¡Cómo cambian los tiempos! Hace
pocos años, ayer como quien dice, el Sr. Rubalcaba, junto a los demás miembros
de su partido, era uno de los promotores de aquella estrategia antidemocrática
llamada del “cordón sanitario” al PP o lo que es lo mismo, al “PP ni agua”. El
PSOE promovió entonces un aislamiento político al Partido Popular a todos los
niveles, promoviendo cualquier tipo de alianzas y pactos con cualquiera con tal
de no acordar nada con el Partido Popular. De esta forma y durante dos
legislaturas, el PSOE, con un respaldo electoral muy inferior al que obtuvo el
Partido Popular en las últimas elecciones, tomó toda clase de decisiones e
impulsó todo tipo de reformas legislativas sin sentarse a hablar con el Partido
Popular, sin diálogos, ni consensos, que para eso estaba en vigor el llamado
“cordón sanitario”. Sin acuerdos con el principal partido de la oposición y con
un visible ánimo revanchista, los socialistas deshicieron todo lo que pudieron
y a velocidades de vértigo: la reforma educativa, el Plan Hidrológico Nacional, la
política antiterrorista, la política exterior renunciando al mayor peso
obtenido para España en la Unión Europea ,
etc. Hasta la ley de aborto fue objeto de una importante reforma sin contar
para nada con la oposición consiguiendo que España sea el único país del mundo
en que las menores puedan abortar sin conocimiento ni autorización de sus
padres.
Hoy, el panorama es muy distinto.
El Sr. Rubalcaba y los suyos, además de seguir horadando su suelo electoral,
por cierto con excelentes resultados, no dejan de ofrecer supuestos pactos y no
paran de apelar al diálogo al Gobierno. Un diálogo que ellos nunca ofrecieron y
un consenso que siempre negaron. Hoy cualquier reforma del nuevo gobierno es sistemáticamente
descalificada, es tachada de contrarreforma al mismo tiempo que se ofrecen
pactos. La experiencia demuestra cómo construye y cómo gestiona los pactos el
PSOE y no hay más que recordar lo sucedido en torno al pacto antiterrorista.
La última generosa oferta del Sr.
Rubalcaba versa sobre la política económica. Es verdad que el PSOE pide ahora
muchas cosas que no quiso, pudo o supo hacer como se ha visto en el tema de la
dación en pago pero, ahora, la nueva propuesta socialista introduce elementos
tan novedosos como curiosos, algunos incluso fuera de la esfera del sentido
común. El Sr. Rubalcaba acaba de presentar una serie de medidas para pactar con
el Gobierno. Como era de esperar, los socialistas se decantan por seguir
tirando del dinero público sin concretar de dónde piensan que se podrían
obtener los recursos necesarios para ello sin subir los impuestos o sin
incrementar el endeudamiento público, cuyos intereses nos están ahogando. El
PSOE propone créditos de hasta 30.000
euros por cada contrato indefinido de un desempleado, por ejemplo, o que las
empresas de menos de 50 trabajadores que amplíen su plantilla con desempleados
y la mantengan durante el tiempo de aplicación de los estímulos laborales,
tengan una bonificación extraordinaria del 100 % de las cotizaciones sociales
el primer año, el 75 % el segundo y el 50 % el tercero, aumentando así el
desequilibrio de sus cuentas o la creación de un Fondo de Emergencia contra la Pobreza , con una dotación
de hasta mil millones de euros para 2013, sin especificar de dónde se saca ese
dinero.
La propuesta de pacto al Gobierno
abarca la política de vivienda, control de precios, modelo fiscal, modelo de
crecimiento y política industrial, reformas en el sector de la energía y de las
profesiones reguladas, reforma de las administraciones públicas y una ley de
transparencia pactada, como si no pudieran llegar a acuerdos en el trámite
parlamentario de la que se está tramitando. Y tiene su miga que en cuanto a las
pensiones, el PSOE advierta que no apoyará nuevas reformas sin el consenso de
los integrantes del acuerdo tripartito que modificó el sistema en 2013, y aboga
por mantener el pacto de Toledo, suscrito hace 20 años y que, afirma el
documento, "es un activo intangible que debe ser preservado". Un activo
intangible siempre y cuando que el que lo toque no sean ellos, se entiende.
Parece que ya ha quedado claro
que esa ocurrencia de tocar el dinero del rescate bancario para otros fines
diferentes a los que tenía asignado no tiene encaje legal en la Unión Europea y que la
peregrina propuesta de dar dinero a las empresas a cambio de que no se
produzcan despidos, se ha encargado el mismo Felipe González de tirarla por
tierra.
Es evidente que los dirigentes
socialistas siguen a lo suyo, en no reconocer los errores y las
responsabilidades que nos han traído hasta aquí, en insistir en modelos y
políticas económicas suicidas, en seguir profundizando en estrategias suicidas
y en intentar hacer creer que tienen una alternativa cuando lo que en realidad
proponen es una fotocopia de su pasado más reciente. Rubalcaba y los suyos van
a conseguir hacer realidad de frase del recientemente fallecido Giulio Andreotti
de que el “poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene”.
Santiago de Munck Loyola