¡Vaya,
vaya, vaya! Parece que empiezan a encajar las piezas. Parece que se empieza a
comprender las razones que se escondían tras el furibundo alegato del Diputado
Felipe del Baño, instructor del expediente de expulsión del PP de un servidor y
de Antonio Sobrino, en su inefable escrito contra los que pedíamos regeneración
democrática, democracia interna y más honradez en el Partido Popular de la
ciudad de Alicante. El inquisidor – instructor, se puso manos a la obra presto
a ejecutar las instrucciones del Secretario Provincial de Alicante, José Juan
Zaplana, para echar del partido a los defensores de la regeneración democrática
y lo hizo con un escrito plagado de perlas. En él, D. Felipe del Baño, llegaba
a decir que resultaba inadmisible reivindicar la regeneración dentro del
partido porque eso era dar a entender que todo el partido era corrupto. Pocas
semanas después, D. Felipe, se despellejaba las manos aplaudiendo a la
Vicepresidenta del Gobierno que acababa de insistir en la necesidad de promover
la regeneración democrática en los partidos políticos, incluido el Partido
Popular. En dicho escrito, D. Felipe llegaba incluso a afirmar, en el colmo del
cinismo o de la ignorancia, que las críticas que realizábamos serían admisibles
si las hiciésemos en los cauces internos de participación del partido, obviando
un dato importante en su poder: que hace más de diez años que los afiliados de
la ciudad de Alicante no han sido convocado a ninguna reunión, ni a ningún acto
de participación y debate en el partido por la sencilla razón de que no existen
dichos cauces. Y otra perla interpretativa de D. Felipe era que es intolerable
y motivo de expulsión afirmar que en el PP de la ciudad de Alicante no hay
democracia interna. Para él y para los demás miembros del Comité de Derechos y
Garantías del PPCV ocho años sin elecciones internas en la ciudad de Alicante
vulnerando los Estatutos del PP que las establecen cada tres años es un ejemplo
de democracia interna y el que diga lo contrario a la calle.
Pues
bien, ahora resulta que el brazo ejecutor de D. J.J. Zaplana, D. Felipe del
Baño, ha sido pillado con las manos en la masa. Según publica el 28 de
septiembre de 2013 el Diario Levante (http://www.levante-emv.com/comarcas/2013/09/28/edil-pp-san-antonio-dice/1036666.html),
D. Felipe del Baño, tras la denuncia de una Asociación, ha reconocido en el
Pleno del Ayuntamiento de San Antonio de Benagéber, Valencia, donde el Diputado
popular simultanéa un puesto de concejal con su escaño en las Cortes
Valencianas, que en 2010 realizó una contratación a una empresa, Vivers
Centre Verd SAU, por importe de 52.000.-
€ a dedo y sin expediente de contratación alguno. Y, a continuación, el Sr. Del
Baño, vulnerando los Estatutos del Partido Popular, votó en contra de la moción
del Grupo Popular que proponía la creación de una Comisión de Investigación
para aclarar este sucio asunto. Es posible que D. Felipe del Baño, pese a que
al parecer es abogado, ignorase la existencia de procedimientos legales para
realizar las contrataciones en las administraciones públicas o que conociendo
dichos procedimientos decidiese pasárselos por el arco del triunfo, pero todo
el mundo sabe que eso está muy feo, que lo del “dedito” es una práctica
sospechosa y muy censurable y que, aún habiéndolo hecho, no se pueden dejar
pasar tres años sin regularizar la situación formalizando el correspondiente
expediente para que la empresa contratada pudiese cobrar el trabajo
digitalmente encargado. Y lo de votar contra la moción del Grupo Popular no
sólo está feo, sino que además constituye un mal ejemplo cuando quien lo hace
es miembro del Comité de Derechos y Garantías del PPCV y, por tanto, ostenta la
responsabilidad de hacer cumplir los Estatutos del Partido. Es de suponer que
alguien que forma parte de ese Comité conoce especialmente los Estatutos y que recordará
el Artículo 13 que dice: Infracciones muy
graves.
1.- Cometen infracción muy grave quienes
incurran en alguno de los siguientes supuestos:
e) La desobediencia a las instrucciones
o directrices que emanen de los órganos de gobierno y representación del
Partido, así como de los Grupos Institucionales del mismo.
No
hace falta ser un lince para saber que el Grupo Popular del Ayuntamiento de San
Antonio de Benagéber es un Grupo Institucional y que votar en contra de una
moción de este Grupo, siendo miembro del mismo, es incurrir en infracción muy
grave.
¿Qué
ocurrirá ahora? ¿Dimitirá D. Felipe como miembro del Comité de Derechos y
Garantías del PPCV por haber vulnerado los Estatutos del PP? ¿Le instruirán el
pertinente expediente disciplinario por la misma razón? ¿Dimitirá como concejal
y diputado tras reconocer públicamente que ha vulnerado la Ley sobre
contrataciones de las administraciones públicas? Después de leer lo que
escribió sobre la regeneración democrática y verle después aplaudir a la
Vicepresidente del Gobierno, es casi seguro que no. Sería como pedir peras al
olmo. Como puede observarse una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo.
¿Y todavía hay alguien que dude de la necesidad de impulsar medidas
regeneradoras en los partidos políticos?
Santiago
de Munck Loyola