A pesar de tratarse de datos objetivos las conclusiones siempre serán variadas y contrapuestas. Hay maneras muy curiosas de evaluar y valorar los mismos datos electorales. Sirva como ejemplo el resultado del año 2003, último año que tuve el honor de encabezar la candidatura del Partido Popular. La campaña electoral de 2003 estuvo centrada en el “No a la guerra”, apenas tuvieron relevancia alguna los problemas municipales.
La guerra de Irak sirvió a la izquierda para criminalizar a los candidatos populares y para eludir los debates domésticos. Rivas-Vaciamadrid no fue una excepción. En aquel entonces Esperanza Aguirre, candidata a la Presidencia de la Comunidad, obtuvo en Rivas un 30,77 % de los votos, perdiendo casi un 7 % respecto al resultado de Gallardón en 1999. Simultáneamente, la candidatura municipal obtuvo el 26,31 %, perdiendo un 3,91 % respecto a 1999. Pues bien, para algunos compañeros la pérdida de 7 puntos de Esperanza Aguirre era irrelevante y estaba justificada mientras que la pérdida de 3,91 puntos del PP local era un drama por el que había que cortar la cabeza al candidato. Curiosamente eran los mismos que o bien no habían ayudado en la campaña (como Marisa del Olmo) o, incluso, habían hecho campaña en contra.
Por ello, del mismo modo que unos datos objetivos pueden ofrecer conclusiones diferentes, también pueden conducir a pronósticos contrapuestos.
Partiendo de la base de que se cumplan las encuestas, el Partido Popular podría obtener en la Comunidad de Madrid un 54 % de los votos. Usando los datos anteriores, en Rivas-Vaciamadrid Esperanza Aguirre obtendría un 17,5 % menos (que es el diferencial medio desde 1994), es decir, un 36,5 % de los votos. Dado que el diferencial medio desde 1994 entre la candidatura autonómica en Rivas y la municipal es de -6,24 % (-12,19 % en el año 2007), lo lógico es que la candidatura Local del PP encabezada por la Sra. Sánchez Ramos obtenga el 22 de mayo próximo, en el mejor de los casos, el 30,26 % de los votos.
Subrayo el "en el mejor de los casos" porque un proceso electoral no es una mera cuestión de números. Existen factores políticos, sociales y humanos a tener en cuenta y en el caso de la candidatura del PP de Rivas-Vaciamadrid dichos factores no juegan precisamente a favor sino, más bien, en contra y con mayor incidencia negativa cuanto más sean conocidos por el conjunto del electorado.
Dichos factores negativos son:
- Cuatro años de Oposición del PP en estado vacacional: pocas y flojas críticas al Gobierno Municipal muchas veces más próximas al “marujeo” que a la crítica política seria.
- Escasa presencia de la Oposición en los medios de comunicación.
- Divisiones internas y falta de voluntad integradora de la dirección local.
- Una Presidenta Local que vende la cabecera de la candidatura de Rivas por el puesto 16 en la de las Rozas.
- Presentación de una candidatura impuesta por la Dirección regional y sin aval democrático.
- Una cabeza de lista “paracaidista” (igual que la mayoría de los primeros puestos de la lista), desconocedora del municipio y sin experiencia municipal, alejada de la línea centrista de Mariano Rajoy y de discutibles principios éticos.
- Algún miembro de la candidatura del que más vale que no se hable mucho.
- Un discurso incoherente: oponerse a una presunta incineradora (que no es tal) y apoyar con su silencio los proyectos de ampliación de Valdemingómez.
Estos aspectos negativos, que no cuentan con contrapesos negativos significativos que pudieran compensarlos, son hechos perfectamente contrastables que en la medida en que se difundan mermarán las posibilidades electorales del Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid y confirmarán, seguramente, el error que ha supuesto vulnerar la democracia interna de la organización local para beneficiar a personas y grupos desvinculados a la misma y al municipio.
Santiago de Munck Loyola