertan ahora en positivos para investir a un presidente del llamado cambio.
La verdad es que queda hasta bonito, lo de las fuerzas del cambio, encarnadas
en los 180 votos del no frente a los 170 de las fuerzas del inmovilismo o del
“no cambio”. Pero, seamos serios, a parte del no en común ¿hay algún otro
elemento aglutinador que permita hablar de un grupo homogéneo de “fuerzas del
cambio”? Parece que no y es que entre los 180 votos negativos hay de todo,
hasta de lo peorcito. Vamos a intentar aclarar lo que significan las llamadas “fuerzas
del cambio”.
Podría pensarse a primera vista
que el Sr. Sánchez intenta sumar a los 180 votos de las “fuerzas del cambio” a
Ciudadanos. Es decir que para intentar arreglarlo, el Sr. Sánchez tendría en
cuenta a parte de los 170 votos favorables a la investidura de Rajoy, es decir,
a los 32 diputados de Ciudadanos que ya no serían considerados inmovilistas, ni
marca blanca del PP, ni cómplices de Rajoy. ¡Faltaría más! Y así, los
socialistas vuelven a su proyecto fracasado de hace unos meses, PSOE + PODEMOS
+CIUDADANOS, y Pedrito Presidente. Pero, hete aquí, que al líder de Ciudadanos,
Sr. Rivera, le ha faltado tiempo para decir que con Unidos Podemos, que
propugna el derecho de autodeterminación entre sus filas, ni a la vuelta de la
esquina. Nuevo portazo para el Sr. Sánchez cuyas desmesuradas ansias de “tocar
pelo” al precio que sea ya son más evidentes que nunca.
Y vuelta a empezar. Los 180 votos
de las “fuerzas del cambio” se componen de lo siguiente:
-
85 diputados de lo que queda del PSOE,
socialdemócratas confusos.
-
71 diputados de Unidos Podemos, comunistas,
populistas, aspirantes a socialdemócratas, separatistas y talibanes
variopintos.
-
9 diputados de ERC, separatistas enemigos de la
soberanía popular y de España.
-
8 diputados de CDC, iguales que los anteriores
pero menos izquierdistas.
-
5 diputados del PNV, iguales que los anteriores
pero derechistas.
-
2 diputados de EH BILDU, iguales que los
anteriores pero izquierdistas y brazo político de los asesinos etarras.
Et voilà! Ya tenemos a las “fuerzas
del cambio”, ese maravilloso cóctel que tanto fascina al Señor Sánchez y a
muchos españoles que de buena fe creen en que en realidad existe una auténtica
alternativa de gobierno bajo la falaz denominación de las “fuerzas del cambio”.
Algunos de los que forman parte de este heterogéneo grupo de los 180, de las “fuerzas
del cambio”, ya han anunciado que estarían dispuestos a apoyar al Sr. Sánchez o
a cualquier otro de los 180 con ciertas condiciones. A saber: para empezar derecho
a la autodeterminación, con o sin referéndum, para Cataluña y País Vasco (si me
apuran para Galicia y el resto de los Países Catalanes como dicen los de
Compromis, también) y los presos etarras bajo la tutela del PNV o, para el caso
amnistiados, que ya está bien de “venganzas” según la impresentable portavoz de
BILDU. Y para continuar ya se sabe: ministerios sociales como Defensa o
Justicia para IU Podemos, amén del control sobre el CNI, los medios públicos de
Comunicación, etc. Pero, con todo, ya tendríamos a D. Pedro Sánchez Pérez Castejón
(de los Castejón sublevados contra la II República) como Presidente del
Gobierno de lo que pueda quedar de España. Y ya está. ¡Fácil! ¿Verdad? Nunca
más volvería hacer falta votar en Navidad, es más, sería imposible porque
seguramente sería borrada del calendario, por reaccionaria y por
heteropatriarcal que diría Garzón.
Santiago de Munck Loyola