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martes, 7 de octubre de 2014

La filípica de Sonia Castedo.


A pocos, sobre todo en Alicante, ha pasado inadvertida la filípica con que la Alcaldesa nos ha obsequiado el pasado fin de semana desde las páginas del Diario Información y desde las redes sociales. Son posiblemente las recientes manifestaciones de algunos vecinos, organizadas por la izquierda, pidiendo su dimisión la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Sonia Castedo y, por tanto, el motivo de su furibundo ataque, más que defensa, contra todo aquél que no esté a su lado. Hace dos años algunos pedimos la dimisión o, en su caso, el apartamiento del Grupo Municipal Popular de cuantos estuviesen bajo fundada sospecha judicial y eso nos costó la expulsión del Partido Popular. Y mientras reivindicábamos públicamente la necesidad de ejemplaridad en la clase política y la regeneración del propios Partido Popular, otros, incluido el Secretario Provincial Popular José Juan Zaplana, asistían a cenas de homenaje a la Alcaldesa organizadas con ocasión de su primera imputación judicial, la protegían, como José Ciscar o Alberto Fabra, desmantelando el PP de la ciudad de Alicante para que ella pudiese ser la Coordinadora del mismo o la apoyaban abiertamente como los concejales del Gobierno Municipal. Por ello, hoy, cuando muchos de ellos eluden fotografiarse junto a ella en actos públicos, cuando algunos se postulan entre bambalinas para sustituirla en el sillón a pesar de ser corresponsables de su política o cuando se lanzan en las redes sociales clamando por su cabeza mientras han estado callados como tumbas durante dos años, es necesario examinar la trayectoria y la credibilidad de los que se están pronunciando sobre este asunto. Y, visto lo visto, no cabe ninguna duda de que las cotas de oportunismo político, de miseria moral, de cobardía y de carroñería son difíciles de igualar.

Se equivoca la Alcaldesa al afirmar que estamos ante una campaña de acoso y derribo lanzada por una izquierda que fue incapaz de ganarle en las urnas cuando la lista por ella encabezada obtuvo 18 concejales. No, el mérito de aquel triunfo no fue de ella, o al menos sólo de ella, el mérito lo fue de unas siglas, de un proyecto político y de miles de ciudadanos que lo respaldaron y a los que ella y su partido han traicionado: traición a los principios éticos, a las personas, al proyecto y a un programa electoral sistemáticamente incumplido. Y no, no es sólo la izquierda la que únicamente pide ahora su dimisión. La pide buena parte del electorado popular,  la piden muchos antiguos militantes populares y buena parte de los actuales, eso sí, estos últimos en  privado.

Dice la Alcaldesa que la izquierda ha cambiado el discurso y que ahora basa su petición de dimisión, no en la existencia de responsabilidades penales, sino en la existencia de responsabilidades políticas y lanza retóricamente la pregunta sobre qué son responsabilidades políticas para pasar a endosarlas a sus detractores, en un delirante retruécano, por ensuciar al parecer la imagen de Alicante. Es cuando menos dudoso que se haya pasado de la exigencia de dimisión por responsabilidades penales a las políticas. La izquierda sabrá. Pero para quienes no nos situamos en ese territorio político existe primero la presunción de inocencia y hemos demandado su dimisión, o al menos su apartamiento, desde hace tiempo porque sí existen responsabilidades políticas muy claras que todo aquel que se dedica al noble arte de la política debería conocer y practicar. Es indudable que la imagen de nuestro Ayuntamiento y de nuestra ciudad está gravemente dañada y ello no es consecuencia de la casualidad sino fruto de una determinada forma de gobernar, de decisiones concretas individuales y colectivas imputables a unos cargos públicos y a un partido concreto que las ha consentido, amparado y protegido. No son responsables de la mala imagen de nuestro consistorio quienes denuncian conductas poco ejemplares, sino quienes las practican.

Y es muy posible que las bochornosas conversaciones que hemos escuchado y sus transcripciones entre la Alcaldesa de nuestra ciudad y su “amigo” Ortiz puedan estar recortadas, como ella alega, pero no cabe ninguna duda de que su tono es inaceptable no sólo por los temas tan importantes que se tratan con tanta familiaridad sino también por el nivel tan chabacano que traslucen. Si se tratase de conversaciones “privadas” en el sentido de conversaciones que tratan sobre temas personales entre dos colegas, nada que objetar. Allá cada cual con sus amistades y su nivel de educación. Pero se trata de conversaciones que, aunque se califican de “privadas”, versan sobre asuntos públicos muy importantes que inciden en el desarrollo de la ciudad y, por tanto, en el bienestar de los alicantinos. Una Alcaldesa que se precie y que ame tanto a su ciudad como dice amar nuestra Alcaldesa no puede consentir que ninguna autodenominada “polla insaciable” se dirija a ella en esos términos y no ya por su dignidad personal, sino por la dignidad de todos los ciudadanos a los que representa.

Dice la Sra. Castedo “díganme una sola actuación que yo haya realizado para beneficiar a Enrique Ortiz. ¡Sólo una! No pueden. Simplemente… no la hay. Pero seguirán ensuciando el nombre de la ciudad para intentar hacerme caer”. Pues todo parece indicar que la lista de actuaciones sospechosas de beneficiar al Sr. Ortiz es larga y precisamente por ello estamos donde estamos. Ni más, ni menos. Baste citar que algo raro hay cuando en medio de una pavorosa crisis económica se licita un contrato de 420 millones de euros y sólo concurre al mismo una sola empresa, participada casualmente por el Sr. Ortiz. Y para qué hablar del trasiego de planos del PGOU, de la contrata de limpieza viaria, de la limpieza de colegios, del mantenimiento del cementerio, de obras, de IKEA, de viajes a Portugal en aviones privados, etc. Pero el final de esta cita es ya el colmo. Envolverse en la bandera de Alicante, tal y como hacen los totalitarios frente a las críticas, no es de recibo. Nadie ensucia el nombre de Alicante por criticar y denunciar prácticas políticas poco estéticas y poco recomendables. El nombre de Alicante lo ensucian quienes gobiernan la ciudad como un cortijo al servicio de los amigotes.

Para quienes seguimos creyendo en los mismos ideales y principios políticos que han traicionado la Sra. Castedo y el Partido Popular de Alicante ya es irrelevante que ella dimita o no, que sea o no sustituida por uno de sus concejales porque una cosa es evidente: la política de Sonia Castedo es la política del Partido Popular y no es que lo diga un servidor, es que lo dice por escrito el propio Partido Popular. Tiempo ha habido para rectificar pero no han querido. Tiempo ha tenido la inoperante oposición municipal para actuar pidiendo, por ejemplo, la disolución de la Corporación habiendo como había motivos legales para ello y no lo ha hecho. Quedan pocos meses para las próximas elecciones municipales y muchos de los que seguimos creyendo en los mismos ideales y principios políticos del centro derecha sabemos que el Partido Popular de Alicante ni nos ha representado ni nos puede representar. Que se laven o no ahora la cara nos resulta irrelevante. No nos van a volver a engañar porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

Santiago de Munck Loyola


lunes, 6 de octubre de 2014

Los disparates socialistas de Pedro Sánchez.



No parece que la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE haya supuesto, de momento, la consolidación de un nuevo proyecto político sólido y coherente. El socialismo español no termina de encontrar una hoja de ruta propia que le permita presentarse ante la sociedad española como una alternativa de gobierno creíble a pesar de los intentos por ofrecer la imagen contraria avalados por encuestas precocinadas como la que se acaba de publicar este fin de semana. Las últimas ideas o propuestas lanzadas por el dirigente socialista, bastante disparatas por cierto, no parecen responder a un sólido y elaborado programa de gobierno, sino que más bien se asemejan a globos sonda, a ocurrencias electoralistas o, lo que es más preocupante, a posicionamientos obligados quizás por la influencia de Podemos.

Hace unos días, el líder socialista, preguntado sobre qué Ministerio sobraría, respondió con rotundidad y sin matizaciones que sobraba el Ministerio de Defensa. Faltó tiempo para que saltaran todas las alarmas en Ferraz y para que se apresuraran a “matizar” esta afirmación señalando que lo que en realidad quería decir es que había que reducir su presupuesto. Pero, no nos engañemos, dijo lo que dijo y lo hizo sin matización alguna. Y si en Ferraz piensan de verdad que hay que reducir el presupuesto vamos listos los españoles.

Ya unos pocos días antes, el Sr. Sánchez había defendido que las víctimas de violencia de género tuvieran funerales de Estado, con todo lo que ello supone. Y también los “apagafuegos” de Ferraz habían tenido que salir a la palestra para aclarar semejante propuesta matizando que en realidad lo que quería decir es que en los oficios religiosos por esas víctimas debería haber alguna presencia gubernamental.

Ayer mismo, sin ir más lejos, el líder socialista anunció que en el caso de llegar al gobierno subiría el sueldo a los docentes y es de suponer que se estaba refiriendo de forma exclusiva a los docentes que dependen de las administraciones públicas. Constituye todo un misterio conocer la razón por la que sólo esta categoría de empleados públicos, los docentes, van a ser premiados con un incremento salarial y no así el resto de empleados públicos. Los mal pensados apuntan a que este guiño a los docentes públicos obedece a la indudable capacidad de los mismos de influir en las mentes de los escolares, pero es toda una incógnita la razón de fondo de esta inusitada promesa. Empleados públicos lo son también los médicos, los bomberos, los policías, los administrativos, etc. y todos ellos han venido sufriendo una pérdida salarial enorme durante los últimos años con congelaciones salariales y recortes retributivos impuestos primero por Zapatero y continuados después por Rajoy. No cabe pensar pues otra cosa que con este nuevo socialismo la igualdad es relativa y que depende de de la arbitrariedad del gobernante de turno.

Y, por si fuera, poco los socialistas y su nuevo líder andan todavía perdidos respecto al independentismo catalán. De una parte sus correligionarios en los ayuntamientos catalanes andan votando favorablemente las mociones a favor del referéndum ilegal presentadas por los partidos separatistas. De otra, sigue proponiendo, como lo venía haciendo su antecesor Pérez Rubalcaba, una reforma constitucional para hacer de España un estado federal como fórmula para acabar con las tensiones rupturistas de los independentistas. Sin embargo, el Sr. Sánchez y su partido no nos explican dos cuestiones básicas: de una parte qué entienden exactamente por un estado federal, si se trata de que todos los estados federados (las actuales comunidades autónomas) gocen de iguales competencias o no o si, por el contrario, se trata de resucitar esa peculiar idea del federalismo “asimétrico” y, de otra, si embarcarse en semejante reforma constitucional va a ser aceptada por los independentistas y, por tanto, va a servir para acabar con esta pesadilla rupturista. Si una cosa está clara es que promover una estructura federal a través de la reforma constitucional para no arreglar nada es un disparate político.

Es de desear que el nuevo líder socialista encarne un nuevo proyecto sólido y apto para el conjunto de España y que con el tiempo ocurrencias como las anteriores sean sólo el recuerdo de disparates transitorios y no el anticipo de una política que de hacerse realidad sería un desastre.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 2 de octubre de 2014

Nace un nuevo partido de y para la Provincia de Alicante: Esperanza Ciudadana.

COMUNICADO.
1-10-2014.
En el día de ayer se constituyó una nueva formación política “Esperanza Ciudadana”con el objetivo de ofrecer a los ciudadanos de la Provincia de Alicante un proyecto político basado en la defensa de los intereses de la Provincia y en la regeneración democrática de las instituciones.
Ante la ausencia de un proyecto político capaz de hacer frente a los numerosos retos que el reconocimiento y el progreso de Alicante plantea y de combatir de forma decidida la degeneración política actual, nace Esperanza Ciudadana y lo hace como un partido político de carácter provincial, alicantinista y regenerador de la vida pública que va a basar su actuación en el desarrollo de los siguientes ejes:
1º Promover el protagonismo de los ciudadanos de Alicante para reformar,  transformar y remover los obstáculos que impiden el desarrollo de una sociedad más democrática, más justa y más honrada.
2º Impulsar la participación política y social de los ciudadanos que creen en la persona como el centro, protagonista y destinatario de la acción política y social, en la familia como eje vertebrador de la sociedad, en la libertad real y la igualdad de los españoles en todos los niveles, en la igualdad de oportunidades, en la dignidad de la persona, en la democracia como expresión de la soberanía del pueblo español, en el diálogo y la tolerancia.
3º Promover la regeneración democrática impulsando medidas que favorezcan la ejemplaridad, la transparencia, la eficacia, la igualdad, la participación ciudadana y la concepción de la dedicación política como expresión temporal de una vocación de servicio al ciudadano.
4º Defender los intereses de la Provincia de Alicante ante la administración autonómica y estatal, reivindicando el protagonismo económico, social y político que por su peso y capacidad le corresponde.
Los promotores de Esperanza Ciudadana han manifestado la voluntad de esta formación de concurrir a las próximas elecciones locales y autonómicas.