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martes, 8 de marzo de 2016
sábado, 5 de marzo de 2016
Se inicia un nuevo movimiento de confluencia entre diferentes partidos políticos alicantinos.
Ayer 3 de marzo se celebró un la sede de Alicante del partido Esperanza Ciudadana un encuentro entre representantes de diversos partidos políticos y de movimientos vecinales con el fin de explorar la posibilidad de coordinar acciones políticas y de sentar las bases de un proyecto de cooperación política y electoral de ámbito local y provincial.
A este encuentro asistieron representantes de los Verdes Ecopacifistas, Verdes Ciudadanos, Centro Moderado, Foro Demócrata, independientes y de Esperanza Ciudadana. A esta primera reunión, calificada de positiva por todos los asistentes, le seguirán otras en fechas próximas con el fin de ir estableciendo los mecanismos de actuación y programáticos que permitan a los alicantinos poder contar en cada municipio con una nueva alternativa política.
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Provincia de Alicante
martes, 1 de marzo de 2016
EL VALIENTE TIENE MIEDO DEL CONTRARIO; EL COBARDE DE SU PROPIO TEMOR" (Quevedo)
He recibido este escrito y lo reproduzco en el blog porque me parece muy ilustrativo.
Estas son las cifras de la odiada
Iglesia Católica:
5.141 Centros de enseñanza:
990.774 alumnos. Ahorran al Estado 3 millones de euros por centro al año.
107 Hospitales. Ahorran al Estado
50 millones de euros por hospital al año.
1.004 centros, entre
ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y
de enfermos terminales de Sida, un total de 51.312 camas. Ahorran al Estado 4
millones de euros por centro al año.
Gastos de Cáritas: 155 millones
de euros al año, salidos de los bolsillos de los católicos españoles y de
otros, no creyentes, que les ayudan.
Gastos de Manos Unidas: 43
millones de euros al año, salidos de los bolsillos de los católicos españoles y
de otros, no creyentes, que les ayudan...
Gastos de las Obras Misionales
Pontificias:
Domund: 21 millones de euros, que
también salen de los bolsillos de los católicos españoles y de otros, no
creyentes, que les ayudan...
365 Centros de reeducación para
marginados sociales: exprostitutas, expresidiarios y extoxicómanos; 53.140
personas. Ahorran al Estado medio millón de euros por centro al año.
El 80% del gasto de Conservación
y mantenimiento del Patrimonio Histórico Artístico. Se calcula un ahorro al
Estado entre 32.000 y 36.000 millones de euros al año.
A todo esto tenemos que sumar que
casi todas las personas que trabajan, colaboran, etc. con Cáritas, Acción
Católica, Manos Unidas, u otras
organizaciones de la
Iglesia Católica son voluntarias sin sueldo alguno.
Son personas que ayudan a los
demás sin pedir nada a cambio. ¿En que cifra se puede tasar esta colaboración
si el Estado tuviera que hacerse cargo de ella?...
Esta es la razón por la cual el
estado sigue dando una poca de ayuda a la Iglesia Católica ,
¡porque le sale muy barato!
Muy pocos conocen este
maravilloso trabajo hacia la ciudadanía española de la Iglesia Católica
que le sale tan provechoso al estado español y convendría difundirlo para que lo sepamos todos.
¿Cuantos comedores para indigentes ha abierto y mantiene CCOO?
¿Cuantos hospitales para enfermos
terminales ha abierto UGT?
¿A cuantos enfermos de SIDA
tratan los sindicatos o...los partidos políticos? ¿A dónde puede ir un
necesitado a pedir un bocadillo o comida para su familia, a la sede del PP, a
la del PSOE, a CCOO a UGT?
Y tampoco pagan I.B.I. las sedes
de partidos políticos, embajadas, sindicatos y otras religiones.
¡Pues todos estos y más
"esos" si que viven de nuestro dinero! ¡Y nadie lo denuncia!
Reenviamos este artículo para que
llegue a quienes injustamente critican a la Iglesia Católica
por cualquier motivo.
Nos sentimos orgullosos de ser
católicos y nos preguntamos:
¿Por qué esto no se difunde ni
por la prensa, la radio o la TV ?
Ahora tú decides si lo borras o lo reenvías.
http://santiagodemunck.blogspot.com.es
viernes, 26 de febrero de 2016
Hay que mover ficha.
Con todo lo que está cayendo, con
el desánimo y la decepción existente entre millones de votantes del PP, con la
cantidad de vías de agua abiertas en el buque popular y parece que construir
una alternativa nacional de centro derecha es prácticamente una misión
imposible. El PP ha expulsado de sus filas, por activa o por pasiva, a millones
de votantes y a miles de ciudadanos comprometidos con la vida política. El PP
se descompone y parece evidente que una regeneración, renovación o refundación
del mismo es imposible si se hace con los mismos cuadros dirigentes al mando
del mismo. En todo caso, lo intentarán y será un proceso interno, de ellos y
para ellos, en el que no tendrán cabida más que los miembros de su propia organización.
Se trata de una estructura endogámica que precisamente por ello ha sido incapaz
de reconocer los síntomas que señalaban que algo importante iba muy mal. Ahora,
esta organización, alertada de la enfermedad desde el exterior, sólo por un
elemental sentido de la supervivencia, no por una convicción ética, va a
impulsar ciertos cambios.
Sea más o menos grande, sea menor
o mayor que la de otros partidos políticos, la corrupción y, sobre todo, la
falta de reacción ante la misma han hecho mella en la conciencia de los
ciudadanos y eso es una losa muy difícil de levantar. La confianza tarda años
en construirse y minutos en desaparecer. Todo ello se venía venir desde hace
años.
Hoy, el centro derecha solo
cuenta con una potente maquinaria electoral gastada y desprestigiada a la que
se sigue votando más por necesidad que por convicción, más por inercia que por
voluntad, más por miedo al adversario que por libre elección. Pero, sobre todo,
el PP debe su supervivencia electoral a la ausencia de una alternativa creíble
en su mismo espacio electoral. A lo largo de los años no han faltado intentos
de construcción de una alternativa electoral al PP, pero todos han fracasado. ¿Cuál
es la causa? No hay una sola, sino muchas y no siempre concurrentes: los
personalismos, la financiación, el sistema electoral, los medios de
comunicación,… Quizás el último intento más serio de erigir un partido como
alternativa electoral al PP fue el protagonizado por Vox. Sin entrar en las
causas del fracaso de un proyecto que inicialmente a muchos ilusionó pero que
en un tiempo récord calcó los peores vicios del PP, es indudable que, hoy por
hoy, su ubicación ideológica no es la que ha venido ocupando el PP y, por tanto,
no es ni puede ser su alternativa electoral.
Existen algunas coincidencias en
los proyectos políticos que hasta ahora han fracasado a la hora de construir
una alternativa al PP. De una parte, todos estos proyectos se han intentado
organizar desde arriba: un partido de ámbito nacional, en algunas ocasiones
alguna figura conocida en la cúpula, un reparto de cargos y un intento de
expansión hacia abajo, orgánica y territorialmente. De otra, todos estos
proyectos han pecado de personalismos excesivos y de dogmatismos excluyentes.
Preferir ser cabeza de ratón y creerse en posesión de la verdad política son
los dos ingredientes que aseguran la multiplicación de proyectos políticos sin
futuro electoral alguno.
En la actualidad existen centenares
de partidos políticos locales, provinciales y nacionales afines
ideológicamente, todos encuadrables en el espacio del centro derecha, el
espacio que ha venido ocupando el PP y cada por su lado, en un viaje a ninguna
parte. ¿Tan difícil es ponerse de acuerdo aunque sea tan sólo para formar una
coalición? Hay valores y principios compartidos, hay personas muy formadas y
capacitadas políticamente, hay gente firmemente comprometida con la mejora de nuestra
sociedad y, sin embargo, no somos capaces de aprovechar esos activos. Ni
siquiera se intenta. El patriotismo se demuestra con hechos, no con soflamas.
No, no lo estamos haciendo bien. La falta de generosidad, la cortedad de miras
y la ausencia de inteligencia táctica no otorgan la credibilidad ciudadana,
requisito indispensable para la viabilidad de cualquier proyecto político a
largo plazo.
Pertenezco a uno de esos pequeños
partidos, un partido provincial, un partido muy joven promovido para defender a
la provincia de Alicante y para contribuir a la regeneración de la vida
política y social desde los principios y valores que el PP abandonó hace
tiempo. Pero de poco sirve nuestra acción política si no podemos contar con un
proyecto nacional con el que colaborar y al que apoyar. Somos conscientes de
que Alicante irá bien si España va bien. Por ello, estamos dispuestos a ayudar
y a trabajar sin condiciones previas para que tenga éxito un proyecto político
nuevo, de carácter nacional. Hay muchas fórmulas para lograrlo. No dejemos una
vez más pasar el tren.
Santiago de Munck Loyola
miércoles, 24 de febrero de 2016
Obras son amores, que no buenas razones.
La
vida está llena de estereotipos, etiquetas, clichés o tópicos que muchas veces
no se corresponden con la realidad. Con una simple imagen o una palabra
pretendemos resumir muchas cosas o identificar realidades muy complejas,
demasiado como para que quepan en tan pequeño espacio. Esta tendencia a la
etiqueta o al estereotipo es especialmente usada en el terreno de la política.
No se trata sólo de que con una simple palabra identifiquemos los valores o los
ideales de los demás, sino que casi todo el mundo es capaz de resumir su
compleja y variada tabla de principios y valores con una o dos palabras.
Enseguida nos autoetiquetamos para que los demás perciban cual es nuestra
tendencia política, dónde nos adscribimos ideológicamente. Y si por cualquier
causa uno es reacio a ponerse una determinada etiqueta ideológica, no hay
problema, los demás te la ponen y seguramente dirán que eres de derechas.
Lo
cierto, para bien o para mal, es que casi todos esperamos de los demás, en el
ámbito político, unos determinados comportamientos y actitudes en función de su
posición ideológica. Y cuanto más se identifica una persona con un determinado
color político más previsible deberían ser sus conductas políticas. Sin
embargo, suele ocurrir lo contrario, dime de qué presumes y te diré lo que te
falta.
Lamentablemente,
la incoherencia entre lo que se predica públicamente y lo que se practica
después no es infrecuente. En estos casos, la incoherencia entre la bandera
levantada y las acciones diarias abarca no sólo al ámbito de la vida privada,
algo que en teoría sólo es recriminable por los que forman parte de ella, sino
que se extiende a la vida pública, a las acciones políticas que están sujetas,
por tanto, al examen, a la crítica y a la censura, en su caso, del votante.
Seguramente,
a todos nos vendrán a la cabeza numerosos ejemplos de incoherencia más que de
lo contrario. Es realmente difícil convertir en práctica diaria lo que
predicamos, pero hay un escalón más de exigencia cuando se trata de políticos
porque su credibilidad radica precisamente en el cumplimiento de la palabra
dada, en la coherencia entre los dichos y los hechos. Nos mueve a escándalo que
un señor de “derechas”, conservador, tradicional, supuestamente firme defensor de
la familia, organice y participe en orgías sexuales con menores o que se
proclame defensor del derecho a la vida mientras que posee participaciones en
clínicas abortistas. Y nos indigna, por ejemplo, que un señor de “izquierdas”
se pegue la vida padre a costa del dinero público que iba destinado a la
formación de los desempleados o al fondo para los huérfanos de la Guardia Civil.
Y
cuanto más cerca tenemos al presunto político, cuanto más conocemos de sus
banderías y de su trayectoria personal siempre es más fácil evidenciar las
contradicciones y la incoherencia entre su bandera y su ejecutoria diaria. El
poder transforma a la gente y sea bien por una necesidad de adaptación a la
realidad que suele ser diferente a la imaginada en la oposición o bien por una
ausencia de principios reales, es decir, por enarbolarlos sin creer en ellos
con la única finalidad de alcanzar una poltrona, lo cierto es que esa
“transformación” canta mucho. El izquierdista, el sindicalista convertido en
patrono temporal a veces asume a la perfección su nuevo papel y olvida su
compromiso con el más débil, se convierte en cacique al que rendir pleitesía.
El derechista, defensor de grandilocuentes palabras, ferviente adalid de nobles
principios a veces no tarda en relegarlos en el cajón del olvido para convertirse en un
pragmático gestor, sin tener nociones técnicas para ello, y en un ávido
defensor de lo políticamente correcto y lo particularmente lucrativo.
No
se puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo, no se puede servir al
interés general y al bolsillo particular simultáneamente, no es posible
reivindicarse gris y actuar como azul, es imposible sostener indefinidamente
una máscara porque siempre termina por caer. La vida en general y la política
en particular exigen actitudes más nobles, más sinceras, más coherentes. Todos
seremos juzgados al final por nuestras acciones, no por nuestras palabras y en
política el juicio se sustancia en las urnas, que no se olvide.
Santiago
de Munck Loyola
lunes, 15 de febrero de 2016
Hora de Ppasar Ppágina.
No es difícil imaginar cómo se
deben de sentir estos días millones de votantes del Partido Popular y miles de
sus abnegados y honestos militantes con la lluvia incesante de noticias
relacionadas con la corrupción que salpica a diferentes dirigentes del partido.
Junto a cierta indignación, por lo que a todas luces es un tratamiento
informativo sesgado y comparativamente injusto ante la sordina mediática a los
escándalos socialistas tan graves o más que los del PP, la mayoría sentirá
desencanto, impotencia y rabia, se sentirán engañados y defraudados por tanto
comportamiento político miserable y delictivo.
He sido del Partido Popular durante
31 años hasta que la cuadrilla que dirige el PP de Alicante promovió que me
expulsaran en octubre de 2013 por denunciar la corrupción y pedir la
regeneración del partido. Fundé el PP en Rivas-Vaciamadrid en 1989 y fui su
Presidente Local hasta 2003. He sido concejal del Partido Popular durante 12
años en tiempos muy difíciles. He sufrido insultos, desprecios,
descalificaciones y amenazas por ser representante electo del Partido Popular.
He pasado miedo, no me avergüenza decirlo, y mi familia también lo sufrió. He visto mi nombre pintado en fachadas y he padecido durante años el sectarismo y la violencia verbal de mucha gente de izquierdas en el que era mi municipio, Rivas-Vaciamadrid. He visto como se incorporaban al Partido medradores, espabilados, amigotes de los de arriba, gente sin escrúpulos y sin ideología, he visto como gracias a los “dedazos” ascendían en la estructura del Partido y hoy los veo en los titulares menos edificantes de los medios de comunicación.
No pertenezco al Partido Popular
y, sin embargo, siento mucha pena e indignación ante cada una de las noticias
que le salpican. Creía y sigo creyendo en unos principios y unos valores que
enarbolaba el Partido Popular y es evidente que muchos dirigentes del mismo
nunca han creído en ellos. Más bien los han usado y manipulado para alcanzar el
poder en beneficio propio. Pensaba y pienso que todos los sacrificios y
esfuerzos de tanta gente honesta y trabajadora merecían la pena para ayudar a
transformar nuestra sociedad y es evidente que muchos dirigentes los han
empleado para su enriquecimiento personal.
Me duele y me indigna cuando
algunos aprovechan para pedir la ilegalización del Partido Popular a causa de
todos los casos de corrupción que vamos conociendo día a día porque el Partido
Popular no es su cúpula pusilánime, el Partido Popular no es el conjunto de
cargos públicos corruptos o presuntamente corruptos que se van destapando, el
Partido Popular es otra cosa. Son los cientos de miles de afiliados honestos y
los miles de cargos públicos decentes a los que unos cuantos han denigrado con
sus comportamientos. La corrupción no tiene un ADN político concreto, no tiene
ideología. Pero si de algo adolece el Partido Popular, si hay algo que ha
facilitado esta escandalosa situación, es precisamente la falta de democracia
interna, unos estatutos que impiden al afiliado elegir y controlar a sus
representantes. En definitiva, la ausencia de mecanismos internos de elección y
de control.
Hoy por hoy, la gente de derechas
o de centro derecha está más huérfana que nunca. Muchos votaron al PP el 20D
con la nariz tapada. Muchos lo hicieron por miedo a los podemitas y a sus
aliados y pocos con una profunda convicción moral y ética. ¿Cuántos votantes
del PP el 20D pensaron que su voto iba a servir para situar, por ejemplo, a
Celia Villalobos en la Vicepresidencia del Congreso?
Y frente a tanta voz oportunista
dentro del propio PP, hay que decir claro que esto no se arregla con una
refundación teledirigida del Partido Popular. Muchos de los dirigentes del PP
tienen que seguir el ejemplo de Esperanza Aguirre y hacerse a un lado. Hoy más
que nunca, España necesita un nuevo proyecto reformista, liberal y conservador
que aúne voluntades, que promueva la confluencia de tantos y tantos ciudadanos
comprometidos con la defensa de los principios que el PP abandonó y que hoy se
encuentran muy lejos de los dictados de Génova 13. Con la pena, con los
lamentos o con la decepción el centro derecha no va a ir a ningún sitio. Es
hora de ”ppasar ppágina”. Hace falta ya una reacción colectiva para reconstruir
un proyecto que sea capaz, desde las bases, de hacer frente a esta izquierda
demagoga, revanchista y profundamente sectaria que amenaza el futuro y la
propia unidad de España.
Santiago de Munck Loyola
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martes, 9 de febrero de 2016
José Juan Zaplana ¿exponente de un nuevo PP?
De piedra, hoy me he quedado de piedra al leer un
artículo en el Diario Información de Alicante titulado “La nueva hornada de políticos del PP siente «asco» por la corrupción y
reclama primarias” (http://www.diarioinformacion.com/politica/2016/02/08/nueva-hornada-politicos-pp-siente/1725202.html). La sorpresa no obedece al titular del artículo, porque
es evidente que cualquier político, nuevo o menos nuevo, tiene que sentir
“asco” por la corrupción, como lo es también que cualquier demócrata apueste
por la democracia interna en su organización política, sino que la mayúscula
sorpresa obedece a que se califique de “nueva hornada de políticos” a algunos
que llevan viviendo lustros de la política y a la inclusión entre esta supuesta
nueva hornada de políticos “asqueada” y ferviente partidaria de las primarias a
sujetos como José Juan Zaplana López.
Ahora que tanto se habla de “refundar” el Partido
Popular de la
Comunidad Valenciana e incluso de cambiar su nombre es
preciso aclarar las cosas, porque da la sensación de que los promotores de
estas ideas tratan de engañar, una vez más, a la gente. El PPCV no puede ni
refundarse, ni cambiar de nombre si no lo hace el propio Partido Popular de
España. Los promotores de estos globos sonda, los mismos que se ofrecen para
hacer este supuesto cambio, mienten y lo saben. Los mismos políticos que con su pasividad
y complicidad han conducido al Partido Popular a su naufragio ético y electoral
no pueden ahora presentarse como sus salvadores.
Pero, volviendo al sorprendente artículo, hay que
subrayar una obviedad y es que ninguno de los diez políticos citados ha llegado
al puesto que ocupa por haber sido elegido por las bases del Partido Popular.
Todos fueron incluidos en su día en las listas electorales gracias al “dedazo”
superior, unas veces por ser “hijo de…”, otras por ser dóciles y obedientes,
otras en agradecimiento a servicios prestados, alguno por su auténtica valía… pero todos tienen en común su
falta de legitimidad del voto de los afiliados.
Ahora bien, hay que ser muy inocente para incluir
en la categoría de “nueva hornada de políticos” a un viejo conocido como José
Juan Zaplana López. Para quien no lo conozca hay que señalar que este joven de
41 años lleva en política desde los años 90. Es el prototipo de trepador de
Nuevas Generaciones que, sin casi experiencia en el mundo laboral y sin
titulación superior, lleva lustros viviendo de la política. Como Secretario
general del PP de la
Provincia de Alicante y como concejal de San Vicente del
Raspeig se ha ganado a pulso fama de prepotente, de intolerante y de incompetente. Fue
el promotor e impulsor de la expulsión del PP de Antonio Sobrino Ribes y de un
servidor acusándonos del grave delito de promover la regeneración del Partido
Popular, de pedir la dimisión de imputados y de denunciar públicamente los
escándalos de corrupción que, al parecer, a él entonces no le daban ningún
asco. En 2015 tuvo sus más y sus menos con Esquerra Unida que le denunció por contratar por 26.000 euros para la prestación de servicios informáticos al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig a la empresa EICO, propiedad del valenciano
Alejandro De Pedro, un amiguete suyo e imputado en la operación Púnica. José Juan Zaplana López, en un alarde de transparencia, llegó a enviar al
despacho de EU a la policía para recuperar los justificantes de facturas que en
el ejercicio de sus funciones como concejales de la oposición habían recabado.
¡Estilazo el de Zaplana!
Tiene su miga que se incluya a este cuarentón, a
este profesional de la política, a este arribista (hoy con Luisa Pastor, mañana con su
rival), entre la nueva hornada de políticos del PP supuestamente asqueados por la corrupción y
que apuestan por la regeneración. Su sola inclusión no sólo provoca risa sino que es un auténtico baldón para la
credibilidad de las declaraciones del resto de la llamada “nueva hornada”.
Pero, vamos a ver, Zaplana, alma de cántaro, ¿A
quién pretendes engañar? ¿No te das cuenta de que con tus antecedentes
políticos no puedes ir por ahí dándotelas de regenerador, ni rasgándote las
vestiduras por los casos de corrupción? ¿Cómo puedes ir ahora de regenerador
si, como Secretario General del PP alicantino no has asumido responsabilidad
alguna en el desastre electoral al que tú y tu jefe inmediato, José Ciscar,
habéis llevado al PP de la
Provincia de Alicante? ¿Cómo tienes la cara dura de apuntarte
a la democracia interna y a las primarias si perseguiste con saña a los
afiliados que en Alicante promovíamos el pluralismo y una candidatura
regeneradora? ¿Te has olvidado de que te oponías a las elecciones a
compromisarios para los congresos y defendías el reparto de los puestos entre
las “familias” del PP? ¿Has olvidado tus declaraciones a la prensa apuntándote
a la coartada del consenso para evitar la pluralidad de candidaturas en las
elecciones de las juntas locales? ¿Has olvidado tus presiones sobre tantos y tantos
posibles candidatos para que no concurrieran a las elecciones internas apelando a un falso consenso? ¿Te has olvidado, por ejemplo, de Torrevieja?
La hemeroteca te delata. No es posible olvidar que
fuiste uno de los artífices de la división del PP de la ciudad de Alicante en
distritos para poder poner al frente de ellos, como coordinadora de los mismos,
a la Alcaldesa ,
Sonia Castedo, saltándote la línea roja de Fabra, sin elecciones internas ni
gaitas. Recordemos: Diario Información "El PP pide apoyo a Castedo para apuntalar la nueva estructura del partido en Alicante". Según el periódico, 6-2-2013, la dirección provincial del PP solicitó a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, su “colaboración” para poner en marcha el nuevo organigrama interno del PP de Alicante, que prevé “trocear” la ciudad en cinco ejecutivas de distrito. Hace unos días, Castedo visitó la nueva sede junto al “núcleo duro” de sus concejales. Acudieron a la cita con José Juan Zaplana, número dos de José Císcar en el PP, la propia Castedo junto al vicealcalde Andrés Llorens; el concejal Juan Seva y la portavoz municipal, Marta García-Romeu. Todo el que tiene algo que decir dentro del grupo del PP en el Ayuntamiento de Alicante estaba alrededor de la mesa, apuntan fuentes populares. ¿Objetivo del encuentro? Apuntalar la elección de las cinco nuevas ejecutivas locales con el respaldo explícito y claro del grupo de concejales alicantinos.
¿Pero de qué vas ahora? ¿Que te sientes asqueado y decepcionado? ¡Vamos, anda! ¡A otro perro con ese hueso! No se te veía tan asqueado cuando corriste a sentarte en la mesa presidencial de la cena de homenaje a Sonia Castedo cuando fue imputada por primera vez. Se te veía muy sonriente en la foto. Tampoco se te notó perturbado en tus principios cuando el instructor de nuestro expediente de expulsión (imputado posteriormente por corrupción, por cierto) señalaba por escrito y bajo el logo del PP que no se podía criticar públicamente a Sonia Castedo porque la política de Sonia Castedo era la política del PP. ¿Lo recuerdas? ¿O acaso la caída del caballo de tu súbita conversión te ha provocado amnesia? Hay que tener mucho cuajo y muy pocos principios para intentar pasar de sicario de la peor “casta” política a adalid de la renovación y la regeneración. No cuela.
¿Pero de qué vas ahora? ¿Que te sientes asqueado y decepcionado? ¡Vamos, anda! ¡A otro perro con ese hueso! No se te veía tan asqueado cuando corriste a sentarte en la mesa presidencial de la cena de homenaje a Sonia Castedo cuando fue imputada por primera vez. Se te veía muy sonriente en la foto. Tampoco se te notó perturbado en tus principios cuando el instructor de nuestro expediente de expulsión (imputado posteriormente por corrupción, por cierto) señalaba por escrito y bajo el logo del PP que no se podía criticar públicamente a Sonia Castedo porque la política de Sonia Castedo era la política del PP. ¿Lo recuerdas? ¿O acaso la caída del caballo de tu súbita conversión te ha provocado amnesia? Hay que tener mucho cuajo y muy pocos principios para intentar pasar de sicario de la peor “casta” política a adalid de la renovación y la regeneración. No cuela.
Puedes disfrazarte de lo que quieras, puedes contar
las milongas que te gusten, puedes mentirte y tratar de engañar a los demás,
pero aunque la mona se vista de seda, mona se queda. No se puede ser pirómano y
a la vez bombero. Hay trayectorias políticas difíciles de borrar e imposibles
de justificar salvo por la existencia de una ambición desmedida y la ausencia de otro "modus vivendi". No todo vale en política y las
hemerotecas y los que aún tenemos algo de memoria siempre estaremos para
recordarlo.
Santiago de Munck Loyola
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viernes, 5 de febrero de 2016
Formando gobierno: España lo único que no importa.
Las dos rondas de consultas del
Rey con los líderes parlamentarios que se han saldado con la designación de
Pedro Sánchez, uno de los grandes perdedores de las pasadas elecciones
generales, para intentar formar Gobierno han servido, entre otras cosas, para
ir avanzando y conociendo las verdaderas intenciones y ambiciones de los
protagonistas políticos de estos días.
No está nada fácil el panorama
político. El resultado de las últimas elecciones dejó un parlamento sumamente
fragmentado en el que a las tensiones del eje izquierda derecha se suman las
tensiones del eje centro periferia y la formación de un nuevo gobierno depende
de la combinación y el equilibrio entre ambos ejes a la vez. Algo que complica extraordinariamente
el panorama es la composición política de Podemos que combina en su interior la
pugna de las tensiones de ambos ejes y, por tanto, su capacidad de alcanzar
acuerdos parlamentarios está fuertemente condicionada a la primacía de uno de
los dos ejes en disputa. Intentar jugar con la equivalencia o el equilibrio de
ambos sin una clara definición estratégica es un juego que las demás fuerzas
políticas no parecen dispuestas a aceptar. O pesa más la vertiente social o lo
hace la territorial, pero las dos a la vez parece difícilmente asumible por algunos de sus hipotéticos aliados de Gobierno. La duda que sí ha despejado
Podemos, desde el primer momento, es que quiere sillones en la Moncloa (una
Vicepresidencia y seis ministerios), que tiene decidido para quién son (el Sr.
Sánchez, si alcanza la
Presidencia , se los tendría que comer) y que vetan a
determinados socialistas, como al Sr. Jordi Sevilla, para determinados
ministerios. ¿Para hacer qué? No está muy claro lo del programa de gobierno. Ya
no se sabe si se trata de un programa seudo -bolivariano, socialdemócrata danés
o greco – luso. Minucias. Lo importante es pillar “cacho”.
Mariano Rajoy, pírrico ganador de
las elecciones, declinó la oferta del Rey para intentar formar gobierno
eludiendo así tener que someterse a una sesión de investidura para la que no le
salían las cuentas. El “no es no”, sectario e intransigente, de Pedro Sánchez
no abría las puertas, ni tan siquiera, para negociar una posible abstención del
PSOE en la sesión de investidura para que un hipotético gobierno del PP y C’s
(163 escaños) pudiera iniciar la legislatura. La única opción que le quedaba al
PP para haber podido encarar esa sesión de investidura era negociar
abstenciones con Podemos o los independentistas, algo absolutamente impensable.
Mariano Rajoy evitó así un desgaste personal ante una sesión infructuosa pero,
con ello, impidió a los españoles que pudieran conocer las contradicciones de
sus adversarios y la ausencia real de una alternativa sólida basada en ideas y
programas y no sólo en el reparto de poltronas.
Puestas así las cosas, el Rey
encargó al “líder” socialista Pedro Sánchez que intentara someterse a la
investidura para ser elegido Presidente del Gobierno. Pedro Sánchez lo estaba
deseando porque sus días al frente del PSOE, tras haberle conducido a los
peores resultados electorales de su historia, estaban contados. Y va a hacer
todo lo posible por conformar una mayoría suficiente para ser investido, aunque
después no pueda gobernar. No se trata, ni mucho menos, de la defensa de un
proyecto para España, sino simplemente de una cuestión de pura supervivencia
política personal. O lo consigue o los “barones” le jubilan ya. Ahora, el que
se negaba a hablar con el PP con su “no es no”, quiere hablar con ellos para
pedirles que se abstengan, para hacer exactamente lo mismo que él se negó a
hacer y poder conformar un posible gobierno con Ciudadanos (130 escaños) o con
Podemos + IU (161 escaños). Y no le faltan corifeos al Sr. Sánchez que apelan
al “patriotismo” del PP para que se abstenga (no tuvieron valor para pedirle lo mismo a Sánchez) y evite así un gobierno más
radical o la repetición de elecciones que, con la reciente encuesta del CIS en
la mano, no augura cambios electorales positivos. Y aprovechando que al PP le
ha explotado un nuevo escándalo de corrupción en Valencia, el Sr. Sánchez
intenta deslegitimar al PP aún más para que pueda formar
Gobierno, aunque eso sí, no lo suficiente como para no querer contar con su
abstención. Pero el Sr. Sánchez, en ese juego tan hipócrita de airear la corrupción
ajena y esconder la propia, olvida que mientras pretende presentarse como el
Mr. Proper de la política a su partido le llueven los escándalos de corrupción,
aunque la mayoría de los medios de comunicación usen sordina con ellos.
Como
bien recordaba un amigo (Juan Gayá) en la misma semana que saltaba el escándalo
del PP de Valencia se ha hecho público el
informe de la
Intervención de la
Junta de Andalucía que cifra en 3.000 millones de euros el
dinero perdido en los cursos de formación; han dimitido el Viceconsejero de
Igualdad y Políticas Sociales de la
Junta de Andalucía al ser imputado en el caso de los ERES, y el
Interventor General de la Junta ,
al tener que comparecer en una Comisión de Investigación del Parlamento sobre
el fraude de los cursos de formación; anticorrupción pide prisión para el
Viceconsejero socialista del gobierno de Aragón por el saqueo de 147 millones
de euros; la alcaldesa socialista de Jerez ingresa en la cárcel para cumplir
cuatro años y seis meses de prisión; se hace público que las empresas del ex viceconsejero de la Junta Ojeda recibieron
52 millones en subvenciones para cursos de formación; es noticia que han desaparecido de la
caja del ayuntamiento socialista de Dos Hermanas 1.870.669 €, según la Cámara de Cuentas; dimite
el Alcalde Socialista de Punta Umbría ( Operación Eduende) por autoconcederse
ayudas para cursos de formación a una empresa de la que era administrador;
anticorrupción pide al juez que cite a declarar como imputados a los ex
presidentes de la Junta
de Andalucía, Chaves y Griñán y a los ex Consejeros Viera, Carmen Martinez
Aguayo, Ávila y Zarrías; la Audiencia Nacional juzga el 2 de febrero al ex
Presidente de la Caja
Castilla la
Mancha , el socialista Hernandez Moltó, acusado de un delito
societario al falsear las cuentas de dicha entidad a la que el Estado tuvo que
aportar 9.000 millones de € para su rescate. El PSOE tiene abiertas 264 causas
judiciales por corrupción. Más que el PP. Este hecho no puede servir de ninguna
manera para justificar lo que ha hecho gente del PP y ni la pasividad y
lentitud de este partido para atajar el problema. Pero es indudable que el Sr.
Sánchez debe buscarse otro argumento, ser más sincero y honesto para alcanzar
cierta credibilidad a la hora de justificar por qué con el PP ni agua. Porque
si la justificación es la corrupción ajena, también el PSOE es merecedor de un
cordón sanitario.
Durante las próximas semanas se
irán despejando muchas incógnitas. Descartados desde el primer día el
patriotismo de muchos, la responsabilidad política, el sentido de Estado y el espíritu de consenso ante una
de las situaciones más extraordinaria y peligrosa para la supervivencia de
España como Nación hay poco margen para la esperanza. La vieja clase política y
la nueva se están fundiendo en una misma cosa y las consecuencias de ello las
pagaremos, una vez más, todos los ciudadanos.
Santiago de Munck Loyola
viernes, 29 de enero de 2016
La hipoteca valenciana de Rajoy y cía.
El afloramiento de parte de la
escandalosa trama de corrupción organizada en torno al Partido Popular de la Comunidad Valenciana
no podía haberse producido en peor momento para las aspiraciones de los
populares de seguir en el Gobierno mediante acuerdos con otras formaciones
políticas. Son muchos años seguidos de corrupción política y económica como
para que al final no terminase por explotar la olla en la cara de los
dirigentes nacionales del Partido Popular. A la trama Gürtel, hay que sumar
ahora el asunto de Aquamed y el del Sr. Rus y su cuadrilla. Y no se trata sólo
de que algunos desaprensivos utilizasen el poder para llenarse los bolsillos a
costa de los contribuyentes, sino que, además, lo utilizaban para financiar al
propio partido que los había encumbrado, sin el aval de los militantes, a esos
puestos de poder. Muchos lo sabían y callaban. Muchísimos lo sospechaban, y
salvo denuncias aisladas, también callaban. Y es que cuando un partido
prescinde de la voluntad de sus afiliados a la hora de seleccionar a sus cargos
públicos, cuando una maquinaria partidista endogámica y pesetera se nutre y
nutre en parte a las instituciones públicas de amigotes, familiares, chulos,
golfos, indocumentados, advenedizos, medradores e incompetentes pasa lo que
pasa. No es un secreto que muchos han usado los cargos públicos para su
beneficio personal y también para el beneficio político de la cúpula del
Partido Popular. De lo primero estamos viendo estos días un pequeño botón de
muestra. De lo segundo, se pudo ver y comprobar cómo se usaron los presupuestos
de la Generalidad
Valenciana para presionar a Alcaldes y Concejales populares
para que avalasen la candidatura de Rajoy en 2008.
Señalan algunos medios de
comunicación que en Génova están sorprendidos y escandalizados por las noticias
que están apareciendo estos días sobre la corrupción en el PPCV. Pues será
porque quieren o será una simple y obligada pose porque lo cierto es que
mientras el PPCV era poderoso y aportaba avales y votos ignoraron, hasta la
vulneración de sus propios estatutos, las denuncias y las firmas que algunos
militantes de la Provincia
de Alicante les hicimos llegar. Es más, la Secretaria General ,
Mª Dolores de Cospedal, ni siquiera se dignó a contestar a los escritos en los
que se denunciaba la falta de democracia interna del PP alicantino, la mala
imagen del mismo y la necesidad de una profunda regeneración. Y cuando un
pequeño grupo de militantes iniciamos un modesto movimiento en pro de la
regeneración, cuando pedimos el examen de las cuentas electorales alicantinas
del 2007 y 2011 y fuimos fulminantemente expulsados del PP, tras un expediente
instruido por un diputado imputado por corrupción, ni siquiera tuvo la decencia
de contestar a nuestro recurso el Comité Nacional de Garantías del Partido
Popular del Sr. Rajoy. En Génova, desde el Presidente Nacional, pasando por la Secretaria General
hasta la última secretaría, sabían o debían saber, porque denuncias no les
faltaban, que algo olía a podrido en el PPCV y en el PP de Alicante. Así que
ahora mejor que no se hagan los sorprendidos, que los demás no somos tontos. No
tocaron al PPCV porque tenían una deuda política con él.
Los populares presumen de que a
lo largo de la pasada legislatura aprobaron decenas de iniciativas para
combatir la corrupción. Pero olvidaron lo básico: empezar por limpiar su propia
casa. Como señalaba hace poco un periódico basta recordar que la Ley 19/2013, de 9 de
diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno
fue defendida en el Congreso por Pedro
Gómez de la Serna ,
que ahora tiene una causa abierta en la Audiencia Nacional
por cobrar comisiones ilegales presuntamente a empresas españolas para hacer
negocios en el extranjero. Este señor dijo entonces desde la tribuna del
Congreso: "con las 70 medidas que este Gobierno ha puesto en marcha habrá
mucha menos corrupción en España de la que hubo después de que ustedes dejaran
el Gobierno. No se trata señorías del y tú más, no se trata de ver qué partido
ha padecido y ha sufrido más bochorno por hechos relacionados con la
corrupción, pero sí se trata de ver quién cuando llega a las responsabilidades
del Gobierno ha hecho más por combatirla. Y en ese tema, señores del Partido
Socialista, lo digo con toda humildad, no nos llegan ustedes ni a la suela del
zapato". Y se quedó tan fresco.
La corrupción no es un fenómeno
exclusivo de gente del PP, ni ADN ni gaitas. Y, si no, que se lo digan a los
socialistas y a los sindicatos de los ERES, a los convergentes catalanes y sus
pujoles o a los nacionalistas vascos con el caso “De Miguel”. Pero es evidente
que cúpula del PP no ha sabido ni querido reaccionar a tiempo en los casos que
afectan al partido y que no ha dado ni un solo paso para democratizar
internamente al partido y, con ello, legitimar el acceso y el control por las
bases de sus militantes a los cargos públicos. Por negligencia y por omisión la
cúpula del Partido Popular está tocada por estos casos de corrupción. Y deberá
rendir cuenta por ello y, consecuentemente, por poner a España en una difícil
situación de gobernabilidad.
Santiago de Munck Loyola
miércoles, 27 de enero de 2016
¿Cambio o timo?
Pasados ya seis meses de las
elecciones municipales bien se puede ir esbozando un pequeño balance del cambio
de gobierno producido en tantos y tantos ayuntamientos españoles. En mayo de
2015 muchos vecinos decidieron con su voto jubilar a partidos que llevaban años
gobernando sus ayuntamientos y dar una oportunidad a otros que representaban un
cambio de políticas y parecían satisfacer mejor las aspiraciones vecinales. En
muchos municipios los vecinos apostaron por el cambio, a veces a través de dos
o tres formaciones políticas diferentes que se vieron en la necesidad de llegar
a acuerdos para poder formar los nuevos gobiernos municipales. Los Gobiernos de
los perdedores. Es indudable que cuanto más pequeño es un municipio más fácil
parece, salvo desencuentros familiares que tienen su peso en las localidades
pequeñas, llegar a acuerdos de gobierno por encima de las divisiones
ideológicas. Se suele anteponer el interés del pueblo a la política partidista
y suele funcionar. Por ello, no es infrecuente encontrar ayuntamientos regidos
por coaliciones variopintas que elevadas al ámbito nacional serían impensables.
En no pocos casos, esos deseos de
cambio se están viendo frustrados por las actitudes y aptitudes de los nuevos
gobiernos municipales. Muchos nuevos gobernantes han aterrizado en sus
ayuntamientos haciendo gala de una escasa formación intelectual, de un pasmoso
desconocimiento de la realidad de las instituciones que gobiernan y de su
propio pueblo. Otros deben creer que el hecho de haber pasado la reválida de
las urnas les confiere conocimientos técnicos suficientes, que por cierto se
tardan años en ser adquiridos a través de estudios universitarios o de la
experiencia, y se meten directamente a gestionar la cosa pública prescindiendo
de la legalidad y hasta del sentido común. Al éxito electoral reciente le suele
acompañar cierta soberbia y un peligroso exceso de confianza cuando lo que
debería primar en su nueva singladura política es la humildad, la capacidad de
escucha, el esfuerzo por sumar y por aprender para servir mejor a todos los
vecinos y no solo a unos pocos. La sed de revancha, la desconfianza partidista
y la altivez no son nunca buenas compañías y menos aún en los momentos
iniciales porque marcarán una senda difícil de abandonar.
Muchos gobiernos municipales han
perdido unos meses preciosos en los que deberían haber sentado los cimientos de
un auténtico programa de cambio para toda la legislatura en, desde una
perspectiva interna, reorganizar la administración a su gusto, sin criterios
técnicos sino partidistas, en fiscalizar o perseguir (caza de brujas) a los
empleados sospechosos de no ser adictos (en un pueblo se conoce todo el mundo),
y, desde una perspectiva externa, en realizar gestos de cara a la galería que
plasmen el cambio producido, es decir, mucho ruido y pocas nueces. Apelan a la
herencia recibida para ir preparando al personal del previsible incumplimiento
de sus promesas, intentan con esa supuesta herencia chantajear a la oposición
para que no ejerza sus funciones y exhiben gestos (el uso de bicicletas, por
ejemplo) o publicitan grandes logros (el cambio de nombre de calles) como
ejemplos evidentes de que el cambio ha llegado. Y en no pocos lugares el
supuesto cambio se ha traducido de forma inmediata en la colocación de amigos y
familiares dentro y fuera de los ayuntamientos (“ya nos tocaba” dicen).
Seis meses deberían haber dado
para mucho más. El supuesto cambio está empezando a ser más que decepcionante.
El cambio profundo de políticas que tantos millones de ciudadanos respaldaron
en las últimas elecciones municipales está, de momento, limitándose a un cambio
de caras, de estilo, de proveedores o de discurso, muy plañidero por cierto. Y
poco más. Desgraciadamente el cambio no se ha traducido en muchas localidades en
el abandono y destierro de prácticas sectarias, en voluntad de integración, en
vocación de servicio comunal o en la simple profesionalización de la
administración para ponerla realmente al servicio de toda la ciudadanía. Muchos
nuevos responsables siguen pensando que han sido elegidos para gestionar (algo
para lo que no están preparados, ni tienen por qué estarlo) y olvidan que para
lo que han sido elegidos es para hacer política, la política en la que sus
vecinos han creído. Repiten los errores de sus antecesores y acabarán como
ellos, sin duda.
Una sociedad como la nuestra, con
tantos problemas pendientes de resolver necesita que también sus ayuntamientos
se regeneren, algo imposible de conseguir sin voluntad política para ello. Nuestros
Ayuntamientos, la administración pública más cercana al ciudadano, necesitan
ese cambio real, no sólo de caras. Y es cierto que no todos los políticos son
iguales pero cuando alcanzan el poder ¿a que se parecen?
Santiago de Munck Loyola
martes, 26 de enero de 2016
El Partido Popular una vez más en la picota.
Una
vez más, y no será la última, el Partido Popular de la Comunidad Valenciana
está siendo el centro de todas las miradas por un nuevo caso de corrupción de
enormes proporciones.
Una
vez más, y no será la última, el Partido Popular de la Comunidad Valenciana
está abochornando a sus decenas de miles de honrados militantes y a los cientos
de miles de votantes que lo respaldan en las urnas.
Una
vez más, y no será la última, el Partido Popular de la Comunidad Valenciana,
que expulsó de sus filas a decenas de afiliados honrados y críticos con todo lo
que se veía venir y con los que aún no se ha disculpado, se limitará a cubrir
el expediente, a hacer un poco de teatro, a entonar el “y tú más” y a no
abordar el verdadero problema de fondo, la causa que origina tantos casos de
corrupción que no es otra que la ausencia de una auténtica democracia interna.
Hoy,
el antaño todopoderoso Alfonso Rus, ex presidente del PP valenciano, ex presidente
de la Diputación
de Valencia y ex alcalde de Játiva ha sido detenido por la Guardia Civil , junto con otras
23 personas, en el marco de la operación “Taula” que investiga una trama de
corrupción infiltrada en varias administraciones públicas de la Comunidad Valenciana
y que, al parecer, ha perpetrado delitos de prevaricación, malversación de
caudales públicos, tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales. Se
investiga también la posible financiación irregular (una vez más) del PP
valenciano. De momento hay 24 detenidos entre los que se encuentran también
Emilio Llopis, que era jefe de gabinete de Rus en la Diputación de Valencia,
María del Carmen García Fuster, actual secretaria del Grupo Popular en el
Ayuntamiento de Valencia, Juan José Medina ex alcalde popular de Moncada y ex vicepresidente
de la Diputación ,
María José Alcón, ex concejal del PP en el Ayuntamiento de Valencia, antigua
asesora de Rita Barberá y casada con
Alfonso Grau, el ex vicealcalde de Valencia que está siendo juzgando por el
caso Nóos. Como puede apreciarse además, el nepotismo como seña de
identidad del PPCV está más que presente en este caso.
Una
vez más, y no será la última, los ciudadanos con ideas centristas, de derechas,
regeneradores y defensores de la libertad, la ejemplaridad y el progreso saben
y son conscientes de que con este Partido Popular no se puede ir ni a la vuelta
de la esquina. Un partido que ha traicionado reiteradamente sus compromisos
electorales, que ha renegado de sus principios políticos, que ha olvidado a sus
afiliados y votantes no merece ni tan siquiera el menguante espacio electoral
que muchos electores le han regalado en las últimas elecciones generales. Tan
sólo el miedo al triunfo de esta alucinada izquierda “plurinacional” que con
tanto ahínco han venido cultivando poderosos medios informativos empresariales
sostiene el amplio voto que aún recibe el Partido Popular. ¡Triste realidad y
funesto destino el de un partido que fía su triunfo electoral no a la ilusión
de sus votantes sino al miedo más primitivo!
No
son pocos los dirigentes políticos, algunos todavía en las filas populares, los
que claman ya por una refundación del Partido Popular, por una recomposición
del centro derecha español que cierre una negra etapa y ponga en marcha un
nuevo proyecto nacional integrador, moderno, abierto y renovador capaz de hacer
frente a los enormes desafíos que España, como nación y como sociedad
occidental, tiene planteados en estos momentos. Dar ese paso sí que sería una
auténtica muestra de patriotismo, lo demás pura palabrería.
Santiago
de Munck Loyola
jueves, 21 de enero de 2016
El hemicirco y los escaños giratorios.
Las consecuencias de los
resultados de las pasadas elecciones generales no pueden ser más desalentadoras
a la luz de los comportamientos políticos que estamos viendo estos días, ni las
perspectivas de gobierno menos halagüeñas. Es tal el cúmulo de disparates y de
dislates de los partidos políticos que conviene hacer una pequeña
recapitulación para situarnos en este tragicómico escenario político. No hay
que olvidar que en la misma noche electoral casi todos los dirigentes políticos
se apresuraron, entre otras cosas, a señalar que habían entendido el mensaje de
cambio que el electorado había transmitido con su voto. Y ¡hay que ver cómo lo
han hecho!
El Partido Popular, tras perder
60 diputados, ya ha hecho gestos muy significativos. Se nota que entiende el
mensaje del electorado y por ello, para empezar, nada de más democracia
interna, ni de autocrítica. Ahora no es el momento, como tampoco lo era hace
uno o dos años. Y para que se note el cambio, sus deseos de regeneración y
renovación, Rajoy ha vuelto a situar en la Mesa del Congreso a una joven “promesa”, Celia
Villalobos, la pro-abortista y especialista en el Candy Crush, como
vicepresidenta de la cámara. Por cierto, mucho más preocupada por la estética
ajena que por la ética propia. Y en la
Mesa del Senado, además del sempiterno y anodino Pío García
Escudero como Presidente, a una imputada, la senadora alicantina sin estudios
pero experta en simultanear cargos públicos, Adela Pedrosa.
Los socialistas también se han estrenado
bien. Han situado en una vicepresidencia de la Mesa del Congreso a su Presidenta del partido,
Micaela Navarro, acusada por la prensa de falsear su declaración de bienes. Y
como son más generosos que nadie y han detectado que era un anhelo de todos los
españoles, según su secretario de organización, han decidido ceder dos
senadores a los independentistas de ERC y otros dos a los independentistas de
la antigua Convergencia para que así tengan grupo propio, cobren más
subvenciones y dispongan de más tiempo en el Senado para continuar con sus
machacona soflamas independentistas.
Y siguiendo por la banda
izquierda del circo político ha habido y hay de todo y para todos los gustos.
Nadie podrá negar que supone un verdadero cambio político, y de una
trascendencia histórica indudable, el hecho de acudir a la sesión constitutiva
del Congreso acompañados por una banda de música, como hicieron los diputados
de Compromis, los podemitas levantinos. Como lo es también prestar promesa o
juramento de la
Constitución usando fórmulas ridículas y hasta infantiles.
Dar la nota, alguno la da, aunque sea usando a su propio bebé para ello. Luego
unas lagrimitas en la calle de Pablito, el amigo de los carniceros iraníes, y
fotos al canto. Desde luego que estos nuevos parlamentarios van a dar mucho
juego en el “hemicirco” del Congreso. Y qué decir del ciudadano Garzón dando
cuenta a la prensa de su entrevista con el Rey. ¿Acaso el hecho de ser
republicano exige para referirse al Rey usar hasta la saciedad “el ciudadano D.
Felipe de Borbón? Si la palabra Rey le produce urticaria puede usar “Jefe del
Estado” y así sus comparecencias serían algo menos tediosas.
Pero si ha habido algo
especialmente llamativo estos días, en los primeros pasos de esta nueva
izquierda ha sido su peculiar forma de entender la regeneración política. Los
que clamaban, y con razón, contra la existencia de las llamadas “puertas
giratorias” en la política han inventado algo mucho más “democrático”, los
“escaños giratorios”. La técnica consiste en usar el escaño que te han dado los
electores bajo unas siglas para “girarlo”, adscribirte a un determinado grupo
parlamentario, pillar la pasta de las subvenciones parlamentarias y volver a
“girarlo” para abandonar ese grupo y volver donde te pusieron los votantes. Que
lo haga el PSOE con sus senadores por cortesía parlamentaria, por estulticia o
por falta de respeto al votante es normal, al fin y al cabo pertenece a la
“vieja” política. Pero que lo hagan o lo intenten hacer los supuestos adalides
de la “nueva” política, comunistas, podemitas y demás mareantes es, cuando
menos, llamativo. Sin embargo, no hay que extrañarse demasiado, la falta de
principios y el saqueo de las arcas públicas siempre van de la mano, sea con la
vieja o con la nueva política. La que nos espera.
Santiago de Munck Loyola
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