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martes, 5 de abril de 2016

Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.


Al día de hoy y tal y como van las cosas, no podemos saber si antes del próximo 2 de mayo habrá o no acuerdo de gobierno de la mano del socialista Pedro Sánchez, pero una cosa es segura: si finalmente hay fumata blanca no será porque hayan prevalecido los principios políticos, sino más bien los cálculos electorales hechos sobre las previsiones ante una nueva convocatoria electoral.

Sabemos que el valor de la palabra de nuestros políticos, de la casta o de la nueva casta, es más bien escaso. Siempre encuentran algo que justifique sus constantes rectificaciones. Se han enfrascado en un juego de estrategias en el que lo que hoy se afirma con aplomo, mañana mismo puede ser matizado o desmentido según reaccionen los otros participantes en el juego. Basta recordar la evolución dialéctica del podemita Pablo Iglesias que es capaz sin soltarse la coleta del “yo no formaré parte de un gobierno que yo no presida” al “quiero la vicepresidencia y seis carteras con Pedro Sánchez de Presidente” y posteriormente al “si mi nombre es un obstáculo renuncio a la vicepresidencia”.

La cuadratura del círculo es uno de los viejos problemas de las matemáticas y de la geometría sin resolver. Estos días asistimos a un espectáculo esperpéntico ideado a mayor gloria de su promotor, el perdedor de las últimas elecciones generales, el Sr. Pedro Sánchez que pretende construir un gobierno triangular contando tan sólo con dos puntos posibles sobre el plano del tablero político. El Sr. Sánchez sólo cuenta hasta ahora con el acuerdo con Ciudadanos, un punto en el tablero. Y si renunciara a ese acuerdo quizás podría contar con un acuerdo con Podemos, otro punto y menudo punto del tablero político. Pero lo que le han dicho tanto Ciudadanos como Podemos, por activa y por pasiva, es que el triángulo amoroso no puede ser, que es imposible. Ciudadanos afirma de momento que un gobierno con Podemos es imposible, que ellos no estarían y que, incluso, no estando se opondrían a tal hipótesis. La negativa de Ciudadanos se irá fortaleciendo además en la medida que las encuestas le sean favorables para el caso de unas nuevas elecciones. Podemos, por su parte, le ha pedido al Sr. Sánchez dos cosas básicas: la vicepresidencia y seis ministerios y que se divorcie de Ciudadanos. Y además Podemos no va sólo, quiere un gobierno basado en el PSOE, en Podemos y en los independentistas.

Así que el Sr. Sánchez lo tiene francamente difícil para hacerse con la Presidencia del Gobierno. Un Gobierno triangular es imposible de todo punto porque imposible es mezclar el aceite con el agua. Y un Gobierno con Podemos, con el beneplácito de los independentistas está fuera de su alcance porque le costaría una rebelión a bordo de su propio barco que ya está bastante tocado después del batacazo histórico al que le ha conducido el liderazgo de D. Pedro Sánchez.

Así las cosas, parece evidente que sólo el miedo a que los ciudadanos volvamos a votar, como si fuese una enfermedad, estos demócratas y patriotas de boquilla sólo alcanzaran un acuerdo de gobierno forzados por las expectativas electorales, es decir, a golpe de encuesta. No nos engañemos, no se trata de responsabilidad porque de serlo así el Sr. Sánchez ya se habría reunido con el ganador de las elecciones, el Sr. Rajoy, para explorar la posibilidad de formar un gobierno, aunque fuese a dos años, que permitiese a España abordar con urgencia temas tan graves e importantes como el relanzamiento de la recuperación económica, la situación de los más de 4.100.000 parados, el terrorismo del DAESH, el déficit público o la crisis de los refugiados por citar sólo algunos de los temas más candentes. El Sr. Sánchez sigue empeñado en un imposible del mismo modo que el Sr. Rajoy sigue enrocado en el “no, sin mi” sin querer asumir que él es el principal responsable de los pésimos resultados electorales del PP el pasado 20 de diciembre y que, en cualquier democracia avanzada de nuestro entorno, habría supuesto su inmediata dimisión, al igual que habría ocurrido con el liderazgo del Sr. Sánchez.

Santiago de Munck Loyola


lunes, 28 de diciembre de 2015

Incertidumbre política.


Ha pasado una semana desde la celebración de las elecciones generales y el horizonte de la gobernabilidad de España sigue tan nublado o más a como lo estaba a la luz de las encuestas electorales previas. El resultado electoral dejado por las urnas es sumamente complejo y, sea cual fuere, la combinación de partidos que sea capaz de formar un gobierno, todo parece indicar que la legislatura no se agotará. En lo que parecen coincidir los expertos económicos es en que este complejo resultado electoral, además de entorpecer la formación de un Gobierno sólido, puede ralentizar la incipiente y frágil recuperación económica y restar al crecimiento de nuestra economía entre medio punto y un punto del PIB. Algunos economistas van más lejos y calculan que hasta la mitad del avance previsto de crecimiento para el 2016,  el 3% estimado, puede perderse.

Así que los resultados de la jornada electoral nos dejan como regalo no sólo la incertidumbre de la gobernabilidad, sino también y unido a ello un frenazo económico para el año 2016. Mariano Rajoy y su equipo son los responsables del pésimo resultado electoral obtenido por el Partido Popular. Han dinamitado a la derecha española y han puesto en serio peligro la gobernabilidad de España y la recuperación de su economía. Está claro que no se trataba sólo de arreglar la economía sino de hacer Política, de cumplir el programa, de atender a las personas, de abrirse a la sociedad, de escuchar a la militancia, de democratizar el partido y de combatir la corrupción. No han sabido, querido o podido hacerlo y ésto es lo que han cosechado. Desde la soberbia no se puede gobernar. Y si no leen bien los resultados, si se duermen en la autocomplacencia terminarán por destruir lo que tantos años y esfuerzos costó a decenas de miles de honrados militantes populares. La falta de autocrítica en las filas populares es asombrosa y constituye, en todo caso, el anticipo de nuevas y mayores derrotas. “Hemos ganado” repiten machaconamente los voceros populares y se conforman con ello en lugar de ponerse manos a la obra para corregir todo aquello que les ha llevado a perder la confianza de más de 4 millones de ciudadanos. Ser los primeros no es ganar cuando se trata de poder o no gobernar. En cualquier democracia avanzada un candidato que pierde 65 escaños y 4 millones de votos presentaría inmediatamente su dimisión al frente de su partido.

Y otro tanto ocurre con el principal partido de la oposición. “Hemos salvado los muebles” dicen y no se plantean por qué un partido que ha sido un pilar básico del sistema político no ha sido capaz de rentabilizar su labor de oposición y ha perdido 20 escaños y 1,5 millones de votos. En Gran Bretaña, en Francia o Alemania un líder de la oposición que hubiese cosechado el mismo resultado que Pedro Sánchez ya habría dimitido de forma inmediata e irrevocable.

La falta de reacción de los dos grandes partidos a la hora de reconducir las estrategias y las políticas que les han llevado hasta estos malos resultados ¿querrá decir que son incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos y que son irrecuperables como instrumentos para canalizar la participación política de los ciudadanos? Sólo el tiempo lo dirá aunque los primeros signos no son alentadores. Algunos dan ya por muerto el bipartidismo imperfecto que venía imperando en nuestro sistema político pero no parece que el grado de consolidación y de cohesión de los partidos llamados emergentes sea aún lo suficientemente alto como para lograrlo.

Tenemos por delante unas semanas bastante intensas en las que observaremos los movimientos tácticos de cada partido para intentar la formación de un gobierno más o menos estable. Ya de antemano hay que resaltar el trazado de las famosas “líneas rojas” por parte de algunos. Destacan las de Ciudadanos por un lado respecto a Podemos por la voluntad manifiesta de esta formación de romper la soberanía nacional y por otro las propias de Podemos tratando de imponer al PSOE, como condición ineludible para cualquier pacto, que los socialistas traguen con la ruptura de la soberanía nacional y acepten la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Veremos donde queda todo. Mientras tanto mejor mantenerse en modo “pre-elecciones” por si acaso.

Santiago de Munck Loyola


viernes, 18 de diciembre de 2015

No votar a Adela Pedrosa, candidata del PP al Senado por Alicante, cuestión de higiene democrática.


En la mayor parte de las ocasiones, a la hora de votar, una gran parte de los ciudadanos eligen la papeleta de la candidatura que presenta el partido de sus preferencias sin conocer a los candidatos que forman parte de la misma. Por ello, muchos partidos y, en especial el Partido Popular, nos proponen listas elaboradas e impuestas desde Madrid sin contar con sus bases e incluyen en las mismas incluso a personas sin vinculación en la provincia por la que se presentan. Tienen que colocar a alguien y lo colocan sin cortarse situándolo en cualquier Provincia tenga o no vinculación con ella. Después no hay que extrañarse cuando esos diputados electos pasan olímpicamente de las necesidades de su circunscripción electoral. Al fin y al cabo su compromiso no está con los electores, sino con el partido y con quienes a base de “dedazo” les han situados en las listas.

Buen ejemplo de ello han venido siendo las sucesivas candidaturas que el PP ha venido presentando por la Provincia de Alicante. La presencia de “cuneros”, candidatos que se presentan a las elecciones por un distrito electoral al que no pertenecen, ha sido una constante en las candidaturas del Partido Popular de Alicante. Así, la candidatura popular al Congreso por Alicante estará de nuevo encabezada por un cunero, José Manuel García-Margallo y Marfil, que lo mismo vale para ser diputado por Valencia que por Alicante, y en la misma se incluye a personas como Julieta de Micheo Carrillo-Albornoz, amiga y colaboradora de otro ilustre cunero por Alicante, Federico Trillo, y cuyo paso por el Congreso en esta legislatura como diputada por Alicante se ha caracterizado por sus ausencias parlamentarias (tenía que ayudar a D. Federico en la embajada en Londres) y por no haber presentado ni una sola iniciativa sobre Alicante. Y es que la larga mano del Sr. Trillo aún llega lejos.

Y llega tan lejos la “opusina” mano de D. Federico Trillo que ha conseguido situar como nº 1 al Senado por Alicante a otra protegida suya, a Dª Adela Pedrosa, prototipo del pluriempleo político, del oportunismo y de la incompetencia. Tras perder la Alcaldía de Elda en mayo pasado, el “regenerador” del PP, Sr. Ciscar, la colocó rápidamente (no fuera que tuviese que buscar un trabajo fuera de la política) a través de la Diputación en un cargo de confianza. Todo ello con el inestimable apoyo de Ciudadanos de Alicante, otros presuntos regeneradores de la política. 

Hay que recordar que Dª Adela Pedrosa, ahora candidata al Senado por el PP, inició su vida política en 1995 como concejala de fiestas y participación ciudadana en Elda. En 1999 CC OO denunció en los tribunales que el Hospital de Elda había contratado de forma irregular a la edil, Adela Pedrosa, como auxiliar administrativa y tras varias sentencias Adela Pedrosa tuvo que dejar el trabajo que había conseguido de forma irregular. El PP la premió entonces con el puesto de Asesora de Medio Ambiente de la Diputación de Alicante, colaborando con el diputado provincial José María Rubio. No es que fuera una especialista en medio ambiente, pero eso no importa.

Sin estudios superiores ni especialidad técnica alguna Dª Adela Pedrosa ha sabido moverse, trepar, medrar y acaparar cargos a costa de las siglas del PP. Y fue capaz de simultanear los siguientes cargos públicos sin despeinarse:

-          Diputada en el Congreso por la Provincia de Alicante.
-          Vicepresidenta Segunda de la Comisión de Industria, Turismo y Comercio.
-          Alcaldesa del Ayuntamiento de Elda.
-          Vicepresidenta de la Mancomunidad intermunicipal del Valle del Vinalopó.
-          Presidenta de la “Fundación Museo del Calzado”.
-          Presidenta de la Empresa Pública IDELSA.
-          Presidenta de la Empresa Pública EMUDESA.
-          Presidenta de la Empresa Pública EMIDESA.
-          Diputada Provincial de Alicante.
-          Vicepresidenta Primera de la Diputación de Alicante.
-          Diputada Responsable del Área de Recursos Humanos de la Diputación de Alicante.

El pasado mes de junio, Pedrosa tuvo que declarar como imputada por un presunto delito de injurias y calumnias. Es una de las personas citadas en los informes de la UDEF como pagadora en dinero negro a la trama Gürtel, pero todo ello no ha sido obstáculo alguno para que siga en política activa y ahora pretenda, y lo conseguirá lamentablemente, representar a nuestra Provincia en el Senado (una razón más para promover su cierre).

Si esta es la regeneración política que el Sr. Ciscar, Presidente Provincial del PP, y los demás líderes populares pretenden vender a los ciudadanos, que venga Dios y lo vea. Sólo por decencia e higiene democrática, los alicantinos que no somos de izquierdas tenemos que tener especial cuidado a la hora de elegir a los senadores y no olvidar que lo mejor que podemos hacer es, desde luego, no votar a la candidata nº 1 al Senado por el Partido Popular, Dª Adela Pedrosa Roldán. Se merece un buen descanso en su casa y los alicantinos también.

Santiago de Munck Loyola


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Un debate poco edificante.


No es que hubiese demasiadas expectativas en torno al debate entre el aspirante a Presidente, Pedro Sánchez, y el Presidente en funciones, Mariano Rajoy pero los ecos del mismo no son precisamente edificantes. Ni el moderador, ni el formato del debate contribuyeron a que se desarrollase de una forma constructiva. ¿Qué ha quedado tras el debate? Sobre todo, de un lado, los insultos, la mala educación y la negra visión de España del aspirante Pedro Sánchez. Y, del otro, la falta de reflejos, “la linde” de la economía y la aparente ausencia de ilusión y de capacidad de ilusionar del Presidente en funciones, Mariano Rajoy.

Lo peor del debate fueron las continuas interrupciones sobre todo de Pedro Sánchez que vinieron a subrayar su falta de estilo y su mala educación. No se trataba del ardor juvenil de un contendiente, sino de simple y puro “macarrismo político” como bien ha dicho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Ha sido el empleo de una estrategia dialéctica premeditada, perfectamente calculada que no ha considerado el imprescindible respeto a los espectadores. Resulta cansado y tedioso tratar de escuchar los argumentos de una persona si su interlocutor le está interrumpiendo a cada momento y no de le deja acabar ninguna frase. Se ha devaluado tanto la política con las apariciones de los políticos en cualquier programa de variedades que el Sr. Sánchez debió de confundir el debate con las tertulias de “Sálvame”. No se trata ya de una falta de respeto al adversario político, sino, sobre todo, de una falta de respeto a los ciudadanos que estamos presenciando el debate. España no se merece a un Presidente con tan poca educación y tan bajo perfil intelectual.

Tampoco parece que se merezca a un Presidente incapaz de rebatir con agilidad las continuas falsedades esgrimidas por su oponente, incapaz de explicar la diferencia entre un rescate a España, como el padecido por nuestros vecinos portugueses o por los griegos, y un rescate a parte de la banca. Mariano Rajoy fue fiel a lo que ha venido haciendo a lo largo de la legislatura, seguir “la linde” de la economía y olvidarse de que también existe “la política”. Parece como si su capacidad de gobernar fuera limitada, o la economía o la política, pero no las dos cosas a la vez. Si algo ha distanciado al Partido Popular de muchos de sus votantes a lo largo de estos cuatro años no ha sido sólo el tener que aplicar duras recetas económicas en contra de todo lo prometido para tratar de arreglar los destrozos del Sr. Zapatero, sino “los Bolinaga”, la reforma de la legislación sobre el aborto, el Plan Hidrológico Nacional, la Memoria Histórica o el mantenimiento del estatus autonómico, amén de la corrupción en todos los niveles. La falta de ejemplaridad de la clase política se ha reflejado especialmente en líderes populares por simple cuestión de número ya que nunca un partido político había ostentado tanto poder como el PP hasta mayo de este año.

En definitiva, hemos presenciado un debate malo, poco constructivo, sin propuestas novedosas, sin críticas constructivas y con poco nivel. Pasará a la historia como el debate del insulto y del “y tú más”.  No sólo estará muy contenta Susana Díaz por el resultado, como apuntaba Pablo Casado, sino que lo más preocupante es que también estarán muy contentos el Sr. Iglesias y el Sr. Rivera. Es muy probable que este haya sido el último debate del bipartidismo, pero también es muy posible que haya sido el preludio de una venidera inestabilidad gubernamental y de la legislatura más corta de nuestra democracia.

Santiago de Munck Loyola

viernes, 11 de diciembre de 2015

Votar nulo, una opción razonada y razonable.


Una reciente encuesta realizada por el Instituto DYM arroja unos curiosos resultados sobre la intención de voto considerando la ideología de los entrevistados.  A nueve días de las elecciones generales parte del electorado sigue dudando, sin saber qué hacer o por quién optar.

Según esta encuesta la mayor parte de los indecisos se encuentra entre quienes se consideran de centro. El 53,6% de ellos todavía no manifiesta su voto frente a un 46,4% que sí lo tiene decidido. De éstos, los que ya lo tienen decidido, el 15,2% apuesta por Ciudadanos y el 10,2%, por el PSOE.

Entre los que se definen como de centro-derecha un 66,4 % ya tiene decidido su voto. Parece que lo tienen más claro: un 30,8% para el PP y casi un 20% para Ciudadanos. Y de los que se etiquetan como votantes de derechas, el 65,3% ya tiene claro su próximo voto: el 42,5% se inclina por el PP y un escaso 6,6% por Ciudadanos. Resulta cuando menos llamativo que un partido que se autodefine como de centro izquierda coseche tan buenas expectativas entre los votantes, sobre todo, de centro-derecha. O bien el partido naranja es muy camaleónico o bien buena parte de su electorado carece de escrúpulos ideológicos o programáticos.

Pero, si uno se identifica con posiciones políticas de centro, de centro-derecha o de derechas, si vive en la Provincia de Alicante, si cree en la regeneración política y si además quiere ejercer su voto el próximo 20 de diciembre con coherencia y con responsabilidad, la verdad es que lo tiene bastante difícil porque las ofertas electorales que finalmente concurren son bastante limitadas y adolecen de bastantes defectos y carencias como para poder elegir una de ellas con plena satisfacción. Eliminada de forma arbitraria e injusta la candidatura de Esperanza Ciudadana, la única candidatura alicantinista y regeneradora, algunos nos tenemos que plantear a quién votar en las elecciones generales. No se trata de elegir a unos para evitar que otros ganen, sino de elegir la opción política que por su trayectoria y sus propuestas pueda defender mejor los intereses de los alicantinos desde unos principios ideológicos concretos, los que no comparte la rancia izquierda que ahora gobierna nuestras tierras.

Desde esta perspectiva, es decir, desde la coherencia con determinados principios y valores, la opción de Ciudadanos es plenamente descartable. Su posicionamiento ideológico, sus propuestas fiscales, su intervencionismo, sus tics autoritarios internos y su compadreo con el Gobierno Socialista en una de las Comunidades Autónomas más castigada por la corrupción no son elementos suficientes como para poder compensar los aspectos positivos de su programa, que los tiene. Y este descarte se reafirma, además, si se tiene en cuenta el posicionamiento de los concejales de Ciudadanos a lo largo y ancho de la Provincia de Alicante en la que desgraciadamente este partido se ha nutrido en muchos casos de un aluvión de oportunistas sin escrúpulos.

Por el lado derecho, tampoco parece que VOX sea una opción válida para los ciudadanos comprometidos con Alicante, con la regeneración y con los valores del centro-derecha. En un tiempo record, lo que nació como un proyecto ilusionante al servicio de unos determinados valores se ha convertido en un instrumento de supervivencia personal del prototipo de la casta política, en un experimento fallido en el que la democracia interna agoniza y en un proyecto escorado cada vez más hacia posiciones ultraconservadoras. Un partido en el que sus máximos dirigentes no predican con el ejemplo personal.

Y la última opción a valorar es la que representa el Partido Popular. Dejando al margen consideraciones personales hay una serie de hechos objetivos que no invitan precisamente a votarle. Hacer un repaso de los sistemáticos incumplimientos del programa del año 2011 y de sus propios principios llevaría páginas enteras: el Plan Hidrológico Nacional, la Ley de Memoria Histórica, la regulación del aborto, la bajada de impuestos, la lucha contra el endeudamiento público, la independencia de la Justicia, los recortes de prestaciones públicas, la hoja de ruta de ZP respecto a ETA, etc. La lista de incumplimientos sería tan larga como la lista de casos de corrupción que salpican a cargos públicos del PP. A ello se podría añadir la falta de democracia interna cuyo mejor reflejo es la propia candidatura popular al congreso por la Provincia de Alicante, impuesta desde Madrid y con un paraca a la cabeza, o la candidatura al Senado encabezada por una acaparadora de empleos públicos, como Adela Pedrosa, prototipo de los profesionales de la política en el peor sentido de la expresión. Nada pues invita a otorgar el voto al PP que en nuestra provincia sigue siendo dirigido por los responsables de su hundimiento electoral, por los protectores de los comportamientos políticos más indignos y por los enemigos declarados de la regeneración democrática como son el Sr. Ciscar y su acólito el Sr. JJ Zaplana. Un partido que utiliza los escaños de nuestra provincia, no para defenderla, sino para colocar a sus dirigentes sin sitio en su propia circunscripción electoral, no merece la confianza de los ciudadanos alicantinos ni de centro, ni de centro-derecha, ni de derechas.

Ante este triste panorama, abstenerse no es una solución. Votar en blanco supone que el voto terminará sumando como resto a alguno de los partidos mayoritarios gracias a la denostada ley electoral. No queda, por tanto, otra salida responsable que la del voto nulo para la gente que no es de izquierdas, para los ciudadanos que quieren que nuestra provincia recupere el protagonismo y la importancia que le han robado durante tantos años y para todos cuantos quieren una regeneración profunda del sistema político. Una regeneración desde los valores de la libertad, la democracia, la transparencia, la ejemplaridad, la defensa de la familia, la vida, la defensa del medio ambiente, la solidaridad, la igualdad de derechos entre los españoles y la unidad de España. No queda otra opción sensata y responsable que la del voto nulo. Y un servidor lo hará el próximo 20 de diciembre. No me van a engañar más.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 3 de diciembre de 2015

IMPIDEN A ESPERANZA CIUDADANA PARTICIPAR EN LAS ELECCIONES GENERALES.




Finalmente la candidatura de Esperanza Ciudadana al Congreso por Alicante no podrá participar en las próximas elecciones generales. El pasado 23-11-2015 la Junta Electoral Provincial de Alicante acordó lo siguiente: “NO PROCEDE PROCLAMAR las siguientes Candidaturas: …Y la denominada ESPERANZA CIUDADANA, por insuficiencia de avales a la vista del certificado emitido por el Sr. Delegado del Censo, en el que aparece “verificadas 1397, número de firmas válidas 1.199, y número de firmas inválidas 198”. Dicho acuerdo fue recurrido ante la propia Junta Electoral, aportando 65 avales adicionales más, y ante la Jurisdicción Contencioso Administrativa no prosperando ninguno de los dos recursos. Presentado el pertinente recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional al haberse vulnerado los derechos constitucionales recogidos en los Artículos 23.2 y 24.1 de la C.E. éste ni siquiera lo admitió a trámite excusándose en un inexistente defecto formal.

Hay que destacar, en primer lugar, que la Oficina del Censo Electoral no ha acreditado, ni certificado en ningún momento la relación nominal de avalistas anulados, la mayoría, al parecer, por haber avalado simultáneamente a otra candidatura.

En segundo lugar, que la Junta Electoral Provincial de Alicante acordó no proclamar la candidatura de Esperanza Ciudadana a falta de tan sólo 26 avales al no alcanza los 1.225 exigidos, conociendo que la Oficina del Censo había anulado más de 125 firmas sin presentar la relación nominal de las mismas y sin acreditar esa supuesta duplicidad.

En tercer lugar, resulta altamente sospechoso que el Juzgado Contencioso Administrativo recibiese el expediente administrativo de la Junta Electoral Provincial de Alicante media hora antes de hacer entrega de la sentencia desestimatoria del recurso de Esperanza Ciudadana.


Y, en cuarto lugar, hay que destacar y censurar, la actuación caciquil, desvergonzada e inadmisible del Tribunal Constitucional que, en lugar de entrar a conocer el fondo del asunto, la flagrante vulneración de derechos constitucionales de ciudadanos alicantinos, se despacha con no admitir a trámite el recurso usando la excusa de un supuesto defecto formal inexistente. Llama poderosamente la atención que el mismo Tribunal que enmienda la plana al Tribunal Supremo para legalizar a Bildu, el partido de los proetarras, y permitir así su participación electoral impida a la gente normal y pacífica de Alicante poder participar en las próximas elecciones generales. No cabe mayor desvergüenza política y jurídica.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Una candidatura de y para Alicante.

Esperanza Ciudadana, único partido político provincial alicantino, ha presentado candidatura al Congreso de los Diputados para las próximas elecciones generales del 20 de diciembre tras reunir más de 1.400 avales en la Provincia. No ha sido una tarea fácil cumplimentar este requisito de recogidas de firmas establecido para dificultar la concurrencia a las elecciones de los partidos nuevos. Pero se ha conseguido gracias a la entrega y dedicación de numerosos voluntarios.


La Candidatura está encabezada por Santiago de Munck Loyola, Presidente de la formación y funcionario. En el nº 2 figura Manuel García- Serna Colomina, Secretario General de Esperanza Ciudadana y Registrador de la Propiedad de Novelda. El tercer lugar de la Candidatura lo ocupa la eldense Mª Dolores González Ruiz, Presidenta Local de Esperanza Ciudadana, graduada social y exconcejal popular de Elda. En el cuarto puesto se encuentra José Francisco Fernández Alegre, Secretario General adjunto de Esperanza Ciudadana, informático y vecino de San Vicente del Rapeig. Y cerrando los cinco primeros puestos la alicantina Eloina Garrido Bautista, comercial, autónoma y miembro de una de las familias gitanas con más arraigo en Alicante.

La candidatura se completa hasta el número doce con personas procedentes de diversos sectores sociales y diferentes ocupaciones: amas de casa, profesores, pensionistas, funcionarios, etc. Y cuenta con el apoyo de dos miembros de Los Verdes, Patricia Díaz Colmenar y Juan Calero Luna que, a título individual, han decidido prestar su apoyo a este nuevo proyecto provincial regenerador y alicantinista como es Esperanza Ciudadana que, a nivel nacional, forma parte de la Coalición Cívica 20D, de carácter centrista y reformista.

Esperanza Ciudadana reivindica y defiende los intereses de la Provincia de Alicante frente a la discriminación que sufre por parte del centralismo de la Generalidad Valenciana y el Estado, reclama el pago de la deuda histórica a Alicante, promueve una profunda regeneración de las instituciones y del propio sistema político y defiende una sociedad más justa, más participativa y menos intervenida. Menos Estado y más Sociedad.

Candidatura de Esperanza Ciudadana (Es.C.)



1. Santiago Domingo de Munck Loyola. 2. Manuel García Serna Colomina. 3. María Dolores González Ruiz. 4. José Francisco Fernandez Alegre. 5. Eloina Garrido Bautista. 6. José Miguel Compañ Molina. 7. María Tomasa García Cánovas. 8. María Luz Alegre Ponce. 9. Cristian Berná García. 10. Pascual Martínez Pujalte. 11. Vicente Molla Molina. 12. Maria Remedios Ruzafa Sanz. Suplentes: 1. Patricia Díaz Colmenar. 2. Juan Calero Luna. 3. Ignacio Gutiérrez Hernández.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Más Alicante, más España.


Lo que hasta hace poco era solo una conjetura, se convirtió en certeza hace unos días cuando el Presidente Rajoy anunció en una entrevista televisiva, y no en un formato más solemne, que las elecciones generales serán el próximo 20 de diciembre. Nos esperan dos meses moviditos con toda la coctelería propia de unos comicios de esta naturaleza. Encuestas, alianzas, traiciones, discursos, promesas, videos, hasta acabar con la paciencia del Santo Job. Es inevitable y hasta puede llegar a ser entretenido.

Sea como fuere es evidente que nos jugamos los próximos cuatro años. Los grandes nos venden ya que sólo hay una alternativa: o el PP o el PSOE y que el resto sólo serán meros comparsas, votos inútiles que terminarán respaldando o al PP o al PSOE. Pero todo parece indicar que la fragmentación del voto de la izquierda también se ha instalado en el campo de la derecha. La hegemonía absoluta popular parece que ha llegado a su fin más por deméritos propios que por méritos de los adversarios unidos en esa estupidez del “todos contra el PP”. Pero la política y las políticas no se reducen al blanco o al negro, al conmigo o contra mi. Hay y debe haber una amplia gama de posiciones y sensibilidades políticas que están esperando su oportunidad electoral y cuya presencia política contribuye a enriquecer la pluralidad y, por consiguiente, las posibilidades de elección de los votantes.

En la Comunidad Valenciana y en nuestra Provincia de Alicante, los resultados electorales de las últimas elecciones autonómicas y municipales nos permiten extraer algunas conclusiones ya y prever lo que puede ocurrir en las elecciones generales. Hay que destacar que el PP, tras su derrumbamiento en nuestras tierras, ha sido incapaz de depurar responsabilidades y de rectificar sus errores. Por ello va a concurrir a las próximas generales con el mismo plantel de personajes que, en Alicante por ejemplo, han sido los culpables de una mala gestión y de haber traicionado a su electorado. A más de uno lo veremos en las próximas listas si sale vivo del actual navajeo por entrar en ellas. Esas listas las deciden en Madrid, no lo olvidemos.

El PSOE ha demostrado que le vale cualquier compañero de viaje con tal de hacerse con el poder. Da igual que se trate de podemitas, de catalanistas o de riveristas. Por ello no es de extrañar que algunas consecuencias de esa promiscuidad política se empiecen a notar en Alicante y eso que no han hecho más que empezar su andadura. Han empezado por los símbolos y terminarán por y con las arcas públicas que ya el PP dejó tiritando. Ya han puesto en cuestión el futuro del español en la educación, como lo han hecho con la persecución de los símbolos identitarios españoles en las fiestas patronales de distintas localidades y algunos de sus socios de gobierno en Valencia se muestran abiertamente favorables a las tesis independentistas y anexionistas de los separatistas catalanes.

Por su parte, Ciudadanos, los riveristas, un partido que se autodefine de centro izquierda y que en Alicante se ha nutrido de cuadros ripollistas y zaplanistas, pretende ir de detergente blanqueador de la política. Es curioso, participan en las elecciones pero no se quieren “pringar” entrando en gobiernos y se nutren de votos de centro derecha para en muchos casos favorecer a la izquierda. ¿Cabe mayor corrupción política?

Pero ninguno de estos partidos políticos pone al frente de sus propuestas a la Provincia de Alicante, a las necesidades de su gente. Alicante corre el riesgo, una vez más, de ser una simple pieza del tablero electoral en la que se disputan unos cuantos diputados para sumar a la causa de Rajoy o de Pedro Sánchez. Así ha sido elección tras elección: una competencia entre partidos y no una competencia por nuestra Provincia.

Es hora de que Alicante gane. Es hora de denunciar con toda la fuerza posible su histórica discriminación por parte del Estado y de Valencia. Es hora de exigir y cobrar la deuda histórica de Alicante y de reclamar para la provincia un nuevo papel, acorde a su peso e importancia, en el encaje del Estado de las Autonomías. Es hora de iniciar un nuevo camino por el que en Esperanza Ciudadana hemos apostado, porque creemos en la capacidad de nuestra provincia y porque sabemos que más Alicante es más España.

Santiago de Munck Loyola


miércoles, 23 de septiembre de 2015

La hora de Alicante.


Quedan tres meses para la celebración de las próximas elecciones generales que decidirán el futuro de nuestra nación. Todos los partidos están ya sumergidos en los preparativos para esa cita, se suceden los contactos entre distintas fuerzas políticas afines para la constitución de coaliciones o acuerdos y en todos se aprecian movimientos personales para situarse bien en la confección de las listas al Congreso y al Senado.

Serán sin duda unas elecciones cruciales y todas las posibilidades, hoy por hoy, están abiertas. El bipartidismo pasa por uno de los momentos más bajos de su historia. Las nuevas fuerzas emergentes como Ciudadanos o Podemos parece que, si hay que creerse las encuestas, han frenado su ascenso. Izquierda Unida anda mendigando un hueco en las listas de Podemos. UPyD no parece levantar cabeza y Vox no logra recuperarse para rozar  ni siquiera los resultados de las últimas elecciones europeas. Los votantes indecisos y los abstencionistas declarados constituyen, hoy por hoy, la primera fuerza política de España. Y del resultado de las elecciones autonómicas catalanas del próximo 27 de septiembre dependerán también muchas cosas de cara a las elecciones generales.

El centro derecha anda más descompuesto que nunca. El Partido Popular, su principal representante, ha decidido taparse sus vergüenzas envolviéndose en la bandera del miedo a los gritos de “que vienen los rojos” o “nosotros o el caos”. Agitación del miedo, cambios estéticos, nuevas caras pero todo sin acometer realmente su problema principal, la falta de regeneración democrática.

Así las cosas, con ser muy importantes estas elecciones para el conjunto de España, lo son especialmente para la Provincia de Alicante. Una gran parte de los ciudadanos de la Provincia somos conscientes de que tanto el Estado como la Generalidad Valenciana no nos tratan con justicia. La mayoría tiene la sensación de que Alicante recibe menos de lo que le corresponde pero, hasta ahora, hemos sido incapaces de transformar esa sensación de injusticia en una acción política reivindicativa. Unos y otros han usado el maltrato a Alicante como simple arma dialéctica según estuviesen en el gobierno o en la oposición, pero no han sido capaces de plantar cara donde hiciese falta practicando un alicantinismo que rebasase el puro folclore. Solo hay que ver el cinismo de quien era vicepresidente del Consejo de la Generalidad, Sr. Ciscar, al ponerse a enarbolar la defensa de nuestra provincia a la semana de cesar en su cargo.

Por ello, estas elecciones generales representan una oportunidad histórica para nuestra provincia, para practicar el alicantinismo como acción reivindicativa de los derechos y oportunidades que nos han quitado. Los datos y las cifras son incontestables, tenemos peor sanidad, peor educación, peores servicios sociales y peores infraestructuras que la medida española, siendo la quinta provincia por población y por PIB. El Estado y la Generalidad Valenciana tienen una deuda histórica (económica) con nuestra Provincia y cuyo pago debe ser exigido con firmeza.

A pesar de los localismos que tanto pesan en muchos de nuestros pueblos, Esperanza Ciudadana, único partido provincial, ha realizado un llamamiento por escrito a otras fuerzas políticas para construir esa alternativa netamente alicantina que, desde la más absoluta lealtad a España, defienda a nuestros conciudadanos en el parlamento español. Es la hora de la generosidad política, de la amplitud de miras, del compromiso con la gente de nuestra tierra y de superar miedos y recelos. Alicante puede y debe tener voz propia en Madrid. Y sería suicida esperar a que los de siempre, los que deben su sillón a los de arriba, se decidan a defender a todos los alicantinos. Nunca lo han hecho.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 10 de septiembre de 2015

La vuelta.


No resulta fácil retomar la actividad de este Blog tras el descanso veraniego. No ha sido un verano política e informativamente típico. Todo lo contrario. Ha sido tal la avalancha informativa que resulta difícil destacar algo. Haciendo memoria hemos presenciado el aterrizaje en los Ayuntamientos y Gobiernos regionales de los temidos “podemitas” y sus socios en forma de tripartitos, cuatripartitos y toda clase de fórmulas antipeperas. Y se han hecho visibles los peores rasgos políticos de estos patés gubernamentales: sus fobias a muchas tradiciones y su odio a los símbolos constitucionales, su incalificable nepotismo evidenciado a la hora de colocar en los Ayuntamientos a maridos, sobrinos y toda clase de parentelas, su doble discurso sobre la casta en la que se han integrado a las mil maravillas y, sobre todo, su falta de programa y de propuestas razonables sustituida con toda clase de peregrinas ocurrencias (mamás limpiando los coles, patrullas de chivatos para la limpieza viaria, etc.).

Hemos presenciado también una inusual actividad política debida sobre todo por tres hechos que van a marcar el final de este convulso 2015. De una parte, el Gobierno del Partido Popular no quiere despedirse sin dejar aprobados los próximos Presupuestos Generales del Estado, sin aprobar la infumable reforma de la Ley del aborto que constituye un auténtico insulto a los votantes populares y un flagrante incumplimiento, como tantos otros, de su programa electoral y, por último, la reforma exprés del Tribunal Constitucional para “poder” hacer cumplir sus sentencias. Que las sentencias, incluidas las del Tribunal Constitucional, están para cumplirse es indudable; que ya existen mecanismos legales para hacerlo es posible; que reforzar esos mecanismos solo perjudica a quienes no las cumplen o no tienen intención de cumplirlas es indiscutible; que la el Partido Popular ha promovido la reforma del Constitucional tarde y mal es cierto y que, ante el desafío independentista, al PSOE y al resto de la oposición les falta patriotismo y grandeza de miras es incuestionable.

De otra parte, la convocatoria de las elecciones autonómicas catalanas para el próximo 27 de septiembre está convulsionando a toda la sociedad por el carácter plebiscitario que los independentistas están promoviendo y por los planes de declaración unilateral de independencia hechos públicos. Tiene lo suyo que este proceso independentista esté liderado por el partido del 3%, un partido tan corrupto que tiene hasta sus sedes embargadas. No cabe ninguna duda de que el conjunto de los españoles tenemos por delante un grave problema de difícil solución si no se respetan las leyes. Sea cual fuere el resultado electoral, el 28 de septiembre tendremos ante nosotros una sociedad catalana más fracturada y enfrentada que nunca y no será tarea fácil ni rápida curar la fractura. Se trata de un problema generacional que empezó a crecer día a día y ante la pasividad general cuando el Estado decidió dejar en manos de los independentistas algo tan básico y elemental como la educación. Durante 30 años se ha cultivado el victimismo, el odio a lo español, se ha falseado la historia y se sigue falseando la actualidad con la inefable colaboración de unos medios de comunicación públicos que censuran al discrepante como recientemente acaban de hacer con el Sr. Borrell a propósito de su libro "Las cuentas y los cuentos de la independencia". Unos y otros, sobre todo otros, hablan unas veces de federalismo y otras de reconocer constitucionalmente la “singularidad” de Cataluña como soluciones al reto del independentismo, el golpismo en cámara lenta del Sr. Mas y compañía. Claro que ni concretan esa supuesta fórmula federal, ni desarrollan esa simpleza del reconocimiento de la “singularidad” catalana. Porque, vamos a ver, la sociedad catalana es singular lo reconozca o no la Constitución, es una realidad sociológica que no necesita tal reconocimiento, pero es que, además, la singularidad catalana es tan real y tan evidente como pueda serlo, por citar una, la singularidad alicantina y a nadie son sentido común se le ocurre exigir tal reconocimiento constitucional para resolver los graves problemas de discriminación que Alicante sufre por parte del Estado central y del periférico, la Generalidad Valenciana.

Y el último hecho que cerrará políticamente este año pero que ha estado diariamente presente durante este verano es la convocatoria de las próximas elecciones generales. Todos calentando motores. El Gobierno aflojando la soga presupuestaria para arañar votos, como debe ser aunque si hubiese sido más decente con sus votantes no tendría tan malas expectativas. Y la oposición descalificando al gobierno por todas estas medidas como si un gobierno solo debiera aprobar medidas que le resten votos. Ridículo.

Y en medio de esta vorágine informativa política ha irrumpido con fuerza el drama de los refugiados musulmanes provenientes principalmente de Siria. No se trata de algo nuevo, no. Hace años que vienen muriendo centenares de personas ahogadas en el Mediterráneo, hombres, mujeres y niños. Pero pocos les han hecho caso. No sólo es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Ahora el drama llama a la puerta de la Europa rica y políticos y medios de comunicación se han volcado para sacudir las conciencias de unos europeos cada vez más escépticos acerca de la honestidad, compromiso y eficacia de sus instituciones comunitarias. Pero éste, el drama de los refugiados, merece una reflexión a parte.

Santiago de Munck Loyola



miércoles, 19 de agosto de 2015

PLATAFORMA PARA LA CONVERGENCIA DE PARTIDOS CIUDADANOS.


España viene arrastrando desde hace años no sólo una profunda crisis económica, sino una crisis política, moral, social e institucional que, día a día, va haciendo que muchos ciudadanos se sientan defraudados y cada vez más distanciados de los gobernantes y de las propias instituciones. En medio de una crisis tan profunda, la falta de ejemplaridad de una parte de la clase dirigente española, sea política, sindical o empresarial, está abriendo un vacío peligroso entre la sociedad real y la sociedad oficial. Los ciudadanos no encuentran una respuesta rápida a sus acuciantes necesidades y contemplan atónitos cómo tienen que cargar de forma exclusiva con las consecuencias de una crisis generada y mal gestionada por la clase dirigente española.

Hoy se comprueba como el modelo político y el territorial construido durante la transición es incapaz de afrontar los grandes desafíos del presente y los retos del mañana. Ha quebrado el principio de igualdad entre todos los españoles cuyos derechos y obligaciones varían en función del territorio e su residencia. Ha quebrado el principio de solidaridad regional y social al consolidar modelos distributivos territoriales desiguales y al cargar los efectos de la crisis sobre la clase media que está llegando al límite de sus posibilidades. Ha quebrado la confianza en unos partidos políticos incapaces de conectar con los problemas y necesidades de los ciudadanos, cerrados a la participación no ya de la ciudadanía sino de sus propias bases, transformados en gigantescas máquinas burocráticas incapaces de subsistir sin el dinero público y convertidos en organizaciones cerradas incapaces de regenerarse y, por tanto, de regenerar el conjunto del sistema democrático. Tras las últimas elecciones municipales y autonómicas la irrupción de formaciones populistas y de partidos esponjas, supuestas marcas blancas de otros partidos, no ha sido capaz de plantear un cambio real y profundo de la vida política más allá del simple mercadeo de instituciones.

Mientras las diferentes fuerzas de izquierdas siguen organizándose de cara a las próximas elecciones generales, el centro derecha español oficial sigue alentando el voto del miedo sin asumir la imperiosa necesidad de su propia regeneración y apertura a las necesidades de la ciudadanía que van más allá de la economía. Entre Ciudadanos y Vox existen muchos pequeños partidos locales, provinciales y nacionales centrados en las personas y sus problemas pero sin coordinación a pesar de las grandes similitudes ideológicas entre ellos. Ese espacio electoral dominado por un gran partido cuenta con sitio electoral para construir un mensaje diferenciado para ofrecerlo a los millones de votantes que se han abstenido.

Por ello, desde estas consideraciones previas se plantea el objetivo de constituir una plataforma electoral única y plural, aunando esfuerzos y con unas propuestas básicas comunes. La Plataforma para la Convergencia de Partidos Ciudadanos propone:

1º Promover el protagonismo de los ciudadanos para reformar,  transformar y remover los obstáculos que impiden el desarrollo de una sociedad más democrática, más justa y más honrada.
2º Impulsar la participación política y social de los ciudadanos que creen en la persona como el centro, protagonista y destinatario de la acción política y social, en la familia como eje vertebrador de la sociedad, en la libertad real y la igualdad de los españoles en todos los niveles, en la igualdad de oportunidades, en la dignidad de la persona, en la democracia como expresión de la soberanía del pueblo español, en el diálogo y la tolerancia.
3º Promover la regeneración democrática impulsando medidas que favorezcan la ejemplaridad, la transparencia, la eficacia, la igualdad, la participación ciudadana y la concepción de la dedicación política como expresión temporal de una vocación de servicio ciudadano.
Se propone, por tanto, como Ideario básico de la Plataforma el siguiente:
1.            Impulsar el desarrollo social, económico y político a través de una política basada en la regeneración democrática, la honradez, la participación ciudadana, la ejemplaridad y la austeridad.
2.            Reivindicar un tratamiento presupuestario del Estado justo y equilibrado para cada provincia y comunidad autónoma basado en principios de equidad y solidaridad.
3.            Promover la reforma constitucional para reorganizar el Estado sobre la base de su configuración fundamentalmente provincial y, en su caso, impulsar la reorganización de las competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas desde la premisa de la unidad de España y haciendo realidad los principios de igualdad entre los ciudadanos y la solidaridad entre la población de los diferentes territorios.
4.            Impulsar la reforma de las Administraciones Públicas para acabar con las duplicidades y la reforma de la Administración Local para establecer un nuevo modelo de competencias y de financiación.
5.            Apoyar la reforma de la Función Pública para eliminar el parasitismo político y dignificar la carrera profesional.
6.            Impulsar la reforma de la legislación del suelo y de las contrataciones públicas con el fin de introducir mayores criterios de objetividad y de eliminar criterios de discrecionalidad que facilitan la aparición de fenómenos de corrupción.
7.            Promover la aprobación de un Estatuto del Cargo Público para regular todas las retribuciones públicas, establecer rígidas incompatibilidades, suprimir el simultaneamiento de cargos y eliminar los privilegios de la clase política.
8.            Promover el establecimiento de fórmulas de participación ciudadana a través de las nuevas tecnologías.
9.            Defender la implantación de un modelo básico de ámbito nacional en Educación, Sanidad, Justicia y prestaciones sociales que garantice la igualdad de derechos entre todos los españoles.
10.          Impulsar la reforma electoral para aumentar la igualdad del valor del voto del ciudadano en los criterios de reparto electoral.
11.          Garantizar la absoluta libertad del uso del español en cualquier parte del territorio nacional.
12.          Promover una reforma fiscal más justa que aligere la gran presión fiscal a la que está sometida la clase media.
13.          Suprimir las subvenciones públicas a los sindicatos, partidos políticos, organizaciones empresariales y a sus fundaciones.
14.          Promover e impulsar la utilización de todos los medios legales al alcance para lograr una victoria absoluta sobre el terrorismo y sus cómplices.
15.          Defender el derecho a la vida de acuerdo con los principios constitucionales.
16.          Defender la importancia del núcleo familiar e impulsar medidas sociales, legislativas y fiscales que la refuercen, que hagan realidad la conciliación de la vida laboral y familiar y que protejan la maternidad.
17.          Apoyar las reformas penales y penitenciaras necesarias para que sea efectiva la proporcionalidad entre la pena y el delito, para lograr una protección efectiva de las víctimas y lograr la recuperación de los bienes sustraídos especialmente en los casos de corrupción, para la no prescripción de delitos económicos y para el cumplimiento íntegro de las penas para estos delitos, salvo devolución íntegra del dinero reclamado o patrimonio equivalente.
18.          Promover la despolitización e independencia efectiva el poder judicial.
19.          Remover los obstáculos interiores y trabas administrativas o legales que dificultan la competitividad en el territorio nacional.


20.          Defender una inmigración legal, en la que se fomente la integración de los inmigrantes en nuestra cultura haciéndoles partícipes de ella.