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jueves, 22 de junio de 2017

Rocafel: estopa para todos.

Sres. políticos del Ayuntamiento de Alicante (PSOE, Compromís y Guaynar Alicante) y de Costas (PP): 
Nos tienes ustedes hartos a los vecinos que vivimos en la zona de Rocafel. Nos tienen cansados de sus mentiras, de sus promesas y, sobre todo, de su incompetencia. Nos tratan como a ciudadanos de tercera o, simplemente, nos ignoran, no nos tratan excepto para enviarnos todos los días la grúa municipal para hacer caja y para cobrarnos puntualmente los impuestos.

Sr. Alcalde de Alicante usted vino a nuestro barrio hace unos meses y comprobó de primera mano el lamentable y asqueroso estado de abandono en el que su administración nos tiene. Sirvan estas imágenes para recordarle algunas cosas que usted vió y olió en nuestro barrio. No estamos hablando ya de imagen y aspecto (tercermundista, por cierto) sino de limpieza, de higiene y de salubridad. 

Su Ayuntamiento sabe bien cobrar impuestos y multas de la grúa, pero a la vista está que ustedes no saben gestionar con justicia ese dinero. Hay que decirlo aunque no le guste, con Sonia Castedo y el PP este barrio estaba mucho más limpio y mejor cuidado. 

Tenemos un enorme aparcamiento que hace años no ha sido barrido en el que permanece la arena arrastrada por el mar que tapa la escasa señalización horizontal hasta el punto de que hay que adivinar donde empieza y acaban las lineas delimitadoras de las plazas de aparcamiento y acertar, por supuesto, so pena de retirada del vehículo y multa porque, eso sí, la grúa hace caja todos los días a las 7 de la mañana. 

La arena acumulada se ha convertido en el perfecto retrete de las decenas de gatos que deambulan por aquí sin control alguno, infestando la zona de pulgas y esparciendo un repugnante olor especialmente reseñable en las épocas de calor. Aqui nadie viene a controlar la enorme colonia de gatos que se encuentra tiñosa, aunque bien alimentada gracias a algunos "amantes de los gatos" que de llevárselos a su casa y proporcionarles cuidados veterinarios, nada de nada. Por cierto ¿no prohiben las ordenanzas municipales alimentar a los gatos en la calle? ¿No dice la ley que los gatos deben estar censados como los perros? Pues nada, en Rocafel la ley de la selva. 

El Ayuntamiento no barre, no limpia, no mantiene la señalización horizontal, no cuida las escasas plantas que sobreviven milagrosamente, no cuida las playas de las calitas, no las señaliza de ninguna forma, no las hace accesibles para los mayores y discapacitados... pero eso sí, nos cobra impuestos como a todos, nos envía a diario la grúa, y se ha preocupado mucho de hacer una playa de lujo para los perros. Pero a nosotros que nos den.

La Policía municipal brilla por su ausencia. En la época estival esta zona se convierte en zona de "guerra". Hay gente que monta tenderetes tipo mercadillo sobre la calzada, junto a la playa, para pasar el día ¿A que no se consiente éso en el Postiguet? Otros toman al asalto la minúscula zona de juegos infantiles, se instalan, comen dentro, se echan la siesta en los bancos o en el propio suelo, se dejan los desperdicios y para casa. Da igual que se llame a la Policía Municipal, no vienen. 

Pero aquí cada uno tiene su responsabilidad. ¿Qué decir de la Dirección Provincial de Costas dirigida por el PP? Lo más suave es que es el perro del hortelano. Estos señores no sólo incumplen sus obligaciones, sino que, además, como algún vecino intente arreglar por su cuenta lo que Costas no arregla se lleva una multa, normalmente de 6.000 euritos. Año tras año, los espigones se van deteriorando, se van acortando y con ello, en cada temporal, el agua entra con más fuerza y se va llevando la arena de las calitas. Cada año hay menos playa, menos espigones, menos camino de acceso para los servicios de emergencia y más mierda por todas partes.

Hay jardineras destrozadas que constituyen un peligro en la zona de Costas. No sólo no las arreglan, sino que además impiden que las comunidades de vecinos puedan hacerlo multando a cualquiera que pretenda suplir la indiferencia, desidia e incompetencia de este organismo parasitario.

Y luego, unos y otros, nos venden periódicamente que quieren y van a hacer un paseo por el litoral que llegue hasta la Albufereta. ¿Un paseo para qué? ¿Para contemplar el abandono y la mierda que la incumpetencia de unos y otros provoca en esta zona habitada por miles de personas? ¡Venga ya! Es suficiente con la imagen que se llevan los más de 50.000 turistas que cada año pernoctan en el Hotel Albahía, en el centro de esta zona de guerra.

Póngase de una vez las pilas, señores políticos. Gánense el sueldo. Y hagan lo que tienen que hacer, servir a los ciudadanos y no servirse de ellos.

Santiago de Munck Loyola
https://santiagodemunck.blogspot.com.es

miércoles, 21 de junio de 2017

La jeta de Pablito.


https://youtu.be/A0RcbgnsYb4
Se te veía venir Pablito. Lo tuyo es mucho discurso tranquilo y mucho odio en guante de terciopelo, muchas palabras y poco curro, mucha moralina de todo a un euro y pocos principios, mucha exhibición mediática con besito en los morros incluido a tu colega Javier Domenech, mucho aplauso a la causa LGTB y ningún escrúpulo en llevártelo crudo del régimen homofóbico iraní, mucho “hay que echar al PP” pero sólo si tú vas en cabeza, mucho feminismo de propaganda barata y rancia pero poco respeto a las mujeres, mucho rasgarte las vestiduras si te mentan la condición de pareja de tu portavoz pero ningún recato a la hora de mentar la condición de pareja de mujeres del PP, mucho pacifismo de panderete y ningún recato para exaltar la violencia contra ¿cómo lo llamabas? ah, sí, un lumpen, pero, vamos, con lo de hoy te has salido, Pablito.

Debes pensar que los ciudadanos somos tontos ¿verdad? O que vale cualquier gilipollez que digas porque te han bendecido los dioses del paraíso comunista bolivariano. Pues no Pablito, la gente merece un mínimo de respeto intelectual y no se puede soltar cualquier majadería esperando, además, recibir un aplauso. Hay que tener una jeta como un piano o ser un sinvergüenza de tomo y lomo, o ambas cosas a la vez para defender en los términos que lo has hecho  a los concejales de Ahora Madrid, de Podemos, imputados por los presuntos delitos de prevaricación y malversación.

Mira Pablito, decir que los dos concejales imputados, Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato, han tenido un “comportamiento ejemplar” y que no deben dimitir, a pesar delo que señala el propio código ético de Podemos, porque “ lo que han hecho Celia y Carlos ha sido investigar la corrupción y precisamente les atacan y denuncian por investigar la corrupción", no es de recibo. Es un ejercicio de cinismo, de hipocresía y de mendacidad de primera clase. Una cosa es segura, no tiene ni puñetera idea de lo que es un “comportamiento ejemplar”. No lo has mamado.

Eres un mentiroso compulsivo: nadie les ha denunciado ni perseguido por “investigar la corrupción”. Chaval, a ver si te enteras. Bueno, lo sabes de sobra. Un juez les ha imputado porque, como no les satisfacían los informes jurídicos de los letrados municipales, pillaron 100.000 euros de los madrileños para encargar a dedo, contraviniendo la ley, dos informes a medida a unos amiguetes que les dieran la razón. Les han imputado, y lo sabes, por pillar la pasta saltándose la Ley para destinarla a fines no legales. Los madrileños ya pagan con sus impuestos los sueldos de los letrados del Ayuntamiento y los sueldos de los órganos de fiscalización municipal que por tres veces les habían dicho por escrito que no existían irregularidades en el Open Madrid. Y, si no estaban satisfechos con esos informes, lo que debían haber hecho es usar el dinero de Podemos para encargar cuantos informes quisieran, pero no hacer que los madrileños pagasen dos veces lo mismo. ¿Te enteras? Claro que sí. Lo sabes de sobra.

Pablito, no nos tomes más por tontos. Aunque ahora seas pura casta ten un mínimo de decencia intelectual con los ciudadanos. No busques excusas tan estúpidas como lo del “comportamiento ejemplar” para justificar que cuando se trata de los tuyos os pasáis por el arco del triunfo las dimisiones que con tanta vehemencia exigís a los demás e, incluso, vuestro propio código ético que, visto lo visto, no vale no como papel higiénico. Los tuyos no dimiten porque no y punto. Anda y que te den.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 18 de junio de 2017

El PSOE constitucionalista ha muerto.


En la misma semana que hemos celebrado el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas en España tras la muerte de Franco que darían lugar a la Constitución de 1978, el PSOE  ha celebrado su 39 Congreso cuyo principal resultado ha sido el de sumarse a los que dan por liquidada a la transición y con ello a la esencia de la propia Constitución. Pedro Sánchez, el candidato socialista con los peores resultados electorales socialistas desde 1977, reelegido por la militancia como Secretario General ha escogido el rumbo que más convenía a su estrategia cortoplacista, construir una alternativa sustentada en los podemitas e independentistas para echar al PP del Gobierno. Y para lograrlo no ha dudado ni un minuto en renunciar a que dicha alternativa vuelva a serlo en solitario el PSOE, ni en renunciar a la herencia constitucionalista del PSOE de la transición ni en asumir el papel de comparsa de una tropa que abarca desde los herederos de los terroristas etarras, pasando por los residuos comunistas hasta los independentistas de toda clase.

Para lograrlo el PSOE de Pedro Sánchez ha asumido las tesis independentistas refrendadas por los podemitas al convertir la estulta definición de España como “Nación de Naciones” o como “Estado plurinacional” en la principal propuesta programática del 39 Congreso Socialista. Tratan de encubrir esta traición a la Constitución y a la Nación española señalando que la soberanía nacional sigue residiendo en el conjunto del pueblo español, pero a ver cómo se puede explicar semejante contradicción. Si hay una Nación, la española, la soberanía nacional reside en el pueblo español. Pero si ya no existe la Nación española, según Pedro Sánchez y su partido, sino un ente plurinacional, es decir, un ente compuesto de varias naciones se deduce que tampoco habrá una única soberanía nacional sino varias soberanías nacionales. La alternativa es clara: o existe la Nación española con su soberanía nacional o existen varias naciones con sus consiguientes soberanías nacionales. Habrá quien piense que el asunto no es importante, que en el fondo da igual, que es una simple cuestión semántica, pero se equivoca.

Y se equivocaron nuestros padres constitucionales al incluir el concepto de “nacionalidad” en el Artículo 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. No se puede olvidar que la indisoluble unidad de la Nación española es previa a la Constitución y que ésta es papel mojado si aquella es rota. Al margen de que los constituyentes tuvieron que inventarse un significado nuevo para la palabra nacionalidad concibiéndola como “nación cultural” (Peces Barba o Miguel Roca) lo cierto es que no sirvió para cerrar las vías independentistas, sino todo lo contrario, porque no les satisfizo. Los independentistas, durante décadas disfrazados de nacionalistas más o menos codiciosos, son insaciables y si Pedro Sánchez y su nuevo PSOE piensan que con la España plurinacional van a mitigar sus ambiciones van listos.

Esta frivolidad, por ser suave, socialista es una auténtica traición a la soberanía del pueblo español y supone más munición para la causa independentista en su empeño de destruir España. Es una propuesta innecesaria, peligrosa e irresponsable que de llevarse a cabo, algo realmente difícil si cada Institución del Estado cumple con sus obligaciones, supondría una invitación a la ruptura de la pacífica convivencia entre los españoles. Cuando un partido como el socialista pone en peligro todo el sistema democrático por mezquinos cálculos y estrategias electorales significa que ha tocado fondo porque no se puede caer más bajo.

Hoy se ha publicado un interesante artículo (http://www.esdiario.com/elsemanaldigital/783055703/Espana-nunca-ha-sido-una-Nacion-de-naciones.html ) de Eligio Hernández, ex fiscal General del Estado y militante socialista, y no puedo, por menos, que reproducir sus párrafos finales:


“…Don Juan Negrin, presidente del Gobierno, en noviembre de 1938, con ocasión del Consejo de Ministros celebrado en Pedralbes, que afirmó, según refiere Julián Zugazagoitia: "No estoy haciendo la Guerra contra Franco para que nos retoñe en Barcelona un separatismo estúpido y pueblerino. Estoy haciendo la guerra por España y para España, por su grandeza y para su grandeza. No hay más que una nación: ¡España!. No se puede consentir esta sórdida y persistente campaña separatista y tiene que ser cortada de raíz si se quiere que yo siga dirigiendo la política del Gobierno, que es una política nacional. En punto a la integridad de España soy irreductible y la defenderé de los desafueros de los de adentro”.

Santiago de Munck Loyola
https://santiagodemunck.blogspot.com.es

jueves, 15 de junio de 2017

40 años de una lección histórica.

Hoy, 15 de junio, se cumplen 40 años, ni más ni menos, de las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco. ¡Cómo pasa el tiempo! Yo tenía entonces 18 años y viví aquella campaña electoral y la jornada de votaciones con una intensidad y emoción increíbles. 

Hice campaña en favor de Alianza Popular, pero fui en compañía de algunos amigos a todos los mítines que pude de otros partidos políticos, del PSOE, UCD, ORT, PT, PSP,... No pude votar por dos razones, por mi edad y por no tener aún la nacionalidad española, pero acudí al Colegio Electoral instalado en el Colegio Padre Poveda de Madrid, junto a mi casa, y observé cómo lo hacía la gente. Alguien me llamó la atención para que me quitase de la camiseta una pegatina de AP.

Nunca olvidaré la ilusión, la curiosidad y la pasión de aquellos días. Al recordarlos ahora siento cierta nostalgia pero también un gran orgullo por haber formado parte y de haber vivido en primera persona un proceso de concordia y reconciliación que muchos ahora desprecian. 

Creo no equivocarme si afirmo que la clase política de entonces tenía mayor altura de miras, más generosidad, más preparación intelectual y patriotismo que la actual. Ojalá que tantos mediocres como hay ahora instalados en las instituciones fueran capaces de aprender algo de aquella generación política. 

Santiago de Munck Loyola
https://santiagodemunck.blogspot.com.es

jueves, 8 de junio de 2017

Occidente morirá de éxito (1).

Nos han declarado la guerra y parece que no hemos terminado de enterarnos. Cada atentado terrorista que se produce en nuestras ciudades es un acto de guerra y, sin embargo, nuestra respuesta como sociedad, como cultura y modo de vida, ni es unánime, ni es eficaz. Ésta no es una guerra convencional, una lucha entre ejércitos y entre estados. Es una guerra declarada expresamente por musulmanes radicales contra cualquier ciudadano inocente. El objetivo de los terroristas no es necesariamente las fuerzas armadas o de seguridad de un estado concreto, sino el ciudadano de a pie, usted o yo, que somos culpables por el simple hecho de estar en un momento dado en el lugar inadecuado. No importa la profesión, la religión, el sexo o la edad de las víctimas.


Después de cada atentado próximo geográfica o culturalmente, porque parece que los que a diario se producen en Irak, Irán o Afganistán nos afectan menos, se enciende una momentánea indignación casi generalizada que se adormece al cabo de una o dos semanas. Indignación, rabia y dolor que nos impulsan a realizar gestos de solidaridad con las víctimas o que provocan que se alcen voces con propuestas radicales para acabar con el terrorismo y poco más. A más dolor más radicalidad.

Imposición de la Sharia en Londres.


Da igual la justificación que los terroristas utilicen en cada caso. No deberíamos ni molestarnos en escucharlas ni en difundirlas porque solo encubren un fanatismo de carácter religioso y cultural. Hoy dicen que nos castigan por Siria, pero antes fue por Afganistán, por Irak, por caricaturizar a su profeta, por ser infieles o por lo que se les antoje en el momento. Y, de igual modo que sus justificaciones deberían ser pasadas por alto, tampoco habría que dar pábulo a quienes entre nosotros tratan de justificar o de encontrar explicaciones sociológicas o políticas detrás de cada atentado terrorista. Nos dicen que en una gran parte de los casos, los terroristas que en estos tiempos siembran el terror pertenecen a la segunda generación de emigrantes musulmanes, criada en guetos, entre falta de oportunidades y marginación, que se han radicalizado y que cargan su odio y frustración contra la sociedad que acogió a sus padres. De los cientos de miles de Españoles hijos de nuestros emigrantes, nacidos en Francia, Bélgica o Alemania, ¿Cuántos se han criado en guetos? ¿Cuántos no se han integrado en la cultura del país de acogida? ¿Cuántos se dedican a cometer atentados? Ninguno ¿por qué? Porque nuestras raíces culturales eran comunes y no necesitaban autoexcluirse en guetos para preservar identidades incompatibles con las sociedades de acogida.

El problema del terrorismo actual es extremadamente complejo y ni hay explicaciones absolutas ni soluciones fáciles. El principal caldo de cultivo del terrorista no está en las condiciones socioeconómicas de su entorno, como se nos quiere hacer creer desde una interpretación materialista, sino en el poso cultural y religioso que les convierte en potenciales receptores de la radicalidad y del fanatismo. La multiculturalidad en las sociedades occidentales es un mito inalcanzable cuando no se sustenta en principios y valores compartidos.

Las sociedades occidentales, abiertas y tolerantes, son el resultado de una larga y dura evolución que atravesó dos momentos cruciales, el renacimiento y la ilustración. Ambos fenómenos supusieron un cambio de los principios y valores que nos permitieron gradualmente construir sociedades y Estados sustentados en un común denominador ideológico aglutinador de la mayoría de los ciudadanos. De la religión común impuesta pasamos a la tolerancia, a la libertad religiosa y desembocamos en la primacía de la Ley civil, inspirada en gran medida en los valores cristianos, sobre la conciencia religiosa. Del soberano ungido por Dios pasamos a la soberanía nacional. De los privilegios de los estamentos pasamos a la igualdad de derechos. De la primacía del varón a la igualdad de sexos. Y así sucesivamente hasta conformar un sustrato común que nos permite nuestro actual modo de vida. Sin embargo, el mayor obstáculo con el mundo musulmán es que éste no ha evolucionado como el mundo de origen judeocristiano. Ni han pasado por un período como el Renacimiento, ni mucho menos como el de la Ilustración. No hay un sustrato común compartido con las sociedades occidentales y, por ello, es francamente difícil que puedan aceptar y, menos aún, defender nuestro modo de vida abierto y tolerante.




Si hay algo que tenemos que tener claro los occidentales es que con la actual evolución demográfica en nuestros países y con la defensa a ultranza del principio democrático, nuestra apertura y tolerancia van a acabar con nuestra sociedad. Nuestros valores y principios pronto serán minoritarios y consiguientemente erradicados por la mayoría que impondrá a sangre y fuego los suyos. Vamos a morir de éxito si no somos capaces de afrontar con decisión soluciones, para algunos, políticamente incorrectas.

Santiago de Munck Loyola

https://santiagodemunck.blogspot.com.es




miércoles, 31 de mayo de 2017

Independentismo: el caos que se avecina.


No hay ninguna duda de que estamos viviendo uno de los momentos más graves de las últimas décadas de la historia de España. El envite de los independentistas se eleva cada día que pasa. Están en juego la soberanía popular, la unidad de España, la autonomía de Cataluña y la propia convivencia pacífica entre los ciudadanos. En la misma medida en que los independentistas suben su apuesta desafiando a las leyes y agraviando a los símbolos que representan a todos los españoles, crece el odio y la animadversión contra ellos y contra su proyecto ilegal e ilegítimo. Llevan años sembrando vientos y van a recoger tempestades.

Durante años hemos estado escuchando a políticos y periodistas decir la misma idiotez: que las políticas de los gobiernos del Partido Popular eran el mejor caldo de cultivo para el desarrollo del independentismo. Y todos se quedaban tan a gusto. Pues no, las semillas para el crecimiento del independentismo se sembraron hace mucho, se sembraron cuando el Estado decidió poner en manos de los independentistas algo tan serio y sensible como la educación y el uso sin control de fondos públicos para desarrollar el proselitismo independentista. 35 años inculcando a las nuevas generaciones una visión falsa de la historia de Cataluña, 35 años fomentando y cultivando el odio hacia España, 35 años haciéndose las víctimas mientras robaban a manos llenas para sus propios bolsillos y para sus partidos independentistas, 35 años con muchos medios de comunicación bien subvencionados en el “oasis catalán” no podían desembocar en otros resultados que los que tenemos a la vista, no podían ofrecer otra cosa que el crecimiento del victimismo y del independentismo.

Ni políticas del PP ni gaitas, el abono que ha propiciado esta cosecha se llama falta de sentido de Estado, se llama miopía política y se llama egoísmo partidista y es propiedad de los grandes partidos nacionales. Han sido incapaces de acordar cosas  tan básicas como un sistema educativo nacional e integrador, una reforma electoral que acabase con la prima de sobrerrepresentación que beneficia a los independentistas, garantizar la igualdad de derechos y obligaciones de los españoles con independencia del territorio en el que residan, una persecución implacable contra la corrupción política o medidas para acabar con el despilfarro autonómico en la promoción interior y exterior de las tesis independentistas.

Mientras el desafío más grave para la permanencia de la Nación española y para la convivencia pacífica se va desarrollando, el panorama entre los llamados partidos constitucionalistas es desolador. Podemos Unidos no puede ser incluido en esta categoría porque sus líderes están claramente a favor de romper la soberanía nacional a través de un referéndum a realizar sólo entre una parte del pueblo soberano, aquella que reside en las provincias catalanas. El Partido Popular, un día sí y otro también está siendo salpicado por el afloramiento de antiguos casos de corrupción que en gran medida merman su credibilidad y hasta buena parte de su legitimidad. El PP cuando tuvo mayoría absoluta hizo muy poco o nada por introducir reformas que fomentaran la cohesión y la solidaridad nacional incumpliendo constantemente su propio programa electoral. Y al PSOE hay que darle de comer a parte. No sólo es el partido protagonista del mayor caso de corrupción de la historia de España, sino que además arrastra muchas losas en su trayectoria que cuestionan incluso su lealtad constitucional. Desde el “apoyaré el Estatuto que apruebe el Parlamento catalán” de ZP, pasando por la famosa frase “la nación es un concepto discutido y discutible” del mismo autor, hasta las actuales sandeces de Pedro Sánchez diciendo que “España es una nación de naciones” es imposible saber qué defiende realmente el PSOE. Su discurso es errático y diferente en cada territorio y ya ha demostrado que no tiene inconveniente alguno en pactar en autonomías y ayuntamientos con quienes quieren destruir España.

El Sr. Puigdemont, sus compañeros y los podemitas siguen empeñados en que el Gobierno de España pacte, o lo que es lo mismo para ellos, que se doblegue y permita un referéndum en Cataluña sobre su independencia, vulnerando la Constitución. ¿Tan difícil es de entender que una parte no puede decidir sobre lo que es de todos? ¿Tan difícil es asumir que la soberanía del pueblo español no se puede fraccionar? Y de hacerlo ¿Quién decide el límite? ¿Los independentistas?

Hoy, este portento político que es Carlos Puigdemont, criado a los pechos políticos de la corrupción pujolista, ha emplazado a Mariano Rajoy a aclarar "si el Estado está dispuesto a usar la fuerza contra Cataluña". Al margen de que como todo independentista debe pensar que Cataluña es él, bastaría con que se leyese el Artículo 8.1 de la Constitución española, la Ley que por cierto legitima su Presidencia y la autonomía catalana, para conocer la respuesta: Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Más claro el agua ¿verdad?

Santiago de Munck Loyola


jueves, 4 de mayo de 2017

Antena 3 ofende a la memoria de las víctimas.


No me voy a andar con paños calientes. Durante décadas una mafia como ETA ha regado de sangre de hombres, mujeres y niños las calles de España para doblegar al Estado y conseguir la independencia del País Vasco e implantar allí una dictadura marxista leninista. No nos confundamos, los etarras ni eran, ni son unos fascistas, son unos asesinos, unos delincuentes de la más baja estofa, unos terroristas de ultraizquierda marxista leninista y punto. Y lo más delirante de estas últimas décadas es que no han estado solos. No me refiero ya a la famosa frase del páter Arzallus “ETA mueve el árbol y nosotros recogemos los frutos”, sino a decenas de miles de personas, hombres y mujeres aparentemente normales, que votaban y votan a la rama política etarra, se llame Batasuna, Sortu o Bildu, sin que la foto de un niño con el cráneo destrozado o la de una mujer embarazada de siete meses asesinada, les conmoviera lo más mínimo y les mueva a cuestionarse lo más mínimo la moral de esos crímenes.

Había urnas pero preferían y prefieren las bombas, la extorsión, los secuestros y la bala en la nuca. Me resulta imposible comprender que una persona normal y corriente no se conmueva lo más mínimo ante las matanzas de inocentes y que encuentre toda clase de justificaciones para explicar que, a pesar de tanto dolor, se puede votar y defender a los representantes de los asesinos.

Más fácil de comprender es que una parte de los partidos políticos de la izquierda hayan mostrado en muchas ocasiones una gran complacencia y tolerancia con los representantes políticos de los asesinos. Incluso el PSOE en más de una institución ha sido capaz de llegar a acuerdos con esa chusma por una alcaldía o una diputación. Y para qué vamos a hablar de Izquierda Unida o de Podemos siempre prestos a ir de la mano con los bildutarras para una investidura o una moción de censura.

Hoy afortunadamente la ETA está vencida policialmente pero no políticamente y no lo está gracias a siete cobardes “magistrados” del Tribunal Constitucional que legalizaron a Bildu, la casa común de terroristas, filoterroristas y toda clase de cómplices con la violencia y el horror.

Si algo puede cimentar sólidamente la paz y la convivencia en una sociedad es la necesidad de que se haga justicia con los asesinos y con las víctimas. Y aún no se ha llegado a ello. Prueba de ello son los más de 300 asesinatos de ETA sin resolver. Prueba de ello también es el empeño de los amigos de los terroristas en borrar el rastro y la memoria de las víctimas arrancando las placas que las recuerdan en las calles. Y prueba de ello, por último, es toda la piara de políticos, artistas y seudointelectuales que esporádicamente reclaman el acercamiento de los asesinos al País Vasco pero nunca han dicho ni dirán una sola palabra en favor de las víctimas.

Pero vivimos en un país donde las libertades sobreviven a pesar de la violencia indiscriminada ejercida por la ETA para acabar con ellas. Y estas libertades permiten que quienes defienden o se identifican con los asesinos puedan expresar su simpatía con ellos. La línea roja que debe delimitar el espacio y la relación con los filoetarras queda para la gente decente.

Ellos tienen libertad para expresar pacíficamente sus simpatías y pueden pedir lo que quieran o reclamar el acercamiento de los presos a su tierra y los demás tenemos la misma libertad para trazar esa línea roja y no querer saber nada de ellos. Y con la misma libertad que disfrutamos todos, pese a ETA, los ciudadanos podemos promover cualquier boicot contra cualquier partido, empresa o persona que colabore con los amigos de ETA. Se trata de promover cordones sanitarios para que algunos comprendan que la violencia no es justificable y que no habrá reconciliación sin justicia para todas y cada una de las víctimas, algo que aún no se ha alcanzado.

Por ello, me he sumado con gusto al boicot a la serie “La casa de papel” emitida en Antena 3 en la que una de sus protagonistas Itziar Ituño, defendió en un vídeo el acercamiento de los presos de la ETA al País Vasco y en marzo de 2016 fue una de las convocantes del acto de apoyo a la escoria humana llamada Arnaldo Otegui en el Velódromo de Anoeta, en San Sebastián. Es una cuestión de libertad, de conciencia y de compromiso con la justicia y la paz. Itziar Ituño es muy libre y no precisamente gracias a la ETA para expresar su simpatía con los asesinos y yo soy tan libre como ella como para decidir no ver su jeta en el televisor de mi casa. Así de simple y fácil. Y no quiero acabar estas líneas sin recordar a los accionistas de Antena 3 y La Secta que existe una línea roja de la decencia, que no todo vale por dinero y que su cuenta de resultados no debería estar manchada con la sangre del recuerdo de las víctimas de ETA.

Santiago de Munck Loyola

miércoles, 3 de mayo de 2017

Dos jetas en Finlandia.


Según hemos sabido por los medios de comunicación, el Presidente de la Generalidad Valenciana, Joaquín Francisco (Ximo) Puig y su Consejero de Educación, Vicente Marzá, se han  ido a pasar cuatro días a Finlandia con el fin de estudiar el modelo educativo de este país nórdico. Dicen que el objetivo del viaje es estudiar las experiencias del sistema educativo de ese país con el horizonte de pasar "de una economía de la especulación a una de innovación". Grandilocuente, eh.

Para ello, el Presidente encabeza un viaje institucional a Finlandia junto al consejero de Educación, Vicente Marzá, quienes irán acompañados por el secretario autonómico de Educación e Investigación, Miguel Soler; el director general de la Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana, Antonio Rodes; y el delegado del Consejo para la Unión Europea y relaciones externas, Joan Calabuig, según detalla la propia Generalidad en un comunicado.

Y a uno le asaltan las dudas al conocer esta noticia. Porque, vamos a ver, ¿no vivimos en un mundo globalizado, en una sociedad internacional sin fronteras informativas donde las redes intercambian toda clase de formación e información? ¿Acaso España no cuenta con excelentes profesionales de la educación y con grandes pedagógos? 

¿Hacía falta de verdad que estos dos jetas y su amplio séquito viajasen a Finlandia a "aprender" sobre su modelo educativo? ¿O es que acaso se encuentran más capacitados que los expertos en eduación para aprehender la esencia del modelo educativo finés? ¿No deberían entrar en política ya "aprendidos" estos políticos migrantes?

Lo cierto es que el presupuesto público da para mucho y la cara dura de algunos también. Siempre habrá alguien dispuesto a justificar semejante mamarrachada pero, ya está bien. Se les ve demasiado el plumero a estos ignorantes, jetas, despilfarradores, sectarios y antiespañoles del tripartito valenciano.


Santiago de Munck Loyola
https://santiagodemunck.blogspot.com.es

viernes, 28 de abril de 2017

El PP sigue avalando lo peor de la política.


Y, mientras tanto, el promotor de nuestra expulsión, José Císcar, Presidente Provincial de Alicante, ex concejal pro catalanista en su pueblo, fichado y promovido por Camps, citado en el informe de la UDEF de 2008 como pagador en negro a la trama Gürtel, responsable del mayor desastre electoral del PP de Alicante en 2015, etc. va a repetir en el cargo... ¿A éso le llaman regeneración en el PP?




martes, 25 de abril de 2017

La dimisión de Esperanza.


Ahora que muchos aprovechan para hacer leña del árbol caído, vaya por delante mi respeto y afecto por Esperanza Aguirre, aunque sea crítico con ella. Hay dos cosas que nunca le ha perdonado la izquierda: ser liberal y haberles ganado una y otra vez en las urnas. 

Por ello, la dimisión de Esperanza Aguirre como Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid está sirviendo de válvula de escape para la inquina, la bilis, el revanchismo y las miserias de toda clase de gente, dentro y, sobre todo, fuera del PP. Yo lo palpo muy cerca. Pero es inevitable, majaderos y miserables abundan.

Con sus luces y sus sombras en su gestión pública, Aguirre representaba el éxito de haber situado a la Comunidad de Madrid a la cabeza económica de todas las comunidades autónomas; representaba un matizado liberalismo que levantaba sarpullidos en la izquierda y en algunos ámbitos del propio Partido Popular y, sobre todo, representaba para muchos un modo de hacer política claro, directo y sin complejos ante una izquierdona tan rancia como sectaria. Se pregunta hoy “Monseñor” Iñaki Gabilondo en su sermón de El País ¿por qué ha dimitido en el fondo Esperanza Aguirre? ¿Dónde está el listón o cuantos códigos éticos pululan en el PP para que Esperanza Aguirre tenga que dimitir no estando imputada en ninguna causa y otros líderes  nacionales no tengan que hacerlo? Buenas preguntas. Y, a bote pronto, da la impresión de que Esperanza Aguirre, consciente de lo que representaba y habiéndolo sido casi todo en política, ha decidido no someterse al linchamiento mediático que le estaban preparando, depurar su responsabilidad política por sus errores en sus tareas “in eligendo e in vigilando” y, de paso, prestar un último servicio a su partido marcando, por cierto, el camino que deberían seguir muchos otros.

Esperanza Aguirre era desde hace tiempo una nota discordante en un partido monolítico, absolutamente incapacitado para percibir, no ya las demandas de la calle, sino las de su propia militancia. Muchas de sus ideas y propuestas lanzadas desde hace 4 años no sólo fueron despreciadas por la guardia pretoriana rajoyana de Génova sino que irritaron profundamente. Y, sin embargo, esas propuestas iban en la buena dirección. En febrero de 2013 habló de la necesidad de que quien vaya a ocupar un cargo público haya cotizado previamente a la seguridad social, es decir, que sepa lo que es ganarse la vida por su cuenta, sin el paraguas del partido. No le faltaba razón, aunque su entorno se nutría de gente que nunca lo había hecho. En mayo del mismo año, Esperanza Aguirre manifestó que "con elecciones internas para encontrar a los dirigentes, los militantes de base se sentirían mucho más involucrados en la vida del partido". Nada más sensato ni más lleno de sentido común que esa reflexión. Y en septiembre manifestó que “ha llegado la hora de remover las aguas demasiado quietas de la vida interna de los partidos" y, reclamó implantar un sistema electoral con listas abiertas y primarias para designar candidatos. En definitiva que aportaba algunas reflexiones que podrían haber permitido contribuir en algo a que el sistema político se regenerase.

Sin embargo se equivocó a la hora de conformar sus equipos porque usando el mismo sistema de designación cuya reforma proponía no supo elegir, no supo vigilar y no supo escuchar lo que eran algo más que rumores. Cuando alguien tiene la facultad de realizar cientos de nombramientos puede equivocarse, pero se ha de pagar por ello. ¿Cuántos políticos se han equivocado igual? ¿Quién puede poner la mano en el fuego por alguien al que designa directamente a un cargo, aunque sólo pueda nombrar a uno?

Pero ¿sirve de algo esta dimisión al PP? Tal y como están las cosas parece que no. El Partido Popular es una especie de tortuga, desesperadamente lenta en sus movimientos regeneradores, tremendamente asustadiza que esconde la cabeza a la mínima y prácticamente ciega. Es una tortuga incapaz de aprender de los errores y que marcha lenta pero inexorablemente hacia el precipicio.

Buena prueba de ello es lo que está ocurriendo en Valencia donde Génova trata de impedir o dificultar la concurrencia de varias listas a la Presidencia provincial (así lo ha hecho saber Maíllo el amigo de Aida Nízar) o en Alicante, sin ir más lejos, donde gente como José Ciscar, Presidente Provincial de Alicante, responsable del mayor desastre electoral del PP en la Provincia, se  presenta a la reelección sin que surja ninguna candidatura alternativa, pese a ser público y notorio que es un declarado enemigo de la transparencia, de la democracia interna y de la regeneración democrática al igual que su mano derecha el diputado José Juan Zaplana.

El actual PP ha sepultado ideológicamente al centro derecha. Se ha conformado con convertirse en un partido refugio para el voto del miedo al grito de “que llega Podemos” y con ello ha abandonado la idea de una profunda regeneración, de la asunción real y a todos los niveles de responsabilidades políticas, del desarrollo de iniciativas políticas de calado y del cumplimiento de su propio programa electoral. Siempre hay una excusa. Antes que lo prioritario era arreglar el desastre económico heredado. Ahora la insuficiencia parlamentaria. Y uno no puede, por menos, que preguntarse y para qué quieres gobernar si no puedes ni tan siquiera cumplir con un mandato europeo como en el caso de los estibadores portuarios.

El PP ha vuelto a perder un referente ideológico o, al menos, un referente dinamizador del debate interno, algo tolerado exclusivamente a personas con relevancia interna como Esperanza Aguirre. Eso sí, el PP ha ganado con esta dimisión más pax rajoyana, más uniformidad discursiva y más encefalograma plano. Cuando el PP sea desconectado de los sistemas de soporte vital, las administraciones públicas, tendrá serias dificultades para sobrevivir. Y si no, al tiempo.

Santiago de Munck Loyola

viernes, 21 de abril de 2017

Esperanza Ciudadana solicita por segunda vez a la Generalidad Valenciana la declaración de Bien de Interés Cultural para la Romería de la Santa faz.


NOTA DE PRENSA.

21-4-2017.

Hace ya casi dos años, el Presidente del Partido Esperanza Ciudadana, Santiago de Munck Loyola,  presentó por registro ante la Generalidad Valenciana una solicitud para incoar el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural a la Romería de la Santa Faz. Hasta el día de hoy, la Generalidad Valenciana no se ha dignado ni tan siquiera a contestar una iniciativa tan importante para la ciudad y Provincia de Alicante. Tal y como se señalaba en aquella solicitud “esta extraordinaria expresión cultural y religiosa alicantina merece la protección de la Generalidad Valenciana a través de su declaración como Bien de Interés Cultural inmaterial” y se recordaba que esta solicitud ya había sido formulada en el año 2002 por el Pleno del Ayuntamiento alicantino.

Ante el evidente desprecio hacia los alicantinos que implica la falta de respuesta del gobierno autonómico y ante la supervivencia de la necesidad de proteger y promover esta expresión cultural y religiosa netamente alicantina, el Partido Esperanza Ciudadana ha vuelto a presentar hoy una nueva solicitud para que sea incoado este expediente y finalmente la Romería de la Santa Faz reciba el tratamiento y la protección que se merece.

jueves, 20 de abril de 2017

La pestilente lluvia fina.



Hace ahora 20 años que el entonces Presidente del Gobierno José María Aznar usaba el símil de la “lluvia fina” para defender el balance de su primer año de gobierno. La teoría de Aznar era que gestionar bien acaba calando en la sociedad y, a pesar de las encuestas por entonces adversas, lo cierto es que parece que la “”luvia fina” terminó calando y en el año 2000 logró la primera mayoría absoluta del centro derecha.


Mucho ha cambiado el panorama político desde entonces y lo cierto es que desde hace una década la “lluvia fina” de la corrupción ha ido calando entre los votantes hasta el punto de situarla en un lugar preeminente entre sus preocupaciones. Es indudable que los casos de corrupción afectan a todos los partidos como lo es también el hecho de que poderosos medios de comunicación solo resaltan los que afectan al Partido Popular, pero ello no puede servir de excusa para eludir las propias responsabilidades, para hacer una profunda autocrítica y poner todos los medios posibles para sanear una estructura partidista absolutamente carcomida.


Es cuando menos llamativo que, si uno se fija en la evolución ideológica del Partido Popular, existe una curiosa proporción: a menos definición ideológica más corrupción. Recuerdo perfectamente un acto con Rodolfo Martín Villa en Rivas. Decía “tenemos que construir un gran partido y por ello hemos de abrir las puertas. No debemos preguntar a los se incorporan de dónde vienen, sino a dónde quieren ir”. Muy bonito y generoso, pero poco realista porque, al final, resultaba que tampoco importaba el destino de los nuevos, lo que importaba es ser más, crecer. Y ese crecimiento rápido produjo un progresivo desarme ideológico y un abandono paulatino de los principios. El eclecticismo ideológico vino acompañado de la relajación ética. Y los resultados están más que a la vista. Los militantes fueron perdiendo peso y desde arriba se prefirió conformar cuadros y candidatos por cooptación que durante años han nutrido los cargos públicos.


En partido en el que los candidatos no son propuestos por las bases y que después de elegidos no existen mecanismos de control por las mismas es evidente que cuando salen ranas la responsabilidad de su designación recae en los superiores que los auparon al puesto y que a ello hay que añadir, cuando menos, otra responsabilidad por negligencia “in vigilando”. No puede ser casualidad la existencia de tanto batracio en cargos públicos, algo ha venido fallando y seguirá fallando, porque pocas medidas se han articulado para evitarlo. Y lo cierto es que las ranas se sienten a gusto y se multiplican con facilidad en ambientes húmedos, con la lluvia fina y persistente.


Quizás lo más doloroso de esta situación sea la profunda vergüenza, asco y decepción que deben sentir los militantes populares y los millones de votantes que cada día que se asoman a los medios de comunicación se mojan con una nueva dosis de fina y pestilente lluvia.


Durante los últimos años el Partido Popular ha optado por el pragmatismo ideológico y el eclecticismo ético con unas consecuencias desastrosas, no sólo para su supervivencia política sino para el conjunto de los españoles. Desaprovechó su mayoría absoluta para realizar profundas reformas, no económicas, sino políticas y desaprovechó su último congreso para asumir sus errores, para aprobar mecanismos que democratizaran profundamente su estructura y para cerrar el paso de forma tajante a cualquier atisbo de corrupción. Pero era lógico ¿cómo se iba a pedir a quienes por acción u omisión eran responsables de la actual situación que dieran un paso atrás y saldasen así su deuda con los militantes y votantes? Un pequeño lavado de cara y punto, no hubo más.


De aquellos polvos vienen estos lodos. El crecimiento de fuerzas populistas que ponen en peligro la estabilidad constitucional no es casual. Son un auténtico peligro para las libertades y tampoco son trigo limpio, pero ahí están, al acecho. Pero el miedo que generan es el contrapeso para que el Partido Popular se sostenga como mal menor, como la cesta del voto del miedo. Triste consuelo.


Mucho hay que cambiar y rápido. Todo parece señalar que de seguir así las cosas la lluvia fina de la corrupción terminará calando hasta en el votante más acérrimo y leal. Puede que el Sr. Rajoy se lo pueda permitir, pero España no.

Santiago de Munck Loyola
https://santiagodemunck.blogspot.com.es