La llegada del Ave a Alicante es,
se mire por donde se mire, una excelente noticia para la ciudad y para la
Provincia. Tras no pocas dificultades, rumores e incertidumbre la nueva línea
será inaugurada el próximo lunes 17 de junio, unos pocos días antes de las
Hogueras, por el Príncipe Felipe, el Presidente Rajoy y el Presidente Fabra. En
el anecdotario de ese día quedará seguramente lo que ocurra protocolariamente
con nuestra Alcaldesa imputada, Sonia Castedo, si interviene o no entre los
oradores, aunque todos los pronósticos apuntan a que no lo hará, y dónde o con
quién es fotografiada ya que según algunos medios de comunicación existe entre
los dirigentes políticos cierta alergia a dejarse fotografiar junto a ella.
Algunos comentaristas apuntan a que el hecho de que no hable en el acto o sea
marginada protocolariamente por su imputación judicial supondrá nuevamente un
“feo” a Alicante y a los alicantinos. No creo que sea para tanto, pero de ser
así la responsabilidad incumbe solamente a quien por sus acciones se ha situado
bajo el ojo de la Justicia y, con ello, a la institución y a los ciudadanos a los que representa.
Pero al margen de estos dimes y
diretes, lo relevante es que el AVE va a suponer un importante revulsivo para
la economía de la Provincia. Según las previsiones de la Generalitat, la
llegada del AVE a Alicante tendrá un impacto económico en el PIB de la
provincia de Alicante de unos 70 millones de euros al año y generará 735 nuevos
empleos. Con el AVE, según estas previsiones, el número de viajeros
ferroviarios se incrementará en 650.00 al año, un 40 % más, alcanzándose una
cifra total de 2.250.000 viajeros al año. De acuerdo con estas previsiones, el
AVE servirá también para impulsar el sector inmobiliario de la provincia, líder
en la venta de inmuebles a extranjeros, y que ya el año pasado fue la preferida
para los madrileños que adquieren una segunda residencia produciéndose más
4.300 ventas a los mismos. Es indudable que poder llegar desde Madrid a
Alicante en poco más de dos horas, y esperemos que una vez probada y
consolidada la línea pueda reducirse este tiempo, supone un importante
aliciente para adquirir y disfrutar de una segunda residencia en la provincia.
Es evidente que no todo está
hecho y que quedan aún pendientes de resolver y organizar muchas cuestiones en
torno al AVE, sobre todo para tratar de rentabilizar al máximo esta
infraestructura para beneficiar a todas las localidades alicantinas que puedan
aprovechar sus beneficios. Se está trabajando en la organización de todos los
enlaces de otros medios de transporte para conectar mejor esta infraestructura,
aunque parece evidente que estas cuestiones ya deberían haber sido planificadas
y resueltas hace tiempo.
Desde otra perspectiva habría que
subrayar que la llegada del AVE a la provincia supone una mejora respecto al
deficitario saldo que presentan las inversiones de la Generalitat y el Estado
en nuestra provincia. Del mismo modo que las cifras señalan que la Generalitat
está infrafinanciada respecto a las demás autonomía, no es menos cierto que la
Provincia de Alicante está a la cola de las inversiones públicas por habitante
tanto en la Comunidad Autónoma como en el Estado. Y si existe una “deuda”
histórica del Estado hacia la Generalitat, también existe respecto a la Provincia
de Alicante. Y el AVE no la salda.
Santiago de Munck Loyola